RESUMEN
La representación de las minorías ocupa un lugar central en la reflexión de John Stuart Mill acerca del gobierno representativo. Debido a ello, el lugar de Mill en la historia de los modernos regímenes electorales es objeto de polémica en la historiografía intelectual reciente. El presente artículo busca intervenir en dicho debate al argumentar que Mill ocupó un rol fundamental en el surgimiento de los sistemas electorales proporcionales. Además de proporcionar sólidos argumentos teóricos, Mill desplegó una verdadera campaña internacional a favor de la adopción de estos novedosos arreglos institucionales. Para demostrarlo, el artículo explora en profundidad su correspondencia personal, así como también otras fuentes primarias.
Palabras clave: John Stuart Mill; representación proporcional; sistemas electorales; conexiones transnacionales.
ABSTRACT
Minority representation stands as a key topic in John Stuart Mill´s reflections regarding representative government. As a consequence, his place in the history of modern electoral systems is a topic of debate in recent scholarship. This article argues that Mill played an instrumental role in the development of proportional electoral systems the world over. In addition to providing cogent arguments, he undertook an international campaign that advocated the adoption of these new institutional arrangements. His personal correspondence as well as other primary sources are explored in depth in order to probe so.
Keywords: John Stuart Mill; proportional representation; electoral systems; transnational connections.
En su famoso ensayo sobre Tolstoi, Isaiah Berlin (2002: 35) sugiere que los grandes pensadores pueden ser calificados como zorros o erizos. Mientras que los zorros, amantes de lo particular, saltan de un tema a otro, los erizos tienen un principio o visión que organiza su obra. Como lo señaló Luis Blanc con motivo de su muerte, John Stuart Mill fue un personaje multifacético —filósofo, artista, economista y político—, para el cual la verdad científica fue un principio rector[2]. Mill, el «santo del racionalismo» según William Gladstone (Kinzer, 1981: 121), merece sin lugar a dudas un lugar junto a Platón, Hegel y Nietzsche en el panteón de los erizos[3]. Precisamente por ello su obra constituye terreno fértil para las indagaciones provenientes de la historia intelectual y de las ideas. Diversos estudios han explorado el modo en el cual Mill abordó problemáticas como la ampliación del sufragio y el colonialismo. Otros, además, han rastreado en dichos abordajes la influencia de autores como Tocqueville, Guizot y Carlyle (Pappe, 1964; Kinzer, 1981; Krouse, 1982; Bell, 2010; Miller, 2015; Paltieli, 2019).
Sin embargo, la contribución de Mill en el terreno de la política suele ser relegada como resultado del énfasis intelectual que atraviesa la historiografía reciente. La representación proporcional ilustra con claridad el argumento. La literatura ha aclarado las ideas de Mill acerca de la representación política y el lugar que esta ocupa en su reflexión madura sobre el gobierno representativo. En sus análisis, algunos autores sugieren que Mill debe ser considerado el padre intelectual de la representación proporcional mientras que otros, por el contrario, argumentan que sus ideas simplemente reflejan las inquietudes propias de los reformistas victorianos ante el advenimiento de la democracia (Kern, 1972; Hall, 1975; Pani, 2000:23; Conti, 2019). A pesar de divergir en su interpretación, ambos grupos coinciden en que sus investigaciones se focalizan únicamente en los libros, folletos y artículos periodísticos publicados por Mill.
En línea con la primera posición, el presente artículo argumenta que Stuart Mill efectivamente desempeñó un rol central en el surgimiento de los sistemas electorales proporcionales. Además de aportar sólidos argumentos teóricos, Mill desplegó una campaña internacional para impulsar la adopción de estos novedosos arreglos electorales. Este trabajo indaga su correspondencia para demostrar que los vínculos establecidos con políticos, publicistas e intelectuales tanto británicos como foráneos contribuyeron a la formación de una red transnacional de actores dedicados a la difusión e implementación de nuevas fórmulas electorales (Rodogno et al., 2014; Haas, 1992). A su vez, la perspectiva adoptada permite apreciar el pragmatismo que caracterizó a Mill en su cruzada reformista, lo cual es soslayado por la historiografía intelectual al considerar que Mill depositó todas sus esperanzas en el sistema propuesto por el abogado y charity commissioner Thomas Hare (Urdánoz, 2008: 17; 2019).
