RESUMEN
Este artículo explora las elecciones, una temática poco común en el estudio de la historia indígena de la primera mitad del siglo xx. A partir de abundantes fuentes de archivo y periodísticas, además de una famosa novela testimonial, lo primero que se examina son los resultados de las votaciones de la zona de Talamanca. Después se considera el papel que jugaron figuras indígenas influyentes tanto en la organización de los comicios como en las relaciones con diversos partidos políticos, y los intereses y actividades del Partido Comunista de Costa Rica en la zona. La investigación concluye que los hombres indígenas talamanqueños participaron de forma activa como votantes y, a nivel informal, también fueron organizadores partidistas y electorales. Sin embargo, con pocas excepciones que se analizan en este artículo, quedaron excluidos de la posibilidad de ser electos a pesar de las reformas progresistas que experimentó el sistema electoral de Costa Rica en la época. Visibilizar las elecciones como un aspecto crucial en la vida de muchas comunidades indígenas de la primera mitad del siglo xx permite profundizar la comprensión de otros temas mejor investigados, tales como el impacto del movimiento indigenista y la relación de los amerindios con partidos populistas y de izquierda.
Palabras clave: Carlos Daniel Swaby; Alfredo Luis Swaby; indígenas bribris; Partido Comunista de Costa Rica; Partido Republicano Nacional.
ABSTRACT
This paper explores electoral politics, a perspective rarely used to understand early-twentieth-century indigenous history. Drawing from numerous archival sources and newspapers, as well as from a famous first-hand-witness testimonial novel, the paper first examines electoral results in Talamanca. It then turns to the role of influential indigenous figures both in the organization of ballots and in connecting with political parties. Finally, it traces the activities of the Communist Party of Costa Rica in the region. This investigation concludes that the indigenous men of Talamanca remained active voters during this period, and on an informal level also served as organizers for party and electoral activities. However, with a few exceptions analyzed in this paper, those men were largely excluded from the possibility of being elected themselves in spite of the progressive reforms that Costa Rica’s electoral system was undergoing. Underscoring elections as a crucial aspect in the lives of several early-twentieth-century indigenous communities deepens our understanding of other, more widely investigated topics, such as the impact of the indigenista movement and the relationships between Amerindians and populist and leftist parties.
Keywords: Carlos Daniel Swaby; Alfredo Luis Swaby; Bribri Indians; Communist Party of Costa Rica; Republicano Nacional Party.
En 1935, el profesor de educación secundaria y exdiputado Elías Leiva Quirós explicaba
en una nota periodística que el Gobierno costarricense carecía de interés en la lejana
zona de Talamanca por un motivo sencillo: no había allí pobladores «blancos» que atrajeran
a los políticos «no por el incentivo del oro que encierran sus montañas, como lo hicieron
los conquistadores españoles, sino por el halago del voto popular». Talamanca, localizada
en el extremo sureste de Costa Rica, era entonces y sigue siendo la región del país
donde vive la mayor cantidad de personas que se autoidentifican como indígenas. Leiva
Quirós presentaba un panorama electoral desconsolador, pues en esa zona «los pocos
indios que han podido salvarse de una extinción definitiva y total, no votan ni se
interesan por la política que aquí nos tiene exacerbados»[2]. El profesor estaba expresando lo que seguramente era una noción generalizada entre
sus contemporáneos sobre Talamanca y los amerindios en general. Después de todo, uno
de los fundamentos de la ideología nacionalista costarricense era que la población
indígena se había extinguido durante el período colonial, o apenas si sobrevivían
en zonas remotas y aisladas a la espera de su inevitable desaparición. Que tales individuos
no tuvieran ninguna incidencia política parecía lógico y evidente en una nación convencida
de que sus habitantes constituían una «raza homogénea» blanca y de ascendencia europea Soto Quirós (
Esa visión sobre la vida política talamanqueña se ha perpetuado en el tiempo, y no
es inusual encontrar investigaciones académicas recientes donde se afirma que la zona
experimentó un aislamiento político casi absoluto hasta bien entrado el siglo xx Sandoval García ( Boza Villarreal ( La mayor parte de trabajos sobre Talamanca en esa época se concentran en el impacto
que tuvo el fin de las actividades de producción de banano en manos de la UFCO. P.
ej.: Villalobos y Borge (
Muchos estudiosos se han interesado por la suerte que corrieron las poblaciones amerindias
de América Latina durante los tres decenios que son el foco de atención de este artículo,
marcados por el final de la Primera Guerra Mundial, el convulso período de entreguerras
y la Segunda Guerra Mundial. Uno de los temas predilectos de investigación ha sido
el desarrollo del movimiento indigenista y sus efectos en países y comunidades específicas Lewis ( Mathias ( Piel (
No sucede lo mismo con la historiografía sobre el siglo xix, en la que existen sólidos estudios sobre la intervención electoral de comunidades
y líderes indígenas en lugares como Bolivia y Chile Irurozqui Victoriano ( Posada Carbó ( Molina Jiménez (
En el caso particular de Talamanca, establecer las características que adoptó la participación
electoral entre 1919 y 1948 es relevante porque la zona estaba experimentando transformaciones
importantes. En el ocaso de los años veinte, la compañía estadounidense United Fruit
Company (UFCO) abandonó la producción bananera que había iniciado allí hacia 1900 Bourgois ( Ninguno de ellos parece haber ocupado una agencia de policía. Fungían más bien como
jueces de paz o comisarios, puestos menores que eran designados por los agentes de
policía. Boza Villarreal (
Las fuentes primarias que permiten reconstruir las elecciones talamanqueñas son la prensa —particularmente la oficial—, la correspondencia intercambiada entre autoridades y particulares, así como la crónica periodística y la novela escritas por el famoso militante comunista Carlos Luis Fallas (Calufa) sobre su visita a Talamanca en 1940. La naturaleza administrativa y el tono burocrático que tiene la mayoría de la documentación, incluidas las pocas misivas firmadas por indígenas, impiden examinar aspectos como las dinámicas de poder dentro de las comunidades, las visiones políticas de los indígenas o sus estrategias para negociar con figuras políticas externas. Pero sí informan del persistente interés de políticos y partidos nacionales en los sufragios de la zona y de los esfuerzos de algunos indígenas por abrirse un espacio como organizadores electorales y como candidatos a puestos de elección.
El artículo se inicia con una sinopsis de la forma en que se integraron los indígenas de Talamanca a las votaciones antes de la década de 1920 y de los cambios que se dieron en el aparataje electoral costarricense entre 1913 y 1948. Después se examinan las características que adoptó la participación de los indígenas cuando se establecieron comicios directos y los vaivenes que sufrieron las preferencias partidarias locales. La última sección dilucida los motivos por los cuales el Partido Comunista de Costa Rica (PCCR) se esforzó por influir en los resultados electorales de esa zona desde mediados de los años 1930. La investigación termina a las puertas de la breve pero cruenta guerra civil de 1948, que se convirtió en un parteaguas en la historia costarricense del siglo xx.
