RESUMEN
Adolfo Martín-Gamero, director de la Oficina de Información Diplomática, tramitó las entrevistas que Franco celebró con periodistas de la prensa internacional entre 1958 y 1968. Basándose en documentación inédita de la Real Academia de la Historia, este estudio analiza el contexto y contenido de aquellos encuentros periodísticos insertos en la estrategia propagandística de la dictadura y en los que, además, el diplomático actuó como intérprete. El examen revela la importancia que el franquismo atribuía a las grandes cabeceras estadounidenses (The New York Times, en especial), debido a su influencia en la opinión pública de su principal aliado internacional, y a Le Figaro para estrechar relaciones comerciales con Francia y facilitar el acceso de España al Mercado Común.
Palabras clave: Francisco Franco; franquismo; Oficina de Información Diplomática; prensa extranjera; The New York Times; Le Figaro.
ABSTRACT
Adolfo Martín-Gamero, director of the Office of Diplomatic Information, managed the interviews that Franco gave to international media journalists between 1958 and 1968. Based on previously unpublished documentation filed at the Real Academia de la Historia, this study analyses the context and the contents of those journalistic meetings, which were part of the propaganda strategy of the dictatorship, and in which the diplomat was involved as an interpreter. The conclusions emphasize the importance given by Francoism to the US media (especially The New York Times) due to the influence of their international ally over the public opinion, and Le Figaro, which helped establishing closer trade relations with France and so facilitating the Spanish accession to the Common Market.
Keywords: Franco; Francoism; Office of Diplomatic Information;; foreign press; The New York Times; Le Figaro.
En diciembre de 1945 un reportero de Associated Press entrevistó a Franco en el Palacio de El Pardo. A Dewitt Mackenzie le sorprendió la cordialidad de quien, por haberse identificado con el Eje, conducía a su país al ostracismo tras la Segunda Guerra Mundial. El encuentro, que marcó el principio de la operación del franquismo por recuperar la respetabilidad en los Estados Unidos[1], ilustra sobre la estrategia propagandística que el régimen impulsó a través de estos encuentros con reporteros extranjeros.
Este trabajo cubre una laguna en la historiografía: el examen de las entrevistas con Franco que la Oficina de Información Diplomática (OID), dirigida por Adolfo Martín-Gamero, concertó con periodistas extranjeros entre 1958 y 1968. Este periodo crucial explica cómo la apertura del Ministerio de Asuntos Exteriores, encabezado por Fernando María de Castiella, transitó de la tensión y enfrentamiento con el Ministerio de Información y Turismo a la colaboración y el entendimiento a partir del relevo de Arias Salgado por Fraga en 1962.
Todo estado de la cuestión de la relación del franquismo con la información internacional
debe retrotraerse al trabajo de Sahagún ( Para el franquismo y la prensa véanse Moreno Cantano (
A un politólogo de Harvard, Joseph Nye, se debe el concepto de poder blando (soft power), que define como «la capacidad de obtener lo que quieres a través de la atracción antes
que a través de la coerción o las recompensas» Rosendorf (
El presente estudio, que incardina las entrevistas a Franco en este contexto de propaganda
(de poder blando), debe acudir también a los testimonios de protagonistas, como Benjamin Welles ( Menor interés revisten las de sus directores generales de Cinematografía (
Finalmente, y aparte de las referencias hemerográficas (periódicos españoles y extranjeros
que publicaron las citadas entrevistas), se ha recurrido a dos archivos. En primer
lugar, se han consultado los expedientes de reporteros extranjeros del Ministerio
de Información y Turismo en el Archivo General de la Administración (AGA). Fuente
esencial en esta investigación constituye, por último, el legado Martín-Gamero, archivo
personal del director de la Oficina de Información Diplomática entre 1958 y 1968.
Estos fondos inéditos, de los que se ha utilizado la voluminosa carpeta alusiva a
nuestro objeto de investigación y un breve documento mecanografiado Legado Martín-Gamero. Carpeta «Entrevistas con Franco de periodistas y personajes
extranjeros en que Adolfo Martín-Gamero actuó como intérprete». Real Academia de la
Historia. En lo sucesivo, LMG, Carpeta Entrevistas. El documento mecanografiado en
el que el protagonista relata su paso por la OID se titula «Adolfo Martín-Gamero y
González Posada fue director general de la Oficina de Información Diplomática de 1958
a 1968 (época de grandes cambios)». En lo sucesivo, LMG, AM-G.
Esta investigación toma como punto de partida que la selección de los entrevistadores (y de los medios a los que representaban) y la gestión de las entrevistas periodísticas con Franco se orientarían hacia la exaltación propagandística de su régimen y a la política de apertura de Asuntos Exteriores. También presupone que la realización y publicación de las entrevistas, debido a sus condiciones restrictivas, en nada tendrían que ver con las prácticas profesionales en los Estados democráticos con plenas garantías para el ejercicio de las libertades de prensa. Y, por último, da por sentado que los encuentros se desarrollarían dentro de la estrategia de soft power, si bien condicionada por la particular personalidad del jefe del Estado. Se pretende, en suma, confirmar a partir de documentación inédita y con un enfoque novedoso (el análisis sistemático de estos diálogos de reporteros foráneos con el dictador) una línea de interpretación bien consolidada por la historiografía.
Se ha venido estudiando la relación del franquismo con la información del mundo a
partir de su recepción doméstica, que «generalmente no reflejó a la sociedad internacional
real, sino a la sociedad internacional inventada en cada momento por el sistema de
acuerdo con sus intereses» Rosendorf (
El sucesor de Brewer, Benjamin Welles, señaló las restricciones que sufría la prensa
española: «En mis propios seis años en España (1956-1962) no puedo recordar ni una
palabra crítica hacia el Gobierno (presidido por Franco); las Fuerzas Armadas (comandadas
por Franco); la Iglesia (amparada por Franco): los sindicatos falangistas (encabezados
por Franco); o las políticas de la nación (dictadas por Franco)» Welles (
Sin embargo, él no sintió dicho ronzal: «Paradójicamente, el corresponsal extranjero
está libre de la censura. En mi experiencia de seis años, ni una palabra de las que
escribí fueron objeto de la censura ni fui convocado una sola vez por [Asuntos] Exteriores,
el de Información u otros ministerios para ser reprendido, amenazado, o presionado» Ibid.: 92-93.
Henry F. Schulte, director de United Press International en Madrid, incidiría en el
carácter pendular del contexto informativo español, siempre entre la censura y el
«libertinaje» Ibid.: VIII.
No obstante, resultaba obvio que «el Gobierno [español] no podía decir al New York Times, a Le Monde, al Christian Science Monitor o al Times de Londres qué publicar como hacía con ABC, Arriba, o La Vanguardia». De ahí que se aplicara a los corresponsales extranjeros la condescendencia o diversos
grados de coacción
El marco general para los reporteros acreditados en España lo fijó la Ley de Prensa
de 1938 BOE, n.º 549, 23-4-1938, pp. 6915-6917.