El artículo contiene tres apartados. El primero describe brevemente el recorrido que condujo a Mill a concebir la representación de las minorías como la «hoja de ruta para la democracia del futuro» (Mikena y Lindley, 1972a: 765). El segundo reconstruye las acciones que Mill llevó a cabo para impulsar la adopción del nuevo principio de representación. Por último, el apartado final explora la recepción y el uso de su figura en algunos debates institucionales fuera de Gran Bretaña.
Desde un comienzo, las leyes electorales fueron para Mill un tema de primer orden.
Con apenas diecisiete años, inició su vida pública definiéndose como un «partidario
de una reforma radical» en la Cámara de los Comunes (Robson y Robson, 1986: 167). Para los radicales, tendencia en la cual su padre —James Mill— y Jeremy Bentham
ocupaban un rol intelectual de relevancia, la ampliación de la franquicia era imperiosa[4]. La Constitución inglesa se hallaba desbalanceada en la medida que la mayoría de
los comunes eran elegidos por unas pocas familias pertenecientes a la aristocracia
( Mill esperaba que algunos Whigs aceptaran el liderazgo radical y que los demás se afiliaran al bando Tory. De esta manera, los partidos finalmente pasarían a reflejar principios políticos claramente
definidos e identificables.
La apuesta fracasó. En vez de radicalizarse, los liberales colaboraron con los Tories y en 1832 la Great Reform Act amplió el electorado en un 45 % ( De todos modos, la gran mayoría de la población adulta permaneció excluida del derecho
al voto al no alcanzar el requisito de una renta anual de £10 —borough franchise—. De hecho, el propio Mill consideró seriamente mudarse a Australia durante 1834.
Sin embargo, la experiencia al frente de la London and Westminster Review no fue en vano. En 1835 y 1840 respectivamente, Mill recibió y reseñó los dos volúmenes
de «la primera investigación analítica acerca de las influencias de la democracia».
La obra seminal de Tocqueville confirmó sus temores respecto de los dos grandes peligros
de la democracia: la tiranía de la mayoría y la uniformidad de la opinión pública.
Concomitantes al advenimiento de la sociedad democrática, estas amenazas son retratadas
como fenómenos inexorables y de alcance global. Debido a ello, lo que Mill encuentra
más valioso en la obra y asegura «dará un nuevo carácter a las especulaciones políticas
de nuestro tiempo» es la idea de que las instituciones democráticas son capaces de
corregir dichos defectos (
En 1850, la ampliación del sufragio y la modificación de la legislación electoral
ingresaron nuevamente en la agenda de los comunes. En un principio, Mill consideró
que el voto plural —el otorgamiento de votos adicionales a los electores más capacitados—
era una condición indispensable para cualquier ampliación de la franquicia El esquema de voto plural propuesto por Mill (
Convencido de que una constitución justa requería que las minorías fueran representadas,
Mill optó por la propuesta de Marshall en sus Thoughts on Parliamentary Reform (
Como bien ha señalado Gregory Conti ( La obra A Treatise on the Election of Representatives, Parliamentary and Municipal tuvo cuatro ediciones: 1859, 1861, 1865 y 1873. Aunque lo cierto es que Hare presentó
su propuesta de reforma electoral por primera vez en En la propuesta inicial, el elector estaba habilitado para emitir tantas preferencias
como escaños en juego. En otras palabras, el sistema de Hare contemplaba la posibilidad
de papeletas con 658 candidatos.
El tratado de Hare apareció en un momento oportuno. Mill compartió esta apreciación
con el catedrático escocés y defensor del voto plural Alexander Bain. En Gran Bretaña,
a diferencia de los Estados Unidos, «las mayorías numéricas no son aún la fuerza política
predominante. La cuestión por decirse es cuánto poder habrá de serle otorgado» (
A pesar de declararse como un «apóstol entusiasta» del cociente electoral, Mill desde
un comienzo trazó objetivos realistas. El plan de Hare importaba una transformación
radical de las instituciones electorales y por ello en una de sus primeras cartas
Mill le advirtió que «una cosa tan completa no se obtendrá en un solo paso» (íd.).