En 1925 el conocido general Jorge Volio, diputado que participaba en los debates sobre
una nueva ley electoral, presentó una moción para restringir el acceso al sufragio
entre los habitantes de tres regiones indígenas alejadas del centro del país: Talamanca,
Chirripó y Guatuso «El Gral. Volio desea restringir el sufragio a los indígenas para evitar fraudes».
Diario de Costa Rica, 25-2-1925, p. 4. «Se rechazó la moción para restringir el voto a los indígenas». Diario de Costa Rica, 3-3-1925, p. 4; El Pasajero, «Comentarios fugaces», Repertorio Americano, 9-3-1925, p. 30.
«El Gral. Volio…».
Hasta el momento no existen investigaciones sobre la inserción electoral de los indígenas
de Chirripó o Guatuso, zonas localizadas respectivamente en el Caribe central y en
las llanuras del Norte. Sí hay trabajos sobre la primera generación de indígenas de
Talamanca que se sumó a las elecciones entre 1890 y 1913. Su participación fue constante
y en números importantes
La primera mitad del siglo xx fue testigo de cambios significativos en el sistema electoral costarricense. En 1913
se pasó de un sistema de dos grados a uno directo, en 1925 se estableció el voto secreto
y once años después, en 1936, el sufragio se hizo obligatorio. Reformas adicionales
buscaron reducir las posibilidades de fraude y limitar la influencia del Poder Ejecutivo.
Lo último solo se logró en 1946 con la creación del Tribunal Nacional Electoral Molina Jiménez y Lehoucq (
El voto directo inauguró la era de los «propagandistas», figuras que parecen haber
sido omnipresentes en el ruedo electoral, pero que la literatura académica menciona
rara vez y solo superficialmente Molina Jiménez y Lehoucq (
Tal como había sucedido desde finales del siglo xix, la amplia mayoría de los votantes en Talamanca eran indígenas. El militante comunista
Carlos Luis Fallas, quien visitó la zona como fiscal de su partido en 1934 y 1940,
afirmaba que en esa «región poblada de indios» eran «escasísimos» los «castellanos»
afincados permanentemente. El predominio demográfico indígena se había restablecido
desde finales de los años 1920, luego de que la UFCO redujera drásticamente sus operaciones
en la región y muchos de los trabajadores foráneos se retiraran. Como Fallas también
notó, parte de la población indígena podía tener un origen mezclado, que se advertía
en «el pelo crespo o sedoso y la piel más quemada o casi blanca, [que] denunciaban
el cruce con el negro o con el castellano» Fallas (
La novela de Fallas, Mamita Yunai, es el relato más famoso que existe sobre las elecciones en Talamanca. Al narrar sus
experiencias en los comicios de febrero de 1940, Calufa notó que en las juntas electorales
encargadas de organizar y fiscalizar los comicios figuraban los pocos no indígenas
de la localidad Ibid.: 14, 50-59.
Aun así, la injerencia de los indígenas no desapareció, sino que se desplazó al terreno
informal. A principios del siglo xx Ramón, Claracín y otros indígenas participaban en calidad de propagandistas, dedicados
a recoger firmas de respaldo, levantar listas de potenciales votantes y, en general,
a obtener apoyo para el partido de su preferencia Boza Villarreal ( Archivo Nacional de Costa Rica (ANCR), Gobernación 8107, f. 14. Aunque en su estudio
Villalobos y Borge mencionan que dos sobrinos de Antonio Saldaña ganaron prominencia
en esos años, Narciso y Manuel Almengor, estos no aparecen mencionados en el ámbito
electoral formal. Villalobos y Borge (1994): 101. La única mención de Narciso Almengor
que se ha localizado está en: ANCR, Gobernación 11163, s. n. f. (Chase, 15 mayo 1944).
Las filas de los propagandistas estaban abiertas a individuos mucho menos conspicuos
que los Saldaña y los Almengor. Dos de ellos fueron los hermanos Carlos Daniel y Alfredo
Luis Swaby, quienes realizaron una labor tan destacada a favor del Partido Civil en
la campaña de 1913 que el político capitalino Maurilio Mora afirmaba que a ellos «les
debemos el triunfo del civilismo» en Talamanca ANCR, Limón Juzgado Crimen 907, ff. 6-7.
Los hermanos Swaby llegaron a ser muy influyentes en la sociedad talamanqueña de la
primera mitad del siglo xx. De padre jamaiquino y madre bribri, tenían un origen mezclado que no era inusual en
la Talamanca de esa época. Esto colocaba a los Swaby en una situación ambigua en cuanto
a su identidad étnica, pues a través de las décadas se les consideró «negros», mezclados
o indígenas. Por otro lado, los Swaby estaban muy bien integrados en el mundo indígena:
habían heredado de su madre la pertenencia a un clan matrilineal y, además, Alfredo
Luis llegó a ser «bicagra». Este era un puesto en la jerarquía ritual indígena talamanqueña
que, aunque no muy influyente, requería algún entrenamiento especializado y un buen
conocimiento de la cultura bribri Boza Villarreal (
A pesar de su influjo, no se ha localizado evidencia que vincule a los Swaby directamente
con los comicios talamanqueños entre 1913 —cuando aseguraron el triunfo civilista
ya mencionado— y 1930. Lo más probable es que siguieran participando como propagandistas,
pero que dado el carácter informal de sus labores, estas no quedaran registradas en
las fuentes primarias a las que se ha tenido acceso. Hay dos episodios que dan algún
sustento a esta suposición. El primero es del año 1930, cuando uno de los Swaby, aunque
no se indica cuál, prestó declaración en una demanda que buscaba anular las elecciones
talamanqueñas ANCR, Congreso 20887; Maroto Touret ( Un ejemplo de las distintas actividades de los Swaby en su labor como propagandistas
en 1913: ANCR, Limón Juzgado Crimen 907.
Fallas, C. L., «La farsa de las últimas elecciones en Talamanca». Trabajo, 16-3-1940, p. 3.
Solo a partir de 1940 los hermanos lograron incursionar en la política formal, si
bien de forma esporádica. Alfredo Luis fue presidente de la Junta Electoral de Amubri
en 1940 ANCR, Gobernación 11317, s. n. f. (Limón, 27 de enero de 1940). ANCR, Gobernación 11540, f. 12. ANCR, Gobernación 10630, 236-236v; Gobernación 10629, folder 7, s. n. f.
La entrada de Swaby no fue, empero, por la puerta grande, pues el partido que lo apoyó
fue el Demócrata, fundado en 1941 por un grupo que se había separado del más prestigioso
Republicano Nacional para llevar adelante la candidatura del expresidente León Cortés.
