RESUMEN

Michel Rocard ha sido uno de los políticos socialistas franceses más conocidos de la segunda mitad del siglo xx. Gran parte de la opinión pública lo recuerda como primer ministro (1988-‍1991) y como ideólogo de la segunda izquierda. Sin embargo, sus labores como ministro de Agricultura (1983-‍1985) apenas son recordadas, pese a que contribuyó al desarrollo del sector agrario francés y europeo. Por una parte, logró desbloquear la PAC y, por otra, contribuyó a la integración española en la CEE. En este artículo, a partir de fuentes primarias e inéditas, se analizará el papel que desempeñó Michel Rocard en las negociaciones para la adhesión española al Mercado Común. Esta investigación permitirá comprender la complejidad de las negociaciones comunitarias y el gran número de factores que intervinieron en la entrada de España a la CEE.

Palabras clave: Construcción europea; adhesión de España a la CEE; V República francesa; Michel Rocard.

ABSTRACT

Michel Rocard has been one of the most well-known French socialist politician of the second half of the 20th century. A vast majority of the public opinion remembers him for being the prime minister (1988-‍1991) and as ideologist of what was called deuxième gauche. Nevertheless, his job as Minister of Agriculture (1983-‍1985) got hardly mentioned despite he contributed to the development of the agrarian sector not only in France but also in Europe. On the one hand, he achieved the unlock of the CAP, on the other hand contributed to the integration of Spain in the EEC. This paper has been written from primary unpublished sources and will analyse the roll that Michel Rocard played in the negotiations for the adhesion of Spain to the Common Market. This investigation will allow us to comprehend the complexity of the community negotiations as well as the great number of factors that intervened in the entrance of Spain into de EEC.

Keywords: European construction; integration of Spain in the EEC; V French Republic; Michel Rocard.

Cómo citar este artículo / Citation: Molina García, S. (2021). Michel Rocard y el debate agrícola de la adhesión de España a la CEE, 1983-‍1985. Historia y Política, 45, 295-‍322. doi: https://doi.org/10.18042/hp.45.11

SUMARIO

  1. RESUMEN
  2. ABSTRACT
  3. I. LA DIFÍCIL COYUNTURA EUROPEA, 1980-‍1985
  4. II. MICHEL ROCARD Y LA ADHESIÓN DE ESPAÑA A LA CEE
  5. III. LOS DEBATES EN BRUSELAS Y CON ESPAÑA
  6. IV. CONCLUSIÓN
  7. NOTAS
  8. Bibliografía

La negociación para la integración española en la CEE se llevó a cabo entre el Gobierno español, las instituciones comunitarias y los representantes de los diferentes países miembros. A la hora de analizar el papel que jugaron cada uno de los Estados comunitarios, en la mayoría de las ocasiones se ha señalado la importancia de los presidentes de Gobierno y los ministros de Exteriores. Francia ha sido uno de los países más analizados, debido a la influencia en las cuestiones agrarias. En esos estudios se ha resaltado el papel de Valéry Giscard d´Estaing, de François Mitterrand y de Roland Dumas y se ha ocultado el protagonismo de otros líderes que fueron igualmente relevantes en las negociaciones para la entrada de España en la CEE. Es el caso de Michel Rocard, ministro de Agricultura de Francia (1983-‍1985). Este artículo se centrará en analizar el complicado papel político que tuvo Michel Rocard en el debate sobre la adhesión española.

El planteamiento de la investigación responde a dos necesidades. En primer lugar, la integración de España a la CEE fue un acontecimiento muy importante para las instituciones comunitarias y para España en los setenta y ochenta, tal y como ha resaltado la historiografía española en la última década ‍[1]. Desde el punto de vista geoestratégico, el Mercado Común amplió sus fronteras hacia el sur y logró mayores vínculos con América Latina. Y, desde el punto de vista económico, incorporaron un nuevo mercado al que suministrar los productos industriales comunitarios. Al mismo tiempo, fue un reto para la agricultura y la pesca europea, que tuvo que realizar grandes cambios internos antes de la integración. Para España supuso la consolidación de la democracia y el inicio de una nueva época en su política exterior y económica. Sin embargo, todavía quedan numerosos aspectos que tratar para tener un verdadero conocimiento sobre lo que conllevó la entrada española en el Mercado Común. La mayoría de los estudios se han centrado en cuestiones generales de las negociaciones y en muy pocos casos se han detenido en los aspectos más concretos. Uno de los puntos más controvertidos de las conversaciones fue la agricultura y la pesca. En ese debate, la relación francoespañola fue esencial, tal y como demuestra la reciente publicación de Una llave para Europa. El debate agrario franco-español y la adhesión de España a la CEE, 1975-‍1982 ‍[2]. Por tanto, para continuar profundizando en el conocimiento sobre cómo se llevó a cabo la tercera ampliación comunitaria es necesario acudir a la relación francoespañola sobre cuestiones agrarias. De acuerdo con esta última afirmación, este estudio, a partir del protagonismo del ministro de Agricultura francés, se adentrará en el desarrollo de las negociaciones para la entrada española en la CEE.

En segundo lugar, Michel Rocard es, junto a François Mitterrand, uno de los líderes socialistas franceses más conocidos de la segunda mitad del siglo xx. Sin embargo, todavía hoy en día existe una visión muy fraccionada de su actividad política. Se le recuerda como uno de los principales ideólogos de la segunda izquierda, como el principal rival de François Mitterrand y como primer ministro entre 1988-‍1991. Más allá de esos aspectos, su labor como ministro de Agricultura (1983-‍1985) ha pasado muy desapercibida. Todo ello pese a que en sus memorias reconoció que había sido la época más importante de su vida y pese a que realizó grandes aportaciones a la agricultura europea, tal y como se podrá comprobar más adelante. Ese desconocimiento sobre una parte de su trayectoria política ha provocado recientemente algunas confusiones. El diario La Vanguardia, en el artículo en el que comunicaba el fallecimiento del líder político socialista, señalaba que había sido ministro de Agricultura menos de un año con el Gobierno de Laurent Fabius

La Vanguardia, 2-7-2016.

‍[3]
. Sin embargo, ocupó ese puesto desde marzo de 1983, cuando el primer ministro todavía era Pierre Mauroy y mantuvo el cargo hasta abril de 1985, cuando dimitió por discrepancias con el Consejo de Ministros.