Si bien el voto limitado y el voto acumulativo eran apenas parches comparados con el cociente electoral, él habría de apoyarlos llegado el caso. En efecto,
Mill confesó que no estaba dispuesto a «echar agua fría sobre aquello que reconoce
un peligro y apunta en dirección al progreso» (
En 1860, Mill inició una activa campaña a favor de la reforma electoral. En primer
lugar, buscó atraer el apoyo de figuras públicas y para ello envió copias del tratado
de Hare a reformistas sociales como Edwin Chadwick, intelectuales de la talla de Herbert
Spencer o James Lorimer, e influyentes políticos liberales como el futuro primer ministro
William Gladstone (íd.). Además, procuró disponer de otras armas para dar la batalla
en el terreno de la opinión. A pesar de su ingenio, Hare no dominaba «el arte de presentar
sus descubrimientos con miras a causar un efecto en el público» (íd.). Por lo tanto,
Mill encargó a Fawcett (
Para su agrado, la campaña adquirió estatus internacional prácticamente de inmediato.
Una de las primeras noticias en este sentido provino de Adelaida —un municipio de
la colonia australiana de Victoria—. Allí, en 1861, la prominente sufragista Catherine
Helen Spence publicó varios artículos en el South Australian Gazette and Colonial Register reproduciendo los argumentos esgrimidos por Mill en una reseña de 1859 El artículo titulado «Recent Writers on Reform» fue publicado en abril de 1859 en Fraser ‘s Magazine.
Del mismo modo, Mill felicitó a Luis Blanc, con quien mantenía una intensa correspondencia,
por introducir en la opinión pública francesa el interrogante por las instituciones
electorales adecuadas para una democracia libre (ibid.: 719). Además de Blanc, en Francia la representación proporcional contó con el apoyo
de autoridades de la talla de Laboulaye, Eugène Véron y, en especial, Eugène Aubry-Vitet.
De hecho, el artículo publicado por este último en la prestigiosa Revue des Deux Mondes fue considerado por Mill como una de las defensas más inteligentes y completas del
sistema de Hare El artículo de Eugène Aubry-Vitet fue publicado el 15 de mayo de 1870 bajo el tìtulo
de «Le Suffrage Universel dans l’Avenir et le Droit de Représentation des Minorités».
La representación de las minorías encontró defensores entusiastas incluso en los Estados
Unidos, arquetipo de la democracia mayoritaria. Uno de ellos fue un arquitecto de
Boston, Charles A. Cummings, quien en 1863 publicó una serie de artículos en el Christian Examiner (
Como sugiere la cita, Mill procuró que el nuevo principio de representación trascendiera
la especulación teórica e ingresara en el terreno de las instituciones. Los esfuerzos
en este sentido aparecen reiteradamente en su correspondencia y arrojan una imagen
diferente a la del intelectual retraído en la torre de marfil. Una vez más, las colonias
de Australia aparecieron como un espacio propicio para la innovación institucional.
Como parte de un cambio de rumbo en la política del imperio, a partir de 1850 las
colonias comenzaron a disponer de gobiernos responsables. Para Mill, esta era una
oportunidad excepcional para llevar adelante experimentos que la metrópoli tenía vedados
a causa de su rigidez y parroquialismo (
El curso de la política bajo su actual constitución es precisamente aquel de la falsamente
llamada democracia en la cual los trabajadores son los únicos realmente representados.
Las viejas naciones se encontrarán con el tiempo en la misma situación, y la única
forma de evitarlo es luchar con coraje, como ustedes lo hacen […] luchar siempre por
una justa representación de las minorías. Yo veo en ella la hoja de ruta para la democracia
del futuro. Si no es adoptada, nada evitará que la sociedad sea conducida a un nivel
mental de estrecha estupidez y a la anarquía (ibid.: 765) El resaltado es propio.
