Este artículo analiza la política colonial española hacia la esclavitud y el servilismo en el Sáhara entre 1934 y 1957, con el objetivo de reconstruir las prácticas y el lenguaje administrativo de los oficiales españoles acerca de una cuestión silenciada y de compleja definición como las formas extremas de dependencia. La fuente principal en que se basa el estudio son los documentos internos de la Administración colonial en el Sáhara español, que serán interpretados desde una doble perspectiva: para reconstruir las relaciones de poder entre colonizadores y colonizados, y para descubrir los problemas de los colonizadores a la hora de definir y manejar las nociones de esclavitud. El resultado del análisis es que las autoridades españolas desarrollaron una paradójica política que prohibía formalmente el comercio de esclavos, pero que respetaba la institución del servilismo para no contravenir a muchos jefes tribales. A pesar de esta supuesta neutralidad, los oficiales españoles tuvieron que gestionar numerosos conflictos vinculados a la compraventa, la manumisión o la fuga de esclavos en un complejo espacio de frontera colonial, que reveló la agencia de los subalternos. Todo ello se produjo en un escenario repleto de tensiones e incertidumbres que mostraban la pugna por definir los propios fenómenos de esclavitud y servilismo en una época de cambios.
This article analyzes Spanish colonial policy towards slavery and servility in the Sahara between 1934 and 1957, with the aim of reconstructing the practices and the administrative language of Spanish officials on a silenced and complexly defined issue such as extreme forms of dependence. The main source on which the study is based is the internal documents of the colonial administration in the Spanish Sahara, which will be interpreted from a double perspective: to reconstruct the power relations between the colonizers and the colonized, and to discover the problems of the colonizers in defining and handling the notions of slavery. The result of the analysis is that the Spanish authorities developed a paradoxical policy that formally prohibited the slave trade, but respected the institution of servility so as not to contravene many tribal chiefs. Despite this supposed neutrality, Spanish officials had to manage numerous conflicts related to the purchase and sale, manumission or escape of slaves in a complex colonial frontier space, which revealed the agency of the subalterns. All this took place in a scenario full of tensions and uncertainties that showed the struggle to define the very phenomena of slavery and servility in an era of change.
El siglo
La bisagra de este conflicto era el propio concepto de
El impacto del colonialismo sobre las formas locales de esclavitud tampoco fue uniforme. En las regiones bajo influencia musulmana que rodeaban al Sáhara los colonizadores fueron poco claros a la hora de suprimir la esclavitud. Así, en el protectorado de Marruecos no se emitió ningún decreto que anulara el estatus de esclavo, más allá de una circular de 1922 en la zona francesa que prohibía el tráfico de esclavos
La falta clara de unas directrices para abolir la esclavitud en el Magreb se puede explicar por una calculada política colonial de aparente respeto del islam, motivada por el temor a generar malestar y resistencias políticas
En la zona norte del protectorado español la política fue muy ambivalente y tampoco se prohibió oficialmente la esclavitud
En la línea de estos autores analizaré un corpus inédito de documentos emitidos por la Administración de los diferentes territorios bajo control español en el Sáhara y localizados en la sección de África del Archivo General de la Administración, en Alcalá de Henares. El material incluye informes, cartas, radiogramas y notas emitidas entre 1932 y 1953 en los diferentes territorios de Ifni, Cabo Juby, Saguía el Hamra y Río de Oro. El objeto de este artículo viene acotado por esta limitación temporal de los documentos, que se corresponde con el período comprendido aproximadamente entre la ocupación de Ifni por el coronel Capaz en 1934 y la transformación de los territorios del Sáhara en provincia española en 1958, tras la guerra de Ifni de 1957-58. Faltaría completar, pues, con fuentes primarias este período hasta el estallido del conflicto en 1975.