Como había sucedido en Talamanca por lo menos desde 1934, las elecciones de 1944 las
ganó el Republicano Nacional, cuyos candidatos a síndico propietario y suplente para
Talamanca fueron declarados electos. Pero la historia no terminó allí. Cerca de tres
semanas más tarde la Junta Electoral del cantón central de Limón tuvo que desdecirse
de su declaratoria a favor de los republicanos, al constatar que en todas las papeletas
del distrito de Talamanca con votos para ese partido, el nombre del candidato a síndico
suplente había sido tachado, escribiéndose en su lugar el de Daniel Swaby Hidalgo.
La junta lo declaró electo sin emitir ningún comentario La Gaceta, 29-3-1944, pp. 524-525.
Las investigaciones que existen sobre las prácticas electorales de la época no permiten establecer si anotar un nombre que no estaba en la papeleta era un procedimiento usual o extraordinario, aunque sí era decididamente irregular. Probablemente también era fraudulento, pues es imposible que el cambio lo realizara cada votante en su respectiva papeleta al momento de emitir su voto: difícilmente habría habido un acuerdo unánime entre todos los votantes y, además, la mayoría de ellos era analfabeta. El hecho de que el conteo inicial pasara por alto el cambio de nombre quizás sugiera que las cúpulas partidarias en la ciudad de Limón no estaban al tanto de la negociación, o que no estaban dispuestas a honrarla, lo que haría suponer que el acuerdo se originó entre los políticos talamanqueños. La escasa información que suministran las fuentes impide mayores elaboraciones.
El incidente apunta a que el ascendiente de los Swaby en Talamanca se hacía cada vez
más difícil de ignorar. Sin embargo, al parecer no era todavía suficiente para convencer
a las grandes figuras nacionales de darles un lugar demasiado prominente, como indica
que apenas tres meses después de la inusual elección el gobernador de la provincia
de Limón, de la cual Talamanca formaba parte, expresara su desacuerdo en que se nombrara
a Carlos Daniel como agente de policía del poblado de Chase, a pesar de la petición
que habían firmado varios vecinos apoyándolo ANCR, Gobernación 11163. ANCR, Gobernación 14731, ff. 59-67; Alcance a La Gaceta, 5-2-1948, pp. 10-11. A principios de febrero se separó a Carlos Daniel Swaby del
puesto de fiscal por no ser elector. La Gaceta, 13-2-1948, p. 278.
Solo se ha identificado a un indígena más que participó formal y directamente en la
organización de las elecciones durante esa época. Se trata de Simón Mayorga, quien
en 1942 era parte de la Junta Electoral Principal de Talamanca ANCR, Gobernación 11540, f. 5. En 1940 hay un Simeón Mayorga que sirvió como escribiente
en Amubri. ANCR, Gobernación 22205, s. n. f., n.° 02469.
Bourgois (
En su famosa novela de 1941, Calufa no atribuyó a los indígenas otro interés para
asistir a las urnas que disfrutar del festín con el que las autoridades gubernamentales
les regalaban luego ANCR, Fomento 3103, f. 8. ANCR, Congreso 19068, ff. 1-4. ANCR, Gobernación 11163.
Las demandas que los pobladores talamanqueños hicieron a las autoridades costarricenses
se concentraron en un número pequeño de asuntos: crear escuelas primarias, asegurar
el acceso de los indígenas a la tierra y construir vías de comunicación. Las autoridades
expresaron simpatía hacia esas solicitudes y, ocasionalmente, pusieron manos a la
obra. Sin embargo, en general el Estado fue incapaz de encontrar soluciones duraderas
y eficaces. Carlos Luis Fallas expresaba un profundo desencanto respecto de la acción
del Gobierno en la zona, cuyos pobladores, según él, vivían «olvidados de Dios y del
Estado». Fallas, empero, notaba que los indígenas «en las épocas electorales recobran,
para el Gobierno, su condición de hombres y de ciudadanos»
La gran distancia geográfica y cultural que separaba a Talamanca de los centros administrativos
del país no fue impedimento para que, desde finales del siglo xix, varios partidos extendieran hasta allí sus esfuerzos por ganar adeptos en detrimento
de sus contrincantes Samper K. (
El Partido Reformista (1923-1934) y el PCCR (fundado en 1931) constituyeron las dos
fuerzas que se apartaron más decididamente del modelo partidista tradicional, pues
buscaban convertirse en movimientos permanentes que representaran las demandas de
los sectores populares urbanos y rurales. Si bien ambos ganaron influencia en algunas
coyunturas, ninguno reunió suficiente apoyo como para disputar el predominio del PRN Samper K. (
A nivel nacional, la década de 1920 se caracterizó por una gran parcelación de las
fuerzas políticas. Luego de la caída de la dictadura de Federico Tinoco Granados en
1919, casi toda la oposición se aglutinó alrededor del Partido Constitucional, liderado
por el destacado antitinoquista Julio Acosta, quien ganó abrumadoramente en las elecciones
generales. Empero, a partir de los comicios de medio período de 1921 el escenario
político nuevamente se fragmentó. Las dos agrupaciones principales que surgieron fueron
el Partido Agrícola (1921-1926) y el Partido Republicano, del cual en 1928 se desprendió
el Partido Unión Nacional. Había, además, muchos otros partidos pequeños, tales como
el ya mencionado Partido Reformista cuyo líder, Jorge Volio, fue quien abogó en 1925
por restringir el voto indígena. Más aun, en las elecciones legislativas y municipales
se multiplicaba significativamente el número de contendientes, al sumarse a las de
alcance nacional agrupaciones regionales Samper K. (
A juzgar por los alineamientos partidarios de figuras talamanqueñas influyentes, todas
ellas no indígenas, allí la década de 1920 también se caracterizó por algún nivel
de división. En las elecciones de medio período de 1921 Filadelfo Granados Casasola,
destacado político limonense Granados ocupó una gran variedad de puestos, incluyendo el de diputado suplente por
Limón (1930) y gobernador de la provincia (1934). «Don Filadelfo Granados Casasola»
( ANCR, Congreso 12655, ff. 211-215v, 224-225, 228-232; Congreso 12688. La Gaceta, 22-12-1921, pp. 1403-1404.
ANCR, Congreso 13450, ff. 91-103, 108-112.
Tal como había sucedido en 1919, en 1921 el Partido Constitucional ganó las elecciones
de diputado en Talamanca al captar 102 (93,58 %) votos de la zona La Gaceta, 22-12-1921, pp. 1403-1404.
ANCR, Congreso 13450, ff. 66-73v. Las cifras son distintas en otros documentos,
pero no significativamente. Alcance a La Gaceta, 7-12-1923, p. 11; La Gaceta, 3-1-1924, pp. 4-5.
La Gaceta, 28-12-1919, pp. 495-497.
