RESUMEN

Este texto analiza el papel que jugó el semanario anarquista ¡Tierra! publicado en La Habana entre los años 1902 y 1915 para favorecer la expansión de la ideología libertaria por toda Cuba, así como para conectar a los trabajadores de la isla con el resto de la comunidad obrera y anarquista del mundo atlántico. Para ello, utilizando el periódico como principal objeto de estudio y siguiendo la perspectiva de análisis que ofrece la historia transnacional, nos centraremos en dos objetivos: en primer lugar, destacar la importancia de las personas que estuvieron detrás de su equipo editorial y cómo los movimientos de algunos de ellos entre Europa y América ayudan a entender las intensas relaciones transnacionales tejidas alrededor del periódico; y, en un segundo término, destacaremos el envío de suscripciones de ¡Tierra! a otros países así como su intercambio constante con otros periódicos anarquistas, pues es otro de los factores que favoreció la creación de redes transfronterizas que permitieron la extensión de los lazos y conexiones del anarquismo cubano a ambos lados del océano Atlántico.

Palabras clave: Anarquismo; Cuba; militantes; prensa anarquista; siglo xx.

ABSTRACT

This text analyzes the role played by the anarchist newspaper ¡Tierra! published in Havana between 1902 and 1915 to improve the expansion of the anarchist ideology throughout Cuba, and to connect the Cuban workers with the rest of the anarchist and worker community in the Atlantic world. To do that, having the newspaper as a main object of study and using the perspective of the transnational history, we focus in two objectives: first of all, in highlighting the importance of the persons who acted as editors and how their movements between Europe and America help to understand the intense transnational relationships around the newspaper; and secondly, we underline the sending of subscriptions of ¡Tierra! to other countries and also its constant interchange with other anarchist newspapers contributing to the expansion of the international networks and the connections of the Cuban anarchism to both sides of the Atlantic ocean.

Keywords: Anarchism; Cuba; militants; anarchist newspapers; 20th century.

Cómo citar este artículo / Citation: Sánchez Cobos, A. (2019). ¡Tierra! y la internacionalización del anarquismo cubano (1902-‍1915): editores y ediciones. Historia y Política, 42, 55-‍83. doi: https://doi.org/10.18042/hp.42.03

SUMARIO

  1. RESUMEN
  2. ABSTRACT
  3. I. Introducción
  4. II. ¡TIERRA! Y LOS MILITANTES INTERMEDIARIOS: EDITORES
  5. III. ¡TIERRA! Y LA FORMACIÓN DE REDES ANARQUISTAS TRANSNACIONALES: EDICIONES
  6. IV. CONCLUSIONES
  7. NOTAS
  8. Bibliografía

La prensa es gloria y es lodo

la prensa lava y salpica,

la prensa es una botica

donde se vende de todo.

¡Tierra!, «Cantar», 27 de diciembre de 1902

I. Introducción[Subir]

A mitad del año 1913, el cónsul español en Santiago de Cuba escribía al ministro de Estado advirtiendo de la notable expansión del anarquismo en la provincia de Oriente, como se podía comprobar en la importante circulación de «los folletos libertarios que se venden en estos centros los días de pago»

«El cónsul de España informa sobre el movimiento anarquista al Ministro de Estado», Santiago de Cuba, 18 de julio de 1913, Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores (en adelante AMAE), Fondo Política Interior, Serie Orden Público, leg. H 2753, 1911-‍1919.

‍[2]
. De hecho, la difusión de la prensa ácrata se había convertido en un problema para el diplomático por lo que, para contrarrestar su influencia, decidió pedir a la compañía que explotaba las minas de Ocaña, en Firmeza, la Jaraguá Iron, que inscribiera, en las diversas fondas donde residían sus trabajadores, cinco de los diarios españoles de mayor circulación en la isla

«El cónsul de España informa al Ministro de Estado de la medida adoptada por una compañía minera para contrarrestar la propaganda anarquista», Santiago de Cuba, 14 de agosto de 1913, AMAE, Fondo Política Interior, Serie Orden Público, leg. H 2753, 1911-‍1919.

‍[3]
. Las presiones del cónsul encaminadas a acabar con la difusión de la prensa anarquista en la zona no acabaron ahí, pues poco tiempo después el semanario ¡Tierra! de La Habana recibía una carta de uno de los trabajadores de la compañía, Francisco V. Arce, denunciando las pésimas condiciones en que trabajaban y las arbitrariedades que contra ellos se cometían, una de las últimas había sido el despido de los principales suscriptores de periódicos anarquistas en las minas, los hermanos españoles Marcelino y Manuel Baranga, junto con otros ocho obreros más cuyo «delito» era leer ese tipo de publicaciones

«Por nuestros derechos», ¡Tierra!, 22-8-1913.

‍[4]
.

Esta situación, que no es para nada única en el contexto cubano de las primeras décadas del siglo xx, da cuenta del desarrollo del anarquismo en la isla, al tiempo que nos habla del importante papel que jugó en ello la prensa libertaria. Esto último no era algo nuevo en 1913. El anarquismo había llegado a Cuba a finales de la década de 1870, cuando la mayor de las Antillas era todavía una colonia española, y lo hizo de la mano de algunos militantes que recalaron en la isla, pero sobre todo de los lazos que estos establecieron entre los trabajadores de España y la colonia gracias al envío de periódicos y prensa anarquista desde la península, principalmente desde Barcelona. A través de esos lazos el anarquismo se desarrolló en Cuba durante las últimas décadas del siglo xix, aunque de momento quedó circunscrito a La Habana y las poblaciones de alrededor y vinculado principalmente a los trabajadores de la industria del tabaco

Un buen estudio de los inicios del movimiento obrero cubano y del anarquismo, en Casanova (

Casanova, J. (2000). O pan o plomo. Los trabajadores urbanos y el colonialismo español en Cuba, 1850-1898. Madrid: Siglo xxi.

2000
).

‍[5]
. A partir de entonces, esas conexiones se mantuvieron cada vez más activas y no se rompieron ni siquiera durante la última guerra de independencia

De hecho fue un momento en que se reforzaron debido a la expectación que creó el conflicto cubano entre la comunidad anarquista internacional. Sobre la respuesta anarquista a la guerra de independencia cubana de 1895-‍1898, véase Sánchez Cobos (

Sánchez Cobos, A. (2010). La última frontera. Los anarquistas españoles y la independencia de Cuba. En J. Opartný (ed.). El Caribe hispano de los siglos xix y xx. Viajeros y testimonios (pp. 247-254). Praga: Editorial Karolinum.

2010
): 247-‍254.

‍[6]
.

Como hemos analizado en otros trabajos, en las primeras décadas de república el anarquismo se convirtió en la corriente mayoritaria entre los trabajadores de Cuba

El desarrollo del anarquismo en Cuba durante las primeras décadas de república, en Sánchez Cobos (

Sánchez Cobos, A. (2008). Sembrando ideales. Anarquistas españoles en Cuba (1902-1925). Sevilla: Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

2008
).

‍[7]
. Las palabras del cónsul español son un reflejo de ello. También en esa nueva etapa de reorganización y conformación del movimiento obrero cubano, tanto los militantes como la prensa actuaron como sus principales motores de difusión y desarrollo, aunque lo que destaca con respecto a la época colonial es que, en tan poco tiempo, esta corriente trascendió no solo las fronteras habaneras, difundiéndose por toda la isla y sectores productivos, sino también las propias fronteras cubanas.

En las páginas que siguen nos centraremos en analizar el papel que jugó el periódico anarquista ¡Tierra!, editado en La Habana entre los años 1902 y 1915, para conectar a los trabajadores de la isla con el resto de la comunidad obrera del mundo atlántico, ya que ese semanario resultó fundamental para la proyección internacional del anarquismo cubano de comienzos de siglo. Para ello, nos serviremos de la perspectiva de análisis que ofrece la historia transnacional y examinaremos, en primer lugar, la trayectoria de los militantes que estuvieron detrás de su equipo editorial, resaltando los movimientos de algunos de ellos entre Europa y América; y, en un segundo término, los puntos de distribución y venta del semanario en otros países, ya que ambos factores favorecieron la creación de redes transfronterizas que permitieron la extensión de los lazos y conexiones del anarquismo cubano a ambos lados del océano.

II. ¡TIERRA! Y LOS MILITANTES INTERMEDIARIOS: EDITORES[Subir]

¡Tierra! Periódico semanal, sacaba su primer número el 5 de julio de 1902 y no dejó de editarse hasta comienzos de 1915. En esos más de doce años apenas vio interrumpida su tirada, la mayor parte de las veces por problemas de financiación y en menor medida por los secuestros que sufrió debido a las causas criminales que se le imputaron. Esa regularidad le convirtió en una de las principales tribunas de expresión de los anarquistas de Cuba para la primera década republicana. Además, funcionó como elemento vertebrador para los grupos y publicaciones ácratas del resto de la isla. El hecho de que fuera un semanario editado en La Habana ayuda a comprender su «éxito», sobre todo si se compara con otros periódicos también anarquistas que en la misma etapa tuvieron dificultades para sobrevivir y acabaron teniendo una vida fugaz

¡Tierra! no fue el único periódico anarquista de Cuba después de la independencia. Entre 1902, año del nacimiento de la República, y 1913, finalizado ya el gobierno de José Miguel Gómez (1909-‍1913), vieron la luz varias publicaciones libertarias en distintas localidades de la isla. La mayoría de ellas salían semanalmente —pocas eran quincenales—, pero, por lo general, tuvieron un carácter fugaz, conformando tiradas muy limitadas; el principal obstáculo para estas publicaciones no fue el Gobierno, sino sus propias dificultades de financiación. Solo ¡Tierra! logró trascender la primera década republicana y sobrevivir durante un tiempo prolongado (

Sánchez Cobos, A. (2008). Sembrando ideales. Anarquistas españoles en Cuba (1902-1925). Sevilla: Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Sánchez Cobos, 2008
): 182-‍213.

‍[8]
. Como reconocían Martínez Fortún y José Andrés:

La vida de los periódicos del interior se hace cada día más difícil por múltiples causas: la poca ayuda e importancia que da el vecindario al periódico local, la carestía del papel y de la mano de obra, la falta de los ideales políticos entre las clases populares que existían antes de la guerra del 95, la poca seriedad de algunas publicaciones y el estupendo desarrollo de la prensa capitalina, que como pulpo estrangulador ahoga a la prensa provinciana ‍[9].

En verdad, el semanario habanero logró convertirse en uno de los periódicos anarquistas más importantes y no solo de la isla: dentro del área caribeña fungió como prensa local en lugares como Panamá o Puerto Rico, donde no existían publicaciones propias, al tiempo que se convirtió en elemento de conexión de los trabajadores de Europa y América ‍[10]. En este caso, su proyección internacional la reconocía ya en 1917 el escritor cubano y líder obrero reformista, Carlos Loveira, para quien ¡Tierra! se convirtió en una «publicación renombradísima en el movimiento obrero revolucionario de todos los idiomas, razas y países» ‍[11]. Y para explicarlo, hablaba precisamente del papel jugado por los hombres que componían su equipo de redacción.