Desde abril de 1945 se eliminó la censura sobre los corresponsales extranjeros Ibid.: 47.
Véase Fernández Fernández-Cuesta (
La llegada al Ministerio de Asuntos Exteriores en 1957 de Castiella, mucho más sensible a la imagen exterior de España y deseoso de recabar competencias sobre los corresponsales a través de la OID, marca el contexto de nuestro análisis.
«Prototipo» de una «larga travesía hacia el liberalismo» de «una parte significativa
de la derecha española contemporánea», Fernando María de Castiella (1907-1976) «pasó
por el maurismo, por la extrema derecha monárquica en los años treinta, participó
de forma efímera en la aventura fascista y, desde 1943, se consagró a la reconversión
nacional-católica de la dictadura, en especial a su rehabilitación internacional» Pardo ( La creación de la OID en Boletín Oficial del Estado, 2 de enero de 1946, pp. 85-88. Véase Fernández Fernández-Cuesta ( Entrada del Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia (disponible en: https://bit.ly/3GyUg8P).
Boletín Oficial del Estado, 22 de febrero de 1958, pp. 313-314. Aunque ejerció desde febrero de 1958, el nombramiento
oficial se demoraría hasta enero de 1960. Boletín Oficial del Estado, 3 de febrero de 1960, p. 1360.
LMG, AM-G. Fernández-Miranda (
El nuevo director de la OID chocó pronto con el ministro de Información y Turismo,
desde 1951 el integrista Gabriel Arias Salgado Schulte ( LMG, AM-G. También Fraga (
El papel que nos interesa del director de la OID entre 1958 y 1968 es el de gestor
de las entrevistas de reporteros extranjeros ante el general Franco, así como de intérprete
en dichos encuentros. Esta última figura, esencial en las relaciones internacionales,
se profesionaliza en el primer tercio del siglo xx, cuando surge la Sociedad de Naciones. Son bien conocidas las memorias del más relevante
traductor de la Alemania de Weimar y el nazismo, Paul Schmidt, intérprete de Hitler Schmidt (
En el caso español apenas existe literatura científica acerca de estos funcionarios Pueden citarse los trabajos de Baigorri ( Para Hendaya véase Espinosa de los Monteros ( Piniés ( Oyarzábal (
Martín-Gamero tramitó las audiencias del general con personalidades extranjeras, a
las que acompañó al Palacio de El Pardo, el Pazo de Meirás y el Palacio de Ayete.
Como director de la OID entre 1958 y 1968, se convirtió en el intérprete de más trayectoria
junto a Franco, al que conoció en febrero de 1958 cuando acompañaba a una delegación
de parlamentarios franceses. Los visitantes se dispusieron en círculo y Franco, en
pie, se volvió levemente hacia él: «¿Qué tal por Madrid?». El intérprete, ingenuo,
a punto estuvo de enumerarle los problemas de su departamento. En realidad, Franco
estaba saludando a los franceses. Según el diplomático, para este «el intérprete no
era sino una simple máquina que funcionaba a su lado, a quien apenas miraba y con
cuyo nombre y probablemente cara —tal fue mi caso— no se llegaría a familiarizar hasta
después de muchas entrevistas» LMG, Carpeta Entrevistas. Encabezaba la delegación el conservador Guy Petit. LMG,
AM-G. La Vanguardia Española, 19-2-1958, reprodujo en primera una fotografía del encuentro.
El chaqué resultaba obligatorio en las audiencias. Al producirse la llamada, el visitante
penetraba en el despacho del Caudillo, quien permanecía al fondo, «inmóvil, impasible»
ante una mesa de trabajo repleta de papeles. Fotografías dedicadas sobre mesas y consolas
permitían cierto análisis de las relaciones exteriores españolas El embajador británico Hoare advirtió en 1944 que las fotografías dedicadas de Hitler
y Mussolini habían dejado lugar a las del papa y Salazar (
De los tres tipos de corresponsales que Reckling ( La propaganda dictaba las excepciones, como cuando en 1947 Franco recibió en Ayete
al escritor conservador norteamericano Merwin K. Hart ( Reckling (
Martín-Gamero gestionó trece entrevistas de Franco con corresponsales extranjeros:
Tabla 1
Entrevistas de Franco con corresponsales extranjeros gestionadas por Martín-Gamero
Fecha del encuentro | Periodista-entrevistador | Medio de comunicación |
---|---|---|
Junio de 1958 | Serge Groussard | Le Figaro (Francia) |
Febrero de 1959 | C.L. Sulzberger | The New York Times (EE. UU.) |
Mayo de 1959 | Carlos Denegi | Excelsior (México) |
Abril de 1960 | Flavio Rubens | O Globo (Brasil) |
Junio de 1961 | W.R. Hearst | New York Journal (EE. UU.) |
Mayo de 1962 | Frank H. Bartholomew | UPI (EE. UU.) |
Junio de 1962 | William Mac Donald | The Times (Reino Unido) |
Agosto de 1962 | Benjamin Welles | The New York Times (EE. UU.) |
Agosto de 1962 | Jim Bishop | New York Journal American (EE. UU.) |
Marzo de 1963 | Walter Cronkite | CBS (EE. UU.) |
Diciembre de 1963 | Jacques Guillemé-Brulon | Le Figaro (Francia) |
Mayo de 1964 | Hans Georg von Studnitz | Christ und Welt (RFA) |
Enero de 1966 | Otto Fuerbringer | Time Magazine (EE.UU) |
Fuente: elaboración propia.
La primera entrevista gestionada por Martín-Gamero se concedió a un reportero francés.
No era extraño. A escasos meses del regreso del general De Gaulle al poder, el Gobierno
español seguía muy atento a Francia, que era «un horizonte de referencia, un ejemplo
a seguir, una nación por la que pasaban las claves de muchos problemas españoles y
de la que se esperaba mucho más de lo que sus dirigentes tenían intención o capacidad
de poder ofrecer» Sánchez (
Esta primera entrevista pudo haber catapultado a Martín-Gamero fuera de la OID. La
había concertado su predecesor con el periodista Serge Groussard (1921-2016), autor
de un libro en el que propugnaba derribar a Franco Los detalles sobre la entrevista en LMG, Carpeta Entrevistas.
La entrevista la autorizó la Casa Civil del jefe del Estado solo dos días antes. Se
programó el vuelo desde París, el paso por Asuntos Exteriores para enfundarse el preceptivo
chaqué, y la salida en coche oficial hacia El Pardo. No obstante, al aterrizar el
avión en Barajas el 16 de abril de 1958, no aguardaba el agregado de prensa francés.