La Gaceta, 14-1-1926, p. 60.
Alcance a la Gaceta No. 38, 16-2-1928, p. 5.
En el decenio de 1930 hubo un nuevo proceso de aglutinamiento en la política nacional,
que hacia la segunda mitad de la década cristalizó en el amplio predominio del PRN Ibid.: 204-205, 216-217.
La Gaceta, 3-1-1934, p. 1.
La Gaceta, 28-3-1934, pp. 544-546.
En los comicios sucesivos para los cuales se tienen datos de Talamanca el dominio
del Republicano Nacional fue casi absoluto La provincia de Limón, junto con la de Puntarenas y San José, fueron bastiones del
Republicano Nacional. Schifter ( 1934: Alcance a La Gaceta No. 47, 25-2-1934.
1936: La Gaceta, 20-2-1936, p. 314 (presidenciales). La Gaceta, 18-3-1936, p. 482 (municipales).
1938: ANCR, Gobernación 8859, folder 10, s. n. f. (Limón, 11-3-1938). La Gaceta, 18-3-1938, p. 537.
1946: La Voz Atlántica, 16-2-1946, p. 1 (legislativas). ANCR, Gobernación 11815, ff. 159-163 (municipales).
1948: La Gaceta, 26-2-1948, p. 354; 24-2-1948, p. 345.
La hegemonía del Republicano Nacional no fue óbice para que, en algunas ocasiones,
personajes locales prestigiosos apoyaran a otras fuerzas. La escisión que sufrió desde
1941 el PRN entre seguidores de León Cortés (agrupados en el Partido Demócrata) y
de Rafael Ángel Calderón Guardia (que mantuvieron el control de la maquinaria republicana)
también produjo agrietamientos en Talamanca Molina Jiménez ( ANCR, Gobernación 9525, ff. 147-147v. ANCR, Gobernación 11362, f. 315. A pesar de la derrota electoral de Cortés, Valverde
continuó en el puesto hasta que estalló la guerra civil de 1948. Para más detalles
sobre la carrera de Valverde en Talamanca, ver: Boza Villarreal (
Como ya se indicó, en 1944 Carlos Daniel Swaby también optó por alinearse con el Partido
Demócrata, que al parecer valoró más su apoyo de lo que jamás lo hizo el PRN. En esa
ocasión Swaby obtuvo por primera vez una candidatura a un puesto de elección, como
síndico suplente por Talamanca, puesto para el cual terminó siendo elegido gracias
a que el nombre del candidato del Republicano Nacional fue tachado y sustituido por
el suyo en todas las papeletas ANCR, Gobernación 10630, ff. 236-236v. La Gaceta, 29-3-1944, pp. 524-525.
Es difícil determinar cuál era la identificación étnica de las personas que ocuparon puestos formales en la política talamanqueña. Los documentos electorales se limitaban a apuntar los nombres de los candidatos sin información adicional. Además, algunas personas aparecían como candidatas en una elección y luego no se las volvía a mencionar. Ya se indicó que los hermanos Swaby y Simón Mayorga fueron las tres únicas figuras del mundo indígena sobre cuya participación formal en los comicios se tiene certeza absoluta. No se puede descartar que entre los candidatos no identificados haya algunos otros indígenas.
Varias personas que sin lugar a dudas no eran indígenas gozaron de gran influencia.
Dos de ellos fueron Fermín Regidor y Neftalí Valverde, quienes se desempeñaron sucesivamente
como agentes principales de Policía de Chase en las décadas de 1930 y 1940. Tal como
sucedía en el resto del país, estos funcionarios fueron clave en la organización de
los comicios. Además, Valverde fue electo síndico por Talamanca en la municipalidad
del cantón central de Limón en 1934. Calufa acusó a ambos de aprovechar su autoridad
ilegalmente para perjudicar a sus rivales
Las dos figuras que aparecen en las listas de candidatos a síndicos por Talamanca
con más frecuencia, Franklin Venegas Mora y Francisco Ramírez Caicedo, tampoco eran
indígenas y al parecer residían en las zonas costeras de Talamanca, no en el interior
donde predominaba la población indígena. Venegas Mora participó repetidamente en las
juntas electorales de Talamanca, generalmente en Sixaola, en 1921, 1939, 1940, 1942
y 1948. Además, fue síndico propietario por Talamanca en 1938 y 1940, como candidato
del PRN. En 1944 fue candidato al mismo puesto, pero por el Partido Demócrata 1921: ANCR, Congreso 12655, f. 224. 1938: La Gaceta, 18-3-1938, pp. 537-538; ANCR, Gobernación 8859, folder 10 (11-3-1938).
1939: ANCR, Gobernación 8882, v. 2, ff. 77-81. La Gaceta, 29-2-1940, p. 406.
1942: ANCR, Gobernación 11540, f. 12. 1944: ANCR, Gobernación 10630, ff. 236-236v. 1948: ANCR, Gobernación 14731, ff. 66-67. ANCR, Limón Juzgado Crimen 907, ff. 19v-20. La Gaceta, 11-12-1915, pp. 775-776; 25-12-1919, p. 487; 18-3-1938, pp. 537-538. ANCR, Gobernación
8859, folder 10 (11-3-1938). En 1938 apareció como candidato a síndico suplente por
Talamanca en la papeleta del Republicano Nacional, y a la vez como candidato propietario
al mismo puesto por el Republicano Nacional Independiente. La Gaceta, 29-2-1940, p. 406.
1944: ANCR, Gobernación 10629, folder 7; Gobernación 10630, ff. 236-236v. El nombre
de Francisco Ramírez Caicedo fue el que se sustituyó por el de Daniel Swaby en las
papeletas de las elecciones municipales de 1944. La Gaceta, 29-3-1944, pp. 524-525.
1946: ANCR, Gobernación 11815, ff. 159-163. También fue electo síndico suplente
por Talamanca en 1948, aunque lo más probable es que nunca tomó posesión del puesto
por la guerra civil. La Gaceta, 24-2-1948, p. 345.
Como sugieren las visitas que realizó en 1934 y 1940 Carlos Luis Fallas a Talamanca,
la región llegó a tener alguna importancia dentro de la agenda política del PCCR.