Por todo ello, el principal objetivo del artículo es conocer la contribución de Michel Rocard en las negociaciones agrarias para la adhesión española a la CEE. La problemática que se tratará de responder es la siguiente: ¿cómo gestionó Rocard el debate de la adhesión de España en el interior de su país, teniendo en cuenta que algunos sindicatos estaban presionando para retrasar la entrada del país ibérico en la CEE? Al mismo tiempo, desde 1984, cuando Mitterrand trató de convertirse en el promotor de las instituciones europeas, ¿cómo gestionó el ministro de Agricultura en Bruselas y en Madrid los problemas agrícolas con la visión positiva del Gobierno sobre la adhesión? Ese análisis permitirá al lector entender los desafíos y las complejidades de las instituciones comunitarias en esos momentos, sobre todo en aspectos agrarios. El papel de Michel Rocard fue relevante en el periodo 1983-‍1985 por varios motivos. En primer lugar, Francia fue el país que más se interesó en la negociación del sector primario de España y la CEE debido a la coincidencia en ciertas producciones. En segundo lugar, Michel Rocard dirigió el Concilum de Ministros de Agricultura del Mercado Común entre enero y junio de 1984. Se trató de un momento clave para lograr las condiciones para la integración española. En tercer lugar, los aspectos agrarios fueron los principales desestabilizadores de la CEE en los primeros años de la década de los ochenta y un tema que también generó problemas al Elíseo. Y en cuarto lugar, una causa esencial por la que Michel Rocard tuvo que hacer frente a este debate fue porque el Gobierno anterior no había avanzado en la negociación con España. Para la consecución de dichos objetivos, la investigación se ha basado, principalmente, en documentos de archivos franceses: los Archivos Nacionales de Francia (ANF), los Archivos Diplomáticos (AMAE), la Fundación Jean Jaurès (FJJ), la Biblioteca Nacional François Mitterrand (BNF), la Inathèque (INA) el repositorio digital michelrocard.org y también en algunas entrevistas realizadas a protagonistas de las negociaciones. Al mismo tiempo, todo ello ha sido contextualizado con la historiografía más actual sobre las relaciones bilaterales, la construcción europea y la trayectoria política de Michel Rocard.

I. LA DIFÍCIL COYUNTURA EUROPEA, 1980-‍1985[Subir]

La CEE vivió desde finales de los setenta una situación paradójica que ha sido definida por Tony Judt como una «secuencia de irregulares big bang» ‍[4]. Se llevaron a cabo grandes avances en la configuración comunitaria. Se aprobó la Política Pesquera Común en 1983, se avanzó en la integración europea en el Consejo Europeo de Stuttgart de 1983, se admitió el Proyecto de Tratado para la Fundación de la Unión Europea en el Parlamento Europeo en 1984, se desbloquearon los presupuestos comunitarios en la cumbre de Fontainebleau en ese mismo año, se amplió la CEE con Grecia (1981), España y Portugal (1986) y, por último, se firmó el Acta Única Europea en 1986 ‍[5]. Pero todos esos progresos estuvieron acompañados de numerosos conflictos internos que provocaron que desde EE. UU. acuñaran el término de euroesclerosis para definir la situación europea de los primeros años de los ochenta

También se habló de euroescepticismo. Los primeros en utilizar esos términos fueron Hobart Rowen (The Washington Post, 22-11-1984) y Herbert Giersch (Kiel Discussion Paper, octubre 1985).

‍[6]
. Desde la cumbre de Dublín de 1979, los presupuestos europeos quedaron bloqueados hasta la reunión de Fontainebleau de junio de 1984. En el primero de esos encuentros, Margaret Thatcher se negó a aportar su parte proporcional a las cuentas comunitarias. El motivo era que gran parte del dinero europeo se dedicaba a la PAC y su país apenas tenía actividad agraria. Al mismo tiempo, la aparición de excedentes en ciertos productos primarios provocó que tanto las instituciones comunitarias como los agricultores, cada uno con unos intereses diferentes, cuestionaran la política agraria. De esta manera, desde 1979 hasta 1985 la PAC estuvo en el centro de los debates europeos. Gran Bretaña, junto con otros países del norte de Europa, quería disminuir su importancia en los presupuestos. Se trataba de una idea defendida por los diferentes Gobiernos británicos desde su integración en Europa, pero que Margaret Thatcher llevó al extremo ‍[7]. Al contrario, Francia, junto con Italia y Grecia, se negaban a reducir la relevancia del sector primario.

De esta manera, la PAC se convirtió en el punto central de todas las discusiones comunitarias. En 1980, la Comisión Europea elaboró un documento denominado Reflexiones sobre la PAC, en el que se mostraban los desequilibrios internos y los problemas que se habían generado en los últimos años

Commission des Communautés Européennes, Réflexions sur la Politique Agricole Commune, 1980. Historical Archives f the European Union, BAC-COM (1980) 0800.

‍[8]
. El Informe anual sobre la agricultura de 1984 incidía igualmente en los problemas que tenía la agricultura comunitaria

Commission des Communautés Européennes, La situation de l´agriculture dans la Communauté. Rapport 1984, Bruxelles, Office dess publications officielles des Comunautés européennes, 1985.

‍[9]
. El modelo generado en 1962 estaba en crisis. En sus orígenes, la PAC había tenido como objetivos mejorar el nivel de vida de los agricultores, incrementar la productividad, defender las producciones comunitarias frente a las externas, financiar las explotaciones a través del Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola (FEOGA) y conseguir unos precios equilibrados tanto para productores como para los consumidores ‍[10]. Sin embargo, a principios de los ochenta, el sistema estaba cuestionado por la cantidad de dinero comunitario que absorbía (entre el 70 y el 80 % del presupuesto europeo) y por la aparición de excedentes, un problema que mostró sus primeros síntomas a finales de los sesenta, tal y como mostró el Informe Mansholt. La modernización de las actividades agrícolas aumentó la producción hasta el punto de que la demanda era menor que la oferta en algunos productos. Eso generó una importante discusión sobre qué hacer con el stock almacenado. El problema era mayúsculo porque en su mayoría eran productos perecederos. A todo ello se le unió la competencia internacional. Aunque dentro de las fronteras comunitarias habían diseñado un sistema proteccionista, en el mercado internacional debían competir con los cereales americanos, lo que generó un gran malestar, sobre todo en Francia. Igual de importante fue la negociación iniciada por la CEE para su ampliación hacia el sur con España y Portugal, dos países que incrementarían la producción agraria.

El año 1984 fue clave para la resolución de todos estos conflictos. Durante los primeros seis meses, Francia ostentó la presidencia rotatoria del Consejo Europeo y desde el Elíseo trabajaron para desbloquear la CEE. Michel Rocard fue el encargado de presidir los consejos de ministros de agricultura y de promover medidas que solucionaran los diferentes problemas agrícolas. Para paliar el problema de los excedentes lácteos se aprobó un sistema de cuotas, a través del cual cada país tenía una producción lechera máxima y cualquier excedente era penalizado. La repartición de cuotas respondió a las producciones nacionales a excepción de Irlanda, a la que se le concedió una cantidad mayor debido al peso que tenía dicho sector en el PIB. Para acabar con el gravamen que existía para ciertos productos en Francia, se eliminaron los montantes compensatorios monetarios (MCM). Se trató de una discusión muy intensa entre Francia y la RFA. Desde París, y con la presión de sus agricultores, defendieron la eliminación de dichos impuestos, pues les perjudicaba a la hora de vender sus productos en el exterior. Al contrario, desde Bonn pretendieron mantenerlos, pues les compensaban de manera favorable ‍[11]. Gran Bretaña, en la cumbre de Fontainebleau de junio de 1984, consiguió que se aprobara un descuento en su contribución a los presupuestos comunitarios para compensar el escaso dinero recibido de la PAC ‍[12].