Groussard tomó un taxi y pidió ir a «casa del general Franco, que me espera». Horrorizado
al enterarse, Martín-Gamero se lanzó a «reventar el motor diésel de un viejo Mercedes»
del Ministerio. En El Pardo encontró al francés con su maleta, plácidamente arrellanado
en un sillón. Poco después, ataviado con «un poco arreglado terno gris perla», el
invitado accedía al despacho del jefe del Estado. De regreso a Madrid, le comentaría
a Martín-Gamero que en el Kremlin casi se le había desnudado ante un detector por
una simple estilográfica: «Acabo de visitar a uno de los más famosos dictadores que
existen en el mundo, de quien se dice que vive atrincherado tras un formidable sistema
de seguridad, y yo he llegado solo hasta la puerta de su despacho sin más que invocar
mi nombre y mi condición. ¡No lo entiendo!» En la fotografía que ABC reproduciría en primera, Groussard saluda a Franco con una amplia sonrisa ante el
gesto contenido de Martín-Gamero. ABC, 13-6-1958. La llegada en taxi al Palacio de El Pardo la relató Joaquín Arrarás en
«Groussard y su entrevista», ABC, 15-6-1958, p. 64.
El encuentro, de dos horas y media, no se ciñó al cuestionario previo. «Franco se
prestó al juego con absoluta tranquilidad», a juicio de Martín-Gamero, quien intervino
poco, pues Groussard preguntó en francés y Franco respondió en español. Se comprendían.
Este aspecto sirve a Martín-Gamero para reflexionar sobre si debe ser literal la traducción
simultánea o se pueden limar expresiones embarazosas Schmidt creía que los intérpretes debían, sobre todo, «saber callar». No obstante,
se tomó innegables libertades en la traducción de los jerarcas nazis para suavizar
el efecto en sus interlocutores ( LMG, Carpeta Entrevistas.
Groussard le aclararía a Martín-Gamero que su pieza sería aprobada por Gobierno español
por ser «real y verídica» (Castiella solo vetaría lo relativo al asilo del filonazi
belga León Degrelle). Y le confió: «Haré lo posible por evitar que mi trabajo se vea
influido por […] mi falta de simpatía por el sistema político que ha creado. Por lo
que pude juzgar después de esta entrevista, a Franco no le conocemos». El francés,
«vivo e inteligente» y algo impertinente, había preguntado cuanto quiso y Franco,
sin inmutarse, se había divertido llevándole a su terreno Nota para el ministro, fechada en Madrid el 17 de abril de 1958. LMG, Carpeta Entrevistas.
Al principio, sabes, me resistí a concedérsela por tratarse de un periódico que siempre
ha tratado mal al régimen español, pero nuestro embajador me pidió que accediera,
pues el periódico se comprometía a publicar literalmente lo que yo contestase en un
lugar destacado. He de reconocer que cumplió su palabra y se portó con toda corrección.
Al principio me envió un cuestionario políticamente tendencioso que no me agradó;
le manifesté que tenía que variarlo. De pronto se presentó el periodista, haciéndome
nuevas preguntas que fueron contestadas en la forma que el periódico publicó
Groussard pasó varios días en Madrid para facilitar su texto, tiempo en que entrenó
en una piscina cubierta (se proponía atravesar a nado el canal de la Mancha). Le Figaro publicó en junio la entrevista quizá más larga concedida por Franco a un medio extranjero Le Figaro, 12-6-1958. pp. 1, 4 y 5. Adelanto de la «exclusiva» en Pueblo, 10-6-1958, p. 1. Las declaraciones en Pueblo, 12-6-1958, pp. 1 y 5; y 13-6-1958, pp. 1 y 2.
Groussard entrevistaría después a Salazar. Véanse ABC, 6-9-1958, p. 20; y 13-5-1958, pp. 25-26.
El texto se cerraba con la sorprendente confidencia de un reportero demócrata:
Excelencia: en 1938 traté de alistarme en las tropas republicanas y a última hora
no pude hacerlo porque solo tenía diecisiete años. No han variado, de entonces acá,
mis sentimientos. Si la historia pudiera empezar de nuevo, en las filas de los republicanos
españoles trataría yo, hoy todavía, con toda mi alma, de luchar. Y dando esto por
sentado, he comprendido en el curso de esta entrevista que usted es un hombre digno
de estimación. Para mí es un deber decírselo; es un sentimiento de honor La entrevista en ABC, 13-6-1958, pp. 47-51; y ABC, 14-6-1958, pp. 21-24. También en Arriba, 12-6-1958, pp. 1 y 13; y 13-6-1958, pp. 1 y 8.
Franco se encontraba entonces en plenitud de facultades y el aparato de propaganda
explotó la entrevista Pemán criticaría el estilo de Groussard en «La joven jungla universal», ABC, 27-1-1960, p. 3.
«Las declaraciones de Franco, en un momento oportuno para Francia», Ya, 13-6-1958, p. 1 (
La Guerra Fría había determinado el acercamiento de los Estados Unidos a la España
de Franco
Martín-Gamero gestionó la siguiente entrevista de Franco con el prestigioso The New York Times, que, gracias a su red de corresponsales, «[…] era el único periódico de índole nacional
[en los Estados Unidos] que aunaba una amplia difusión con un casi total consenso
respecto a la fiabilidad e interés de las noticias y opiniones publicadas en sus páginas»
La Dama Gris había cubierto la Guerra Civil española con un enfoque plural enviando
corresponsales a los dos bandos (sin adoptar posición editorial) Ibid.: 296. Matthews escribió un libro para desmitificar la liberación del Alcázar de Toledo
que, plagado de errores, modificaría luego. Véase ( López ( LMG, Carpeta Entrevistas.
En el otoño de 1958, solicitó conversar de nuevo con Franco Cyrus S. Sulzberger (1912-1993),
enviado en París. El ganador del Pulitzer (entrevistaría a Stalin, De Gaulle, Churchill,
Kennedy o Mao) llegó a Madrid el 1 de febrero de 1959 Copia del cuestionario previo en LMG, Carpeta Entrevistas. Todas las preguntas se
aprobaron, salvo una relacionada con el uso conjunto de las bases militares en caso
de emergencia, otra que equiparaba Ceuta y Melilla a Gibraltar y la que sugería la
infiltración de Rusia en el Rif.
En The Last of the Giants, Sulzberger relata su encuentro de «más de una hora» con Franco, versión fidedigna
para el intérprete Martín-Gamero Sulzberger (
No había sido una entrevista al uso, sino un off the record para obtener datos y contactos que le servirían a Sulzberger para preparar varios
artículos. Estos, que publicaría The New York Times los días 7, 9, 10, 11 y 16 de febrero de 1959, causaron indignación en el franquismo. En la primera pieza, el redactor comentaba cómo la fotografía dedicada
de Eisenhower había sustituido a las de Pío XII, Mussolini y Hitler en el despacho
de Franco. El amigo de los fascismos lo era ahora del vencedor de estos por el solo
motivo del común anticomunismo y el descarnado pragmatismo de Franco. Las bases militares
españolas proporcionaban una posición ventajosa para atacar a la URSS que Estados
Unidos podía utilizar unilateralmente. Sulzberger se preguntaba si ello merecía olvidar
las fotografías que el dictador, ahora transformado por su propaganda en un tranquilo
abuelo, había retirado a un «anónimo cubículo». También vaticinaba el posible colapso
del régimen, pues «una gran mayoría del pueblo español era probablemente antifranquista» Veánse «The Shifting Set of Pictures in the Pardo» y «Storm Winds in Spain», The New York Times, 7-2-1959.