¿Quiénes fueron los editores de ¡Tierra!? Utilizamos aquí el sentido más amplio de la palabra editor ya que los editores de ¡Tierra! eran los responsables de todo aquello que se publicaba en sus páginas, aunque no todos los artículos fueran de su autoría, y por ello hacían una labor de criba y selección que nos habla del papel que jugaron a la hora de difundir unas noticias u otras.

Como ocurría en la mayoría de publicaciones anarquistas, ¡Tierra! fue un periódico hecho para los trabajadores, pero también hecho por trabajadores. Lejos de la figura de periodista al uso, todos los miembros de su equipo editor, al igual que los que fungían de corresponsales y colaboradores fuera de La Habana, eran trabajadores de oficios variados —la mayoría tabaqueros, pero también carpinteros, jornaleros, dependientes de comercio o zapateros, entre muchos otros— que se convertían en editores y periodistas en su tiempo libre. Todos ellos, lejos de buscar lucrarse con la venta del periódico, participaban en él de forma altruista, dedicando la mayor parte de sus horas libres a su confección y distribución. Había quien lo hacía también desde el extranjero:

Aquí todo obrero que desea mejorar su condición de él y los suyos enseñando el camino de este mejoramiento, es redactor de este periódico, así como todo hombre de sentimientos generosos y amante de la verdadera libertad e igualdad de esta humanidad esclavizada y vejada, también tiene en nuestro semanario un puesto de redactor […]. Algunos de nuestros redactores se encuentran en Londres, otros en Francia, otros en México y en demás países de este infortunado planeta

«Notas y comentarios», ¡Tierra!, 13-12-1902.

‍[12]
.

El examen del equipo humano que llenaba las páginas de ¡Tierra! nos lleva a establecer los primeros puntos de conexión del semanario con el exterior desde el mismo momento de su puesta en circulación: España y Estados Unidos, principalmente.

Al contrario de lo que se pudiera pensar, tras la emancipación de Cuba del imperio colonial español en 1898 y hasta la década de 1930, arribó a la isla un importante contingente de emigrantes españoles que en esas décadas llegaron a representar un 10 % del total de la población

Tomando el período en su conjunto, la entrada de peninsulares en la isla se cuenta en torno a 800 000, con un promedio anual de más de 25 000 (

Maluquer de Motes, J. (1992). Nación e inmigración: españoles a Cuba (siglos xix y xx). Gijón: Júcar.

Maluquer de Motes, 1992
): 12.

‍[13]
. Aunque muchos de esos inmigrantes entraron en contacto con la ideología libertaria en la mayor de las Antillas, con ellos llegaron también desde la península (y de otros lugares, como veremos a continuación) algunos militantes para apoyar la expansión del anarquismo y la reorganización de los trabajadores. De ahí que los encontremos en la mayoría de actividades que los ácratas pusieron en marcha, entre ellas el propio semanario habanero. Este tipo de anarquistas es el que la historiadora francesa Constance Bantman denominó «militantes intermediarios» (the militant go-between), que imbuidos del espíritu internacionalista que caracterizaba a los seguidores de esta corriente y aprovechando los vínculos que les unían a los libertarios de otros países, se convirtieron en enlaces entre zonas muy diferentes

Bantman (

Bantman, C. (2009). The militant go-between: Émile Pouget’s transnational propaganda (1880-1914). Labour History Review, 74 (3), 274-287. Disponible en: https://doi.org/10.1179/096156509X12513818419619

2009
): 274-‍287. En este artículo Bantman analiza la figura del anarquista francés Emile Pouget como ejemplo de aquellos militantes que empezaron impulsando la propaganda y difusión del anarquismo estrictamente en el marco nacional, pero que pronto se dieron cuenta de la necesidad de trabajar por la organización internacional de los anarquistas del mundo atlántico, por lo que pasaron a convertirse en militantes intermediarios entre los anarquistas de diferentes zonas.

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.

El primer equipo editor de ¡Tierra! estaba compuesto principalmente por cubanos, aunque encontramos también presencia española. Su primer director fue Feliciano Prieto, de oficio tabaquero, y entre los miembros de su consejo de redacción se encontraban Juan Aller, Arturo Juvanet, Bernabé Ugarte, Oscar Martínez, Andrés Castillo y Manuel Martínez Abello

La composición del equipo de redacción en «Insinuaciones estúpidas!, ¡Tierra!, 27-9-1902.

‍[15]
. La mayoría de ellos eran también tabaqueros y algunos procedían de la Sociedad de Torcedores. Para el caso que nos ocupa, destacan Feliciano Prieto y Manuel Martínez Abello. Ambos tenían una amplia trayectoria vinculada a la prensa anarquista pues habían formado parte del equipo de redacción de El Despertar de Nueva York (Martínez Abello fue su administrador durante un tiempo), el primer periódico anarquista en habla hispana publicado en esa ciudad entre 1891 y 1902, y habían estado en contacto con las comunidades de anarquistas cubanos, españoles e italianos formadas en Estados Unidos en las décadas finales del siglo xix. Esta experiencia pensamos que pudo influir en la decisión de constituir el semanario habanero.

En la fundación de ¡Tierra! participaron igualmente los catalanes Pedro Soteras y Rafael Cusidó i Baró, dos militantes de amplia trayectoria, en este caso en España. Los dos habían llegado a Cuba huyendo de la represión contra los trabajadores de Barcelona de finales del siglo xix, especialmente tras los sucesos de la calle Cambios Nuevos en el año 1896. Soteras fue arrestado y encarcelado tras participar en una reunión nocturna celebrada en el barrio de Sans el 4 de septiembre de 1898 ‍[16]. Cusidó, por su parte, ingresó en prisión en el año 1896 por participar en las reuniones que los anarquistas de la ciudad condal celebraban en el café La Esperanza, del barrio de Gracia, acusado de haber estado recolectando fondos para fabricar explosivos ‍[17]. Ambos habían llegado a la isla a finales del siglo xix gracias a la amnistía dada por el Gobierno a los líderes obreros encarcelados tras el conocido como «Proceso de Montjuïc». La intensa presión internacional llevó a las autoridades españolas a la revisión del proceso por lo que muchos anarquistas que aún estaban en prisión vieron conmutada su pena si abandonaban el país. Los que escogieron la mayor de las Antillas para exiliarse tuvieron el apoyo de los compañeros de la isla que abrieron una suscripción en las páginas del periódico libertario Nuevo Ideal para cubrir los gastos de los pasajes

«Solidaridad para las víctimas de la Inquisición española», Nuevo Ideal, 23-5-1900. Detalles sobre el Proceso de Montjuïc y su repercusión internacional, en Abelló (

Abelló, T. (1992). El proceso de Montjuïc: la condena internacional al Régimen de la Restauración. Historia Social, 14, 47-60.

1992
): 47-‍60.

‍[18]
. Junto a Soteras y Cusidó i Baró, se asentaron en Cuba Antonio Costas, Juan Casanova i Villa del Prat y Lorenzo Serra, entre otros.

También desde sus comienzos ¡Tierra! contó con la colaboración de otros anarquistas españoles conocidos entre la comunidad libertaria, como José Guardiola y Domingo Mir Durich, que aunque no formaron parte del equipo editor propiamente dicho, jugaron un importante papel como distribuidores en la capital cubana. Mir Durich era un leridano que había sido procesado en España por haber sido vinculado con el atentado de Paulino Pallás en Barcelona en el año 1893, aunque por entonces se encontraba cumpliendo condena por haber participado en un mitin de estudiantes. A pesar de ello, fue condenado a cadena perpetua en el penal de Ceuta donde se relacionó con los presos cubanos también recluidos en el presidio africano. Pasado un tiempo fue enviado a Montjuïc. Como Cusidó y Soteras, Mir Durich se acogió al indulto del Gobierno español y gracias a la colecta organizada por El Nuevo Ideal pudo embarcar hacia Cuba

«Relación de anarquistas más peligrosos que residen en Cuba y a los que la policía considera acreedores a un castigo ejemplar» de 27 de agosto de 1912; e «Informe confidencial de la Policía Secreta de La Habana sobre las personas que componen la redacción del semanario anarquista ¡Tierra!». AMAE, Fondo Política Interior, Serie Orden Público, leg. H 2753, 1911-‍1919. «Despacho núm. 23 de la Legación de España en La Habana de 26 de enero de 1913». AMAE, Fondo Política Interior, Serie Orden Público, Expedientes P=M=O, Leg. H 2757, siglo xx.

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.

En estos primeros años sobresale igualmente la estrecha colaboración en ¡Tierra! de otros dos anarquistas españoles, Adrián del Valle (catalán) y Luis Barcia (del norte de la península), quienes habían llegado a Cuba en 1899, en este caso procedentes de Estados Unidos. Su labor resultó fundamental para el sostenimiento del periódico, pero también para reforzar los lazos externos, en especial con el país norteamericano. Se trata de dos militantes que eran muy conocidos entre la comunidad libertaria desde que se asentaron allí a comienzos de la década de 1890. Barcia, que estuvo muy vinculado a los obreros tabaqueros neoyorquinos, había dirigido y editado, junto con los cubanos Manuel Martínez Abello y Feliciano Prieto, El Despertar, y había estado en contacto directo con José Martí apoyando la independencia de la isla durante la última contienda. Adrián del Valle, también conocido por su seudónimo Palmiro de Lidia, tenía un pasado anarquista en Barcelona como miembro del grupo Benevento (al que también pertenecía el anarquista catalán Pedro Esteve

Desde finales del siglo xix Pedro Esteve jugaría un papel fundamental entre los anarquistas de Estados Unidos y sería una figura central para las conexiones con el anarquismo cubano. La trayectoria de este anarquista de Barcelona es otro claro ejemplo de «militante intermediario». Véase Casanova (

Casanova, J. (1992). Pere Esteve (1865-1925): un anarquista català a cavall de dos mons i de dues generacions. L´Avenç, 162, 18-22.

1992
) y Sueiro (

Sueiro Seoane, S. (2013). Un anarquista en penumbra. Pedro Esteve y la velada red del anarquismo transnacional. Alcores. Revista de Historia Contemporánea, 15, 43-66.

2013
) y, por supuesto, el artículo de esta misma autora incluido en este monográfico.

‍[20]
) y al verse vinculado con los actos protagonizados por los anarquistas de la ciudad condal, había tenido que emigrar en 1892 a Estados Unidos, donde entró rápidamente en contacto con Luis Barcia.

Estos anarquistas, Barcia, Del Valle y Esteve, junto al cubano José Cayetano Campos (que había sido a su vez un activo colaborador del periódico barcelonés El Productor por lo que había mantenido una relación estrecha con los dos últimos), pronto se distinguieron como promotores y colaboradores de El Despertar y de otro de los periódicos anarquistas publicados en New York, Cultura Obrera, así como de El Esclavo. Periódico Obrero Semanal, que salía a la calle en Tampa desde mediados del año 1894. Todos ellos, como muchos otros anarquistas, hicieron de la prensa su principal medio de lucha.