El enfoque para leer estos documentos parte de la mirada de autores como Ginzburg y la microhistoria
Los territorios comprendidos bajo el llamado Sáhara español eran muy extensos y fueron organizados en regiones administrativas artificiales y cambiantes, que recortaron la región con tiralíneas, dividiéndola en tres subzonas de norte a sur: Cabo Juby, Saguía el Hamra y Río de Oro. Pero las poblaciones nómadas locales se movían por otros parámetros, vinculados a lazos sociales y humanos más que territoriales, y a una praxis de subsistencia que seguía rutas específicas de pozos y puntos de intercambio, según el ciclo ecológico y temporal, en una región que se conocía como
La presencia española en la región se había iniciado en tiempos de la Conferencia de Berlín, cuando la expedición española de Emilio Bonelli en 1884 dio paso a un protectorado nominal en la zona de Río de Oro entre Cabo Blanco y Cabo Bojador, aunque se limitó a puntos costeros sin poder efectivo
La introducción de estas fronteras y una gestión territorial colonial entre puestos aislados transformó las estructuras sociales precoloniales, de manera que los grupos humanos organizados en
¿Pero cuál era la situación histórica de la esclavitud en aquellos territorios? Sin duda, un autor imprescindible para entender el estatus de libres, esclavos y libertos en el Sáhara es Julio Caro Baroja, quien hiciera un trabajo de campo relámpago en la zona auspiciado por las autoridades coloniales entre noviembre de 1952 y febrero de 1953
Los conocidos como
Los
En esta sociedad nómada, los «negros»
Históricamente, las rutas y mercados de esclavos pasaban más bien por el nordeste sahariano, entre Marruecos y Níger. Las salinas de Yjil eran explotadas en el siglo
Durante la etapa colonial se produjo una colisión de jurisdicciones y la situación de los esclavos no estaba exenta de problemas, como así lo reflejan las fugas durante aquel período: «Los negros dan lugar a varios tipos de problemas. A veces se fugan del hogar de sus amos, y la reclamación de éstos no es tan bien acogida por la justicia española como lo era por la indígena»
Los conflictos implicaban también tensiones familiares y matrimonios: «Un padre reclama contra su hijo por haberse casado con una negra (8-8-50)»
El acceso a las fuentes primarias de la Administración española en los territorios del Sáhara nos permitirá contrastar la política colonial hacia esta cuestión, pero también puede dar luz sobre las condiciones de la esclavitud y el servilismo en la zona entre 1934 y 1957. Antes de proceder a este análisis es preciso detenerse en el lenguaje que la Administración española utilizó para dar nombre al fenómeno.
Los títulos que encabezan los documentos dedicados a los temas de esclavitud y servilismo contenían las siguientes expresiones: «trata de negros», «sobre negros», «comercio de negros», «esclavitud», «esclavos», «negros» o «asuntos negros». Y la información era archivada y clasificada en un «expediente de negros y esclavos». Para referirse a las personas epigrafiadas, en unas ocasiones se empleaba «esclavos», y en otras «negros» o «negras», y en algunos pocos casos «morenos». Los autores de los documentos fundían y confundían la cuestión del estatus con el aspecto físico, etiquetado por aquel entonces como «raza». Es decir, que identificaban esclavitud con negritud y viceversa. Aunque el africanismo franquista mezcló las nociones eugenésicas y cientistas de la época con otras dimensiones religiosas en la noción de raza,
Para describir el movimiento de esclavos los oficiales utilizaban las palabras «comercio», «trata» o «robo» («robo de dos negras»), y en una ocasión «venta de familiares de raza negra». Esta etiqueta ilustra a la perfección el entrecruce de las categorías en juego y las dificultades de definición del fenómeno, ya que la etiqueta de «familiares de raza negra» se estaba refiriendo a los adoptados, protegidos o «esclavos de la tienda». Esta fórmula de «familiares de raza negra», tan confusa como relevante, se mantuvo en el tiempo y permitía hasta cierto punto etiquetar el desconcierto moral frente al mantenimiento de formas extremas de servilismo. Según observa De Dalmases
Otra observación sobre la terminología es que los documentos oficiales restringían el término «indígena» para referirse a los
