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Los actores políticos nacionalistas, según una arraigada percepción, definen y representan a la nación de una forma única y unívoca en toda la comunidad nacional a la que apelan; este sería el correlato de su consideración de ese colectivo nacional como dotado de un carácter uniforme, homogéneo y singular, en el que los elementos comunes son enfatizados y las diferencias minimizadas o soslayadas. En su estudio Construir Galicia(s). Lugar, elecciones y política nacionalista, la profesora María Lois argumenta convincentemente en contra de esta percepción. La idea de la nación proyectada desde posiciones nacionalistas puede, por el contrario, ser altamente diversificada y heterogénea, incluso restringiendo el análisis a una única formación política. El caso del nacionalismo gallego, y en concreto del BNG, resulta al respecto sumamente ilustrativo. La autora de este estudio muestra y analiza las distintas formas en las que desde este partido se ha representado la nación gallega, según las diversas circunstancias específicas, a nivel local, de los colectivos humanos a los que se dirige. Esta investigación incide así en «la práctica local de la Nación», en «los significados locales de la Nación»; en su variación geográfica, y también cronológica. Como queda de manifiesto en el plural entre paréntesis del título, el BNG no ha construido discursivamente una Galicia, sino varias.

El trabajo de Lois muestra una estructura de gran coherencia en el desarrollo de la argumentación. En un tema como el nacionalismo, que ha sido tratado desde una gran variedad de enfoques, resulta de gran utilidad su revisión inicial de los planteamientos teóricos existentes. Desde un conocimiento profundo de la amplia producción académica en torno a esta temática, y los debates que ha generado, Lois aclara cuáles van a ser sus perspectivas teóricas de referencia.

El estudio pone el énfasis en los procesos por medio de los cuales se producen y reproducen las percepciones colectivas de la nación, y en este sentido el concepto de comunidad imaginada, popularizado por Anderson, sirve para subrayar el carácter discursivo y construido del fenómeno nacional. La idea de nacionalismo banal, desarrollada por Michael Billig, está muy presente a lo largo del estudio, y enlaza con la pretensión de Lois de centrarse en los «procesos de construcción de la nación a nivel cotidiano». Las formas en las que se reproduce la nación, se nos recuerda, no se dan únicamente, ni siquiera fundamentalmente, a partir de discursos en los que la nación y lo nacional se ponen explícitamente de manifiesto, sino que se hallan presentes de forma implícita en infinidad de actividades cotidianas que socializan en una determinada identidad nacional, y en una determinada forma de entenderla.

Al profesor John Agnew, referente señero de la geografía política contemporánea, con quien la autora trabajó en su estancia predoctoral en UCLA, y autor del prólogo del libro, se debe buena parte de la conceptualización y desarrollo de la idea de lugar, un concepto central en esta investigación, como queda de manifiesto ya en el título. El énfasis del presente estudio se centra en el hecho de que la nación no solo, ni fundamentalmente, es representada y construida a través de símbolos y discursos comunes, dirigidos a la totalidad de la comunidad, sino que puede serlo de distintas formas, a partir de discursos diferenciados dirigidos a diferentes lugares, es decir a diferentes ámbitos locales.

La perspectiva de lugar supone para Agnew una desestatalización de la perspectiva analítica, la puesta en cuestión de una arraigada tendencia a considerar que los límites de la sociedad están contenidos en el Estado, considerado el fundamento de la organización política y social. Agnew comenta que esta es una idea implícita, por ejemplo, en las referencias no problematizadas a la sociedad italiana o americana. En muchos sentidos, señala este autor, se pueden encontrar espacios relevantes distintos al delimitado por el Estado, individualizados por redes de socialización específicas, por condiciones sociales y económicas particulares, y por las propias percepciones subjetivas de los individuos. El mismo cuestionamiento que Agnew formula en relación al marco estatal es aplicable al marco de la comunidad autónoma, como Lois pone de manifiesto.

El estudio del BNG es particularmente ilustrativo en este sentido, por la forma en la que el discurso de esta formación política se ha modulado de forma diferente en relación a los distintos contextos en los que ha actuado. La investigación se acota cronológicamente en el periodo que abarca de 1975 a 2002, desde el nacimiento y lento crecimiento del partido hasta su periodo de mayor impacto electoral. El énfasis se pone a partir de la década de los noventa, cuando el BNG, y con este el nacionalismo gallego, alcanza su mayor grado de apoyo electoral y representación política en las instituciones, superando los que había obtenido Coalición Galega en la década de los años ochenta. La existencia de un solo partido nacionalista, que progresivamente fue incorporando a diversas tendencias ideológicas, favoreció su crecimiento progresivo. En las autonómicas de 1997, el BNG obtuvo su mayor cuota electoral con un 25 %, seguido de un 23 % en las de 2001. El pico de apoyo en las elecciones generales se obtiene en el año 2000, con un 18 %. Las elecciones al Parlamento Europeo del mismo año supusieron igualmente el mejor resultado del partido, con un 22 %.