Por ello pensamos que la experiencia previa de Del Valle debió influir también en su decisión de crear, nada más establecerse en Cuba en 1899, el primer periódico anarquista fundado después de la independencia: El Nuevo Ideal. Bajo su dirección y con la estrecha participación de Luis Barcia, el semanario estuvo saliendo a la calle algo más de año y medio hasta que decidieron convertirlo en Nuevo Ideal. Revista de Sociología, Artes y Letras, que sobrevivió hasta 1902. Se trata de dos publicaciones que jugaron un papel fundamental en la reorganización del movimiento obrero cubano durante los años de la primera intervención norteamericana (1899-‍1902) y que dejaron sentadas las bases de las relaciones transfronterizas que se irían ampliando a partir de entonces. Entre sus colaboradores sobresalen nombres tan internacionales como Anselmo Lorenzo y Federico Urales, que enviaban textos desde España, Fernando Tárrida del Mármol desde Londres o José Cayetano Campos desde New York. Además, Del Valle puso especial énfasis en conectar a los trabajadores cubanos con sus compañeros del exterior a través de actividades diversas. Entre ellas sobresale la visita de Enrico Malatesta en el año 1900. El anarquista italiano llegó a Cuba, procedente de Patterson, Nueva Jersey, a finales del mes de febrero para impartir varias conferencias en el Centro General de Obreros de La Habana y en el pueblo de Regla, a las que asistió numeroso público por lo que las autoridades decidieron llamar su atención advirtiéndole de que le estaban vigilando y que en sus discursos no podía mencionar la palabra anarquía. Además de las charlas, Malastesta incluyó algunos artículos en El Nuevo Ideal. A pesar de las gestiones que del Valle hizo con el gobernador civil, el general Emilio Núñez, la prohibición no fue levantada y el italiano regresó a Estados Unidos a finales del mes de marzo

Las conferencias y artículos de Malatesta aparecieron publicados en «Conferencias Malatesta», «Malatesta a los trabajadores cubanos» y «Segunda conferencia Malatesta. Civilización y libertad», Nuevo Ideal de los días 9, 22 y 29, de marzo y 6 de abril, respectivamente.

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.

De ese modo, las redes anarquistas se habían ido conformando desde la época colonial alrededor de estos militantes pioneros quienes, tras la independencia, sirvieron (junto a otros anarquistas, claro está) como una especie de núcleo a partir del cual reforzar las conexiones con los compañeros en Estados Unidos y España principalmente. Durante los primeros años de vida de ¡Tierra! esas conexiones continuaron reforzándose a través del intercambio constante de noticias y del envío de crónicas a La Habana, lo que convertía a los colaboradores del exterior en una suerte de «corresponsales» y, por supuesto, a través de la participación directa de otros militantes que llegaban a la isla

He tratado el tema de las conexiones del anarquismo cubano con España, en este caso a través de las actividades prácticas puestas en marcha por los anarquistas, en Sánchez Cobos (

Sánchez Cobos, A. (2013a). Estrechando lazos. Cuba y España en las redes anarquistas internacionales (1900-1925). Alcores. Revista de Historia Contemporánea, 15, 89-110.

2013a
): 89-‍110.

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.

Uno de ellos fue el gaditano Abelardo Saavedra, que en el año 1906 había sido reclamado por los propios componentes del semanario para participar en la primera «excursión de propaganda» que estaban preparando con el objetivo de organizar grupos ácratas en todo el país a partir de los cuales extender la ideología libertaria ‍[23]. Saavedra también era bastante conocido en los círculos anarquistas. En España había formado parte del grupo 4 de Mayo de Madrid y era un destacado líder con una amplia experiencia en ese tipo de excursiones por toda la península. Llegó a La Habana en abril de 1907 y, aunque empezó la excursión con sus compañeros, Manuel Martínez Abello y Juan Aller, al tercer día fue retenido por las autoridades militares acusado de haber infringido la orden militar núm. 155 de 1902 sobre inmigración (desde 1906 William H. Taft asumió el cargo de gobernador provisional de Cuba en lo que se conoce como el segundo gobierno de intervención norteamericano que duró hasta 1909). Finalmente, logró evitar la expulsión que acompañaba a la orden de arresto y se asentó con su familia en Cruces, donde se convirtió en el principal difusor del anarquismo en la zona y en suscriptor y colaborador de ¡Tierra! hasta que el Gobierno republicano decretó su expulsión definitiva de la isla en 1915

Zapata (

Zapata, F. (1951). Esquema y notas para una historia de la organización obrera en Cuba. Justicia Social Cristiana, 1-4 (1), 64-65.

1951
): 64-‍65; Loveira (

Loveira, C. (1917). De los 26 a los 35. Lecciones de la experiencia en la lucha obrera (1908-1917). Washington D. C.: The Law Reporter Printing Company.

1917
): 46-‍48; «Violation of immigration law by two Spaniards», carta enviada por el inspector general de Prisiones Penitenciarias e Instituciones de Caridad, General García Vélez, al gobernador provisional de Cuba, 2 de mayo de 1907. National Archives and Record Administration (en adelante NARA), Record Group, 199, Doc. 118; «Telegrama enviado el 22 de enero de 1915 por el Ministro de España en La Habana al Ministerio de la Gobernación». AMAE, Fondo Política Interior, Serie Orden Público, leg. H 2753, 1911-‍1919; e «Informe de 16 de agosto de 1913 del cónsul español en La Habana». AMAE, Política Interior, Serie Orden Público, Expedientes P=S=Z, Leg. H 2759, siglo xx.

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.

También llegó a Cuba por esos años el anarquista granadino Francisco González Sola gracias a una suscripción iniciada en 1905 en las páginas de ¡Tierra! por Manuel Martínez Abello para pagar los gastos de su viaje. Desde entonces se vinculó estrechamente a los miembros del equipo editor del semanario y participó activamente en la creación de escuelas racionalistas en la capital cubana hasta que fue expulsado de la isla en septiembre del año 1911

Sola estaba siendo perseguido en España por sus reivindicaciones antimilitaristas y llegó a Cuba de forma clandestina tras ser aprobada en la península la ley de jurisdicciones. «Relación de anarquistas conocidos en Cuba», AMAE, Fondo Política Interior Cuba, Serie Orden Público, Leg. H 2753, 1911-‍1919. «Lista de los anarquistas expulsados de esta isla el 25 de septiembre de 1911», AMAE, Fondo Política Exterior, Serie Cuba, Leg. H 2351, 1904-‍1913.

‍[25]
. Según una noticia breve que envió desde la península a ¡Tierra!, Sola y su compañera Aurora Rodríguez se habrían instalado en Sevilla a partir de entonces

«¡Albricias!», ¡Tierra!, 18-7-1913.

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Todos estos militantes son una pequeña muestra de aquellos anarquistas que, imbuidos del espíritu internacionalista que los caracterizaba, se comprometieron con la expansión del ideal libertario allí donde hiciera falta, en este caso concreto en Cuba ayudando a la impresión del periódico más importante de las primeras décadas del siglo xx. Sus actividades no estuvieron exentas de problemas. Como hemos visto, eran perseguidos por las autoridades y sus acciones constantemente vigiladas, y algunas veces también, precisamente por el carácter del anarquismo que primaba la libertad de sus militantes, protagonizaron enfrentamientos y disputas con sus propios compañeros. Esto parece estar detrás del relevo que en 1908 se produjo en el equipo de redacción de ¡Tierra! Desde finales de ese año el grupo 24 de Noviembre pasó a hacerse cargo de su edición. Según los propios editores, fueron problemas personales surgidos entre los antiguos miembros los que motivaron el cambio

«A los compañeros», ¡Tierra!, Suplemento al núm. 277, 20-‍8-1908.

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A partir de entonces su director sería el carpintero canario —aunque naturalizado cubano— Sebastián Aguiar Mateo

Los inmigrantes que lograban ser naturalizados (nacionalizados) como cubanos accedían a la ciudadanía de manera que no podían ser expulsados de la isla como otros extranjeros. Sebastián Aguiar Mateo fue expulsado de Cuba en el mes de septiembre de 1911 por ser considerado «extranjero pernicioso», pero regresó a los pocos meses al demostrar su condición de ciudadano cubano naturalizado. Sánchez Cobos (

Sánchez Cobos, A. (2007). Extranjeros perniciosos. El orden público y la expulsión de trbajdores de Cuba (1899-1930). Historia Social, 59, 171-188.

2007
).

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, y su administrador un leridano, entonces empleado del Departamento de Obras Públicas, el mencionado Domingo Mir Durich, y entre sus redactores figuraban un jornalero mallorquín, Juan Tur i Tur; un tabaquero de Asturias, Juan Tenorio Fernández; un químico de La Coruña, Paulino Ferreiro del Monte; así como el zapatero Juan Búa Palacios y el dependiente de comercio Gregorio Hernández, también peninsulares. Entre el resto de sus miembros aparecen los cubanos Miguel Lozano Ariza, tabaquero de La Habana; Joaquín Lucena, albañil; Marcelo Salinas, tabaquero de Batabanó, y el maestro colombiano Juan Francisco Moncaleano

«Informe confidencial de la Policía Secreta de La Habana sobre las personas que componen la redacción del semanario anarquista ¡Tierra!». AMAE, Fondo Política Interior, Serie Orden Público, leg. H 2753, 1911-‍1919.

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.

Además de la amplia presencia española, en esta etapa del semanario sobresalen las figuras de Marcelo Salinas y Juan Francisco Moncaleano. La trayectoria vital de Salinas es otro ejemplo de anarquista intermediario y sus exilios conectan también con Estados Unidos y España. Militante desde muy joven, en 1912 tuvo que emigrar a Tampa (Florida) donde trabajó en una fábrica de tabaco y fungió como lector. Poco después residió en Cayo Hueso, donde se vinculó a la Industrial Workers of the World (IWW)

La Industrial Workers of the World (IWW), también conocida como Wooblies, es una organización laboral fundada en Chicago en el año 1905 por representantes de 43 grupos obreros de tendencias sindicalistas revolucionarias. Desde su fundación se opusieron a la American Federation of Labour y a su aceptación del capitalismo y su rechazo a incluir a trabajadores no cualificados en las organizaciones obreras. Encyclopaedia Britannica, en: https://www.britannica.com/topic/Industrial-Workers-of-the-World.

‍[30]
, y estuvo relacionado con Manuel Pardiñas, el anarquista que en 1912 atentó contra el presidente del Consejo de Ministros español, José Canalejas. Tras ser deportado ese año a Cuba por ser considerado autor de posibles atentados, volvió de forma clandestina a Estados Unidos hasta que fue de nuevo expulsado y deportado a España en 1915

Desde entonces se asentó en Barcelona, donde participó activamente en la organización de conferencias, mítines y reuniones, estableciendo contacto con Salvador Seguí, José Canela y el argentino Antonio Noriega. Siempre estuvo en el punto de mira de las autoridades y cumplió condena en varias ocasiones en la cárcel Modelo de la ciudad condal. Participó en una gira propagandística por Andalucía en la que fue detenido y, tras pasar dos meses en la prisión de Cádiz, fue expulsado de la península el 1 de agosto de 1919 con destino a Cuba. De nuevo en la isla siguió participando activamente en las huelgas generales de ese año y a raíz de la explosión de varias bombas fue detenido, juzgado y condenado a muerte junto con otros destacados militantes anarquistas de entonces, entre ellos Antonio Penichet, Alfredo López, Alejandro Barreiro y Pablo Guerra, aunque fue finalmente liberado en 1921 junto con Antonio Pechinet. Esbozo de vida de este anarquista cubano, en «Marcelo Salinas periodista y anarquista cubano», en: http://bit.ly/2OUDIRv.