En enero de 1943 el delegado del gobierno de Ifni preguntó a Ángel Domenech Lafuente, delegado de sección, cuál era la situación de la esclavitud en el territorio. La consulta indicaba el grado de incertidumbre que sobrevolaba los despachos de la Administración colonial. La respuesta de Domenech Lafuente fue que «oficialmente, aquélla se halla abolida»
Esta consulta entre altos mandos militares no era de extrañar, ya que en esa época todavía existían caravanas comerciales que atravesaban el territorio con personas destinadas al tráfico esclavista
Estas caravanas detectadas en 1943 y 1944 se componían de unos cincuenta camellos y transporte de ganado, comprado en la zona francesa limítrofe por comerciantes del sur de Marruecos. En una de ellas el cuidado del ganado iba a cargo de «seis negros»
Otro de los circuitos recogidos en la documentación era el repetido por algunos
En cambio, unos meses más tarde, en un caso similar el comprador fue detenido. Se trataba de Aomar Uld Enhamed Uld Azat, de los Rguibat. Vendió unos camellos en la zona francesa de Marruecos y con el dinero ganado se dirigió a Nuakchott, donde compró a «dos negras» de la cabila de Ulad Bu Sbaa a hombres de esta misma cabila. Se trataba de dos jóvenes, Salma Bentz Bilal, y otra joven llamada Baraquetu Mentz Mahamud, de 19 años, etiquetada como «pequeña, tipo de Guinea, color canela, en 50 000 francos»
Entre los condicionantes que conformaban estas prácticas de compraventa hay que incluir factores ecológicos, como las sequías de principios de la década de 1940, que alteraron las formas de subsistencia e impulsaron que diversos
El recordatorio recurrente de las prohibiciones a los oficiales indicaba la persistencia del fenómeno y las incertidumbres de aquellos. En septiembre de 1943 se reiteraba la obligación de detener las caravanas con esclavos: «Caso encontrar dentro nuestros Territorios caravanas conduciendo ESCLAVOS como objeto comercio, sea detenida; procúrense pruebas demuestren tal comercio; y deme cuenta para resolución»
Es importante remarcar que los compradores de esclavos pronto tuvieron conocimiento de estas medidas y algunos se presentaron en las oficinas españolas para evitar que les sancionaran, como Hamadi Uld Brahim Uld Lahsen de los Erguibat, quien argumentó que «sin saberlo habia comprado una negra, hacía un mes; que lo ponia en conocimiento para salvar la responsabilidad podia tener»
A pesar de los controles rutinarios, el mando de Ifni era consciente de las dificultades de controlar un territorio tan amplio y sus fronteras, y desde Villa Cisneros se constataba que «el comercio de negros y camellos entre Mauritania y Marruecos se acentua cada dia mas. Indigenas de Uad Nun y otros puntos atraviesen nuestro Sahara con enormes sumas de francos, y entrando en Mauritania adquieren negros y camellos que luego son vendidos en Marruecos»
Las instrucciones de 1943 se continuaban repitiendo en octubre de 1948 con la idea de no fomentar ni favorecer la esclavitud y de apoyar las quejas de los esclavos o de aquellos que expresaran «su deseo de pasar a la condición de horro
Pero todo ello era reflejo también de las incertidumbres de la Administración. Las instrucciones del subgobernador eran un recordatorio en respuesta a un telegrama anterior del capitán de Smara que expresaba que «en esta no existen instrucciones sobre esta clase de indígenas» y no sabía cómo actuar. Además, las autoridades españolas estaban pendientes de los movimientos de las autoridades francesas, y solo a partir de 1953 parece que los franceses iniciaron una presión real para terminar con el tráfico de personas, encarcelando a quienes vendiesen esclavos, controlando las ventas entre tribus, así como la cesión y adopción de «familiares negros»
Las instrucciones sobre la esclavitud fueron generales y sintéticas. Para valorar mejor su implementación he recogido en esta sección el modo en que los oficiales españoles tuvieron que gestionar y enfrentarse a una realidad mucho más compleja y dinámica de lo que preveían dichas instrucciones. La población local, y especialmente los propios esclavos, esclavas o libertos se mostraron activos y acudieron a las oficinas españolas para expresar sus reclamaciones, quejas, obtener manumisiones o dejar la resolución de sus conflictos en manos de la autoridad colonial, y enfrentarse a sus patrones. De este modo, la calculada neutralidad que pretendían los colonizadores no era posible en el cara a cara de las relaciones de poder entre aquellos grupos.