Las otras piezas destacaban que el franquismo seguía discriminando a los protestantes,
mientras se extendía la oposición de intelectuales y universitarios. Sulzberger creía
que las bases debían haberse instalado en Irlanda del Norte, pues la ayuda económica
no había reducido la pobreza en España ni liberalizado el régimen. Una generación
ajena a la Guerra Civil reclamaba cambios, mientras los apoyos a los norteamericanos
se circunscribían a veteranos militares y hombres de negocios «The Political Bill for Our Spanish Bases», The New York Times, 9-2-1959.
«Conspiracy in Franco’s Shadow», The New York Times, 11-2-1959.
La última pieza se publicó tras un almuerzo en Estoril en el que don Juan confió que
Franco moriría en el poder «The Uncrowned King of a Kingless Kingdom», The New York Times, 16-2-1959.
Según Martín-Gamero, «se acusó al americano de no haber respetado el off the record al entrecomillar frases enteras de Franco que podían tener un significado distinto
en un contexto diferente al que en la conversación fueron pronunciadas». El embajador
Areilza sufrió un duro «rapapolvo telegráfico» y a Sulzberger no se le concedieron
más entrevistas, pese a la presión de los embajadores en Washington y París o a su
amistad con Fraga LMG, Carpeta Entrevistas. En 1974 el ministro Cortina vetó una entrevista de Sulzberger
con Franco (
El siguiente reportero en acudir a El Pardo fue el mexicano Carlos Denegri (1910-1970).
Ya había entrevistado a Franco en 1950 ABC, 17-3-1950, pp. 7 y 8.
«Habla Franco de México, los Estados Unidos, el Comunismo y su Régimen», Excelsior, 31-5-1959. Véase también «La realidad actual española, expuesta luminosamente por
el Caudillo Franco», La Vanguardia Española, 4-6-1959. Entre los papeles de Martín-Gamero obra el texto taquigráfico que reprodujo
Excelsior. LMG, Carpeta Entrevistas.
La audiencia tuvo lugar el 30 de marzo de 1960. ABC, 31-3-1960. La entrevista se publicaría en O Globo el 12 de abril.
No obstante, la prensa norteamericana seguía recabando mayor atención. En junio de
1961 el presidente Kennedy viajó a París y a Viena para entrevistarse con De Gaulle
y Kruschef. Con este motivo, el magnate conservador William Randolph Hearst se desplazó
a Europa. El hijo del famoso instigador de la guerra de Cuba mantendría encuentros
periodísticos con diversos políticos (Fanfani, Debré, Adenauer, Brandt, Ulbricht y
Salazar). Logró audiencia en El Pardo el 13 de junio de 1961, a la que acudió con
el columnista Bob Considine y su corresponsal en París, Serge Fliegers. Franco devolvió
cumplimentado un cuestionario previo a los periodistas en su despacho, donde el empresario
le confió que simpatizaba con el régimen por su anticomunismo ACTA para el ministro del encuentro, fechada el 13 de junio de 1961, en LMG, Carpeta
Entrevistas.
En hora y media de conversación, Franco volvió a rechazar que en España existiera una dictadura («Al término de nuestra guerra se constituyó un Estado de derecho y mis poderes como jefe del Estado fueron limitados por las instituciones básicas creadas») precisando que la democracia «orgánica» resultaba «más natural y sincera». Encontraba al príncipe de España «magníficamente bien colocado en aspirar al trono», aunque habló de «unos pocos aspirantes» y la posibilidad de un regente si se carecía de príncipe identificado con su régimen.
A la OID los norteamericanos le dieron la impresión de «gente que domina a fondo la técnica periodística, que tienen a su disposición unos medios fabulosos, pero que son de talla intelectual muy mediana. […] Ninguno da la sensación en el curso de la conversación de aprovechar a fondo la oportunidad que se les ofrecía; no estaban a la altura de las circunstancias. Cualquier periodista europeo hubiese explotado más a su favor la situación».
Estos esperaban «un personaje duro, inflexible, poco amable, poco dispuesto a discutir
cualquier tema con visitantes circunstanciales», pero la audiencia desvirtuó la imagen
del «tirano sombrío» LMG, Carpeta Entrevistas. La entrevista en ABC, 15-6-1961, pp. 47-49. El diario tituló: «España no necesita de la NATO y nunca ha
pretendido ingresar en esa organización». Véase, además, «Glosa a unas declaraciones»,
ABC, 16-6-1961, p. 55; y «Predicciones sobre el dominio del mundo», ABC, 17-6-1961, p. 56.
En abril de 1962, Martín-Gamero informó a Castiella de una inminente gira por Europa
de Frank H. Bartholomew. El presidente de United Press International (UPI) no pensaba
recalar en España, pero el lobby en Washington le convenció para que escribiera sobre el país. La OID le preparó guiones que incidían en la transformación socioeconómica de España, su paulatina incorporación
al mundo internacional (especialmente a Europa) y las «realizaciones del Régimen,
en todos los órdenes» Nota de Martín-Gamero a Castiella fechada el 5 de abril de 1962 en LMG, Carpeta Entrevistas.
Este asunto salió a relucir en la siguiente entrevista, que tuvo lugar con William
Mac Donald, enviado especial del británico The Times, muy influyente en su Gobierno Por aquellas fechas The Times apenas vendía 200 ejemplares en Mallorca. El tabloide The Daily Express distribuía unos 1700 ejemplares ( LMG, Carpeta Entrevistas. La Vanguardia Española, 13-5-1962, p. 27.
Finalmente, se celebró una conversación off the record con Franco. Martín-Gamero fue testigo de un «incidente desagradable e imprevisible
que a punto estuvo de frustrar el encuentro». Ambos aguardaban turno en El Pardo a las
12:45. No obstante, la audiencia previa se prolongaba y el británico desfalleció de
pronto, pues había sufrido una reciente operación de estómago que le obligaba a ingerir
alimentos cada dos horas. «Se sentía cada vez peor, la cabeza se le iba y no estaba
seguro de poder entrevistar a Franco». Acudió un ujier con un vaso de leche y galletas
y el encuentro se celebró a las 15 horas en un clima cordial. No se tomaron notas
y al intérprete le impresionó oír de Franco la palabra «huelga» (y no el eufemismo
«conflictos laborales muy localizados») al abordar la crisis asturiana LMG, Carpeta Entrevistas. Para las huelgas en la minería asturiana véase Vega ( La Vanguardia Española, 17-6-1962, p. 13.