‍[31]
. Como veremos más adelante, en esos años en que residió en Florida, Salinas fue uno de los principales suscriptores y colaboradores de ¡Tierra!

Menos conocida es la historia del profesor racionalista colombiano Juan Francisco Moncaleano, cuya vida de proselitismo anarquista estuvo vinculada en particular a la propagación de esa corriente pedagógica. Había llegado a La Habana en el año 1911 tras ser expulsado de su país por sus ataques a las autoridades. Desde el principio se vinculó al equipo editor del semanario habanero y, junto con su compañera Blanca de Moncaleano, ayudó a la formación de escuelas racionalistas en la capital cubana hasta que a principios del año 1913 abandonó la isla con destino a Yucatán, pues tenía el objetivo de fundar escuelas de ese tipo en México. Allí impulsó ese mismo año la fundación de la Casa del Obrero Mundial. En verdad estuvo poco tiempo en el país y, después de un breve exilio en A Coruña, viajó a Los Ángeles donde entró en contacto con los miembros del Partido Liberal Mexicano (PLM) allí exiliados y en especial con el equipo editor de Regeneración, el semanario ácrata que los Flores Magón empezaron publicando primero en México y después en California

Aún son muchos los interrogantes sobre este supuesto anarquista colombiano. «A Gobernación y a los agentes diplomáticos y consulares en cuya residencia pueden averiguar la certeza de los informes y ampliar éstos. La Habana, 16 de diciembre de 1912», AMAE, Fondo Política Interior Cuba, Serie Orden Público, Subserie Anarquismo, Expedientes P=M=O. Leg. H 2757, siglo xx.

‍[32]
. Con Moncaleano (como pasó con Salinas en el caso de los trabajadores de la zona de Florida) se reforzaron las conexiones y suscripciones de ¡Tierra! con los anarquistas de origen mexicano.

Durante la segunda época del semanario cubano destacaron otros colaboradores-redactores, algunos de los cuales residían en la isla, como el vallisoletano Demetrio Ayllón y el asturiano Pedro Irazoqui (principal difusor de la corriente anarcosindicalista), y otros en el exterior. Uno de los más asiduos fue el burgalés Vicente García, que envió sus crónicas primero desde Francia y después desde Inglaterra.

Gracias al empeño de los militantes relacionados con ¡Tierra! se ampliaron las conexiones internacionales de los anarquistas cubanos y no solo con lugares relativamente cercanos a la isla o ya en contacto desde los primeros años del periódico, como Estados Unidos o España. A lo largo de los años las redes se fueron ampliando a otras zonas del Caribe como Panamá y Puerto Rico, y de América Central, México y Costa Rica principalmente, y también a distintos lugares de Europa y de América del Sur, como veremos ejemplificado a continuación a través del análisis del número de ediciones y suscripciones.

III. ¡TIERRA! Y LA FORMACIÓN DE REDES ANARQUISTAS TRANSNACIONALES: EDICIONES[Subir]

En este caso, con edición nos referimos a la tirada o cantidad de ejemplares distribuidos y vendidos tanto en Cuba como fuera de sus fronteras. De todos modos, las redes que se tejieron a través de la venta del semanario no se pueden entender sin tener en cuenta el papel que jugaron los propios militantes, de modo que en este apartado nos referiremos asimismo a los colaboradores que las hicieron posible.

Los periódicos y publicaciones anarquistas no incluían publicidad, no tenían fuentes oficiales de financiación, solo se nutrían de las suscripciones y ventas. Por tanto, organizar una buena red de distribución era fundamental para asegurar su subsistencia. En el caso de ¡Tierra!, su red de suscripciones nos da una buena idea de la proyección internacional que alcanzó el semanario habanero y de la labor de los militantes que lo impulsaron. En la mayoría de los casos encontramos una relación estrecha entre las entradas de dinero, tanto por ventas directas como por suscripciones, y el envío de crónicas y noticias que llegaban desde distintos lugares de dentro y fuera de las fronteras cubanas ‍[33].

¡Tierra! empezó vendiéndose en tres librerías de La Habana: La Única, La Bohemia y la Pluma de Oro, pero desde el principio los esfuerzos del equipo editor estuvieron puestos en la proyección hacia las regiones del interior. Gracias, en parte, al trabajo realizado por Domingo Mir Durich y José Guardiola, tan solo dos años después contaba con suscriptores en todas las provincias. En Pinar del Río se vendía en la propia ciudad, además de en Candelaria, Babineyes y Paso Real de Guane. En La Habana había suscriptores en San Antonio de los Baños, Regla, Güira de Melena, Batabanó, Artemisa, Guanabacoa, Alquízar y Vereda Nueva. A Matanzas llegaba también, así como a otras localidades de la provincia como Rodas, Cárdenas y Colón. En Santa Clara eran numerosos los suscriptores ya en 1904, tanto en la ciudad como en otras poblaciones, entre ellas La Quinta, Santo Domingo, Cruces, Amarillas, Santa Isabel de las Lajas, Camajuaní, Cienfuegos, Manacas, Sancti Spíritus, Placetas y Esperanza. También se enviaban ejemplares a Puerto Príncipe, Veracruz, Nuevitas, Ciego de Ávila y Camagüey, en esa provincia oriental. Y finalmente, en la provincia de Santiago de Cuba se recibía ¡Tierra!, entre otras localidades en la propia Santiago de Cuba, Holguín y Villa del Cobre.

Probablemente, el mayor número de ventas se haría por suscripción si se tiene en cuenta que el número suelto costaba tres centavos y el paquete de cincuenta ejemplares, cincuenta centavos.

Las suscripciones explican la proyección de este periódico fuera de la capital, pero también más allá de sus fronteras. En 1904 la tirada ascendió a 2000 ejemplares y el semanario se mandaba a lugares tan alejados como España, donde se distribuía principalmente en Barcelona, Jerez de la Frontera y La Línea, es decir, en Cataluña y Andalucía, dos de los mayores focos de presencia anarquista de la península. También se enviaba a Londres y a Dowlais, localidad galesa donde residía el burgalés Vicente García, asiduo «corresponsal» del semanario desde su creación. En México se recibía en Nogales y sobre todo en Mérida, Yucatán, que se convirtió en el principal núcleo receptor en ese país. Pero la mayor parte de los suscriptores de fuera de la isla residían, en el año 1904, en localidades de Estados Unidos, entre ellas Tampa, Saint Augustine y Key West, en Florida, Brooklyn y New York en el estado de New York, Patterson (New Jersey), Washington, Vermont, Saint Louis (Missouri), Milwaukee, Chicago y San Francisco. Lo que explica, como demuestra el historiador norteamericano Kirwin Shaffer, que buena parte de la financiación de ¡Tierra!, que en sus primeros años llegó desde el exterior, procedía de Estados Unidos y, sobre todo, de las localidades del sur ‍[34].

Una mirada general a las suscripciones y distribución del semanario (gráfico 1) nos devuelve la imagen de una red bastante dinámica, establecida alrededor de la redacción en La Habana, que relacionaba a distintos países a ambos lados del Atlántico favorecida también, sin duda, por la movilidad tan característica de los militantes anarquistas que hemos comentado.

Pero si establecemos una división similar a la marcada para el equipo editor de ¡Tierra!, es decir, según los militantes que se ocuparon de su redacción en distintos momentos, podemos ver con más detalle cómo se fueron formando y consolidando esas redes en cada etapa.

Como puede verse en el gráfico 2, entre 1902 y 1908 las relaciones con el entorno inmediato —Estados Unidos y México principalmente— aparecen más marcadas si las comparamos con el resto de remesas llegadas del exterior, aunque ya desde finales del año 1907 las entradas de Puerto Rico empezaron a aumentar, al tiempo que descendían las de México.

Gráfico 2.

Financiación desde el exterior (1902-‍1908)

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Fuente: elaboración propia a partir de los años y números disponibles de ¡Tierra! La entrada Otros incluye los países: Reino Unido, Canadá y España.

La financiación que llegó del exterior no se puede entender sin los militantes que hicieron de «corresponsales» de ¡Tierra! Así, por ejemplo, que México aparezca como uno de los primeros puntos de conexión está relacionado con la salida de Cuba del español Francisco Ros Planas, quien había participado activamente en la huelga de aprendices de noviembre del año 1902, por lo que había sido arrestado y tuvo que cumplir seis meses de condena

Durante el mes de noviembre del año 1902 los trabajadores de la industria del tabaco se declararon en huelga para pedir una mejora en los salarios y por la admisión de aprendices cubanos en las labores de escogido y rezagado, pues eran trabajos desempeñados tradicionalmente por españoles, de ahí que acabara siendo conocida como la huelga de los aprendices. Pronto el paro se generalizó a otros sectores productivos y se convirtió en una huelga general en la que los anarquistas tuvieron un papel destacado, lo que llevó a varios de sus líderes a la cárcel. Sobre esta huelga, véase, Rivero Muñiz (

Rivero Muñiz, J. (1961). La primera huelga general en Cuba republicana. Islas, 3 (3), 281-330.

1961
): 281-‍330.

‍[36]
. Salió de la cárcel en junio de 1903 y decidió emigrar a México para instalarse en la ciudad de Mérida, en la península de Yucatán. Es probable que su decisión de viajar a ese lugar tuviera que ver con que allí había residido el anarquista español Francisco Rusiñol, primer contacto de ¡Tierra! en México, que murió en el mes de julio de ese mismo año tras contraer la fiebre amarilla. En el número del día 18 se lamentaban por su pérdida y llamaban a la sustitución en la «corresponsalía» por algún otro compañero

«Francisco Rusiñol», ¡Tierra! 18-7-1903.

‍[37]
. Lo que es seguro es que desde Mérida, Ros Planas y el también anarquista español Antonio J. Duch se convirtieron en los principales suscriptores y distribuidores del semanario habanero y que su labor ayudó a ampliar las suscripciones al resto del país, que desde 1905 se ampliaron a la ciudad de México, Guanajuato y Veracruz, entre otros lugares, al tiempo que empezaron las conexiones con los miembros de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano (PLM). Aunque los hermanos Flores Magón y sus compañeros del PLM tuvieron que exiliarse en Saint Louis (Missouri) en ese año, los contactos desde La Habana se mantuvieron y se reforzaron especialmente a partir de la organización del PLM en 1906 ‍[38].

Como consecuencia también de la huelga de aprendices de 1902, otro de los encausados y encarcelados, el cubano Feliciano Prieto, se vio obligado a emigrar a Tampa, Florida, desde donde siguió colaborando y haciendo de corresponsal para ¡Tierra! al tiempo que ayudó a ampliar el radio de suscriptores en Estados Unidos. Así, desde 1903 se empezó a recibir dinero en La Habana procedente de otras localidades de Florida además de Tampa, como Saint Augustine y Key West, y también de zonas que tradicionalmente habían estado en contacto con Cuba a través de los obreros españoles y cubanos emigrados a finales del siglo xix, como Brooklyn, New York y Patterson. Asimismo, se hicieron frecuentes envíos y suscripciones desde lugares más alejados de estos centros pioneros, como Washington, Chicago, San Francisco, Milwakee, Vermont y Saint Louis, donde existían importantes comunidades de trabajadores estadounidenses, alemanes, rusos, irlandeses y españoles, que tenían una amplia tradición laboral y reivindicativa a través de sus vínculos con corrientes radicales como el marxismo, el anarquismo y con los grupos que en 1905 formaron la Industrial Workers of the World; además, sus organizaciones estaban conectadas con el resto de comunidades anarquistas de Estados Unidos. Todo ello explica la buena recepción del semanario habanero en estos lugares

Estas comunidades de trabajadores norteamericanos, en Feurer (

Feurer, R. (2006). Radical Unionism in the Midwest, 1900-1950. Chicago: University of Illinois Press.