En la jurisprudencia islámica la manumisión tenía diversas posibilidades legales: que el propietario explicitara en su testamento que el esclavo quedaba libre el día de su defunción o que el esclavo pagara con dinero su propia libertad, por medio de trabajo. En la zona de Cabo Juby se produjo un caso del segundo tipo en 1932, que quedó registrado porque la manumisión terminó en conflicto. Este ejemplo demuestra además el uso estratégico de las fronteras por parte de los implicados. Faraye Ahmed ben Ali Biba era propietario de un esclavo llamado Meheyub. Este «adquirió su libertad según las leyes musulmanas en 160 duros españoles, entregando en el acto a su dueño 90 y quedándole, por lo tanto, deudor de 70»
En este mismo lugar, y muy poco antes, había tenido lugar un caso parecido con un ilustre de la literatura universal, el escritor y piloto Antoine de Saint-Exupéry, quien también a su paso por Cabo Juby liberó a un pastor esclavo llamado Bark. Y al igual que en el caso de Meheyub, el autor de
Añadiré otro ejemplo inédito de liberación muy significativo, ya que en él se expresaban las motivaciones personales, además de las políticas, de un oficial español que decidió comprar a una niña para liberarla. En abril de 1944 pasó cerca de su oficina de Smara un comerciante de Bus-Sba, procedente del sur, «con 50 camellos y seis negros de viaje para Guilimin, desde luego todo autorizado mediante pase por la Oficina de Tichla». Y añadía que:
Yo le compré una morenita pequeña, que me daba mucha pena por ser saladísima y además también por un poco de política con Said Uld Yumani, que a toda costa quería llevársela él y ante su insistencia viendo que si decía que era para mí se callaría, la compré dándole a continuación la libertad, pero ella no quiere separarse de mí. En esto de los morenos yo no se si se podrán pasar y vender en nuestra Zona, aún con pase de una Oficina, por lo cual ruego a V S.I., que me oriente respecto a esto para proceder en lo sucesivo
El hecho de que el oficial de Smara comprara una esclava, aunque fuese para liberarla, no entraba seguramente en los planes oficiales de la Administración central; de hecho, las instrucciones generales de 1943 quedaban más que en evidencia con este caso, ya que el oficial expresaba abiertamente sus dudas y preguntas sobre «esto de los morenos».
En el siguiente ejemplo de 1942 analizaremos las dificultades de gestión que tuvo que confrontar la Administración colonial frente a la incansable persistencia de una mujer esclavizada, Mbarka, por recuperar a su hija, Habiba, que puso en jaque el peso de las fronteras. Mbarka, madre de Habiba, había pertenecido como esclava a la familia Ben Derqawa de Dukkala, en la zona de protectorado francés. La familia Ben Derqawa casó a Mbarka con un capataz
Si en el caso anterior observamos las dificultades de la Administración española para negociar entre las autoridades tribales y los sujetos de la esclavitud, en el siguiente ejemplo se aprecia la tensión entre las autoridades españolas y francesas, y el uso instrumental de la frontera por parte de los
Uno de los Erguibat Ulad Daud que se encontraban nomadeando en la zona de Imguegrerem, mandaron a uno de sus esclavos al pozo de Tiraclim para darle de beber al ganado. Que el negro intento venir a esta Oficina para que le dieran la libertad, que al enterarse los dueños, salieron en su persecucion, encontrandole en el camino, obligandole a volver no sin antes darle palizas. Que ante el temor de que se enterasen en esta Oficina, marcharon inmediatamente para la zona francesa
En esta nueva dinámica histórica las poblaciones locales tenían claro que el
No era la primera vez que la declaración de una mujer comprada era utilizada en este sentido para liberar formalmente a una esclava, pero dejándola igualmente bajo la tutoría del mismo comprador. No en balde, en casos de conflicto se procuraba la manumisión de la esclava, pero los responsables de la compra no recibían ningún tipo de castigo. Es el caso de Aicha, sobre la que se obligó a redactar un documento de libertad, pero las «perdidas sufridas por Abdu [su comprador] es el castigo impuesto»