Por último, se solucionaron dos problemas que estaban relacionados con la integración española a la CEE, aunque no estuvieron motivados únicamente por la petición de adhesión del país ibérico. Los agricultores dedicados a los cultivos de productos mediterráneos (fruta, verdura, vino y aceite) habían protestado por su menor protección en la política comunitaria que los subsectores lácteos, cerealistas y ganaderos. Demandaban, sobre todo, mejor regulación de precios y mayor defensa ante las producciones de terceros países (limitación de importaciones, calendarios de producción, etc.). En el sector de frutas y verduras se aprobaron dos reglamentos a petición de Francia. En octubre de 1983 se estableció un sistema de intervención para los momentos en los que se generasen excedentes y, al mismo tiempo, se aumentaron las ayudas a los agricultores

Le Monde, 17-10-1983; «Réglement fruit et légumes», 17-‍10-1983.

‍[13]
. Y, en mayo de 1984, se regularizó el mercado y se endurecieron las normas sobre la calidad de los productos

Règlement (CEE) no 1332/84 du Conseil du 7 mai 1984. Disponible en: https://cutt.ly/UzUDOJe [consultado 22/03/2020].

‍[14]
. La actualización de los reglamentos del vino fue más complicada porque enfrentó a dos países comunitarios. Francia e Italia, ante el grave problema del aumento de los excedentes, abogaban por soluciones muy diferentes en función de sus propios intereses. En la cumbre de Dublín de diciembre de 1984 se impuso la propuesta francesa de aumentar la destilación obligatoria

Règlement (CEE) no 3490/84 du Conseil du 11 décembre 1984. Disponible en: https://cutt.ly/4zUDFow [consultado 22/03/2020].

‍[15]
. Los cambios legislativos de los productos mediterráneos, como se verá más adelante, fueron clave para la protección de las producciones francesas y para que el Elíseo pasase de ralentizar la adhesión española a acelerar los trámites. El principal motivo era que el PS, desde 1978, había defendido que la integración española debía realizarse tras la consecución de cuatro préalables, dos de ellos relacionados con la fruta, las verduras y el vino

Le Midi Libre, 26, 27 y 28-‍9-1978; «Informe de Miguel Solano: España-CEE», 13-‍10-1978. AGA, Leg. 14.583.

‍[16]
. Una vez se aprobaron los cambios de esos reglamentos, el Gobierno francés trató de acelerar su entrada.

Francia, como se ha comentado anteriormente, fue uno de los países que más trabajó en el desbloqueo de las instituciones europeas, sobre todo en el periodo de su presidencia rotatoria. El fracaso del programa económico de Mitterrand en 1983 provocó que el Elíseo buscase un nuevo eje vertebrador de sus acciones políticas. Europa se convirtió en el pilar principal del discurso socialista del presidente francés desde principios de 1984 ‍[17]. Ese giro discursivo, los malos resultados en las elecciones municipales de 1983 y las luchas internas motivaron cambios en los puestos de responsabilidad en el Gobierno. Michel Rocard, que hasta ese momento había sido ministro del Plan y del Aménagement du territoire, fue nombrado ministro de Agricultura en marzo de 1983. Pese a sus discrepancias ideológicas con el presidente, logró ostentar un ministerio más importante que el anterior ‍[18]. Más adelante, las propias disensiones dentro del Gobierno ocasionaron la sustitución de Pierre Mauroy por Laurent Fabius como primer ministro y las dimisiones, entre otros, de Alain Savary y del propio Michel Rocard.

En España, la victoria socialista en 1982 fue un punto de inflexión en la historia del país. En la política nacional una de las grandes apuestas fue el desarrollo de un programa social ‍[19]. En la política exterior, aunque se renovaron gran parte de los altos cargos, se mantuvo el principal objetivo que era la adhesión a la CEE. Además, el PSOE fue comprometiéndose progresivamente con el programa económico del Mercado Común, pese a sus críticas iniciales ‍[20]. Ese giro europeo se completó con la defensa de la OTAN y con el apoyo al despliegue de euromisiles de la RFA ‍[21].

En todo este contexto, las relaciones francoespañolas fueron controvertidas hasta 1983. Hasta ese momento, aunque desde 1982 existían Gobiernos socialistas en ambos países, se mantuvieron los debates heredados de épocas anteriores. El problema de la competencia agraria y pesquera y la inexistencia de cooperación para la lucha contra ETA marcaron las conversaciones bilaterales ‍[22]. Eso provocó que, como afirma Daniel Busturia, la relación bilateral se caracterizara por la tensión y las visiones sociales negativas sobre el país vecino. De hecho, en 1980 un 74 % de los españoles encuestados afirmaba tener una idea negativa sobre los franceses ‍[23]. Sin embargo, desde 1983 la situación mejoró sustancialmente. En enero de ese año se estableció la celebración de una cumbre bilateral cada seis meses para tratar los problemas que afectaban a ambos países ‍[24]. Y en diciembre se acordaron las primeras extradiciones de etarras. En 1984 se consolidaron las mejoras: la colaboración en la lucha antiterrorista (Acuerdos de la Castellana), las buenas relaciones entre los ministros de Exteriores Fernando Morán y Claude Cheysson y el apoyo sin restricciones a la incorporación de España a la CEE son algunas de las muestras del incremento de las relaciones ‍[25]. Y, aunque quedaron por solucionar los conflictos pesqueros, la prensa francesa consideró que «enfin, il y a moins de Pyrénées!»

Le Monde, 28-6-1984.

‍[26]
. Los problemas sobre la pesca no se tratarán en el artículo, pues aunque en España dicho sector dependía del Ministerio de Agricultura, en Francia tenía su propia autonomía. Primero con una cartera ministerial gestionada por Louis Le Pensec (1981-‍1983) y después con una Secretaría de Estado liderada por Guy Lengagne (1983-‍1986). Por tanto, Michel Rocard no tenía competencias en este sector.