2006
): 1-‍22.

‍[39]
.

Es importante señalar que en Vermont se había asentado el anarquista catalán Florencio Basora, quien fue el contacto directo con La Habana y principal suscriptor de ¡Tierra! en el año 1903 desde esa ciudad. Al parecer había estado en el mes de mayo en la capital cubana y desde allí habría viajado a Estados Unidos

En el número de ¡Tierra! de 23 de mayo de 1903 aparece una suscripción hecha en La Habana por Basora, y en el de 4 de julio de ese mismo año manda ya dinero desde Vermont. A partir de enero del año siguiente sus remesas llegaban de Saint Louis hasta finales de 1906, que empezó a enviarlas desde San Francisco.

‍[40]
. Este anarquista catalán, al igual que Pedro Soteras, había participado activamente en las reuniones que en los años finales del siglo xix celebraban por las noches los trabajadores del barrio de Sans y cumplió cuatro meses de prisión acusado de conato de insurrección. El ambiente represivo de la ciudad condal hizo que emigrara a Estados Unidos y allí se vinculó a los grupos de trabajadores que luchaban por mejorar sus condiciones. En 1904 se trasladó a Saint Louis (Missouri) desde donde siguió enviando remesas al semanario habanero y en 1905 entró a formar parte de la Industrial Workers of the World. También en ese año Basora se convirtió en el principal enlace con los mexicanos del PLM exiliados igualmente en esa ciudad, lo que parece que esté relacionado con su decisión de trasladarse, a finales de 1906, a San Francisco, California, desde donde siguió colaborando con ¡Tierra! ‍[41]

Desde Washington, Luis Prats enviaba dinero a ¡Tierra! derivado de las suscripciones, hasta que en el verano de 1904 se trasladó a Saint Louis y colaboró estrechamente con Basora en la representación del semanario. Poco tiempo después, en el mes de agosto, pasó a Chicago para participar también en la Industrial Workers of the World y desde allí siguió colaborando con la redacción en La Habana. Prats ilustra igualmente la idea, que ya hemos visto antes, de los constantes movimientos de estos hombres que, en unos casos se veían obligados a emigrar por verse perseguidos por sus ideas y actos, pero que en otros, como fue su caso, lo hacían impulsados por los acontecimientos que en esos momentos movían a la comunidad libertaria internacional.

Desde el año 1905 empezaron a llegar a la redacción en La Habana peticiones desde Puerto Rico, donde los anarquistas empezaban a reorganizarse después del paréntesis que había supuesto la independencia del imperio colonial español. En este caso (como también ocurriría en otros lugares como Panamá), el hecho de que las publicaciones que se pusieron en marcha no lograran cuajar, hizo que ¡Tierra! se convirtiera en su principal tribuna de expresión y que las suscripciones se repartieran por toda la isla. Uno de sus primeros «corresponsales» fue José G. Osorio, que pidió los primeros ejemplares desde Caguas en 1905 ‍[42].

A partir de 1908 se reforzaron los lazos con España, lo cual se ve reflejado tanto en la entrada de dinero procedente de la península y relacionada con el aumento de las suscripciones, como en el intercambio del semanario habanero con otros periódicos anarquistas españoles. Es verdad que durante los primeros años de ¡Tierra! también llegó dinero desde España, pero lo hacía en cantidades pequeñas, por lo que en el gráfico 2 está incluida en la categoría Otros; en el gráfico 3 ese monto es mucho mayor como para figurar con una entrada propia.

En cualquier caso, el refuerzo de los lazos con la antigua metrópoli no significó que se rompieran las conexiones establecidas con anterioridad; antes bien, desde ese mismo año se puede observar su refuerzo, especialmente con otras zonas del entorno caribeño, Puerto Rico y Panamá principalmente, al tiempo que se ampliaban considerablemente las relaciones con las comunidades de Estados Unidos , especialmente entre los años 1912 y 1914 (gráfico 3).

Gráfico 3.

Financiación desde el exterior (1908-‍1915)

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Fuente: elaboración propia a partir de los años y números disponibles de ¡Tierra! La entrada Otros incluye los países: Reino Unido, Canadá, Perú, Brasil, Uruguay, Argentina y Costa Rica.

Como puede verse en la tabla 1, encontramos más localidades suscritas en aquellos estados donde ya había suscriptores con anterioridad, lo que es una muestra del trabajo de expansión que llevaban a cabo los suscriptores en el país norteamericano; pero también aparecen nuevas suscripciones en muchos otros lugares donde antes no se recibía el semanario, lo que puede ser un indicativo de que, para los colaboradores de ¡Tierra!, el objetivo seguía siendo facilitar la extensión del semanario habanero y trascender fronteras tanto espaciales como nacionales.

Tabla 1.

Conexiones de ¡Tierra! en Estados Unidos (1912-‍1914)

1912 1913 1914
Ibor City, Tampa (por conducto de Marcelo Salinas) y Key West, en Florida. San Francisco, Los Ángeles, Calexico, Corona, El Centro y Oakland, en California. El Paso, Kyle (por Antonio N. Partida), Brownsville, Mc Queency y Cameron en Texas. Morenci, Jerome y Kelvin, de Arizona. Kansas. New York. Filadelfia (del Grupo Hagamos Luz). Vermont. Seattle. Key West, Marathon, Miami y Tampa, en Florida. Los Ángeles (de Pilar A. Robledo), Lakeside, y San Francisco en California. Vermont. Hartford, Connecticut. New York city (del Grupo Lucifer) y Brooklyn, en New York.El Paso, Texas (por conducto de Regeneración). Kelvin, Morenci, Sonora y Superior, en Arizona. Waxaha Chic, Dep Water, Brownsville, Guda, Weir, Mc Dade, (por conducto de Regeneración) y Basebub, en Texas. Detroit. New Orleans (del Grupo Vía Libre, Secretario José Filgueira). Filadelfia (A. Balbona por el Grupo Fructidor y del Grupo Hagamos Luz). Westfield, Massachusetts (Grupo Esclavos del Trabajo). Boston (Grupo Alerta). Tampa (por conducto de El Obrero Industrial). New Orleans (del Grupo Vía Libre, Secretario José Filgueira). Steubenville, Ohio (de Alberto Corral). Filadelfia (desde el Centro de Estudios Sociales Ciencia y Progreso, John M. Recio). Hayden, (Grupo Niños Sembrando Amor, Benito Álvarez) y Ray en Arizona. Kyle, Texas. North Jay, Maine (por conducto de David Gastelu). Ogilby en California.

Fuente: elaboración propia a partir de los años y números disponibles de ¡Tierra!

También destaca en esta época (con respecto a la anterior) el considerable aumento de las remesas enviadas desde Panamá, que supusieron un 3 % del dinero recaudado en el exterior. Los inmigrantes que llegaron a trabajar en las obras del Canal, que en su mayoría eran españoles, fueron sus principales lectores. Como ocurría en Puerto Rico, a falta de prensa anarquista propia ¡Tierra! se convirtió en el principal representante de sus intereses, al tiempo que la difusión de las noticias que llegaban del istmo internacionalizaba los episodios vividos por los trabajadores de la zona, de ahí que fueran aumentando las suscripciones a medida que crecía la comunidad de trabajadores. La mayoría de las noticias tenían que ver con la discriminación que sufrían muchos trabajadores como consecuencia de la política de diferencia de salarios impuesta por la comisión norteamericana (Isthmian Canal Commission) encargada de dirigir los trabajos de construcción del Canal, ya que eran clasificados y pagados según sus orígenes

Sobre la participación de españoles en la construcción del Canal de Panamá, Formoso y Pena-Rodríguez (

Formoso, D. y Pena-Rodríguez, A. (2018). Los obreros españoles en la construcción del canal de Panamá: su imagen en la prensa española (1906-1909). Historia Crítica, 67, 23-44. Disponible en: https://doi.org/10.7440/histcrit67.2018.02

2018
). La discriminación en el pago de los salarios según «clase y raza», en Greene (

Greene, J. (2004). Spaniards on the Silver Roll: Labor troubles and liminality in the Panama Canal Zone, 1904-1914. International Labor and Working-Class History, 66, 79-98. Disponible en: https://doi.org/10.1017/S0147547904000183

2004
). La discriminación por cuestiones de raza y color de piel no fue para nada única en Panamá. De hecho, en Cuba y Estados Unidos fue un tema recurrente que los anarquistas denunciaban en sus publicaciones periódicas. Para el caso cubano, puede verse, Sánchez Cobos (

Sánchez Cobos, A. (2013b). Clase versus raza en Cuba. La cuestión racial y el alzamiento del Partido Independiente de Color bajo la perspectiva anarquista (1902-1913). En M. A. Font y C. Riobó (eds.). Handbook of contemporary Cuba. Economy, politics, civil society, and globalization (pp. 243-257). Boulder; London: Paradigm Publishers.

2013b
) y para Estados Unidos, Shaffer (

Shaffer, K. (2011). Contesting internationalist: transnational anarchism, anti-imperialism, and US expansion in the Caribbean, 1890s-1920s. Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe, 22 (2), 11-38.

2011
).

‍[43]
. En este caso, más que militantes concretos comprando ¡Tierra!, los suscriptores fueron los grupos que formaban: Los Sin Nombre, de Gorgona; Los Nada, de Pedro Miguel; Grupo Germinal, de Río Grande; Los Libertarios, de Miraflores; Los Egoístas y El Centro Obrero, de Gatún; Solidaridad, de Toro Point, y Germinal, de Culebra.

En esta etapa empezaron también las conexiones con Costa Rica. A partir del año 1912 se establecieron a través de los españoles Ricardo Falcó Mayor —un tipógrafo natural de Barcelona— y Andrés Borrasé Solina, también catalán, que eran los dueños de la imprenta Falcó-Borrasé de San José. En ella editaban, entre otras publicaciones, la revista anarquista de tirada quincenal Renovación desde su fundación en 1911. A mitad de ese mismo año se asociaron Ricardo Falcó y el poeta y escritor costarricense José M.ª Zeledón y formaron la Sociedad de Agencias Editoriales que se encargaría de hacer llegar a Costa Rica las publicaciones editadas en Europa y América, ya que tenían «agencia exclusiva de varias casas editoriales»

Renovación, 30-4-1911.

‍[44]
. El número suelto de ¡Tierra! se vendía en el país a través de Renovación al precio de cinco céntimos.

El dinero que desde el año 1912 llegaba desde Brasil se explica porque allí se encontraba Nicolás Villamisar, hermano del anarquista español Francisco Villamisar, que trabajaba como tipógrafo en Cuba desde finales del siglo xix. Francisco era un anarquista muy conocido en la isla y había participado en la fundación de la Confederación Tipógrafa de La Habana en el año 1899. Durante más de treinta años se destacó como uno de los máximos dirigentes del sector gráfico y fue perseguido por las autoridades por su intervención en las huelgas obreras. Aunque fue expulsado de la isla en el año 1919 tras la fabricación de un falso informe en el que se «probaba» su participación en la Semana Trágica de Barcelona en el año 1909, lo cual era imposible pues no había abandonado nunca Cuba, logró regresar a la mayor de las Antillas trabajando como camarero en un barco, donde permaneció hasta su muerte en el año 1926

López, Calvo y Fernández (

López, F., Calvo, C. y Fernández, A. (1991). Los gráficos en el movimiento obrero cubano, 1865-1961. La Habana: Ciencias Sociales.