Cuando en 1863 un nuevo proyecto buscó introducir el voto acumulativo en Victoria,
los parlamentarios resaltaron que el autor del mismo había sido contactado y felicitado
por el mismísimo John Stuart Mill (
Mill no se dio por vencido; por el contrario, las elecciones de 1865 le dieron la
oportunidad de abogar por la representación de las minorías como miembro de la Cámara
de los Comunes en un contexto en el cual la reforma electoral ocupaba el centro de
la escena. Sin embargo, él no aprovechó esta oportunidad hasta mayo de 1867. Durante
buena parte de su mandato, Mill se vio forzado a adoptar una postura moderada como
consecuencia de su apoyo a William Gladstone. La muerte de Palmerston había permitido
su llegada al ministerio y Mill consideró que desde esa posición conduciría al partido
liberal por un rumbo verdaderamente reformista ( Mill rehusó a ser quien presentase la enmienda. Sin embargo, esta habría de contar
con su voto en el hipotético caso de que otro parlamentario la presentase.
La llegada del Gobierno conservador de Derby marcó un punto de inflexión. A partir
de entonces, Mill defendió públicamente la representación proporcional a pesar de
que «todos excepto nosotros (Mill y Hare) y los radicales extremos se le oponen» (ibid.: 1244). En su famoso discurso del 29 de mayo 1867, Mill (
Entre estos casos, Suiza destacó por ofrecer un caso práctico. Allí había un intelectual
y publicista que compartía su visión sobre «una de las cuestiones más serias de la
ciencia política». El catedrático Ernest Naville —apodado el John Stuart Mill continental
(
La prédica de Mill no resultó en vano. Si bien los Comunes desestimaron el cociente
de Hare, lo cierto es que la Second Reform Act (1867) contempló la representación
de las minorías en los grandes distritos urbanos de Inglaterra mediante el voto limitado.
A decir verdad, la medida en cuestión era extremadamente moderada, dado que estos
catorce distritos representaban apenas 40 de los 658 escaños de Westminster. Además,
como bien señaló uno de los traductores de Mill, el profesor de Derecho Constitucional
colombiano Florentino González (
A diferencia de su faz intelectual, la acción política de John Stuart Mill se encuentra
atravesada por apuestas fallidas y proyectos truncados. De hecho, él mismo era consciente
de este contraste. En una carta dirigida a Thomas Hare, Mill buscaba consuelo en el
hecho de que «aunque los políticos se alejan gustosos del asunto, las ideas correctas,
ahora que son promulgadas, están rápidamente abriéndose paso entre los pensadores,
los futuros maestros de todas partes del mundo» (
Aunque no lo vio en vida, Mill estaba en lo correcto al vincular la representación
proporcional con el futuro de la democracia. Comenzando por Bélgica en 1899, prácticamente
toda Europa Occidental acompañó la ampliación del sufragio con la adopción de sistemas
electorales proporcionales durante las dos primeras décadas del siglo xx (
Este artículo argumenta que Stuart Mill contribuyó significativamente al surgimiento y expansión de estos sistemas. Por un lado, proporcionó sólidos argumentos teóricos en favor de la reforma en sus obras, así como también en sus discursos y otras intervenciones públicas. Además, incentivó y colaboró en diversos intentos de reforma en Gran Bretaña y en el extranjero, sirviéndose para ello de sus contactos internacionales. Pero, sobre todo, Mill merece un lugar en el panteón de los padres del movimiento internacional proporcionalista porque así fue reconocido por sus contemporáneos, incluso aquellos con los cuales jamás intercambió correspondencia. A modo de cierre, esta sección ofrece algunos ejemplos ilustrativos de la recepción y el uso de la figura de John Stuart Mill en diferentes movimientos reformistas.
Como hemos visto, Mill celebró el progreso de la representación de las minorías en
los Estados Unidos. De aquel lado del Atlántico, las propuestas de reforma comenzaron
a multiplicarse tanto a nivel federal como estadual durante el periodo inmediatamente
posterior a la guerra civil. Una de las principales iniciativas fue encabezada por
el senador por Pensilvania, Charles R. Buckalew, quien en 1867 propuso abandonar el
sistema de circunscripciones uninominales para la Cámara de Representantes y, en su
lugar, adoptar el voto acumulativo. Buckalew obtuvo un dictamen de comisión favorable
y el 11 de julio se dirigió al Senado. En su discurso, el cual fue publicado y llegó
a manos de Mill por medio de James G. Marshall, el senador citó extensivamente a la
«máxima autoridad en la materia» para demostrar que el proyecto era conveniente, practicable
y útil (
Sin embargo, en esta ocasión la iniciativa recibió el respaldo de demócratas y republicanos.