II. MICHEL ROCARD Y LA ADHESIÓN DE ESPAÑA A LA CEE[Subir]

Michel Rocard llegó al Ministerio de Agricultura después de haber cumplido sus objetivos en el Ministerio del Plan y del Aménagement du territoire (1981-‍1983). Consiguió descentralizar algunas competencias estatales y poner en marcha un plan de economía social de ayuda a los más desfavorecidos ‍[27]. Su nombramiento como ministro de Agricultura se debió, principalmente, a la erosión de Edith Cresson, su antecesora en ese cargo. La ministra había tratado de acabar con la hegemonía de la FNSEA en el asociacionismo agrario. Este sindicato, de carácter conservador y ligado al RPR de Jaques Chirac, dominaba gran parte del agro francés desde la década de los cincuenta. La estrategia no salió como esperaba, pues la Fédération nationale des syndicats d’exploitants agricoles (FNSEA), junto con el Cercle national des jeunes agriculteurs (CNJA), lograron imponer su fuerza y Edith Cresson tuvo que dimitir. La designación de Michel Rocard para dicho cargo respondió a dos razones. En primer lugar, aunque no era un especialista en cuestiones agrarias, había trabajado con el CNJA y además conocía personalmente a François Guillaume, el líder de la FNSEA ‍[28]. En segundo lugar, su talante moderado y dialogante era el más idóneo para tratar de calmar a los seguidores del sindicato mayoritario ‍[29]. Estos habían declarado la guerra al Gobierno por diferencias ideológicas y por la crisis de la agricultura francesa y europea comentada anteriormente. En este sentido, su llegada al Ministerio cumplió las expectativas, pues tanto la FNSEA como el CNJA acogieron positivamente su nombramiento

Actuagri, 25-3-1983 (513); 31-‍3-1983 (514); 15-‍4-1983 (516).

‍[30]
.

Como ya se ha comentado, Michel Rocard siempre consideró que fueron «les deux plus belles années de ma vie», principalmente porque descubrió la potencialidad oculta de dicho ministerio ‍[31]. Contaba con 30 000 funcionarios y su funcionamiento era un «Gobierno a menor escala», ya que tenía competencias sobre presupuestos, actividad exterior, educación, seguridad social, trabajo e industria. Esta concepción de sus labores va a ser muy importante porque, como se verá más adelante, intentó darle más protagonismo a su cartera para evitar que el Ministerio de Relaciones Exteriores acaparara todo el protagonismo tanto en Francia como en Europa

En otras lecturas de los protagonistas, apenas se nombra la importancia del Ministerio de Agricultura. Todo el protagonismo de la negociación recae sobre François Mitterrand: Vedrine (

Vedrine, H. (1996). Les mondes de François Mitterrand. À l´Élysée, 1981-1995. Paris: Fayard.

1996
).

‍[32]
.

Su designación llegó en un momento muy crítico para el sector primario, debido a los factores que se han analizado en el apartado anterior. Además, la enorme presión del sindicalismo agrícola francés aumentó el nerviosismo. El Gobierno apenas contaba con el apoyo de un grupo reducido de sindicatos minoritarios. La FNSEA y el CNJA, de carácter conservador, y el Mouvement de Défense des Exploitants Familiaux (MODEF), ligado al PCF, trataron de desestabilizar al Gobierno socialista con continuas manifestaciones, declaraciones y ultimátums. En este contexto, Michel Rocard tuvo que hacer frente a varios problemas y todos ellos generaron otras fricciones. La lucha para acabar con los MCM provocó una disputa con Claude Cheysson, ministro de Relaciones Exteriores

Ibid.: 164-165.

‍[33]
. Las cuotas de leche contaron con la resistencia de la FNSEA. El establecimiento de las destilaciones obligatorias en el vino, aunque fueron apoyadas por el presidente de la Fédération des caves coopératives viticoles, generaron numerosos conflictos violentos organizados por los Comités d´action viticole ‍[34].

Por último, el asunto más complejo fue el de la integración española a la CEE. Michel Rocard desde un primer momento se mostró favorable a la adhesión. Pero antes de dicha entrada, como había hecho público el PS en 1978, debían solucionarse los problemas internos de la CEE: fijar los presupuestos de la PAC y proteger a las producciones mediterráneas con reglamentos que limitasen la producción, establecieran periodos de producción y fijasen una política de precios. El análisis de la gestión que hizo el ministro de la integración española demuestra dos elementos. En primer lugar, que se trataron de negociaciones muy complejas que no solo se desarrollaron en Bruselas. En segundo lugar, se evidencia el carácter poliédrico de las decisiones comunitarias, con una lucha constante entre la parte ideológica y la técnica. Aunque en la mayoría de sus declaraciones sobre España defendió la integración, materializar esos comentarios era una tarea más compleja de lo que en un primer momento puede pensarse

Aunque más adelante se citarán más ejemplos: «Entrevista a Michel Rocard», Mayo, febrero 1983; «Allocution de Michel Rocard: Association Nationale interprofessionnelle des fruits et légumes transformés, ANIFELT», sin fechar (pero debe de ser enero-junio 1984). Solicitado a Vie-publique.fr

‍[35]
. Para hacer efectiva la adhesión, Michel Rocard tuvo que negociar paralelamente en tres niveles diferentes: nivel nacional (sindicatos y partidos políticos), nivel comunitario (Concilum de Ministros de Agricultura, Concilum de Ministros de Exteriores y consejos de Jefes de Estado) y, por último, el nivel bilateral con España. En cada uno de ellos existieron disensiones que complicaron la firma de un acuerdo.

Entre 1975 y 1981, la cuestión de la adhesión de España al Mercado Común se politizó y todos los partidos la utilizaron en busca de aumentar su apoyo electoral. Sin embargo, las elecciones de 1979 y de 1981 demostraron que los costes electorales de dicho discurso habían sido mayores que sus beneficios ‍[36]. Ante esta situación, gran parte de los partidos políticos, a excepción del PCF, dejaron de utilizar la cuestión española como un arma electoral. La clase política francesa entendió que la adhesión de España era un hecho y que, independientemente del partido que estuviera en el Elíseo, acabarían aceptándola.

La lectura que hizo el sindicalismo de esta problemática fue diferente, pues mantuvieron el mismo discurso durante todo el periodo cronológico abordado en este artículo. La entrada de España era entendida como una competencia para sus producciones agrarias y como el final de los cultivos mediterráneos del sur de Francia. Aunque se ha podido demostrar que la competencia solo era parcial y temporal, el asociacionismo acusó al Gobierno francés y a las instituciones europeas de abandono ‍[37]. España solo planteaba problemas en determinadas frutas, verduras y en el vino. En los dos primeros sectores, la diferencia climática provocaba que las recolecciones fuesen en momentos diferentes y, por tanto, no era una competencia total. En el sector vinícola el miedo era a la modernización de las explotaciones españolas, pero no tanto a la producción en esos momentos. La productividad española estaba muy por debajo de la francesa. En 1982, por ejemplo, Francia producía 9574 kg/ha, mientras que España 3844 kg/ha ‍[38]. En el resto de los subsectores de cereales, carne y lácteos Francia tenía unas buenas perspectivas, pues España no podía competir con Europa. Además, las importaciones de estos productos de Francia iban en aumento. La compra de cereales franceses pasó de 5081 toneladas en 1979 a 7262 en 1982. Pese a esas perspectivas, como se mostrará más adelante, en el periodo 1983-‍1986 se mantuvieron las actuaciones violentas contra los camiones de fruta, verdura y, en menor medida, de vino provenientes de España que se dirigían al centro de Europa

Sobre estos incidentes en el periodo 1983-‍1986: AMAE 1930INVA/5147.

‍[39]
. En la frontera de Le Boulu y en las regiones del Midi, donde la agricultura se dedicaba a los cultivos mediterráneos, se obstaculizó el tránsito de esos productos ibéricos.