En junio de 1962 tuvo lugar el Congreso de Munich, una reunión de la oposición antifranquista que acercó a juanistas y socialistas, con exclusión del PCE. España acababa de solicitar su adhesión al Mercado Común y el Ministerio de Información cargó con fiereza contra el que tildó de «contubernio». Los excesos de la propaganda determinaron la destitución de Arias-Salgado y el nombramiento de Manuel Fraga en un nuevo Gobierno el 10 de julio. Se iniciaba la liberalización que culminaría con la Ley de Prensa e Imprenta de 1966.
El dinámico ministro se comprometió con la apertura política y pronto encontró aliados
en Castiella y Martín-Gamero Fraga ( Reckling ( LMG, Carpeta Entrevistas.
La siguiente entrevista concedida la firmó Benjamin Welles (1916-2002), corresponsal
de The New York Times Con Fraga persistió, pese a todo, la desconfianza hacia la cabecera. Lo prueban los
numerosos informes sobre el reportero Tad Szulc, al que se acreditó en julio de 1965.
AGA (03) 049.021, caja 58 386.
LMG, Carpeta Entrevistas. En junio de 1961, Welles había chocado con la censura por
destacar de una intervención de Franco en las Cortes la «ferviente respuesta de un
gran número de Procuradores ante la solemne condena de Su Excelencia a la democracia
“no-orgánica”, liberal [y] al capitalismo». Estimaba esa crítica de interés para los
180 millones de estadounidenses que sufragaban la recuperación «militar y económica»
de España desde la base del «capitalismo y democracia liberal». Y solicitaba mejorar
las condiciones de los corresponsales extranjeros. Carta de B. Welles a López Ballesteros,
jefe de Prensa Extranjera, fechada el 13 de junio de 1961 en AGA (03) 049.021 Caja
58 390.
Antes de abandonar Madrid, Welles solicitó una entrevista con Franco. La Casa Civil
le pidió un cuestionario que Fraga, recién nombrado ministro, modificó. No se informó
de ello al norteamericano y este, según Martín-Gamero, «reaccionó malhumorado alegando
que a causa de los retoques le entrevista perdió fuerza». Como ya había recibido el
cuestionario cumplimentado por Franco, la audiencia serviría para obtener información
off the record. En el Pazo de Meirás, aquel 26 de julio de 1962 los minutos concedidos se convirtieron,
según el intérprete, «en una hora larga durante la cual Franco se mostró cordial,
como nunca lo había visto: habló jovialmente de todo y despidió a Welles como a un
viejo amigo» LMG, Carpeta Entrevistas; ( La carta de Martín-Gamero al embajador en Washington en LMG, Carpeta Entrevistas. «La debilidad de España afectaría gravemente a todo el mundo occidental», ABC, 23-8-1962, pp. 15-16; «Ha sido siempre nuestro propósito el conjugar la libertad
con el orden», La Vanguardia Española, 23-8-1962, p. 3; y «Nuestra fortaleza política sigue guardando la espalda a Europa»,
Arriba, 23-8-1962.
Mayor calado reunían los dos artículos de Welles, que la prensa doméstica no recogería
por críticos Pese a ello, Fraga ( «Spain Undergoing Vast Change After 23 Years of Franco Rule», The New York Times, 23-8-1962, pp. 1 y 4.
Welles observaba solo dos grupos antifranquistas relevantes: los democristianos y
los socialistas; curiosamente, no concedía relevancia al «pequeño» (sic) grupo comunista.
A su juicio, al «apático» español medio no le preocupaba la política y no cuestionaba
a Franco. Crítico con el juanismo «cortesano», Welles mencionaba a los generales (Muñoz
Grandes, García Valiño, Galera Paniagua y Martín Alonso) que presuntamente apoyarían
después una monarquía «constitucional» tutelada y encabezada por don Juan. De cualquier
modo, España al fin cosechaba económica y socialmente los frutos de «la paz y el orden» «Chief Franco aim: ties with market», The New York Times, 24-8-1962, pp. 1 y 4. La independencia de Welles se prueba en la carta que dirigió
a su periódico para criticar un editorial publicado el 6 de abril de 1965. El reportero
negaba que la ayuda norteamericana fuera la culpable del progreso económico de la
España de Franco. Lo eran el Plan de Estabilización y los millones de turistas. Y
se refería a la hipócrita «condescendencia moral» hacia un país en el que la pobreza
casi no existía ya cuando en Estados Unidos un quinto de los obreros ganaba menos
de 3500 dólares al año. Carta de B. Welles, excorresponsal, al director de The New York Times con fecha de 24 de abril de 1965 en AGA (03) 049.021 Caja 58 390.
Welles publicaría más tarde un libro sobre el franquismo, según Fraga, «más negativo
que otra cosa» Welles (
La entrevista, en todo caso, se incardinaba en la apertura que, tras la crisis de
Munich, representaban los ministros Castiella y Fraga. «Este reportaje, de tono equilibrado,
a veces tal vez hasta complaciente, es un documento de considerable valor, ya que
se enumeran los principales asuntos de interés periodístico que tenía España para
Estados Unidos y porque además, mediante una entrevista a Franco, nos encontramos
con los argumentos que en boca del mismo jefe del Estado quería transmitir el régimen
a la opinión pública norteamericana»
Menor alcance tuvo el encuentro con el estadounidense Jim Bishop (1907-1987), que
firmaba una «columna sindicada» en unos ciento cincuenta periódicos. Célebre por sus
libros sobre el último día en la vida de personajes históricos, se declaraba católico,
anticomunista y admirador del Valle de los Caídos Bishop guionizaría un documental sobre el Valle de los Caídos producido por Samuel
Bronston. «Jim Bishop, en Madrid», ABC, 19-8-1962, p. 23. Las impresiones de los Bishop en «El pacífico Madrid nos atrae de
nuevo», ABC, 6-9-1962, p. 39. The Valley of the Fallen, según Bronston, debía ser el mejor documental que se había hecho pues se trataba de
su «regalo» a Franco. Bishop se disgustó cuando los distribuidores norteamericanos
se desentendieron de la cinta ( El encuentro en LMG, Carpeta Entrevistas. Fotografía de Franco con Bishop en ABC, 31-8-1962, p. 5.
Mayor relevancia adquirió la siguiente entrevista, que puso a Franco frente a las
cámaras de la CBS. Fue planteada al embajador Garrigues Nota de la OID para el ministro en. LMG, Carpeta Entrevistas.