1991
): 30-‍65. «Telegrama núm. 50 de 3 de junio de 1919», AMAE, Política Interior, Serie Orden Público, Expedientes P=S=Z, Leg. H 2759, siglo xx.

‍[45]
.

Muchas veces las suscripciones y colaboraciones se hacían a través de otros periódicos homónimos e igualmente interesados en conformar la red de intercambio de publicaciones periódicas anarquistas establecida a ambos lados del Atlántico, como fue el caso de Argentina, de donde llegaba dinero a La Habana por conducto de su principal vocero anarquista, La Protesta. También desde España pedían ejemplares y enviaban remesas para el sostenimiento de ¡Tierra! el equipo editor de la revista Natura, publicada en Barcelona, y del periódico Tierra y Libertad. Desde Estados Unidos, muchas peticiones llegaban por conducto de El Obrero Industrial de Tampa y a través del periódico mexicano Regeneración, que se editaba en Los Ángeles; y, como hemos visto, desde Costa Rica los miembros de Renovación también colaboraron al sostenimiento de ¡Tierra!

Además de las relaciones establecidas a través de las suscripciones, el intercambio de ¡Tierra! con otros periódicos y revistas ácratas fue constante desde el mismo comienzo del semanario. Los integrantes de los distintos equipos editores promovieron la organización de una red de ida y vuelta que supuso la llegada a la redacción de La Habana de las publicaciones anarquistas más importantes a ambos lados del Atlántico. Entre otras muchas publicaciones se recibían: Tierra y Libertad, El Porvenir del Obrero, El Corsario, El Proletario o la Revista Blanca, editadas en distintas localidades españolas; Le Temps Nouveaus, de París; El Despertar y Germinal, de New York o La Question Sociale de Patterson, New Jersey; el mexicano Regeneración, y la revista Renovación de Costa Rica. Al mismo tiempo desde esas redacciones se distribuía ¡Tierra! entre la comunidad anarquista internacional

¡Tierra! mantuvo también intercambios menos regulares con otras tantas publicaciones ácratas del mundo atlántico. Entre ellas: Amigo do Povo de Sau Paulo, Brasil; Heraldo de París; La Rivoluzione Sociale de Londres; El Rebelde y L’Avenire de Buenos Aires; El Corsario de Valencia; El Proletario de Cádiz; El Federal de Tampa; Unión y Trabajo de Puerto Rico; El Libre Concurso de Mahón; El Obrero de Cárdenas, y Memorandum Tipográfico y El Alerta de La Habana. En poco tiempo esta red se amplió a: El Proletario de Córdoba, Argentina; La Unión Obrera de Mayagüez, Puerto Rico; El Internacional de Tampa; Le Libertaire de París, y Rebelión y El Porvenir del Obrero, entre otras publicaciones procedentes de España.

‍[46]
.

Además de periódicos, en la redacción La Habana se podían adquirir también otros folletos, libros, cuentos y todo tipo de impresiones de contenido libertario, pues su equipo editor admitía pedidos y gestionaba su venta y distribución desde y a otros países.

Todas esas relaciones de intercambio se dieron de manera creciente desde los inicios del semanario y, para comienzos del año 1912, quedó establecida una red de ventas desde la administración de La Habana con aquellos periódicos con los que ¡Tierra! mantuvo cuenta abierta, lo que significaba, a su vez, hacer de intermediario para esas publicaciones en la recepción y el envío del dinero recaudado por suscripciones o colectas recogidas para diferentes causas. Entre los periódicos ácratas con los que ¡Tierra! mantuvo cuenta aparecen: Tierra y Libertad de Barcelona, Cultura Obrera de New York, Regeneración de México, aunque editado en California, y la revista ácrata Renovación de Costa Rica. Cuenta que en 1913 aumentaba a La Protesta de Buenos Aires, Acción Libertaria de Madrid y El Obrero Industrial de Tampa, Florida (mapa 1)

«Aviso», ¡Tierra!, 25-7-1913.

‍[47]
.

Mapa 1.

Periódicos con los que ¡Tierra! mantuvo cuenta abierta

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Fuente: elaboración propia a partir de los años y números disponibles de ¡Tierra!

Se podrían enumerar otros muchos ejemplos de esas relaciones transnacionales y transfronterizas de ¡Tierra!, como las suscripciones abiertas para dar soporte financiero a las distintas causas obreras que los anarquistas impulsaban o el constante intercambio de noticias relativas a las cuestiones laborales de los distintos países, entre muchos otros. Toda lo cual tuvo su reflejo, sin duda, en el aumento en la tirada de ¡Tierra!, que para 1912 alcanzaba los 4250 ejemplares y en 1913 llegó hasta los 6000 en algunos números, aunque la media se mantuvo en unos 5500.

En definitiva, toda la labor de conexión internacional y transfronteriza que hemos examinado que, como decimos, trasciende bastante lo que venimos contando, contribuyó de manera directa a la internacionalización del anarquismo cubano en las primeras décadas del siglo xx.

IV. CONCLUSIONES[Subir]

¡Tierra!, al igual que el resto de periódicos anarquistas, desempeñó funciones muy diversas, pero quizás lo que más destaque para el período estudiado sea la inserción y colaboración en las redes transnacionales de comunicación e intercambio organizadas por los anarquistas a ambos lados del Atlántico.

Los militantes presentados jugaron, sin duda, un rol fundamental en la organización y mantenimiento de esas redes; sus historias aparecen estrechamente vinculadas a las publicaciones periódicas que funcionaron como plataformas principales para llevar a cabo sus objetivos de proselitismo internacional. Primero llegaron los hombres, pero después se hizo imprescindible contar con estos medios de expresión y combate.

El hecho de que se tratara de inmigrados políticos inmersos en la corriente inmigratoria general establecida entre Europa y América desde las décadas finales del siglo xix, nos ayuda a entender esa movilidad tan característica de los anarquistas. La mayoría salían de sus lugares de origen huyendo de las represiones dirigidas desde los Gobiernos contra los sectores laborales más radicales, aunque otros lo hacían en busca de trabajo; estas suelen ser las dos razones más habituales que explican esa movilidad. En el caso de Cuba, y a través de los ejemplos relacionados con ¡Tierra!, hemos visto también una clara intención política en algunos de los militantes que colaboraron con el semanario, quienes, impulsados por el espíritu internacionalista característico asimismo del anarquismo, emigraron también para sembrar la semilla libertaria y contribuir a la reorganización de los trabajadores de la isla después de la independencia.

El avance en las comunicaciones, tanto aquellas involucradas en los movimientos de personas y mercancías, como las que propiciaban el envío de noticias, les ofreció el soporte técnico necesario para llevar a cabo todo el intercambio transfronterizo estudiado

Quizás un buen ejemplo de estas redes internacionales estructuradas a través de las publicaciones lo constituya el líder ácrata Max Nettlau, que recibió prensa libertaria de todo el mundo, y entre ella el periódico cubano. En el apartado titulado «Súplica», recogido en ¡Tierra! 9-1-1904, publicaban el siguiente mensaje: «El ilustrado bibliófilo inglés, nuestro compañero el Dr. Max Nettlau nos interesa una colección de ¡Tierra! deseo que no podemos satisfacer por carecer de algunos números. A los compañeros que tengan en su poder los números […], se les agradecería los dirigiesen a esta redacción con el objeto de remitir la colección que se nos pide».

‍[48]
.

Las relaciones transfronterizas, por su parte, tuvieron un reflejo directo en el crecimiento de ¡Tierra! y en el aumento continuado de las suscripciones en el interior de la isla, pero también en el exterior, suscripciones que sirvieron tanto para el sostenimiento del propio periódico como para financiar las distintas causas que a través de él sostuvieron los anarquistas en y desde Cuba. En ese sentido, el intercambio descrito alrededor de ¡Tierra! muestra la acogida del semanario en las redes libertarias internacionales, principalmente con el entorno más cercano —el área del Caribe y Estados Unidos—, pero también en España. En ese mismo orden, el dinero que llegaba del exterior para financiar el semanario lo hacía en su mayor parte del país norteamericano y de otras comunidades del área caribeña y en menor medida de la península. Sin embargo, los militantes de origen peninsular fungieron en la propia isla como los principales colaboradores de los cubanos, y fuera de ella como uno de los elementos de conexión con las redes libertarias internacionales más activos.

Las relaciones transfronterizas examinados alrededor de ¡Tierra! remiten en definitiva a la existencia de un internacionalismo orgánico en el mundo atlántico, esto es, organizaciones e individuos que trascienden las fronteras nacionales y se relacionan a través de la prensa que representa sus intereses. Gracias a ello, ¡Tierra! estuvo en contacto directo y constante con lo que sucedía más allá de las fronteras cubanas, al tiempo que sirvió como foro de discusión de ideas amplificando las cuestiones locales, que representaban luchas compartidas para la comunidad trabajadora internacional y, en algunos casos, fungió como portavoz de aquellas organizaciones libertarias ubicadas en lugares donde no cuajó la prensa ácrata local, colaborando así en la creación de una «comunidad imaginada» —utilizando el término acuñado por Anderson— de adherentes desde el punto de vista ideológico, una comunidad internacional de trabajadores con similares situaciones, problemas y anhelos. Finalmente, sus promotores, redactores y lectores eran igualmente trabajadores con los mismos problemas e inquietudes

Anderson (

Anderson, B. (1991). Imagined Communities. Reflections on the Origins and Spread of Nationalism. London; New York: Verso.

1991
). También Thompson destaca el papel jugado por los periódicos socialistas y anarquistas en la creación de una comunidad imaginada entre los trabajadores, véase Thompson (

Thompson, E. P. (1989). La formación de la clase obrera en Inglaterra. Barcelona: Crítica.

1989
): 718-‍733.

‍[49]
.

NOTAS[Subir]

[1]

Este texto se ha realizado en el marco de los proyectos de investigación «Privilegio, trabajo y conflictividad. La sociedad moderna de Madrid y su entorno. Entre el cambio y las resistencias», Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (PGC2018-094150-B-C22), y «Segunda esclavitud, producción para el mercado mundial y sistemas laborales en Cuba (1779-‍1886)», MINECO (HAR2016-78910-P).

[2]

«El cónsul de España informa sobre el movimiento anarquista al Ministro de Estado», Santiago de Cuba, 18 de julio de 1913, Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores (en adelante AMAE), Fondo Política Interior, Serie Orden Público, leg. H 2753, 1911-‍1919.

[3]

«El cónsul de España informa al Ministro de Estado de la medida adoptada por una compañía minera para contrarrestar la propaganda anarquista», Santiago de Cuba, 14 de agosto de 1913, AMAE, Fondo Política Interior, Serie Orden Público, leg. H 2753, 1911-‍1919.

[4]

«Por nuestros derechos», ¡Tierra!, 22-8-1913.