En similares circunstancias se produjo la liberación en febrero de 1945 de Baraquetu y Salma, cuyo caso hemos citado anteriormente, al apreciar el Grupo Nómada de Saquia el Hamra que un Erguibat había comprado dos esclavas en Nuakchott para venderlas, tras haber obtenido un dinero a cambio de camellos en el protectorado francés en Uad Nun. El comprador pagó cincuenta mil francos por Baraquetu, «de unos 19 años, pequeña, tipo de Guinea, color canela», y otros cincuenta mil por Salma, de 24 años, «estatura pequeña, tipo Guinea, color negro». Tras ser detenido, el comprador alegó que desconocía la prohibición y que «no se le puede prohibir vender las negras porque la justicia mora lo autoriza, hasta se atreve a decir que no le importaria vendieran a un hijo suyo, si es de justicia. [...] en prevision de que pueda vender a las negras se ordena las deje en este Puesto trabajando en concepto de libres hasta ulterior resolución»
CERTIFICO: Que en esta fecha se le concede a la musulmana negra SALMA MENT BILAL U. MESAUD, de la cabila de Ulad Bu Sbaa, fracción de Edmuisat, que habia traido a Zona Española para su venta el musulman Aomar Uld Emnamed Uld Azat, de la cabila de Erguiat, fracción de Suaad Ulad Bu Said; haciendo constar que se procede así en cumplimiento de lo dispuesto por el Excmo. Señor Gobernador del Territorio en orden telegrafica número cincuenta y dos de trece del actual
Pero como en otros casos, la libertad de las mujeres quedaba a merced de nuevos
En mayo de ese mismo año se dio cuenta de otra manumisión promovida por la autoridad española. Interesa destacar de este caso que, desafiando las formas existentes de liberación, que eran monopolio de
En el año 1948 se produjo un incremento de mediaciones de las oficinas españolas en asuntos de esclavos y protegidos, sobre todo vinculados a robos y fugas. De entre estas, la más llamativa es la de Embarek. Cuando leí en la etnografía de Caro Baroja sobre el Sáhara que algunos esclavos huidos cortaban parte de la oreja de un niño o de una yegua para pedir la protección a un nuevo dueño, me parecía una praxis probablemente exagerada por la literatura colonial
Una de los interrogantes que atraviesa esta investigación tiene que ver con las concepciones de esclavitud de españoles y saharauis en esta situación colonial. El servilismo formaba parte hasta tal punto del sentido común local, que la idea de protegido no estaba claramente distinguida de la de esclavo. En el siguiente caso estas nociones se ponen a prueba, así como su poder performativo. Emboiarec se presentó a la oficina de El Aiún en junio de 1948 huyendo de su amo, pero ya lo había hecho en 1941, cuando le acusaba de no darle comida ni ropa
En octubre de 1948 Um el Barca se presentó a la oficina de Smara para pedir protección de las agresiones de su amo. La central de Tan-Tan dio la razón a la mujer reclamante y desestimó las protestas del dueño. Como en otros casos, la intervención de la Administración colonial estaba motivada por la existencia de violencia y no tanto por la situación de esclavitud en sí, que quedó demostrada por los declarantes. Um el Barca provenía del Marruecos francés, tras ser agredida por Ahmed, «de Izarguien, Ait Said [zona española del Sáhara], que se decia su “dueño” a consecuencia de cuyos maltratos habia tenido que ser hospitalizada dos dias en Aiun del Dra»
El poder de las etiquetas era tan influyente que el destino y posición social de una persona podía depender de estos sistemas de clasificación definidos por las Administraciones. Fatma ment Samba uld Brahim, y Fuinina ment Maiec uld Cauri se presentaron a la oficina de El Aaiún en noviembre de 1948. Procedían de la cabila de El Hayech, en zona francesa. Habían sido robadas, y tras pasar por diversos vendedores fueron introducidas en zona española por unos Erguibat de la zona francesa. Fatma fue vendida por el precio de «dos camellas con su cria, tres camelas preñadas, cuatro de dos años y doscientas veinticinco pesetas»
La importancia de los sistemas de clasificación social se aprecia en este ejemplo de 1950, en el que un individuo reclamaba que un «negro» que compró su hermano en Adrar se había fugado y pedía que se le buscase, porque a posteriori se enteró que era un liberto. El amo pedía que las autoridades españolas reclamasen la vuelta del antiguo esclavo, que se había pasado a zona francesa, pero las autoridades españolas estimaron que si era una persona libre no podían hacer reclamación alguna, si el huido no había cometido ningún tipo de delito