Lois señala cómo en esos años de crecimiento el partido experimentó una clara evolución, pasando desde planteamientos frentistas, antisistemas y anticapitalistas, muy escorados a la izquierda en el espectro ideológico, a presentarse como una organización ideológicamente transversal, con vocación de convertirse en formación hegemónica del nacionalismo gallego. Este proceso de concentración y asimilación de tendencias, gráficamente descrito como «sincretismo representacional», fue el presupuesto del ascenso electoral, pero contenía asimismo el germen de su posterior crisis y debilitamiento. La conjunción de sensibilidades tan distintas solo había podido darse con el coste de desdibujar los principios fundacionales, lo que aumentó según Lois la tensión entre la lógica de la representación política (que prima los aspectos ideológicos) y la de la competición electoral (que ajusta estratégicamente la oferta del partido a las condiciones del mercado político). En el BNG se fue dando un deslizamiento del primer al segundo tipo de lógica, que derivó en su presentación como representante de un nacionalismo gallego más inclusivo y catch all. La alianza, de cara a las elecciones europeas de 2004, del BNG con los mayores partidos nacionalistas catalán y vasco (PNV y CiU) ofrece un claro testimonio de este viraje ideológico hacia posiciones más centristas. El paso de un movimiento asambleario al reforzamiento de la figura del líder y del Consejo Nacional es otra muestra de esa evolución. De esta transformación emanan muchas de las tensiones internas que explican parcialmente el posterior declive del partido.

El éxito del BNG ha ido unido a una intensa actividad vinculada a plataformas de movilización social, que dieron al partido un marcado carácter reivindicativo; su estrategia inicial fue básicamente de naturaleza reactiva, en forma de oposición activa a políticas ajenas, con énfasis en las cuestiones más polémicas e impopulares. Esta estrategia reportó al BNG (y a las organizaciones sindicales nacionalistas) un gran impacto social y un alto grado de apoyo, relacionado con campañas y causas concretas. Aunque con los años se fue dando un mayor desarrollo de propuestas propias, en buena medida se mantuvo la percepción del partido como movilizador de la oposición más que como un posible gestor de proyectos políticos, algo que parece explicar que el amplio grado de identificación con su acción política reivindicativa no se tradujese en un apoyo electoral mayoritario.

En relación al desarrollo de un discurso de la nación gallega, el BNG se ha individualizado en el espectro político con su presentación del marco territorial de Galicia como espacio fundamental de referencia, conectando con amplios segmentos de la sociedad gallega. Las opciones políticas rivales, sin dejar de apelar a Galicia como referente, se han mostrado, desde una identificación nacional española, más identificadas con un marco simbólico-territorial más amplio.

La apelación a una identidad nacional gallega es, según Lois, una de las razones fundamentales de la consolidación del BNG como fuerza política de primer orden. El partido se apoyó en una creciente interpretación de la vida política en general en términos nacionalistas, al tiempo que la potenció. En este estudio se señalan varias razones de esta evolución. Entre ellas se encuentran los importantes cambios socioeconómicos de esta época, que supusieron el tránsito de una sociedad rural a una urbana, más centrada en el sector industrial y servicios. Incidió en un mismo sentido la puesta en funcionamiento de una administración autonómica, con sus instituciones propias y prácticas de autogobierno. De este nuevo orden político-territorial resultarían, entre otros, la creación de una red de salud propia, la puesta en práctica de políticas de normalización lingüística, y la creación de una televisión autonómica, que potenció la percepción de Galicia como marco preferencial de referencia, territorial y humano. La construcción simbólica de la nación gallega por este medio se produce a menudo de forma banal, no explicitada, como ocurre también en la prensa escrita, que evolucionó en un mismo sentido.

Como un factor potenciador adicional, la incorporación de España a la Unión Europea en 1986 afectó a sectores centrales de la economía gallega, a prácticas e intereses que se entendían específicos de la región, de forma que fue creciendo la percepción de conflicto entre Galicia y las políticas decididas en Madrid o Bruselas.

El voto al BNG, sin embargo, como señala la autora, no reflejaba de forma invariable un aumento del nacionalismo, pues una parte considerable de este apoyo procedía de individuos en los que convivía un sentimiento español con la idea, desde una interpretación dominante de la política a partir del eje centro-periferia, de que el BNG era quien mejor defendía los intereses de Galicia. El análisis en este estudio del desarrollo del apoyo al BNG por municipios muestra cómo la opción por este partido solo parcialmente se explica por la consolidación de una nueva identidad nacionalista; al margen de esta, buen número de individuos vieron sus intereses, expectativas y preferencias mejor defendidos y representados por este partido. En particular, y esta es una de las hipótesis centrales del estudio, el BNG habría aglutinado y representado la hostilidad a ciertas intervenciones de los poderes públicos —autonómico, estatal o europeo— con fines de transformación, reestructuración o burocratización. El BNG se convirtió en el principal cauce de expresión de actitudes de rechazo y descontento, y de formulación de demandas y reivindicaciones, que en cualquier caso se insertaron ciertamente dentro de un marco simbólico nacionalista.