Este partido adoptó el apelativo oficial de Bloque de Obreros y Campesinos (BOC) para
participar en las elecciones municipales de 1932, nombre que mantuvo hasta 1943. Aunque
el Bloque nunca llegó a poner en peligro el predominio de los republicanos, se convirtió
en su más seria competencia electoral desde mediados de los años 1930 Molina Jiménez (
En números absolutos, la mayoría de los sufragios que el BOC obtuvo durante su vida
política se originaron en las provincias centrales de San José, Alajuela, Cartago
y Heredia, que eran además las más pobladas. Aun así, la periférica provincia de Limón
se convirtió rápida y decididamente en uno de sus principales bastiones. El Bloque
compitió por primera vez en Limón durante las elecciones de medio período de 1934,
en las que logró elegir a dos regidores propietarios en la municipalidad del cantón
central. A partir de entonces y hasta 1948 obtuvo entre 18,5 % y 36,4 % del total
de votos limonenses, que en términos porcentuales representaron el mayor apoyo al
PCCR en comparación con las otras provincias. Más aun, entre 1942 y 1948 los aumentos
más significativos en el apoyo al BOC se dieron precisamente en Limón, al igual que
en las otras provincias periféricas de Guanacaste y Puntarenas Molina Jiménez (
La importancia que tenía Limón para los comunistas no era únicamente electoral. También
ocupó un lugar simbólico sobresaliente debido a la huelga que protagonizaron los trabajadores
bananeros contra la UFCO en 1934 y gracias a la cual obtuvieron mejoras, aunque modestas,
en sus salarios y condiciones de vida. El visible liderazgo del PCCR en ese movimiento,
la tradición organizativa que inauguró y las connotaciones antiimperialistas que tenía
una victoria contra la poderosa compañía extranjera hicieron de esta huelga un referente
fundacional para el comunismo costarricense
En Limón, el apoyo al Bloque se concentraba en el cantón central, aunque el partido
también tenía una presencia importante en Siquirres y Pococí, los otros dos cantones
de la provincia Alcance a La Gaceta No. 47, 25-2-1934; La Gaceta, 20-2-1936, p. 314. No se han localizado resultados de las elecciones al Congreso para
1938 en Talamanca.
En los comicios municipales de 1936 y 1938 fue igualmente exiguo el apoyo de Talamanca
al BOC, aunque en ambas ocasiones este lograra suficientes votos en los otros dos
distritos como para elegir a un regidor cantonal. En 1936 Talamanca le dio solo 1
de los 290 sufragios que obtuvo en cantón central, y en 1938 de los 229 votos que
sumó en el cantón central solo 2 eran talamanqueños. No se han localizado resultados
electorales para Talamanca en 1940, pero se sabe que en esa ocasión el Bloque conquistó
un 20,22 % de la votación en todo el cantón central, lo que de nuevo se tradujo en
un regidor propietario La Gaceta, 18-3-1936, p. 482; 18-3-1938, pp. 537-538; 29-2-1940, p. 406.
Estos pésimos resultados no impidieron que el BOC mantuviera un considerable interés
en los comicios talamanqueños, como sugiere el que en dos ocasiones, 1934 y 1940,
enviara a intervenir en ellos a Fallas, quien ya entonces era una figura destacada
entre los comunistas y luego llegaría a ser uno de sus militantes más famosos. La
visita que realizó Calufa a Talamanca en febrero de 1934 ha pasado desapercibida en
la abundante literatura dedicada a examinar a este personaje, eclipsada quizás por
sus labores como dirigente de la famosa huelga bananera que se desarrolló entre agosto
y setiembre de ese año Molina Jiménez ( Fallas ( La única información relacionada que se publicó fue una sección de un diario sobre
la visita de «dos compañeros» a Talamanca, que apareció a finales de febrero. Allí
no se hizo referencia alguna a las elecciones y se identifica a uno de los dos militantes
comunistas solo al final del artículo, en una nota de los editores en que mencionan
al «compañero Fallas». «Como hicimos nuestra propaganda …».
Tampoco está claro si el viaje de 1934 fue parte de la estrategia del partido o respondió
a razones fortuitas. El poco interés que tanto Fallas como el PCCR mostraron en el
episodio sugiere que fue una decisión espontánea, facilitada quizás por la presencia
de Fallas en Limón desde diciembre de 1933 Había sido condenado a destierro en esa provincia por injurias. Aguilar (
Fallas fue bastante escueto sobre cuáles habían sido sus objetivos en 1934, pero al
parecer eran los mismos que lo impulsaban en 1940: reducir el número de votos emitidos
en Talamanca, de forma tal que la porción adjudicada al BOC en el resto del cantón
fuera suficiente para asegurarle algunos puestos municipales. En ambas ocasiones Fallas
sirvió como fiscal del BOC en la mesa principal de Talamanca, y orgullosamente se
atribuyó haber impedido el «chorreo» (falsificación a gran escala) de votos que las
autoridades locales habían orquestado. Según Fallas, en la segunda ocasión el partido
también envió un fiscal a la otra mesa electoral de Talamanca, localizada en Sixaola Fallas, «La farsa de las últimas…». Trabajo, 16-3-1940, p. 3; 11-5-1940, p. 3; 20-7-1940, p. 2; 27-7-1940, p. 3.
En esas dos elecciones el BOC efectivamente logró obtener regidores en el cantón central limonense. Empero, los resultados de los comicios generales de 1936 y de medio período de 1938 sugieren que estudios futuros deberían examinar cuál fue el impacto efectivo de las acciones de Fallas en 1934 y 1940. Según la información que se conoce, en 1936 y 1938 no hubo intervención de un fiscal comunista en Talamanca; aun así, el Bloque logró elegir a un regidor en Limón en ambas ocasiones.
Un factor que debió ser determinante en el pobre desempeño del BOC en Talamanca fue
su desinterés, aparentemente total, por ganar adeptos en el área. La decisión puede
atribuirse, al menos en parte, a las visiones generalmente despectivas que Fallas
y otros líderes comunistas expresaban P. ej.: Cano Sanchiz ( Fallas, «La farsa de las últimas…». Trabajo, 16-3-1940, p. 3.
La indiferencia del Bloque hacia los votantes de Talamanca se expresaba claramente
en la ausencia de candidatos a síndico por ese distrito en sus papeletas de 1934 y
1938. En 1940 el BOC finalmente presentó un candidato a síndico propietario por Talamanca,
pero no fue sino hasta 1942 que llenó todas las dos candidaturas (propietario y suplente) 1938: ANCR, Gobernación 8858, folder 8, s. n. f. 1940: ANCR, Gobernación 11182. El candidato era Florencio Sandoval. 1942: ANCR, Gobernación 9511, s. n. f. (San José, 17 de enero de 1942). Los candidatos
eran Diego Aguilar Badilla (propietario) y Edwin Delgado Ramírez (suplente). No se
sabe por el momento si eran o no indígenas.
En 1944 los comunistas, que un año atrás habían cambiado de nuevo su nombre al de
Partido Vanguardia Popular (PVP), se aliaron con el PRN bajo el nombre de Bloque de
la Victoria (BV). La coalición funcionó en las elecciones presidenciales de ese año
y las de 1948. Aunque en algunos de los comicios legislativos y municipales el PVP
decidió participar de forma independiente Ibid. 1944: ANCR, Gobernación 10630, ff. 236-236v; Gobernación 10629, folder 7. 1946: ANCR, Gobernación 11815, ff. 159-163. La Voz Atlántica, 16-2-1946, p. 1. ANCR, Gobernación 10629, folder 3; Gobernación 11815, ff. 159-163.