[5]

Un buen estudio de los inicios del movimiento obrero cubano y del anarquismo, en Casanova ( ‍Casanova, J. (2000). O pan o plomo. Los trabajadores urbanos y el colonialismo español en Cuba, 1850-1898. Madrid: Siglo xxi.2000).

[6]

De hecho fue un momento en que se reforzaron debido a la expectación que creó el conflicto cubano entre la comunidad anarquista internacional. Sobre la respuesta anarquista a la guerra de independencia cubana de 1895-‍1898, véase Sánchez Cobos ( ‍Sánchez Cobos, A. (2010). La última frontera. Los anarquistas españoles y la independencia de Cuba. En J. Opartný (ed.). El Caribe hispano de los siglos xix y xx. Viajeros y testimonios (pp. 247-254). Praga: Editorial Karolinum.2010): 247-‍254.

[7]

El desarrollo del anarquismo en Cuba durante las primeras décadas de república, en Sánchez Cobos ( ‍Sánchez Cobos, A. (2008). Sembrando ideales. Anarquistas españoles en Cuba (1902-1925). Sevilla: Consejo Superior de Investigaciones Científicas.2008).

[8]

¡Tierra! no fue el único periódico anarquista de Cuba después de la independencia. Entre 1902, año del nacimiento de la República, y 1913, finalizado ya el gobierno de José Miguel Gómez (1909-‍1913), vieron la luz varias publicaciones libertarias en distintas localidades de la isla. La mayoría de ellas salían semanalmente —pocas eran quincenales—, pero, por lo general, tuvieron un carácter fugaz, conformando tiradas muy limitadas; el principal obstáculo para estas publicaciones no fue el Gobierno, sino sus propias dificultades de financiación. Solo ¡Tierra! logró trascender la primera década republicana y sobrevivir durante un tiempo prolongado ( ‍Sánchez Cobos, A. (2008). Sembrando ideales. Anarquistas españoles en Cuba (1902-1925). Sevilla: Consejo Superior de Investigaciones Científicas.Sánchez Cobos, 2008): 182-‍213.

[9]

Fortún y Andrés ( ‍Fortún y Foyo, M. y Andrés, J. (1929). La prensa en Remedios y su jurisdicción. Remedios (Cuba): Tipografía El Popular Cubano.1929): 78.

[10]

Para el historiador norteamericano Kirwin Shaffer, ¡Tierra! funcionó como eje vertebrador de la red que los anarquistas tejieron en el área del Caribe en respuesta a las políticas de Estados Unidos en la zona ( ‍Shaffer, K. (2009). Havana Hub: Cuban anarchism, radical media and the Trans-Caribbean Anarchist Network, 1902-1915. Caribbean Studies, 37 (2), 45-81. Disponible en: https://doi.org/10.1353/crb.2010.0018Shaffer, 2009): 45-‍81. Sin negar esta importante labor en esa área concreta, consideramos que no se puede entender la verdadera proyección internacional del semanario habanero sin estudiar las conexiones con el resto de anarquistas del área Atlántica y en especial con España ( ‍Sánchez Cobos, A. (2014). Trascending borders. ¡Tierra! and the expansion of anarchism in Cuba after Independence. En S. Palmer, J. A. Piqueras y A. Sánchez Cobos (eds.). State of ambiguity. Civic life and culture in Cuba’s First Republic (pp. 181-207). Durham (North Carolina): Duke University Press. Disponible en: https://doi.org/10.1215/9780822376842-007Sánchez Cobos, 2014): 181-‍207.

[11]

Loveira ( ‍Loveira, C. (1917). De los 26 a los 35. Lecciones de la experiencia en la lucha obrera (1908-1917). Washington D. C.: The Law Reporter Printing Company.1917): 78.

[12]

«Notas y comentarios», ¡Tierra!, 13-12-1902.

[13]

Tomando el período en su conjunto, la entrada de peninsulares en la isla se cuenta en torno a 800 000, con un promedio anual de más de 25 000 ( ‍Maluquer de Motes, J. (1992). Nación e inmigración: españoles a Cuba (siglos xix y xx). Gijón: Júcar.Maluquer de Motes, 1992): 12.

[14]

Bantman ( ‍Bantman, C. (2009). The militant go-between: Émile Pouget’s transnational propaganda (1880-1914). Labour History Review, 74 (3), 274-287. Disponible en: https://doi.org/10.1179/096156509X125138184196192009): 274-‍287. En este artículo Bantman analiza la figura del anarquista francés Emile Pouget como ejemplo de aquellos militantes que empezaron impulsando la propaganda y difusión del anarquismo estrictamente en el marco nacional, pero que pronto se dieron cuenta de la necesidad de trabajar por la organización internacional de los anarquistas del mundo atlántico, por lo que pasaron a convertirse en militantes intermediarios entre los anarquistas de diferentes zonas.

[15]

La composición del equipo de redacción en «Insinuaciones estúpidas!, ¡Tierra!, 27-9-1902.

[16]

Gámez Chávez ( ‍Gámez Chávez, J. (2013). Magonismo e internacionalismo políglota: un acercamiento a partir de la red política entre el Partido Liberal Mexicano y los libertarios españoles en Estados Unidos. Pacarina del Sur, 4 (14). Disponible en: https://bit.ly/2Ixpm5j2013).

[17]

Sánchez Cobos ( ‍Sánchez Cobos, A. (2008). Sembrando ideales. Anarquistas españoles en Cuba (1902-1925). Sevilla: Consejo Superior de Investigaciones Científicas.2008): 76.

[18]

«Solidaridad para las víctimas de la Inquisición española», Nuevo Ideal, 23-5-1900. Detalles sobre el Proceso de Montjuïc y su repercusión internacional, en Abelló ( ‍Abelló, T. (1992). El proceso de Montjuïc: la condena internacional al Régimen de la Restauración. Historia Social, 14, 47-60.1992): 47-‍60.

[19]

«Relación de anarquistas más peligrosos que residen en Cuba y a los que la policía considera acreedores a un castigo ejemplar» de 27 de agosto de 1912; e «Informe confidencial de la Policía Secreta de La Habana sobre las personas que componen la redacción del semanario anarquista ¡Tierra!». AMAE, Fondo Política Interior, Serie Orden Público, leg. H 2753, 1911-‍1919. «Despacho núm. 23 de la Legación de España en La Habana de 26 de enero de 1913». AMAE, Fondo Política Interior, Serie Orden Público, Expedientes P=M=O, Leg. H 2757, siglo xx.

[20]

Desde finales del siglo xix Pedro Esteve jugaría un papel fundamental entre los anarquistas de Estados Unidos y sería una figura central para las conexiones con el anarquismo cubano. La trayectoria de este anarquista de Barcelona es otro claro ejemplo de «militante intermediario». Véase Casanova ( ‍Casanova, J. (1992). Pere Esteve (1865-1925): un anarquista català a cavall de dos mons i de dues generacions. L´Avenç, 162, 18-22.1992) y Sueiro ( ‍Sueiro Seoane, S. (2013). Un anarquista en penumbra. Pedro Esteve y la velada red del anarquismo transnacional. Alcores. Revista de Historia Contemporánea, 15, 43-66.2013) y, por supuesto, el artículo de esta misma autora incluido en este monográfico.

[21]

Las conferencias y artículos de Malatesta aparecieron publicados en «Conferencias Malatesta», «Malatesta a los trabajadores cubanos» y «Segunda conferencia Malatesta. Civilización y libertad», Nuevo Ideal de los días 9, 22 y 29, de marzo y 6 de abril, respectivamente.

[22]

He tratado el tema de las conexiones del anarquismo cubano con España, en este caso a través de las actividades prácticas puestas en marcha por los anarquistas, en Sánchez Cobos ( ‍Sánchez Cobos, A. (2013a). Estrechando lazos. Cuba y España en las redes anarquistas internacionales (1900-1925). Alcores. Revista de Historia Contemporánea, 15, 89-110.2013a): 89-‍110.

[23]

Las excursiones de propaganda en Cuba, en Sánchez Cobos ( ‍Sánchez Cobos, A. (2008). Sembrando ideales. Anarquistas españoles en Cuba (1902-1925). Sevilla: Consejo Superior de Investigaciones Científicas.2008): 213-‍228.

[24]

Zapata ( ‍Zapata, F. (1951). Esquema y notas para una historia de la organización obrera en Cuba. Justicia Social Cristiana, 1-4 (1), 64-65.1951): 64-‍65; Loveira ( ‍Loveira, C. (1917). De los 26 a los 35. Lecciones de la experiencia en la lucha obrera (1908-1917). Washington D. C.: The Law Reporter Printing Company.1917): 46-‍48; «Violation of immigration law by two Spaniards», carta enviada por el inspector general de Prisiones Penitenciarias e Instituciones de Caridad, General García Vélez, al gobernador provisional de Cuba, 2 de mayo de 1907. National Archives and Record Administration (en adelante NARA), Record Group, 199, Doc. 118; «Telegrama enviado el 22 de enero de 1915 por el Ministro de España en La Habana al Ministerio de la Gobernación». AMAE, Fondo Política Interior, Serie Orden Público, leg. H 2753, 1911-‍1919; e «Informe de 16 de agosto de 1913 del cónsul español en La Habana». AMAE, Política Interior, Serie Orden Público, Expedientes P=S=Z, Leg. H 2759, siglo xx.

[25]

Sola estaba siendo perseguido en España por sus reivindicaciones antimilitaristas y llegó a Cuba de forma clandestina tras ser aprobada en la península la ley de jurisdicciones. «Relación de anarquistas conocidos en Cuba», AMAE, Fondo Política Interior Cuba, Serie Orden Público, Leg. H 2753, 1911-‍1919. «Lista de los anarquistas expulsados de esta isla el 25 de septiembre de 1911», AMAE, Fondo Política Exterior, Serie Cuba, Leg. H 2351, 1904-‍1913.

[26]

«¡Albricias!», ¡Tierra!, 18-7-1913.

[27]

«A los compañeros», ¡Tierra!, Suplemento al núm. 277, 20-‍8-1908.

[28]

Los inmigrantes que lograban ser naturalizados (nacionalizados) como cubanos accedían a la ciudadanía de manera que no podían ser expulsados de la isla como otros extranjeros. Sebastián Aguiar Mateo fue expulsado de Cuba en el mes de septiembre de 1911 por ser considerado «extranjero pernicioso», pero regresó a los pocos meses al demostrar su condición de ciudadano cubano naturalizado. Sánchez Cobos ( ‍Sánchez Cobos, A. (2007). Extranjeros perniciosos. El orden público y la expulsión de trbajdores de Cuba (1899-1930). Historia Social, 59, 171-188.2007).

[29]

«Informe confidencial de la Policía Secreta de La Habana sobre las personas que componen la redacción del semanario anarquista ¡Tierra!». AMAE, Fondo Política Interior, Serie Orden Público, leg. H 2753, 1911-‍1919.

[30]

La Industrial Workers of the World (IWW), también conocida como Wooblies, es una organización laboral fundada en Chicago en el año 1905 por representantes de 43 grupos obreros de tendencias sindicalistas revolucionarias. Desde su fundación se opusieron a la American Federation of Labour y a su aceptación del capitalismo y su rechazo a incluir a trabajadores no cualificados en las organizaciones obreras. Encyclopaedia Britannica, en: https://www.britannica.com/topic/Industrial-Workers-of-the-World.