Como ya se apuntó, este discurso articulado en clave nacionalista no era homogéneo sino que, al expresarse en consonancia con las distintas realidades compartimentadas sobre las que pretendía incidir, generó una pluralidad de ideas de la nación gallega en distintos lugares. El lugar, puntualiza Lois, no se corresponde con ninguna dimensión geográfica concreta, pues se pueden encontrar patrones específicos e individualizadores a muy distintos niveles. Este puede ser, según el enfoque y entre otros, un barrio, una ciudad o, efectivamente, un Estado. En este estudio se pone en relación la pluralidad de formas en las que se ha representado la Nación gallega con patrones de voto, es decir, se estudia cómo han incidido distintas proyecciones de la nación en lugares con problemáticas diferentes, tomando el grado de apoyo electoral como indicador. La autora ha elegido por ello como referente territorial el municipio, por la gran importancia que la población atribuye a la gestión política en ese ámbito, además de que es la unidad mínima y más cercana a la población donde se celebran procesos electorales.

Para ilustrar esta diversidad en la representación de la nación, y su correspondencia con la heterogeneidad de las motivaciones que han llevado al voto al BNG, la autora analiza y compara dos municipios: Allariz y Fene. Ambos han compartido un intenso apoyo al BNG, siendo por lo demás muy diferentes en importantes variables; Allariz es rural, interior y con una población escasa, de 2500 habitantes; Fene es costero, urbano, industrializado, y con una población de 15 000. Como es de suponer, las problemáticas y reivindicaciones locales son muy distintas en estos dos municipios, y, sin embargo, en ambos el BNG ha sabido capitalizar el descontento, y ha sido percibido como el mejor portavoz político de este. Lo anterior ha sido posible gracias a una diversificación que, tanto en la oposición como una vez llegado al Gobierno municipal, ha vinculado la idea de la Nación gallega a discursos, símbolos y prácticas políticas muy distintos. La comparación entre estos dos municipios ilustra cómo los contenidos que se asignan a la nación y el discurso conectado a esta son situacionales y varían en función del contexto social en el que actúan. Hay, resume Lois, «varias Galicias, con espacios y tiempos diferenciados, dentro del nacionalismo del BNG».

El estudio concluye con una proyección de las afirmaciones y conclusiones presentadas en el estudio al periodo cronológico posterior a aquel en el que se enmarca la investigación (1975-‍2002), marcado por un descenso continuado del apoyo al BNG. La autora señala ese mismo año 2002 como el punto de inflexión que marca el inicio del declive del partido. La X Asamblea Nacional de ese año supone el fin de la calma interna en la formación política, favorecida hasta entonces por los resultados electorales.

El mayor hito institucional del BNG estaba no obstante por llegar, con la participación del partido en 2005 en un Gobierno de coalición en la Xunta con el PSOE. El partido, sin embargo, ya había tenido un importante descenso en estas elecciones, y la participación en una experiencia de gobierno a nivel autonómico potenció las contradicciones que Lois ya advertía de manera latente en los años previos. Cabe recordar que en 2004 el BNG había concurrido a las elecciones europeas en una coalición de partidos nacionalistas subestatales (GALEUZKA) con un programa común en las reivindicaciones nacionalistas, y en el que los planteamientos ideológicos de izquierdas quedaban en buena medida soslayados. Desde entonces se inicia una dinámica de división y pérdida de apoyo electoral del BNG, y de las opciones políticas nacionalistas gallegas en general.

La crisis del BNG es estos últimos años muestra, en fin, cómo la convivencia de distintas Galicias, como resultado de la compartimentación local de los discursos de la nación, tiene sus limitaciones. La heterogeneidad en la representación de la nación era más viable en un contexto de oposición y protesta, o mientras las políticas de gobierno se restringían al ámbito municipal. Resultó mucho más difícil compatibilizar armónicamente esta pluralidad cuando surgió la necesidad de definir ideológicamente al partido con unas políticas propias en el entorno de la comunidad en su conjunto. Las diversas ideas de la nación que se proyectaban en los distintos lugares, vinculadas a determinadas expectativas y decisiones políticas, mostraban un dispar nivel de discordancia con la evolución del BNG como partido de Gobierno a nivel autonómico; esto parece explicar parcialmente por qué en unos casos, en unos lugares, el BNG mantuvo sus apoyos en un grado mucho más alto que en otros.

El estudio de María Lois es, en conclusión, un trabajo de gran valor e interés en un doble nivel. Por un lado explica las causas del nacimiento, desarrollo y éxito electoral de un nacionalismo gallego con articulación política, representado por el BNG, prestando particular atención a su diversificación discursiva; esta es un importante factor explicativo tanto del inicial ascenso del partido como de sus posteriores problemas internos y paulatino declive. Por otro lado, en un plano más general, Construir Galicia(s) ilustra de forma ejemplar, frente a la arraigada percepción de que los actores políticos nacionalistas ofrecen una idea unívoca de la nación, la pluralidad de discursos a partir de los cuales estos pueden definir y representar una misma identidad nacional.