La Gaceta, 18-4-1948, pp. 382-383; 24-2-1948, pp. 345-346.
A diferencia de la estrategia que aplicó para las diputaciones y los puestos municipales
cantonales, el PCCR no aprovechó su alianza con el PRN para incluir a cuadros propios
en las listas compartidas de candidatos a síndicos para Talamanca. En los comicios
de 1944, 1946 y 1948 fueron los dos republicanos los que ganaron, Ramón Acón León
y Francisco Ramírez Caicedo 1944: ANCR, Gobernación 10630, ff. 236-236v. 1946: La Voz Atlántica, 16-2-1946, p. 1. ANCR, Gobernación 11815, ff. 159-163.
1948: La Gaceta, 24-2-1948, pp. 345-346.
Alcance a La Gaceta, 5-2-1948, pp. 10-11; La Gaceta, 13-2-1948, p. 278.
La Gaceta, 24-2-1948, p. 345; 26-2-1948, p. 354. La Nación, 17-2-1948, p. 3. No se sabe por qué las elecciones no se realizaron en las restantes
mesas de Talamanca.
La victoria de los comunistas en Limón a inicios de 1948 fue dolorosamente pasajera.
La guerra civil que de marzo a mayo devastó Costa Rica terminó con los calderonistas
del PRN y sus aliados comunistas en el bando perdedor. El PCCR fue ilegalizado por
varias décadas, desconocidas las elecciones legislativas y municipales de inicios
de año, y el diputado comunista electo para Limón, Federico Picado Sáenz, asesinado
el 19 de diciembre en el famoso crimen del «Codo del Diablo» Martz (
Entre los decenios de 1920 y 1940, la característica más sobresaliente de la participación indígena en los comicios de Talamanca fue su carácter informal. Había sido distinta la experiencia de los indígenas que votaron entre las dos últimas décadas del siglo xix y la primera del xx, pues por lo menos uno de ellos se había integrado al selecto grupo de los electores secundarios, fungiendo también como candidato a puestos municipales de elección.
Es paradójico que, a pesar de su carácter progresista y democratizador, las reformas que experimentó desde 1913 el sistema electoral costarricense no ayudaran a expandir el acceso de los hombres indígenas talamanqueños al ámbito político nacional, por lo menos hasta principios de la década de 1940. Aunque su participación como votantes continuó sin escollos, las decisivas actividades que realizaban como organizadores se les reconocieron únicamente dentro de los partidos, en calidad de informales «propagandistas». Por décadas, su labor no se tradujo ni en candidaturas oficiales ni en puestos influyentes dentro de las estructuras partidarias. La situación empezó a transformarse tímidamente a inicios de la década de 1940, debido posiblemente a un factor coyuntural: la escisión que sufrió en 1936 el PRN por el antagonismo entre León Cortés y Rafael Ángel Calderón Guardia. Los cortesistas, agrupados en el Partido Demócrata, parecen haber sido los que por primera vez desde principios del siglo xx apoyaron a un candidato indígena. Se trataba de Carlos Daniel Swaby, quien en 1940 obtuvo una victoria un tanto enigmática como síndico suplente por Talamanca. Cuatro años después Carlos Daniel y Alfredo Luis, los influyentes hermanos Swaby, habían regresado a las filas republicanas, donde por primera vez también obtuvieron puestos formales de organización, al igual que Simón Mayorga, aunque ninguna candidatura.
Esas nuevas oportunidades que se abrieron para los Swaby y Mayorga no parecen haberse
originado de una agenda populista que buscara transformar sustantivamente las relaciones
entre la clase política y los indígenas, tal como la que desde 1946 empezó a implementar
el peronismo en Argentina Fernández Esquivel y Méndez Ruiz (
La relativa marginación que experimentaron los amerindios en el campo electoral no
llevó aparejada una reducción en el interés de los partidos políticos por sus votos.
Que tal competencia siguiera las mismas tendencias de fragmentación o aglutinamiento
que se expresaban en la palestra nacional es un claro indicio de que, para entonces,
Talamanca estaba bien integrada a la estructura política y electoral del país. Los
votos talamanqueños atrajeron también la atención del PCCR, aunque su estrategia fue
restar apoyo a sus rivales antes que convertir a algunos indígenas a su causa. En
contraste, los comunistas de países como El Salvador, Colombia y Ecuador sí hacían
esfuerzos en esos mismos años, aunque con grados variables de éxito, por reclutar
indígenas e integrar sus demandas a los programas del partido Ching (
Aunque las fuentes primarias disponibles guardan silencio sobre las dinámicas políticas
locales, está claro que algunos líderes talamanqueños subrayaban su apoyo electoral
cuando hacían peticiones a las autoridades nacionales. En ese uso instrumental de
su caudal electoral los indígenas de Talamanca no eran excepcionales. Por ejemplo,
en los años 1930 los indígenas kunas de Panamá negociaron con los distintos partidos
nacionales sus votos a cambio de mayores garantías para sus posesiones territoriales
colectivas Herrera (
Investigaciones venideras podrían determinar cómo se comportó la integración política de los indígenas a partir de los años 1950, específicamente en el nivel formal de los cargos dentro de los partidos políticos o las candidaturas a puestos de elección. Con respecto a las décadas que se analizan en este artículo, no se puede perder la esperanza de que en el futuro vean la luz fuentes primarias que permitan recuperar para la historia no solo las estadísticas electorales, sino también las visiones políticas y los anhelos de la gente de Talamanca que apoyó, antagonizó o tal vez ni siquiera conoció a los hermanos Swaby. Pero aun si nunca encontramos esa información, no queda lugar a dudas de que ganar el «halago del voto popular» fue un factor clave en las relaciones entre indígenas y Estado en la Costa Rica de principios del siglo xx.