[…] primero, la estabilidad debe preceder a cualquier movimiento reformista; segundo,
la amenaza comunista a España afecta a todo el mundo, de modo que una España débil
es una amenaza para Occidente; tercero, una España democrática sería débil porque
los españoles no están maduros para la democracia, y cuarto, la Guerra Civil es irreversible,
es decir, en ningún caso habrá una «restauración» de anteriores situaciones, sino
una evolución desde los presupuestos del mismo régimen
En la primavera de 1962, el director del programa que emitiría la pieza celebró dos
entrevistas con Martín-Gamero para acordar la elaboración de un reportaje muy favorable
para la imagen de España. Solo después Fraga planteó el tema a Franco, «que refunfuñó,
porque no era muy amigo de estas declaraciones» Rosendorf (
Tras este éxito, se pusieran los ojos nuevamente en Francia. La España franquista
había normalizado las relaciones comerciales con la V República (los planes de desarrollo
eran de inspiración gala) y deseaba un socio que contrapesara la influencia estadounidense,
al tiempo que intermediaba con el Mercado Común. No obstante, y pese a que De Gaulle
controló la actividad de los exiliados, España formó parte de un «eje complementario
de la política exterior francesa, situándose, por sus ventajas comparativas en materia
de proximidad geográfica, antigüedad de relaciones y potencial económico, entre los
principales destinatarios de esta acción secundaria». En la opinión pública gala de
los años sesenta seguía pesando mucho la memoria de la Guerra Civil y acontecimientos
como el congreso de Munich o la ejecución de Julián Grimau serían juzgados a la luz
de ese recuerdo Véase la crónica de Carlos Sentís en ABC, 6-7-1960, p. 7.
LMG, Carpeta Entrevistas.
Le Figaro tituló así la entrevista: «Una sola alternativa. Regencia o acceso al trono de un príncipe de sangre… pero nada de repúblicas que, por dos veces, han causado nuestra ruina». Franco había aludido ambiguamente a una «solución abierta» que evitara a malos reyes como Carlos II, Fernando VII o Isabel II. La pieza arrancaba así: «Modelados por la tradición, pero dotados al mismo tiempo de un sentido innato del movimiento y de la aventura; incapaces de renunciar a las ficciones y a las lejanas grandezas del Siglo de Oro, los españoles no han cesado de enfrentarse y desgarrarse durante ciento cincuenta años, hasta llegar al paroxismo de la guerra civil de 1936-1939. [...] Parece que hoy España, mejor equilibrada —aunque no curada del todo—, se encuentra en plena mutación».
El corresponsal señalaba los éxitos económicos del franquismo y sus «tímidos» avances
políticos, que atribuía a Fraga, sugiriendo que «si [Franco] aspira a no poner en
peligro su obra y evitar el riesgo de lanzar de nuevo a su patria a la violencia,
no puede dejar de prepararle las sendas del futuro». Franco defendía al Movimiento,
frente a los disolventes partidos políticos y el sindicalismo único acudiendo a las
últimas encíclicas papales Véase Le Figaro, 16-12-1963 y Preston (
Tras la exclusiva, Guillemé-Brulon obtuvo una corresponsalía permanente en Madrid.
No obstante, no se entendía bien con Fraga, quien desconfiaba de unos corresponsales
franceses que «se sienten tan en su casa, que inevitablemente toman partido». En una
conferencia en el Club Internacional de Prensa, Guillemé-Brulon se mostró «impertinente»
y Fraga le expulsaría de la sala. Luego le retiró la acreditación. No volvió a España
hasta la muerte de Franco LMG, Carpeta Entrevistas. Fraga (
Precisamente, la política francesa constituyó el asunto más relevante de la siguiente
entrevista. «Franco, partidario de la fuerza atómica de De Gaulle», tituló Christ und Welt, de Stuttgart, en su edición de 15 de mayo de 1964. El semanario representaba al ala
protestante de la Democracia Cristiana alemana. El 29 de abril anterior Franco había
conversado con Hans Georg von Studnitz, el primer periodista alemán que recibía desde
la Guerra Civil Studnitz había acompañado a Franco en la liberación del Alcázar de Toledo. ABC, 12-9-1940, p. 9.
La entrevista, traducida, en LMG, Carpeta Entrevistas. Véase la crónica de Augusto
Assía en La Vanguardia Española, 15-5-1964, p. 3.
ABC, 17-5-1964, p. 79 y La Vanguardia Española, 17-5-1964, p. 5.
El último encuentro que organizó Martín-Gamero tuvo lugar el 20 de octubre de 1965 Así lo recoge la prensa, como ABC, 21-10-1965, p. 61. Martín-Gamero equivoca la fecha de la audiencia, que sitúa el 27
de octubre de 1965. LMG, Carpeta Entrevistas.
TIME, 21-1-1966.
La anterior presentaba la caricatura de un Franco equlibrista. TIME, 19-3-1946.
ABC, 18-1-1966, pp. 36-37.
Fue el broche de oro para la política que Castiella quiso imprimir a su Oficina de
Información Diplomática, pues las riendas informativas ya las llevaba Fraga desde
su ministerio. No obstante, el aperturismo tanto de Fraga como de Castiella, puenteado
desde Presidencia del Gobierno por Carrero Blanco, quedaría liquidado en octubre de
1969 a raíz del escándalo Matesa ABC, 16-12-1967.
Durante el mandato de Adolfo Martín-Gamero como director de la OID (1958-1968) tanto la selección de los entrevistadores (y de los medios a los que representaban) como la propia gestión de las entrevistas periodísticas con Franco se orientaró al afianzamiento de la posición internacional de la España franquista, que había abandonado ya el ostracismo. Los medios predilectos fueron estadounidenses y franceses. Estrechar lazos con la superpotencia, a medio plazo, habría de avalar la evolución política de España y su admisión en el club de las naciones libres. Solo así se entienden las facilidades concedidas al temido The New York Times, del que se esperaba desviar su línea editorial antifranquista. De la Francia gaullista, tanteada a través de Le Figaro, se esperaba el fortalecimiento de las relaciones comerciales y un aval para el ingreso en el Mercado Común.
Esta política informativa (que incluía a un Franco nada ambiguo en su defensa de la «democracia orgánica») sirvió relativamente a la apertura patrocinada desde el Ministerio de Asuntos Exteriores por Castiella. La realización y publicación de las piezas posteriores a las audiencias, por sus condiciones restrictivas, no respondían a las prácticas profesionales habituales en los Estados democráticos. Siempre mediaba el cuestionario previo y, a fin de cuentas, las entrevistas se habían celebrado en el campo de juego local (El Pardo, Ayete o Meirás) de una España autoritaria.
No obstante, los reporteros extranjeros pudieron preguntarle a Franco cuanto quisieron y este no esquivó ningún tema. Se abordó su sucesión, la naturaleza política del régimen y su aparato represivo, el desarrollo económico de España y la visión franquista de la política internacional. Si obviamos la expulsión de Guilleme-Brulon, el incidente más grave, el veto a Sulzberger, tuvo más que ver con el incumplimiento de un compromiso profesional (el off the record acordado) que con las críticas hacia el régimen deslizadas por el reportero.
Por otro lado, aun cuando se solicitaron cuestionarios previos, no se deduce del cotejo con las entrevistas publicadas en medios internacionales que las piezas resultaran censuradas en sus versiones para la prensa española.