La FNSEA fue el sindicato más beligerante, sobre todo a través de François Guillaume, su secretario general. Sus argumentos venían repitiéndose desde 1976. La competencia española sería insoportable para el Midi, perjudicaría a su relación con el Magreb (de donde importaban productos primarios), desestabilizaría la construcción europea y, además, aumentaría el desempleo en toda la CEE

Actuagri, 25-5-1983 (525); 26-‍6-1984 (578). Todo ello lo plasmaron en un documento escrito: Fédération nationale des syndicats d’exploitants agricoles, Livre blanc sur l´élargissement de la Communauté à l´Espagne et au Portugal,

Fédération nationale des syndicats d’exploitants agricoles (1986). Livre blanc sur l´élargissement de la Communauté à l´Espagne et au Portugal.

1986
. Entrevista a François Guillaume realizada por miembros del SEFT el 17 julio 2018.

‍[40]
. Ante esta situación, este líder sindical llegó a solicitar la celebración de un referéndum, convencido de que la opinión pública no apoyaría la decisión del Gobierno

Actuagri, 2-12-1983 (546), Le Figaro, 1-12-1983.

‍[41]
. El CNJA, que había sido el promotor de dicho discurso en 1976, en estos momentos mantuvo su negativa a la inclusión española en la comunidad europea, aunque con unos razonamientos menos radicales que la FNSEA

Un ejemplo de todo ellos son las palabras de su secretario Luc Guyau: Jeunes Agriculteurs, junio 1983.

‍[42]
. Ambas estructuras organizaron numerosos actos para protestas contra la agricultura española. En diciembre de 1983, coincidiendo con la cumbre de Atenas, convocaron movilizaciones en toda Francia para mostrarle al Gobierno su «no» a España

Actuagri, 18-11-1983 (544).

‍[43]
.

En el lado ideológico opuesto, el MODEF fue el sindicato que más se negó a las negociaciones con España. A diferencia de la FNSEA, en la que el discurso fue sobre todo defendido y divulgado por su secretario general, en esta organización fue una acción más colectiva, principalmente porque no existía una figura tan carismática como la de François Guillaume. En este caso, sus argumentos para oponerse a la decisión de aceptar la entrada estaban relacionados con los costes sociales producidos por los bajos salarios de este país

La Terre, 26-10/1-11-1983; 15/21-6-1984.

‍[44]
. Mientras la FNSEA controlaba en términos generales la agricultura nacional (sobre todo cereales, lácteos y ganadería), el MODEF tenía una gran capacidad de influencia en el sector de la viticultura del Midi. Eso le permitió organizar con relativa facilidad movilizaciones contra la competencia española. En junio de 1983 reunieron a 3000 viticultores, en abril de 1984 a 8000 en Nîmes y en enero de 1985 a 10 000 agricultores

MODEF, 2.ª quincena 1983; La Terre, 11/17-4-1984; MODEF, 2.ª quincena 1985.

‍[45]
. En todos estos actos criticaron las políticas agrarias de M. Rocard e incidieron en su «no» a la entrada española. En otra ocasión, un grupo de agricultores, sin una identificación ideológica clara, trató de boicotear un acto del PS en el que acudió Michel Rocard con el lema «no a España»

TF1, le Journal 20H, émission 3-‍12-983, Journée des élus socialistes. INA

‍[46]
.

Además de las organizaciones agrarias nacionales, la Assemblée Permanente des Chambres d´Agriculture y los sindicatos sectoriales de productos mediterráneos también se mostraron en contra de la decisión de M. Rocard de apoyar la ampliación de la CEE. La Assemblée générale des producteurs de fruits, la Confédération des associations viticoles de France y la Fédération nationale des producteurs de légumes fueron algunos ejemplos

Actuagri, 29-4-1983 (518), 11-‍5-1983 (520), 16-‍9-1983 (535); Sud Ouest, 13-9-1984.

‍[47]
. En algunos casos, la oposición a esa iniciativa del Gobierno se la hicieron saber al ministro a través de cartas personales, como fue el caso de la Confédération nationale des syndicats de travailleurs paysans

«Carta de la Confédération Nationale des Syndicats de travailleurs paysans a Rocard», 5-‍12-1984. ANF, 19860533 4.

‍[48]
. A pesar de todas estas protestas, estos comentarios no deben ensombrecer a aquellas organizaciones que, al contrario que todas las anteriores, abogaron por la integración. El Office national interprofessionnel des céréales valoró positivamente la integración, pues España era deficitaria en estos productos y debía importar

Sud Ouest, 29-3-1984.

‍[49]
. Tras la integración, esas compras deberían hacerse a Francia en lugar de a EE. UU. Uno de los objetivos de la diplomacia francesa era revertir la balanza comercial con respecto a España. En la década de los setenta había pasado de ser positiva para Francia a ser negativa. En 1970 Francia tenía un superávit del comercio con España de 3 810 810 francos, pero en 1982 el déficit se encontraba en 3 881 635 francos ‍[50]. Como muestra la siguiente tabla sobre la balanza comercial de los tres primeros meses de 1983, los productos agrarios y bienes de consumo eran la principal causa de la carencia francesa con respecto a España, mientras que los productos tecnológicos e industriales eran los productos más vendidos a España. Esto último, como demuestra Esther Sánchez, se estaba produciendo desde la década de los sesenta ‍[51]. Francia esperaba que con la adhesión cambiase la dinámica negativa. Con la preferencia comunitaria sabían que el cereal y la carne que España adquiría a terceros países pasaría a comprarlo a Francia. Y, al mismo tiempo, pretendían aumentar la venta de productos industriales y armamentísticos, aunque estos últimos no aparecían en las balanzas comerciales.

Tabla 1.

Balanza comercial franco-española por tipos de productos, primer trimestre 1983 (en millones de Francos)

Importación Exportación Saldo
Productos agrícolas 1.370 527 -843
Energía 293 380 +87
Materias primas 192 163 -29
Productos semielaborados 1.156 1.197 41
Bienes de equipo 1.522 2.680 +1.158
Bienes de consumo 2.810 568 -2.242
Total 7.346 5.517 1.829

Fuente: «Échanges comerciaux Franco-espangols», juin 1983. AMAE, 1930INVA/5170.

Frente a todos los discursos sindicales de miedo, los informes que manejaba Michel Rocard no eran tan pesimistas. Gran parte de ellos señalaba que la integración española no sería la ruina ni para la CEE ni para la agricultura francesa. Incidían en la importancia de modificar los reglamentos de fruta, verdura y vino para garantizar cierta estabilidad a los agricultores franceses, pero por lo demás las valoraciones eran positivas. Incluso en el sector vinícola reconocían que el problema no era España, sino Italia

«Rapport du Ministère de l´agriculture: Schema de position française secteur du vin dans la perspective de l´élargissement», 27-‍1-1984. ANF, 20040481/13; «Rapport du Ministère de l´agriculture: Adhésion de l´Espagne et reforme de l´acquis communautaire (secteur des fruits et légumes)», 27-‍1-1984. ANF, 20040481/13.