Acuña Ortega, V. H. (1984). La huelga bananera de 1934. San José: CENAP-CEPAS. |
|
Acuña Ortega, V. H. (2009). Mamita Yunai: un cuarto de siglo después. Revista Comunicación, 18 (30), 39-46. |
|
Aguilar, M. (1983). Carlos Luis Fallas. Su época y sus luchas. San José: Editorial Porvenir. |
|
Arroyo, M. (1973). Carlos Luis Fallas. San José: Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes. |
|
Becker, M. (2004). Indigenous Communists and Urban Intellectuals in Cayambe, Ecuador (1926-1944). International Review of Social History, 49 (12), 41-64. Disponible en: https://doi.org/10.1017/S0020859004001634. |
|
Benavides, E. (1968). Casos célebres: casuística criminal. San José: Fotorama de Centroamérica. |
|
Bourgois, P. (1994). Banano, etnia y lucha social en Centroamérica. San José: Departamento Ecuménico de Investigaciones. |
|
Boza Villarreal, A. (2014). La frontera indígena de la Gran Talamanca, 1840-1930. Cartago: ET, EUCR, EUNA, EUNED. |
|
Boza Villarreal, A. (2016). Indigenous Citizenship between Borderlands and Enclaves: Elections in Talamanca, Costa Rica, 1880-1913. Hispanic American Historical Review, 96 (4), 641-668. Disponible en: https://doi.org/10.1215/00182168-3677627. |
|
Boza Villarreal, A. (2018). Economía, Estado y comunidades indígenas en Talamanca, Costa Rica, 1927-1948. Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe, 15 (1), 100-132. Disponible en: https://doi.org/10.15517/c.a..v15i1.32947. |
|
Bozzoli de Wille, M. E. (1972). Notas sobre el parentesco entre los indios talamanqueños y guatusos en Costa Rica. América Indígena, 32 (2), 553-571. |
|
Cano Sanchiz, J. M. (2017). Mamita Yunai, una bananera estadounidense en Centroamérica: el caso de Palmar Sur (Costa Rica). Memorias. Revista Digital de Historia y Arqueología desde el Caribe Colombiano, 13 (33), 88-119. Disponible en: https://doi.org/10.14482/memor.33.10876. |
|
Ching, E. (1998a). El Partido Comunista de Costa Rica, 1931-1935: los documentos del archivo ruso del Comintern. Revista de Historia, 37, 7-226. |
|
Ching, E. (1998b). In Search of the Party: The Communist Party, the Comintern, and the Peasant Rebellion of 1932 in El Salvador. The Americas, 55 (2), 204-239. Disponible en: https://doi.org/10.2307/1008053. |
|
Correa Rubio, F. (2007). La modernidad del pensamiento indigenista y el Instituto Nacional Indigenista de Colombia. Maguaré, 21, 19-63. |
|
Díaz Arias, D. (2014). Anotaciones sobre el legado colonial en la construcción del Estado, la Nación y la ciudadanía en Centroamérica en los siglos xix y xx. En C. Velázquez Bonilla y E. Payne Iglesias (eds.). Poder, economía y relaciones sociales en el Reino de Guatemala (pp. 189-201). San José: Editorial Universidad de Costa Rica. |
|
Díaz Arias, D. (2015). Crisis social y memorias en lucha: guerra civil en Costa Rica, 1940-1948. San José: Editorial Universidad de Costa Rica. |
|
Dillingham, A. S. (2015). Indigenismo Occupied: Indigenous Youth and Mexico’s Democratic Opening (1968-1975). The Americas, 72 (4), 549-582. Disponible en: https://doi.org/10.1017/tam.2015.67. |
|
Don Filadelfo Granados Casasola. (1931). Costa Rica Informativa, 1 (3), 27. |
|
Fallas, C. L. (2008). Mamita Yunai: el infierno de las bananeras. Caracas: Fundación Editorial El Perro y La Rana. |
|
Fallas, C. L. (2013). Rojo y verde. En De mi vida (vol. 1) (pp. 23-63). Heredia: Editorial Universidad Nacional. |
|
Fernández Esquivel, F. y Méndez Ruiz, H. L. (1973). El negro en la historia y en la política costarricense [tesis de licenciatura inédita]. Universidad de Costa Rica, San José. |
|
Giraudo, L. y Martín-Sánchez, J. (eds.) (2011). La ambivalente historia del indigenismo: campo interamericano y trayectorias nacionales, 1940-1970. Lima: Instituto de Estudios Peruanos. |
|
Gotkowitz, L. (2007). A Revolution for Our Rights: Indigenous Struggles for Land and Justice in Bolivia, 1880-1952. Durham: Duke University Press. Disponible en: https://doi.org/10.1215/9780822390121. |
|
Gould, J. (1998). To Die in This Way: Nicaraguan Indians and the Myth of Mestizaje, 1880-1965. Durham: Duke University Press. Disponible en: https://doi.org/10.1215/9780 822398844. |
|
Grinberg Pla, V. y Makenbach, W. (2006). Banana novel revis(it)ed: etnia, género y espacio en la novela bananera centroamericana. El caso de Mamita Yunai. Iberoamericana, 6 (23), 161-176. |
|
Herrera, F. (2012). La evolución de las demandas indígenas sobre la tierra y las respuestas del Estado en Panamá. Quaderns-e, 17 (1), 44-59. |
|
Irurozqui Victoriano, M. (2008). La alquimia democrática. Ciudadanos y procedimientos representativos en Bolivia (1825-1879). Histórica, 32 (2), 34-72. |
|
Klubock, T. M. (2010). Ranquil: Violence and Peasant Politics on Chile’s Southern Frontier. En G. Grandin y G. Joseph (eds.). A Century of Revolution: Insurgent and Counterinsurgent Violence during Latin America’s Long Cold War (pp. 121-160). Durham: Duke University Press. Disponible en: https://doi.org/10.2307/j.ctv1220mcj.7. |
|
Kohkemper M., M. (1955). Historia de las travesías de la Cordillera de Talamanca. San José: Museo Nacional; Ministerio de Educación Pública. |
|
Lehoucq, F. (1996). The Institutional Foundations of Democratic Cooperation in Costa Rica. Journal of Latin American Studies, 26 (2), 329-355. Disponible en: https://doi.org/10.1017/S0022216X00013031. |
|
Leiva Quirós, E. (1935). Por nuestras fronteras naturales. San José: Imprenta Gutenberg. |
|
Lewis, S. E. (2018). Rethinking Mexican Indigenismo. The INI’s Coordinating Center in Highland Chiapas and the Fate of a Utopian Project. Albuquerque: University of New Mexico Press. |
|
Mackenbach, W. (2006). Banana novel revisited: Mamita Yunai o los límites de la construcción de la Nación desde abajo. Káñina, 30 (2), 129-138. |
|
Mallon, F. E. (2005). Courage Tastes of Blood: The Mapuche Community of Nicolás Ailío and the Chilean State, 1906-2001. Durham: Duke University Press. Disponible en: https://doi.org/10.2307/j.ctv11312r0. |
|
Maroto Touret, E. (1930). Una página gloriosa del Congreso de Costa Rica. La nulidad de las elecciones en Limón. San José: Imprenta Alsina. |
|
Martz, J. D. (1967). Costa Rican Electoral Trends, 1953-1966. The Western Political Quarterly, 20 (4), 888-909. Disponible en: https://doi.org/10.1177/106591296702000406. |
|
Mathias, C. (2013). ¿Peronismo indígena? La construcción de un nuevo sujeto político en el Chaco argentino (1943-1955). Revista Estudios del ISHiR, 3 (7), 26-44. |