Las escasas instrucciones dictadas sobre la esclavitud en el Sáhara son un indicador del desconcierto al que se vieron abocados los oficiales coloniales sobre el terreno. Las autoridades coloniales consideraban que el comercio de esclavos había sido prohibido y que ya no podía haber compraventa. Pero a pesar de esa supuesta abolición, nada impedía que los esclavos ya existentes mantuviesen su estatus; es decir, que no se pretendía terminar con la existencia de esclavos. Sin embargo, como en el protectorado del norte, las instrucciones también indicaban que era preciso intervenir en los casos de maltrato o cuando los esclavos se presentasen a las oficinas españolas para reclamar su libertad o denunciar su explotación. Más allá de estas intervenciones, el principal objetivo de esta política laxa era sobre todo evitar contravenir a las elites locales que disponían de esclavos o sujetos dependientes, sin alterar los principios religiosos islámicos, que devinieron un asunto sumamente delicado para la política colonial. Esta estrategia política fue muy similar a la adoptada por Francia en aquellos años en la fronteriza Mauritania
En realidad, la gestión de la esclavitud y el servilismo estuvo marcada por una praxis de improvisaciones. Sin embargo, un doble rasero regía la toma de decisiones: se debía implementar la prohibición de esclavitud, sin generar malestar entre los jefes tribales. Ello provocó también la mala conciencia de algunos oficiales, que compraron esclavas para liberarlas o tomarlas a su servicio. Y a pesar de esas incertidumbres, la Administración intervino en asuntos importantes como la certificación de manumisiones. Este hecho alteraba incluso los mecanismos cheránicos existentes hasta la fecha y la Administración española adoptaba un rol de juez en estas liberaciones, contraviniendo el propio objetivo de no entrometerse en asuntos religiosos. En cualquier caso, las relaciones serviles y de extrema dependencia no estaban en discusión, sino los abusos y la extralimitación de los amos.
Esta praxis política se conjugó en un espacio de fronteras. Las autoridades españolas y francesas gestionaban esta frontera, tenían formalmente el monopolio sobre ella, pero no podían controlarla. De ahí que esta competencia colonial fuese aprovechada por los
El lenguaje dado por descontado en los documentos, como expresión de poder, tuvo sus efectos políticos, aunque también era el reflejo de incertidumbres. Por un lado, palabras como
Este artículo es resultado del proyecto «Fronteras culturales en un mundo global» (FROGLOB), HAR2017-86776-P, financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Seddon (
Término propuesto por Georges Condominas en 1988. Villasante-de-Beauvais (
Chebel (
Aquí emplearé estos términos prestados del trabajo fundacional de Balandier (
Toledano (
Vergès (
Botte (
Cheikh (
Ennaji (
Harrison (
Stoler (
Nerín y Bosch (
Mateo Dieste (
González (
López Bargados (
Al libro De Dalmases (
Caro Baroja (
Caratini (
Villasante-de-Beauvais (
Hernández Ciro (
Comaroff y Comaroff (
Toledano (
Stoler (
López Bargados (
Martínez Milán (
López Bargados (
Cheikh (
Caro Baroja (
Caro Baroja (
Sobre estos intercambios transaharianos que llegaban hasta el sur de Marruecos, véase Pascon (
Lewis (
Cheikh (
Caro Baroja (
Goode (
Boëtsch y Ferrié (
De Dalmases (
Pero podría tratarse de la adaptación de un concepto local. Bengoechea Tirado (
(Ficha de pase) Sahara Español / Indígena / De la cabila / Fracción / Está autorizado a marchar a / Con objeto de / Llevando / Este pase es valedero hasta / Fecha y firma / Debe presentarse en las oficinas de tránsito. Archivo General de la Administración (en adelante AGA), 81/13882.
Martín Corrales (
Carta de Ángel Domenech Lafuente, jefe de la Sección Política, al delegado del Gobierno de Ifni. Sidi Ifni, 29 de enero de 1943, AGA, 81/13882.
Cheikh (
Tráfico de esclavos entre Mauritania y nuestra zona. 1944, Gobierno Político Militar de Ifni Sahara (en adelante GPMIS). Zona Zaguia el Hamra. Aiún, 29 de septiembre de 1944, AGA, 81/13882.
GPMIS. Zona Zaguia el Hamra, Aiún, 13 de diciembre de 1944, AGA, 81/13882.
Expediente
GPMIS. Zona Rio de Oro. Secreto. Sobre venta de familiares de raza negra. Villa Cisneros, 23 de julio de 1942, AGA, 81/13882.
GPMIS. Zona Rio de Oro. Secreto. Sobre Boutilimit. Esclavitud. Dirigido al Jefe de la Sección Política del Gobierno Sidi Ifni-El Aiun, y al Delegado del Sahara. Villa Cisneros, 26 de abril de 1943, AGA, 81/13882.