‍[52]
. No obstante, estas ideas ya habían sido tratadas anteriormente en el Gobierno de Valéry Giscard d´Estaing, aunque no sirvieron para facilitar la integración española. Esas mismas conclusiones fueron analizadas en las diferentes reuniones que celebró el PS en el tercer trimestre de 1983 para analizar detalladamente la integración española. Acudieron todos los grandes líderes del partido, lo que demostraba que era un asunto importante para su formación política y para el Gobierno. Incluso crearon un puesto dependiente del primer ministro que trató de analizar las consecuencias para las regiones del sur de Francia. En esas reuniones mostraron los riesgos para ciertos productos hortofrutícolas y para un sector del viñedo (vino de mesa), pero también enumeraron los beneficios de la integración: aumento de las exportaciones de cereales, carne y productos agroalimentarios a España, equilibrio de Europa hacia el sur, nuevo mercado industrial y conciliación del socialismo europeo

Sobre esas reuniones: «Reunion du PS sur l´élargissement de la Communauté européenne» 2-‍9-1983. FJJ, 2PS 296; «Note: l´Action du Pari sur le dossier de l´élargissement de la CEE à l´Espagne et au Portugal», 12-‍12-1983; «Rapport manuscrite: Réunion sur l´élargissement au siége du parti», 22-‍12-1983. FJJ, 2PS 297.

‍[53]
.

La difícil labor de Michel Rocard era tratar de mostrarle a la opinión pública, sobre todo al mundo rural, que España debía entrar en la CEE y que dicha integración no sería tan traumática como mostraba el sindicalismo agrario. De ahí la problemática planteada en la introducción. ¿Cómo mostrarle a la opinión pública del sureste francés que la integración española era globalmente positiva? El ministro de Agricultura era consciente de que se tenían que asumir ciertos costes por varios motivos. Primero, porque en una organización supranacional para que exista un beneficio colectivo los diferentes países deben ceder en sus demandas

No hay que olvidar que Michel Rocard fue siempre europeísta: Huchon (

Huchon. J. P. (2017). C´etait Rocard. Paris: Archipel.

2017
): 279-‍285.

‍[54]
. Y en este caso, Francia debía ser el país que compartiría el poder agrícola con un nuevo socio. Segundo, porque España no era el epicentro de los problemas del sector. El modelo agrícola que se había promovido en Francia con las lois d´orientation estaba en crisis y, como ya se ha comentado, la PAC también se encontraba en un momento muy delicado ‍[55]. Ante esta situación, la actitud de Michel Rocard se caracterizó por la moderación y el diálogo, motivos por los que había sido nombrado ministro de Agricultura. No hay que olvidar que, precisamente, el enfrentamiento con parte del sindicalismo había sido la razón de la salida de Edith Cresson. Jean-Paul Huchon, en el informe sobre el estado de la agricultura en el verano de 1983, afirmaba que Rocard estaba actuando como árbitro y «apagafuegos» ante los diferentes problemas agrarios. En ese documento, lo que comenzaba como un reconocimiento al final se convirtió en una crítica, pues le pedía que también debía tomar grandes decisiones

«Lettre de Jean-Paul Huchon à M. Rocard», 12-‍8-1983. ANF, 680AP 20.

‍[56]
.

Michel Rocard mantuvo la moderación incluso en los momentos más tensos. Como ministro de Agricultura debía estar presente en todos los actos de las centrales sindicales nacionales. Se trataba de una representación simbólica heredada de la III República, cuando se consideraba la agricultura como la base de Francia. En esos actos tuvo que escuchar muchos reproches por diferentes temas, pero sobre todo por la adhesión de España. Y en la mayoría de las ocasiones como resultado de la politización de la cuestión por parte de los sindicatos. Estos estaban utilizando una política del miedo para desgastar al Gobierno. Durante el año 1983 apenas realizó declaraciones sobre la integración, pese a que una de sus primeras medidas al llegar al Ministerio fue encargar nuevos informes para conocer en profundidad las consecuencias. En gran parte de los discursos de ese año (Congreso de la FNSEA, encuentro con las grandes organizaciones agrarias, etc.) no se refirió a la entrada de España. La excepción fue su intervención en la Assémblée permanente des chambres d´agriculture. Allí habló de la ampliación de la CEE. Argumentó que serviría para equilibrar la CEE y que negarse supondría un problema para Alianza Atlántica

Actuagri, 2-10-1983 (541).

‍[57]
. En el turno de preguntas tuvo que responder a las demandas de los representantes del Midi, preocupados por sus producciones de frutas, verduras y vino. Aunque sus respuestas no convencieron a los asistentes, M. Rocard insistió en que la mejora de la producción y productividad era esencial para contrarrestar la competencia ibérica. Pese a esta excepción, en el resto de los encuentros trató de evitar la confrontación directa respecto a este tema. En el Congreso del CNJA, por ejemplo, pese a que Luc Guyau trató de forzar las declaraciones del ministro, Rocard se limitó a mostrar las políticas del Gobierno para defender los productos franceses

Jeunes agriculteurs, junio 1983.

‍[58]
.

A partir de marzo de 1984, sus referencias a la adhesión de España fueron aumentando progresivamente, aunque en la misma línea de moderación. Algunos de los motivos por los que comenzó a hacer más referencia a este tema, incluso en los medios más hostiles, fueron los siguientes: la CEE, como se ha comentado en el apartado anterior, fue desbloqueándose; los préalables que había sugerido el PS para aceptar la adhesión se estaban consiguiendo (cambio de reglamentos de frutas, verduras y vino); en los primeros seis meses lideraron la presidencia rotatoria del Consejo Europeo, y, por último, la visión europeísta tanto del propio Michel Rocard como del Gobierno les ayudó a comprender que la ampliación hacia el sur podría ayudar a continuar la construcción europea. Algunos ejemplos fueron sus intervenciones en el 50e congrès de l’Assemblée générale des producteurs de maïs, en el Congrès de la Confédération européenne de l’agriculture y en el Colloque: filières bois

«50e congrès de l’Assemblée générale des producteurs de maïs», 20-‍9-1984; «Congrès de la Confédération européenne de l’agriculture», Avignon, 28-‍9-1984; «Colloque: filières bois», 5-‍12-1984. Disponibles en www.michelrocard.org [Consultado: 10 marzo 2020].

‍[59]
. Sin embargo, en los eventos más complicados, como eran los congresos anuales de la FNSEA y del CNJA, trató de evitar entrar en este tema, pese a que los líderes de ambos sindicatos aludieron continuamente a los riesgos de la adhesión

Sobre el Congreso de la FNSEA: Actuagri, 23-3-1984 (562); Le Figaro, 21-3-1984; Sobre el acto del CNJA: «Discurso de Rocard en el Congreso de Besançon del CNJA», 21-‍6-1984. ANF, 19860533 4.