[31]

Desde entonces se asentó en Barcelona, donde participó activamente en la organización de conferencias, mítines y reuniones, estableciendo contacto con Salvador Seguí, José Canela y el argentino Antonio Noriega. Siempre estuvo en el punto de mira de las autoridades y cumplió condena en varias ocasiones en la cárcel Modelo de la ciudad condal. Participó en una gira propagandística por Andalucía en la que fue detenido y, tras pasar dos meses en la prisión de Cádiz, fue expulsado de la península el 1 de agosto de 1919 con destino a Cuba. De nuevo en la isla siguió participando activamente en las huelgas generales de ese año y a raíz de la explosión de varias bombas fue detenido, juzgado y condenado a muerte junto con otros destacados militantes anarquistas de entonces, entre ellos Antonio Penichet, Alfredo López, Alejandro Barreiro y Pablo Guerra, aunque fue finalmente liberado en 1921 junto con Antonio Pechinet. Esbozo de vida de este anarquista cubano, en «Marcelo Salinas periodista y anarquista cubano», en: http://bit.ly/2OUDIRv.

[32]

Aún son muchos los interrogantes sobre este supuesto anarquista colombiano. «A Gobernación y a los agentes diplomáticos y consulares en cuya residencia pueden averiguar la certeza de los informes y ampliar éstos. La Habana, 16 de diciembre de 1912», AMAE, Fondo Política Interior Cuba, Serie Orden Público, Subserie Anarquismo, Expedientes P=M=O. Leg. H 2757, siglo xx.

[33]

El análisis de los editoriales y crónicas publicados en el semanario habanero excede las pretensiones de este artículo. Un buen ejemplo sobre esta relación entre dinero y noticias centradas en el entorno caribeño, en Shaffer ( ‍Shaffer, K. (2009). Havana Hub: Cuban anarchism, radical media and the Trans-Caribbean Anarchist Network, 1902-1915. Caribbean Studies, 37 (2), 45-81. Disponible en: https://doi.org/10.1353/crb.2010.00182009). También sobre las relaciones entre Cuba y México expresadas en ¡Tierra!, Barrera y Torre ( ‍Barrera, J. y Torre, A. de la (2011). Los rebeldes de la bandera roja. Textos del periódico anarquista ¡Tierra! de la Habana sobre la revolución mexicana. México: Instituto Nacional de Antropología e Historia.2011).

[34]

Información sobre la red organizada en el Caribe alrededor de ¡Tierra! y sobre sus fuentes de financiación, en Shaffer ( ‍Shaffer, K. (2009). Havana Hub: Cuban anarchism, radical media and the Trans-Caribbean Anarchist Network, 1902-1915. Caribbean Studies, 37 (2), 45-81. Disponible en: https://doi.org/10.1353/crb.2010.00182009): 45-‍81.

[35]

He de advertir que no dispongo de todos los números que salieron a la calle en el total de años que el periódico anarquista fue editado en La Habana, pues desafortunadamente muchos de ellos se han perdido. Sin embargo, sí dispongo de una cantidad considerable, en torno al 75 %, de modo que los datos extraídos sirven para darnos una idea bastante aproximada del devenir del periódico cubano.

[36]

Durante el mes de noviembre del año 1902 los trabajadores de la industria del tabaco se declararon en huelga para pedir una mejora en los salarios y por la admisión de aprendices cubanos en las labores de escogido y rezagado, pues eran trabajos desempeñados tradicionalmente por españoles, de ahí que acabara siendo conocida como la huelga de los aprendices. Pronto el paro se generalizó a otros sectores productivos y se convirtió en una huelga general en la que los anarquistas tuvieron un papel destacado, lo que llevó a varios de sus líderes a la cárcel. Sobre esta huelga, véase, Rivero Muñiz ( ‍Rivero Muñiz, J. (1961). La primera huelga general en Cuba republicana. Islas, 3 (3), 281-330.1961): 281-‍330.

[37]

«Francisco Rusiñol», ¡Tierra! 18-7-1903.

[38]

Sobre las conexiones de ¡Tierra! con Yucatán a través de los españoles Ros Planas y Duch, véase Torre ( ‍Torre, A. de la (2007). Anarquistas peligrosos en Yucatán: migración, revolución y prensa en el Caribe durante el porfiriato tardío. El caso de Duch y Ros Planas. En M. R. Rodríguez Díaz y J. Castañeda Zavala (coords.). El Caribe: vínculos coloniales, modernos y contemporáneos. Nuevas reflexiones, debates y propuestas (pp. 249-258). México: Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo; Instituto de investigaciones Dr. José María Luis Mora; Asociación Mexicana de Estudios del Caribe.2007). Y con otros lugares de México y el PLM, Barrera y Torre ( ‍Barrera, J. y Torre, A. de la (2011). Los rebeldes de la bandera roja. Textos del periódico anarquista ¡Tierra! de la Habana sobre la revolución mexicana. México: Instituto Nacional de Antropología e Historia.2011).

[39]

Estas comunidades de trabajadores norteamericanos, en Feurer ( ‍Feurer, R. (2006). Radical Unionism in the Midwest, 1900-1950. Chicago: University of Illinois Press.2006): 1-‍22.

[40]

En el número de ¡Tierra! de 23 de mayo de 1903 aparece una suscripción hecha en La Habana por Basora, y en el de 4 de julio de ese mismo año manda ya dinero desde Vermont. A partir de enero del año siguiente sus remesas llegaban de Saint Louis hasta finales de 1906, que empezó a enviarlas desde San Francisco.

[41]

Gámez Chávez ( ‍Gámez Chávez, J. (2013). Magonismo e internacionalismo políglota: un acercamiento a partir de la red política entre el Partido Liberal Mexicano y los libertarios españoles en Estados Unidos. Pacarina del Sur, 4 (14). Disponible en: https://bit.ly/2Ixpm5j2013).

[42]

Shaffer ( ‍Shaffer, K. (2009). Havana Hub: Cuban anarchism, radical media and the Trans-Caribbean Anarchist Network, 1902-1915. Caribbean Studies, 37 (2), 45-81. Disponible en: https://doi.org/10.1353/crb.2010.00182009): 66-‍70.

[43]

Sobre la participación de españoles en la construcción del Canal de Panamá, Formoso y Pena-Rodríguez ( ‍Formoso, D. y Pena-Rodríguez, A. (2018). Los obreros españoles en la construcción del canal de Panamá: su imagen en la prensa española (1906-1909). Historia Crítica, 67, 23-44. Disponible en: https://doi.org/10.7440/histcrit67.2018.022018). La discriminación en el pago de los salarios según «clase y raza», en Greene ( ‍Greene, J. (2004). Spaniards on the Silver Roll: Labor troubles and liminality in the Panama Canal Zone, 1904-1914. International Labor and Working-Class History, 66, 79-98. Disponible en: https://doi.org/10.1017/S01475479040001832004). La discriminación por cuestiones de raza y color de piel no fue para nada única en Panamá. De hecho, en Cuba y Estados Unidos fue un tema recurrente que los anarquistas denunciaban en sus publicaciones periódicas. Para el caso cubano, puede verse, Sánchez Cobos ( ‍Sánchez Cobos, A. (2013b). Clase versus raza en Cuba. La cuestión racial y el alzamiento del Partido Independiente de Color bajo la perspectiva anarquista (1902-1913). En M. A. Font y C. Riobó (eds.). Handbook of contemporary Cuba. Economy, politics, civil society, and globalization (pp. 243-257). Boulder; London: Paradigm Publishers.2013b) y para Estados Unidos, Shaffer ( ‍Shaffer, K. (2011). Contesting internationalist: transnational anarchism, anti-imperialism, and US expansion in the Caribbean, 1890s-1920s. Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe, 22 (2), 11-38.2011).

[44]

Renovación, 30-4-1911.

[45]

López, Calvo y Fernández ( ‍López, F., Calvo, C. y Fernández, A. (1991). Los gráficos en el movimiento obrero cubano, 1865-1961. La Habana: Ciencias Sociales.1991): 30-‍65. «Telegrama núm. 50 de 3 de junio de 1919», AMAE, Política Interior, Serie Orden Público, Expedientes P=S=Z, Leg. H 2759, siglo xx.

[46]

¡Tierra! mantuvo también intercambios menos regulares con otras tantas publicaciones ácratas del mundo atlántico. Entre ellas: Amigo do Povo de Sau Paulo, Brasil; Heraldo de París; La Rivoluzione Sociale de Londres; El Rebelde y L’Avenire de Buenos Aires; El Corsario de Valencia; El Proletario de Cádiz; El Federal de Tampa; Unión y Trabajo de Puerto Rico; El Libre Concurso de Mahón; El Obrero de Cárdenas, y Memorandum Tipográfico y El Alerta de La Habana. En poco tiempo esta red se amplió a: El Proletario de Córdoba, Argentina; La Unión Obrera de Mayagüez, Puerto Rico; El Internacional de Tampa; Le Libertaire de París, y Rebelión y El Porvenir del Obrero, entre otras publicaciones procedentes de España.

[47]

«Aviso», ¡Tierra!, 25-7-1913.

[48]

Quizás un buen ejemplo de estas redes internacionales estructuradas a través de las publicaciones lo constituya el líder ácrata Max Nettlau, que recibió prensa libertaria de todo el mundo, y entre ella el periódico cubano. En el apartado titulado «Súplica», recogido en ¡Tierra! 9-1-1904, publicaban el siguiente mensaje: «El ilustrado bibliófilo inglés, nuestro compañero el Dr. Max Nettlau nos interesa una colección de ¡Tierra! deseo que no podemos satisfacer por carecer de algunos números. A los compañeros que tengan en su poder los números […], se les agradecería los dirigiesen a esta redacción con el objeto de remitir la colección que se nos pide».

[49]

Anderson ( ‍Anderson, B. (1991). Imagined Communities. Reflections on the Origins and Spread of Nationalism. London; New York: Verso.1991). También Thompson destaca el papel jugado por los periódicos socialistas y anarquistas en la creación de una comunidad imaginada entre los trabajadores, véase Thompson ( ‍Thompson, E. P. (1989). La formación de la clase obrera en Inglaterra. Barcelona: Crítica.1989): 718-‍733.

Bibliografía[Subir]

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Bantman, C. (2009). The militant go-between: Émile Pouget’s transnational propaganda (1880-‍1914). Labour History Review, 74 (3), 274-‍287. Disponible en: https://doi.org/10.1179/096156509X12513818419619.

[4] 

Barrera, J. y Torre, A. de la (2011). Los rebeldes de la bandera roja. Textos del periódico anarquista ¡Tierra! de la Habana sobre la revolución mexicana. México: Instituto Nacional de Antropología e Historia.

[5] 

Casanova, J. (1992). Pere Esteve (1865-‍1925): un anarquista català a cavall de dos mons i de dues generacions. L´Avenç, 162, 18-‍22.

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Rivero Muñiz, J. (1961). La primera huelga general en Cuba republicana. Islas, 3 (3), 281-‍330.

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Sánchez Cobos, A. (2013a). Estrechando lazos. Cuba y España en las redes anarquistas internacionales (1900-‍1925). Alcores. Revista de Historia Contemporánea, 15, 89-‍110.

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