La tensión no marcó los encuentros, que ofrecen un aspecto humano poco conocido del dictador, entonces en pleno uso de sus facultades. Groussard, pese a su aversión al sistema franquista, afirmó de Franco que era la personalidad política que más le había impresionado y los mejores profesionales que le trataron (Sulzberger, Bartholomew, Mac Donald y Welles), aunque no escatimaron reproches, coincidieron en destacar su cordialidad, ponderación e, incluso, capacidad para encajar las críticas. Significativamente, las autoridades españolas mostraron poco interés por las piezas de los reporteros menos capaces o más claramente apologéticos del franquismo (Denegri, Rubens, Hearst o Bishop).
Esta experiencia de Martín-Gamero al frente de la OID arrojaró una conclusión adicional: existía un equipo aperturista en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Castiella, en sintonía con los sectores más avanzados del Movimiento a los que abanderaba Fraga. Luego desempeñaría un papel relevante en la Transición democrática.
[1] |
Rosendorf ( |
[2] |
Para el franquismo y la prensa véanse Moreno Cantano ( |
[3] | |
[4] |
Rosendorf ( |
[5] |
Menor interés revisten las de sus directores generales de Cinematografía ( |
[6] |
Legado Martín-Gamero. Carpeta «Entrevistas con Franco de periodistas y personajes extranjeros en que Adolfo Martín-Gamero actuó como intérprete». Real Academia de la Historia. En lo sucesivo, LMG, Carpeta Entrevistas. El documento mecanografiado en el que el protagonista relata su paso por la OID se titula «Adolfo Martín-Gamero y González Posada fue director general de la Oficina de Información Diplomática de 1958 a 1968 (época de grandes cambios)». En lo sucesivo, LMG, AM-G. |
[7] | |
[8] |
Rosendorf ( |
[9] |
Welles ( |
[10] |
Ibid.: 92-93. |
[11] | |
[12] |
Ibid.: VIII. |
[13] | |
[14] | |
[15] |
BOE, n.º 549, 23-4-1938, pp. 6915-6917. |
[16] |
Véase Sinova ( |
[17] | |
[18] |
Ibid.: 47. |
[19] |
Véase Fernández Fernández-Cuesta ( |
[20] | |
[21] |
Pardo ( |
[22] |
La creación de la OID en Boletín Oficial del Estado, 2 de enero de 1946, pp. 85-88. Véase Fernández Fernández-Cuesta ( |
[23] |
Entrada del Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia (disponible en: https://bit.ly/3GyUg8P). |
[24] |
Boletín Oficial del Estado, 22 de febrero de 1958, pp. 313-314. Aunque ejerció desde febrero de 1958, el nombramiento oficial se demoraría hasta enero de 1960. Boletín Oficial del Estado, 3 de febrero de 1960, p. 1360. |
[25] |
LMG, AM-G. |
[26] |
Fernández-Miranda ( |
[27] |
Schulte ( |
[28] |
Suárez ( |
[29] |
LMG, AM-G. También Fraga ( |
[30] |
Schmidt ( |
[31] | |
[32] |
Pueden citarse los trabajos de Baigorri ( |
[33] |
Para Hendaya véase Espinosa de los Monteros ( |
[34] |
Piniés ( |
[35] | |
[36] |
Oyarzábal ( |
[37] |
LMG, Carpeta Entrevistas. Encabezaba la delegación el conservador Guy Petit. LMG, AM-G. La Vanguardia Española, 19-2-1958, reprodujo en primera una fotografía del encuentro. |
[38] |
El embajador británico Hoare advirtió en 1944 que las fotografías dedicadas de Hitler
y Mussolini habían dejado lugar a las del papa y Salazar ( |
[39] |
La propaganda dictaba las excepciones, como cuando en 1947 Franco recibió en Ayete
al escritor conservador norteamericano Merwin K. Hart ( |
[40] |
Reckling ( |
[41] |
Sánchez ( |
[42] |
Groussard ( |
[43] |
Los detalles sobre la entrevista en LMG, Carpeta Entrevistas. |
[44] |
En la fotografía que ABC reproduciría en primera, Groussard saluda a Franco con una amplia sonrisa ante el gesto contenido de Martín-Gamero. ABC, 13-6-1958. La llegada en taxi al Palacio de El Pardo la relató Joaquín Arrarás en «Groussard y su entrevista», ABC, 15-6-1958, p. 64. |
[45] |
Schmidt creía que los intérpretes debían, sobre todo, «saber callar». No obstante,
se tomó innegables libertades en la traducción de los jerarcas nazis para suavizar
el efecto en sus interlocutores ( |
[46] |
LMG, Carpeta Entrevistas. |
[47] |
Nota para el ministro, fechada en Madrid el 17 de abril de 1958. LMG, Carpeta Entrevistas. |
[48] |
Franco Salgado-Araujo ( |
[49] |
Le Figaro, 12-6-1958. pp. 1, 4 y 5. Adelanto de la «exclusiva» en Pueblo, 10-6-1958, p. 1. Las declaraciones en Pueblo, 12-6-1958, pp. 1 y 5; y 13-6-1958, pp. 1 y 2. |
[50] |
Groussard entrevistaría después a Salazar. Véanse ABC, 6-9-1958, p. 20; y 13-5-1958, pp. 25-26. |
[51] |
La entrevista en ABC, 13-6-1958, pp. 47-51; y ABC, 14-6-1958, pp. 21-24. También en Arriba, 12-6-1958, pp. 1 y 13; y 13-6-1958, pp. 1 y 8. |
[52] |
Pemán criticaría el estilo de Groussard en «La joven jungla universal», ABC, 27-1-1960, p. 3. |
[53] |
«Las declaraciones de Franco, en un momento oportuno para Francia», Ya, 13-6-1958, p. 1 ( |
[54] |
Powell ( |
[55] | |
[56] | |
[57] |
Ibid.: 296. Matthews escribió un libro para desmitificar la liberación del Alcázar de Toledo
que, plagado de errores, modificaría luego. Véase ( |
[58] |
López ( |
[59] |
LMG, Carpeta Entrevistas. |
[60] |
Sulzberger ( |
[61] |
Copia del cuestionario previo en LMG, Carpeta Entrevistas. Todas las preguntas se aprobaron, salvo una relacionada con el uso conjunto de las bases militares en caso de emergencia, otra que equiparaba Ceuta y Melilla a Gibraltar y la que sugería la infiltración de Rusia en el Rif. |
[62] |
Sulzberger ( |
[63] |
Veánse «The Shifting Set of Pictures in the Pardo» y «Storm Winds in Spain», The New York Times, 7-2-1959. |
[64] |
«The Political Bill for Our Spanish Bases», The New York Times, 9-2-1959. |
[65] |
«Conspiracy in Franco’s Shadow», The New York Times, 11-2-1959. |
[66] |
Sulzberger ( |
[67] |