‍[60]
. En ese año, el discurso más importante a favor de la integración de España fue pronunciado por François Mitterrand. El 11 de octubre, acompañado por Michel Rocard, pronunció un discurso en la pequeña localidad de Boé, situada al sur de Francia. En su alocución justificó la ampliación europea ante los agricultores como una necesidad de Europa y una oportunidad para Francia

«Discour de François Mitterrand à Boé», 11-‍10-1984. Institute François Mitterrand.

‍[61]
. Se trató del primer gran discurso a favor de la adhesión. A partir de ahí, en un contexto cada vez más favorable, Rocard no ocultó los argumentos que el PS había estructurado un año antes.

En 1985, cuando la CEE se había desbloqueado y la PAC había sido reformada, tanto en los reglamentos de fruta y de verdura y también en los del vino, las declaraciones de Michel Rocard sobre España aumentaron. Incluso en el escenario más adverso, que era el Congreso de la FNSEA, aseguró que había logrado la protección de los productos nacionales y que la península se convertiría en un nuevo mercado para el comercio francés

Actuagri, 29-3-1985 (623).

‍[62]
.

Dentro de las fronteras francesas, la discusión por la integración española también afectó a los debates parlamentarios. Aunque no existió la misma politización que durante el Gobierno de Valéry Giscard d´Estaing, Michel Rocard tuvo que explicar el plan de acción en la Assemblée Nationale. Hubo tres sesiones en los que este tema acaparó gran parte del debate político. El primero de ellos se produjo el 4 de noviembre de 1983 con motivo de la exposición de los presupuestos agrarios para el año siguiente

«Compte-rendu des débats», Assemblée Nationale, 4-‍11-1983.

‍[63]
. El ministro de Agricultura trató de mostrar que la adhesión tendría sus riesgos, pero que a nivel general sería positiva para Francia y para Europa. Adelantó medidas para compensar a los departamentos del sur de Francia, que serían los mayores damnificados, y justificó la defensa de los préalables que llevaría a cabo en la cumbre de Atenas. Tras su exposición, tuvo que responder a las críticas del PCF, que como ya se ha comentado, fue el único partido que mantuvo su negativa a la integración

Le Figaro, 13-6-1984, La Terre, 12/18-10-1983.

‍[64]
. En esta ocasión, fue Jean Combasteil, diputado por la Corrèze, quien criticó las consecuencias para los pequeños agricultores y para el presupuesto comunitario. Las intervenciones de los partidos conservadores fueron mucho más moderadas. Tanto Jacques Godfrain (RPR) como Raymond Barre (UDF) criticaron la manera de gestionar la negociación con España, pero no se negaron a ella.

Un año más tarde, en la presentación de los presupuestos para 1985, Michel Rocard volvió a tratar el tema de la integración

«Compte-rendu des débats», Assemblée Nationale, 6-‍11-1983.

‍[65]
. En esta ocasión sus referencias a España fueron todavía más concretas, pues como se ha mostrado, Francia había conseguido los préalables fijados en 1978. Eso permitió a Rocard hablar con mayor frecuencia del tema español, pues tenía respuesta para la gran mayoría de las críticas. Aseguró que, con ciertas precauciones, la ampliación de la CEE sería positiva. Al igual que en el caso anterior, las críticas más duras provinieron de los diputados comunistas.

El tercer debate de la Assemblée Nationale sobre esta problemática se produjo en diciembre de 1984 con motivo de la cumbre comunitaria de Dublín

«Compte-rendu des débats», Assemblée Nationale, 12-‍12-1983.

‍[66]
. Tras las acusaciones de René Rieublon, diputado del PCF por Bouches-du-Rhône, Michel Rocard le recordó que ya se había protegido a sus sectores agrarios más vulnerables y que, además, en los problemas vinícolas el origen se encontraba en los excedentes y en la competencia italiana y no española.

En definitiva, el ministro de Agricultura tuvo que afrontar una situación muy compleja dentro de Francia. Frente a un medio hostil, fomentado por el asociacionismo agrario y el PCF, tuvo que defender la adhesión de España. La ampliación de la CEE, como habían mostrado los informes del Ministerio y las reuniones del PS, no sería tan dramática como trataban de mostrar los partidarios de la «no» adhesión. El líder político socialista mantuvo siempre el mismo discurso y lo único que varió fue la frecuencia con la que recurrió a él. Desde 1984, cuando el contexto era mucho más favorable, aumentó las referencias a la cuestión hispano-comunitaria. Por tanto, en respuesta a la primera parte de la problemática, Rocard mantuvo siempre la misma idea positiva sobre la necesidad de aceptar a España en la CEE, modificando ciertos reglamentos comunitarios. Ese planteamiento lo fue gestionando en sus discursos en función del ambiente nacional y comunitario, que se analizará a continuación.

De esta manera, existieron dos maneras diferentes de entender esta cuestión, que provocaron un diálogo de sordos. Por una parte, Michel Rocard, como representante del PS y ministro de Agricultura, defendió en todo momento la incorporación española a Europa porque sabía que era inevitable y que, además, no provocaría el final de la agricultura nacional. Es decir, trató de analizar el impacto desde un punto de vista técnico. Al mismo tiempo, la UDF y el RPR no se negaron a dicha integración, pues ambos sabían que eso generaría un enfrentamiento con el resto de Europa. Además, electoralmente ya habían comprobado que no era rentable. Por tanto, en el ámbito político existía una cierta idea de lo que significaba Europa. Por otra parte, el sindicalismo agrario, junto con el PCF, mantuvieron sus posiciones negativas a la adhesión a través de visiones sentimentales y políticas y no de carácter técnico. Todo ello demostraba la ausencia de una verdadera concepción de Europa por parte del sindicalismo. Sumergidos en una crisis del sector, apuntaban a su Gobierno y a las autoridades comunitarias como responsables de los problemas de la PAC. Asimismo, la ausencia de verdaderas conexiones con el mundo europeo y con el resto del sindicalismo del Mercado Común provocaba que sus objetivos fuesen casi exclusivamente nacionales.

III. LOS DEBATES EN BRUSELAS Y CON ESPAÑA[Subir]

En el epígrafe anterior, se ha podido comprobar la difícil tarea de Michel Rocard de mostrarle al sindicalismo que la ampliación europea no terminaría con la economía agrícola. Paralelamente a esas labores, como responsable de la agricultura francesa participó en las negociaciones de la CEE para establecer el tratado de adhesión de España. En este escenario, tuvo que desplegar todos sus conocimientos agrícolas, estratégicos y negociadores para tratar de conseguir los préalables.

A lo largo de 1983 las conversaciones sobre España en las cumbres europeas no fueron muy relevantes porque urgía más desbloquear la situación comunitaria

Aun así, hubo ciertos comentarios, como por ejemplo en la cumbre de Sttutgart: Sud Ouest, 2-6-1983; El País, 14-6-1983.

