Las garantías constitucionales de la propiedad y de la expropiación forzosa a los treinta años de la Constitución española.

Palabras clave
derecho de propiedad
función social
expropiación forzosa
Junktim-Klausel.
Resumen
Lo más importante de la doctrina constitucional sobre el art. 33 CE fue fijado por el Tribunal Constitucional en sus diez primeros años de actividad. Avances relevantes en la interpretación de este precepto constitucional pueden proceder de la proyección de las exigencias del principio de proporcionalidad —muy desarrollado en nuestra jurisprudencia desde hace algo más de una década— sobre las limitaciones a la propiedad y sobre la expropiación forzosa. Lo que menos convence de las soluciones interpretativas del Tribunal Constitucional procede de la aparente “constitucionalización” de algunas reglas de la Ley de Expropiación Forzosa de 1954. Ése es el motivo de que todavía no esté resuelto adecuadamente el problema de la compatibilidad de la expropiación legislativa con el derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE). Parece necesario, además, resolver expresamente otras cuestiones, como la eventual exigencia constitucional de que la ley expropiatoria prevea ella misma la indemnización (la denominada Junktim-Klausel) y la prohibición a los órganos administrativos y judiciales de conceder indemnizaciones no previstas legalmente.
Keywords
Right to property; social function; compulsory expropriation; Junktim-Klausel.
Abstract
The most important part of the Spanish Constitutional Court’s doctrine on article 33 of the Spanish Constitution was established during its first ten years of activity. Significant changes in the interpretation of this constitutional provision may be brought by the application of the principle of proportionality, which has been substantially developed by the Court during the past decade. This essay argues that the least convincing rulings of the Court are those which confer constitutional status to some of the provisions laid down in the Law on Compulsory Expropriation of 1954, and that this is the reason why the conflict between legislative expropriation and the due process of law has not been duly resolved yet. It also argues that expropriatory laws —i.e., any law having an expropriatory rather than a merely regulatory effect— must foresee the “proper compensation” required by article 33. Expropriatory laws in breach of this “Junktim-Klausel” must be deemed unconstitutional, and the compensation cannot be awarded by the courts.