Una vez culminadas las deliberaciones, el diario de Medill y la recientemente formada
Chicago Minority Representation Society desplegaron una campaña que contribuyó a que
la reforma finalmente se impusiera en las urnas el 2 de julio de 1870 Los convencionales constituyentes sometieron la reforma electoral a un voto separado
del resto del texto constitucional. Como bien ha señalado Frank Cicero Jr. (
A su vez, la figura de Mill fue utilizada en muchos debates institucionales de los
cuales no hay evidencia de que haya estado al tanto. El caso de las repúblicas hispanoamericanas
ilustra bien el argumento. Por ejemplo, los argumentos presentados en los capítulos
siete y ocho de las Consideraciones sobre el gobierno representativo fueron debatidos en la Cámara de Diputados del imperio brasilero en el mismo año de
su publicación. De hecho, uno de los miembros más conspicuos del cuerpo, José de Alencar,
se definía como «un soldado de Stuart Mill» ( Mercurio de Valparaíso, 3-9-1869
Mercurio de Valparaíso, 7-9-1883
En una carta dirigida a Luis Blanc, Mill aseguró que «las buenas ideas, una vez plantadas,
echan raíces en la tierra». Lamentablemente, Mill no vivió para ver florecer la representación
proporcional. En junio de 1873 su médico le informó de que su condición era terminal.
Llamativamente, el diario porteño editado en inglés coincidió con el tono de la reflexión
del propio Mill al aseverar que «las semillas que ha ayudado a plantar están comenzando
a brotar por doquier» The Standard, 15-6-1873
Constitución de la Provincia de Buenos Aires (1873). Edición Oficial. Buenos Aires: Imprenta Americana.
[1] |
El autor agradece especialmente a Laura Cucchi sus valiosos comentarios a las versiones preliminares de este artículo. |
[2] |
The Standard, 22-07-1873 |
[3] |
Las traducciones son propias a menos que se indique lo contrario. |
[4] |
Para los radicales utilitaristas la ampliación del sufragio debía ser complementada
por la incorporación del voto secreto. Además, los mandatos parlamentarios debían
ser anuales para asegurar una mayor coincidencia posible con el interés general ( |
[5] |
Mill esperaba que algunos Whigs aceptaran el liderazgo radical y que los demás se afiliaran al bando Tory. De esta manera, los partidos finalmente pasarían a reflejar principios políticos claramente definidos e identificables. |
[6] |
De todos modos, la gran mayoría de la población adulta permaneció excluida del derecho al voto al no alcanzar el requisito de una renta anual de £10 —borough franchise—. |
[7] |
De hecho, el propio Mill consideró seriamente mudarse a Australia durante 1834. |
[8] |
El esquema de voto plural propuesto por Mill ( |
[9] |
La obra A Treatise on the Election of Representatives, Parliamentary and Municipal tuvo cuatro ediciones: 1859, 1861, 1865 y 1873. Aunque lo cierto es que Hare presentó
su propuesta de reforma electoral por primera vez en |
[10] |
En la propuesta inicial, el elector estaba habilitado para emitir tantas preferencias como escaños en juego. En otras palabras, el sistema de Hare contemplaba la posibilidad de papeletas con 658 candidatos. |
[11] |
El artículo titulado «Recent Writers on Reform» fue publicado en abril de 1859 en Fraser ‘s Magazine. |
[12] |
El artículo de Eugène Aubry-Vitet fue publicado el 15 de mayo de 1870 bajo el tìtulo de «Le Suffrage Universel dans l’Avenir et le Droit de Représentation des Minorités». |
[13] |
El resaltado es propio. |
[14] |
Mill rehusó a ser quien presentase la enmienda. Sin embargo, esta habría de contar con su voto en el hipotético caso de que otro parlamentario la presentase. |
[15] |
Los convencionales constituyentes sometieron la reforma electoral a un voto separado
del resto del texto constitucional. Como bien ha señalado Frank Cicero Jr. ( |
[16] |
Mercurio de Valparaíso, 3-9-1869 |
[17] |
Mercurio de Valparaíso, 7-9-1883 |
[18] |
The Standard, 15-6-1873 |
[19] |
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