|
Méndez, V. y López, R. A. (1983). Simón Mayorga. Remembranzas de un indígena. Nuestra Talamanca... ayer y hoy (pp. 32-35). San José: Departamento de Publicaciones-Ministerio de Educación Pública. |
|
Molina Jiménez, I. (1999). El desempeño electoral del Partido Comunista de Costa Rica (1931-1948). Revista Parlamentaria, 7 (1), 491-521. |
|
Molina Jiménez, I. (2001). Estadísticas electorales de Costa Rica (1897-1948). Una contribución documental. Revista Parlamentaria, 9 (2), 345-435. Disponible en: https://doi.org/10.15517/dre.v2i3.6323. |
|
Molina Jiménez, I. (2004). La exclusión electoral del Partido Comunista de Costa Rica en 1931: una interpretación institucional. Cuadernos Americanos, 6 (108), 71-82. |
|
Molina Jiménez, I. (2005a). Demoperfectocracia: la democracia pre-reformada en Costa Rica (1885-1948). Heredia: Editorial Universidad Nacional. |
|
Molina Jiménez, I. (2005b). La participación del Partido Comunista de Costa Rica en la década de 1930: el caso de los comicios de 1934. Historia y Política, 13, 175-200. |
|
Molina Jiménez, I. (2007). Ricardo Jiménez y los comunistas en la Costa Rica de la década de 1930. Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe, 4 (5), 71-100. |
|
Molina Jiménez, I. (2008). Afrocostarricense y comunista. Harold Nichols y su actividad política en Costa Rica. Latinoamérica. Revista de Estudios Latinoamericanos, 46, 141-168. |
|
Molina Jiménez, I. (2012). Publicaciones y postergaciones. Carlos Luis Fallas y el Partido Comunista de Costa Rica (1940-1954). Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe, 9 (10), 127-145. |
|
Molina Jiménez, I. (2016). Príncipes de las remotidades. Carlos Luis Fallas y los escritores proletarios costarricenses del siglo xx. San José: Editorial Universidad Estatal a Distancia. |
|
Molina Jiménez, I. y Lehoucq, F. (1999). Urnas de lo inesperado: fraude electoral y lucha política en Costa Rica (1901-1948). San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica. |
|
Murillo Jiménez, H. (1981). Tinoco y los Estados Unidos, génesis y caída de un régimen. San José: Editorial Universidad Estatal a Distancia. |
|
Obregón Quesada, C. (2000). El proceso electoral y el Poder Ejecutivo en Costa Rica: 1808-1998. San José: Editorial Universidad de Costa Rica. |
|
Palmer, S. (1995). Hacia la «autoinmigración». El nacionalismo oficial en Costa Rica, 1870-1930. En A. Taracena Arriola y J. Piel (eds.). Identidades nacionales y Estado moderno en Centroamérica (pp. 75-85). San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica. Disponible en: https://doi.org/10.4000/books.cemca.3218. |
|
Piel, J. (1995). ¿Fuera el Estado del Estado? ¿Afuera la nación? El Quiché Oriental frente al estado-nación guatemalteco de 1821 a 1970. En A. Taracena Arriola y J. Piel (eds.). Identidades nacionales y Estado moderno en Centroamérica (pp. 181-201). San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica. Disponible en: https://doi.org/10.4000/books.cemca.3235. |
|
Posada Carbó, E. (ed.) (1996). Elections before Democracy: The History of Elections in Europe and Latin America. New York: St. Martin’s Press. Disponible en: https://doi.org/ 10.1007/978-1-349-24505-5. |
|
Pumarada Cruz, Y. C. (2016). Las raíces locales y ramificaciones internacionales del «indigenismo comunista» en Colombia. En S. Rinke (ed.). Entre espacios: la historia latinoamericana en el contexto global. Berlín: Freie Universität; Colegio Internacional de Graduados «Entre Espacios». |
|
Quijada, M. (2011). La lenta configuración de una «ciudadanía cívica» de frontera. Los indios amigos de Buenos Aires, 1820-1879 (con un estudio comparativo Estados Unidos-Argentina). En M. Quijada (ed.). De los cacicazgos a la ciudadanía. Sistemas políticos en la frontera, Río de la Plata, siglos xviii-xx (pp. 149-289). Berlín: Gebr. Mann Verlag. |
|
Robert Jiménez, J. R. (2013). Mamita Yunai: explorando tópicos poscoloniales. Reflexiones, 92 (2). |
|
Salazar Mora, O. y Salazar Mora, J. M. (2010). Los partidos políticos en Costa Rica, 1889-2010. San José: Editorial Universidad Estatal a Distancia. |
|
Samper K. M. (1988). Fuerzas sociopolíticas y procesos electorales en Costa Rica, 1921-1936. Revista de Historia, (especial), 157-222. |
|
Sandoval García, C. (2002). Otros amenazantes: los nicaragüenses y la formación de identidades nacionales en Costa Rica. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica. |
|
Schifter, J. (1981). La fase oculta de la guerra civil en Costa Rica. San José: EDUCA. |
|
Senior Angulo, D. (2011). Ciudadanía afrocostarricense: el gran escenario comprendido entre 1927 y 1963. San José: Editorial Universidad Estatal a Distancia; Editorial Universidad de Costa Rica. |
|
Solórzano Fonseca, J. C. (2007). Los indígenas en las áreas fronterizas de Costa Rica durante el siglo xix. Boletín Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica, 32. |
|
Soto Quirós, R. (1998). Desaparecidos de la nación: los indígenas en la construcción de la identidad nacional costarricense, 1821-1942. Revista de Ciencias Sociales, 82, 31-53. |
|
Ternavasio, M. (2002). La revolución del voto. Política y elecciones en Buenos Aires, 1810-1852. Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina. |
|
Tilley, V. Q. (2005). Seeing Indians: a Study of Race, Nation, and Power in El Salvador. Albuquerque: University of New Mexico Press. |
|
Tristán, J. F. (1922). La familia real de Talamanca. Revista de Costa Rica, 3 (6), 154-158. |
|
Vargas González, H. (1996). Procesos electorales y luchas de poder en Costa Rica. Estudio sobre el origen del sistema de partidos (1821-1902) [tesis de licenciatura inédita]. Universidad de Costa Rica. |
|
Vargas González, H. (1998). Partidos políticos y participación ciudadana: análisis históricos y propuestas para superar una democracia insuficiente [tesis de licenciatura inédita]. Universidad de Costa Rica, San José. |
|
Vargas González, H. (2005). El sistema electoral en Costa Rica durante el siglo xix. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica. |
|
Viales Hurtado, R. (1998). Después del enclave: 1927-1950. Un estudio de la región Atlántica costarricense. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica; Museo Nacional de Costa Rica. |
|
Villalobos, V. y Borge, C. (1994). Talamanca en la encrucijada. San José: Editorial Universidad Estatal a Distancia. |