GPMIS. Servicio Radiotelegráfico Militar. Radio para Aiun, Tantan y Villa Cisneros. De Ifni. El coronel gobernador, 5 de septiembre de 1944, AGA, 81/13882.
GPMIS. Telegrama postal. Circular. El coronel gobernador, Sidi Ifni, 21 de mayo de 1945, AGA, 81/13882.
GPMIS. Zona Saguia El Hamra. Sobre Esclavos. Aiún, 13 de diciembre de 1944, AGA, 81/14522. Existe otra ficha con la misma información del caso, con el epígrafe de «NEGROS».
Radiograma descifrado. De Ifni para Tantan y Aiun, 19 de agosto de 1944, AGA, 81/14522.
GPMIS. Zona Saguia el Hamra. Semara, 20 de enero de 1947, AGA, 81/13882.
La palabra horro procede del árabe
Carta reservada del Subgobernador del Sahara al Sr. Capitán Jefe de la Oficina destacada de Semara, 26 de octubre de 1948. Pero la información refiere las instrucciones emitidas ya el día 5 de abril de 1948, AGA, Caja 81/13882.
Sobre «Abolición de esclavitud en Mauritania», Delegación Gubernativa Zona Meridional del Sáhara, 1 de junio de 1953, AGA, 81/13882.
Notas sobre «Abolición esclavitud». Del coronel delegado interino al Alto Comisario. Delegación de la Alta Comisaría, Cabo Juby, 15 de julio de 1932, AGA, 81/11001.
Estas memorias se encuentran en
Nota, s. f., AGA, 81/14522.
Comercio de negros. GPMIS. Zona Saguia el Hamra. Oficina de Smara, 1 de mayo de 1944, AGA, 81/14522.
Asunto: Habiba Met Dris Ben Laarbi. Intervención Local. Cabo Juby, 9 de julio de 1942, AGA, 81/13882.
Carta a Galo Bullón Díaz. GPMIS, Sidi Ifni, 17 de agosto de 1942, AGA, 81/13882.
Carta del
Esclavos. Aiún, 3 de abril de 1944, AGA, 81/13882.
Sobre Esclavos. GPMIS. Zona Saguia el Hamra. Aiún, 13 de diciembre de 1944, AGA, 81/13882.
GPMIS. Servicio Radiotelegráfico Militar. De Ifni a Aiun. Recibido el 21 de enero de 1945, AGA, 81/13882.
Esclavos. Oficina destacada de Smara, 26 de enero de 1945, AGA, 81/13882.
Certificado de liberación. Don José Ruíz García, capitán adjunto de la Delegación Gubernativa del Sahara, Aiún, 15 de febrero de 1945, AGA, 81/13882.
Nota manuscrita, 16 de febrero de 1945, AGA, 81/13882.
Carta de Argimiro Rodicio González, capitán jefe de la Oficina al comandante delegado del Sáhara español (Aiun). GPMIS. Smara, 19 de mayo de 1945, AGA, 81/13882.
En la sociedad saharaui los esclavos también eran acusados en algunas ocasiones de «desangrar a la gente con su mirada y efectuar otros actos de carácter maligno» (
Carta del capitán adjunto al comandante subgobernador de Smara. Gobierno del África Occidental Española (en adelante GAOE). Subgobierno del Sahara. Aiún, 12 de marzo de 1948, AGA, 81/13882.
Notas sobre esclavitud, s.f., AGA, 81/13882.
Carta del capitán adjunto al comandante subgobernador del Sahara. GAOE. Subgobierno del Sahara. Aiún, 26 de junio de 1948, AGA, 81/13882.
Keesing (
Um el Barca mentz Emboiric uld sid Ahmed, «morena» de los Ahl Chej Ahmeduch U Soliman (Mauritania). GAOE. Sahara Español. Zona Saguia el Hamra. Nota procedente de Central de Tan Tan. Aiún, 20 de octubre de 1948, AGA, 81/14522.
Robo dos negras en la Mauritania. GAOE. Sahara Español. Zona Saguia el Hamra. Aiún, 24 de noviembre de 1948, AGA, 81/13882.
Asuntos negros (esclavitud), 10 de mayo de 1950, AGA, 81/14522.
Nota. Vide para el expediente esclavos. Septiembre de 1950, AGA, 81/14522.
Pettigrew (
Para un resumen de la polémica, véase De Dalmases (
Valensi (
Blanco González (