«The Uncrowned King of a Kingless Kingdom», The New York Times, 16-2-1959. |
[68] |
LMG, Carpeta Entrevistas. En 1974 el ministro Cortina vetó una entrevista de Sulzberger
con Franco ( |
[69] |
ABC, 17-3-1950, pp. 7 y 8. |
[70] |
«Habla Franco de México, los Estados Unidos, el Comunismo y su Régimen», Excelsior, 31-5-1959. Véase también «La realidad actual española, expuesta luminosamente por el Caudillo Franco», La Vanguardia Española, 4-6-1959. Entre los papeles de Martín-Gamero obra el texto taquigráfico que reprodujo Excelsior. LMG, Carpeta Entrevistas. |
[71] |
La audiencia tuvo lugar el 30 de marzo de 1960. ABC, 31-3-1960. La entrevista se publicaría en O Globo el 12 de abril. |
[72] |
ACTA para el ministro del encuentro, fechada el 13 de junio de 1961, en LMG, Carpeta Entrevistas. |
[73] |
LMG, Carpeta Entrevistas. |
[74] |
La entrevista en ABC, 15-6-1961, pp. 47-49. El diario tituló: «España no necesita de la NATO y nunca ha pretendido ingresar en esa organización». Véase, además, «Glosa a unas declaraciones», ABC, 16-6-1961, p. 55; y «Predicciones sobre el dominio del mundo», ABC, 17-6-1961, p. 56. |
[75] |
Nota de Martín-Gamero a Castiella fechada el 5 de abril de 1962 en LMG, Carpeta Entrevistas. |
[76] |
Por aquellas fechas The Times apenas vendía 200 ejemplares en Mallorca. El tabloide The Daily Express distribuía unos 1700 ejemplares ( |
[77] |
LMG, Carpeta Entrevistas. |
[78] |
La Vanguardia Española, 13-5-1962, p. 27. |
[79] |
LMG, Carpeta Entrevistas. Para las huelgas en la minería asturiana véase Vega ( |
[80] |
La Vanguardia Española, 17-6-1962, p. 13. |
[81] |
Fraga ( |
[82] |
Reckling ( |
[83] |
LMG, Carpeta Entrevistas. |
[84] |
Con Fraga persistió, pese a todo, la desconfianza hacia la cabecera. Lo prueban los numerosos informes sobre el reportero Tad Szulc, al que se acreditó en julio de 1965. AGA (03) 049.021, caja 58 386. |
[85] |
LMG, Carpeta Entrevistas. En junio de 1961, Welles había chocado con la censura por destacar de una intervención de Franco en las Cortes la «ferviente respuesta de un gran número de Procuradores ante la solemne condena de Su Excelencia a la democracia “no-orgánica”, liberal [y] al capitalismo». Estimaba esa crítica de interés para los 180 millones de estadounidenses que sufragaban la recuperación «militar y económica» de España desde la base del «capitalismo y democracia liberal». Y solicitaba mejorar las condiciones de los corresponsales extranjeros. Carta de B. Welles a López Ballesteros, jefe de Prensa Extranjera, fechada el 13 de junio de 1961 en AGA (03) 049.021 Caja 58 390. |
[86] |
LMG, Carpeta Entrevistas; ( |
[87] |
La carta de Martín-Gamero al embajador en Washington en LMG, Carpeta Entrevistas. |
[88] |
«La debilidad de España afectaría gravemente a todo el mundo occidental», ABC, 23-8-1962, pp. 15-16; «Ha sido siempre nuestro propósito el conjugar la libertad con el orden», La Vanguardia Española, 23-8-1962, p. 3; y «Nuestra fortaleza política sigue guardando la espalda a Europa», Arriba, 23-8-1962. |
[89] |
Pese a ello, Fraga ( |
[90] |
«Spain Undergoing Vast Change After 23 Years of Franco Rule», The New York Times, 23-8-1962, pp. 1 y 4. |
[91] |
«Chief Franco aim: ties with market», The New York Times, 24-8-1962, pp. 1 y 4. La independencia de Welles se prueba en la carta que dirigió a su periódico para criticar un editorial publicado el 6 de abril de 1965. El reportero negaba que la ayuda norteamericana fuera la culpable del progreso económico de la España de Franco. Lo eran el Plan de Estabilización y los millones de turistas. Y se refería a la hipócrita «condescendencia moral» hacia un país en el que la pobreza casi no existía ya cuando en Estados Unidos un quinto de los obreros ganaba menos de 3500 dólares al año. Carta de B. Welles, excorresponsal, al director de The New York Times con fecha de 24 de abril de 1965 en AGA (03) 049.021 Caja 58 390. |
[92] |
Fraga ( |
[93] |
Welles ( |
[94] | |
[95] |
Bishop guionizaría un documental sobre el Valle de los Caídos producido por Samuel
Bronston. «Jim Bishop, en Madrid», ABC, 19-8-1962, p. 23. Las impresiones de los Bishop en «El pacífico Madrid nos atrae de
nuevo», ABC, 6-9-1962, p. 39. The Valley of the Fallen, según Bronston, debía ser el mejor documental que se había hecho pues se trataba de
su «regalo» a Franco. Bishop se disgustó cuando los distribuidores norteamericanos
se desentendieron de la cinta ( |
[96] |
El encuentro en LMG, Carpeta Entrevistas. |
[97] |
Fotografía de Franco con Bishop en ABC, 31-8-1962, p. 5. |
[98] |
Nota de la OID para el ministro en. LMG, Carpeta Entrevistas. |
[99] | |
[100] |
Fraga ( |
[101] |
Rosendorf ( |
[102] | |
[103] |
Véase la crónica de Carlos Sentís en ABC, 6-7-1960, p. 7. |
[104] |
Preston ( |
[105] |
LMG, Carpeta Entrevistas. |
[106] |
Véase Le Figaro, 16-12-1963 y Preston ( |
[107] |
LMG, Carpeta Entrevistas. Fraga ( |
[108] |
Studnitz había acompañado a Franco en la liberación del Alcázar de Toledo. ABC, 12-9-1940, p. 9. |
[109] |
La entrevista, traducida, en LMG, Carpeta Entrevistas. Véase la crónica de Augusto Assía en La Vanguardia Española, 15-5-1964, p. 3. |
[110] |
ABC, 17-5-1964, p. 79 y La Vanguardia Española, 17-5-1964, p. 5. |
[111] |
Así lo recoge la prensa, como ABC, 21-10-1965, p. 61. Martín-Gamero equivoca la fecha de la audiencia, que sitúa el 27 de octubre de 1965. LMG, Carpeta Entrevistas. |
[112] |
TIME, 21-1-1966. |
[113] |
La anterior presentaba la caricatura de un Franco equlibrista. TIME, 19-3-1946. |
[114] |
ABC, 18-1-1966, pp. 36-37. |
[115] |
Cajal ( |
[116] |
ABC, 16-12-1967. |
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