‍[67]
. Todo cambió al año siguiente, pues las negociaciones se aceleraron. Como ya se ha comentado, a lo largo de 1984 se solucionaron los problemas más importantes de la PAC (MCM, leche y vino), lo que permitió continuar avanzando en la integración española. Todo ello coincidió con la presidencia de Michel Rocard del Concilum de Agricultura comunitario (enero-junio)

Las autoridades españolas habían puestos todas sus esperanzas en la presidencia de Rocard: El País, 11-1-1984.

‍[68]
. Una de las primeras medidas que tomó fue la protección del Midi francés y del Mezzogiorno italiano, pues eran las zonas más vulnerables a la competencia española

El País, 8-2-1984.

‍[69]
. Su aportación al Concilum durante esos meses fue más allá de los cambios de reglamentos. En su discurso en el Parlamento Europeo llamó la atención al resto de organismos comunitarios. Denunció que, hasta ese momento, las decisiones referidas a la PAC se tomaban en los concilum de Ministros de Exteriores o de Jefes de Estado, sin atender a las conclusiones de los ministros de Agricultura. Criticó que, en la mayoría de los casos, los dictámenes respondían a decisiones políticas y no a cuestiones técnicas

«Intervención de Michel Rocard en el Parlamento Europeo», 14-‍3-1984. Archivo del Parlamento Europeo.

‍[70]
. Esa reflexión frente a los europarlamentarios era muy importante para el tema de la adhesión española porque estaba tratando de aumentar la influencia de sus decisiones en el acuerdo final con España. Generalmente, las opiniones de los técnicos agrarios acababan sometidas a decisiones políticas. De hecho, si se estudia la negociación sobre la adhesión a la CEE (tanto francoespañola como hispano-comunitaria), la mayoría de las resoluciones fueron adoptadas por los ministros de Exteriores y no por los responsables de la Agricultura

Incluso algunos responsables de las negociaciones han reconocido esta cuestión: «Entrevista a Catherine Lalumière», realizada por miembros del SEFT el 20 enero 2020; «Entrevista a Carlos Westendorp», realizada por miembros del SEFT el 24 enero 2020.

‍[71]
. Y todo ello pese a que se debatían cuestiones agrícolas. En este sentido, Michel Rocard fue una excepción, pues trató de llevar la iniciativa en aquellos asuntos relacionados con sus competencias, tal y como demostró en las relaciones bilaterales que se analizarán a continuación. No obstante, no siempre consiguió imponerse a las decisiones del resto de ministros, lo que le llevó a ciertos enfrentamientos. Tras la aprobación del descenso de los presupuestos de la PAC, reforma llevada a cabo por los ministros de Finanzas, calificó dicha modificación como una «imbécillité collective»

Sud Ouest, 14-11-1984.

‍[72]
.

Tampoco se debe olvidar que en junio de 1984 se celebraron elecciones al Parlamento Europeo. En esa campaña, la candidatura del PS, liderada por Lionel Jospin, había situado su apoyo a la integración española entre las seis prioridades de su programa

Liste socialiste pour l´Europe, juin 1984.

‍[73]
.

En la segunda mitad de 1984, con una situación europea más calmada, Michel Rocard se centró en la reforma de los reglamentos vinícolas para acabar con los excedentes, reducir la competencia italiana y acelerar la integración española. En sus diversas intervenciones en los consejos de Ministros de Agricultura, tal y como estaba haciendo en sus discursos en Francia, abogó por aumentar la destilación para acabar con los remanentes y, a continuación, concluir las negociaciones con España

«942ème sesión du Conseil (agriculture)», Bruselas 26-‍6-1984. Archivo del Consejo de la UE, CM2/1984-00044/001; «944ème sesión du Conseil (agriculture)», Bruselas 16 y 17-‍7-1984. Archivo del Consejo de la UE, ArcCM2/1984-00046/001.

‍[74]
. Sin olvidar que ese interés por cerrar el acuerdo con España, para Michel Rocard, siempre estaba sujeto a la aprobación del reglamento sobre el vino. En el verano de 1984, cuando todo apuntaba a que en menos de un año se acabarían las negociaciones, Michel Rocard escribió una carta a François Mitterrand. En ese escrito le dejó claro que si no había avances en la legislación sobre el vino, debían bloquear la adhesión, entre otras cosas, por miedo a la reacción de los agricultores del sur: «Si le nouveau règlement n´était pas voté à l´automne le processus d´adhésion devrait être bloqué : il me semble en effet que les viticulteurs français peuvent attendre du gouvernement français qu´il fasse de l´adoption d´une réforme profonde de l´OCM un véritable préalable à l´adhésion de l´Espagne au Marché Commun»

«Lettre de Michel Rocard a François Mitterrand», sin fechar (pero da datos suficientes como para fecharla entre julio-agosto 1984), AMAE, 435INVA/1951. En algunas entrevistas también afirmó que no se podía firmar «en blanco» la integración. El País, 26-9-1984.

‍[75]
.

Todo ello volvía a evidenciar la fortaleza del mundo agrario y la necesidad de lograr unas condiciones estables para el problema vinícola antes de la entrada de España, el país que más hectáreas dedicaba a la vid. Michel Rocard aceptaba y defendía la entrada de España, pero no a cualquier precio. El problema del vino, como ya se ha comentado en varias ocasiones, no era la incorporación española, sino la suma de Francia, Italia y España y la posible potencialidad del último. Por eso, las medidas que proponía no tenían como objetivo penalizar a este último país, sino reducir la producción final de vino y sustituir la cantidad por la calidad, lo que llevaría inevitablemente un descenso de la cuantía final de vino.

Desde su llegada, el ministro francés trató de establecer una nueva metodología a la hora de afrontar las negociaciones comunitarias. Sin restar protagonismo a las reuniones colectivas, potenció los encuentros bilaterales para llegar a acuerdos que después podrían ser defendidos y votados en los concilum de Agricultura ‍[76]. El tema de la adhesión española fue un ejemplo de la importancia que le concedió a este tipo de encuentros. Michel Rocard y Carlos Romero, su homólogo español, se reunieron en cinco ocasiones en menos de un año y medio. En comparación con la situación anterior, supuso un incremento sustancial de entrevistas. Durante el proceso de transición española (1975-‍1982), los ministros de Agricultura, Pierre Méhaignerie y Jaime Lamo de Espinosa, pese a su buena relación, solo se reunieron dos veces ‍[77]. Y Edith Cresson, en su corta estancia en el Ministerio, apenas tuvo contacto con los ministros de Agricultura españoles. No obstante, el aumento de citas entre los dos responsables nacionales de Agricultura no solo tuvo que ver con la nueva estrategia de Michel Rocard. El ambiente bilateral era más propenso para el diálogo. La relación francoespañola había mejorado tanto por las cumbres semestrales como por la colaboración antiterrorista, exceptuando los conflictos de los pescadores vascos. Las negociaciones en Bruselas, como ya se ha comprobado, habían avanzado para la pronta integración española. Además, Carlos Romero y todo su equipo habían comprendido que el tema de la adhesión era un asunto técnico y, por tanto, Francia ya no era acusada de obstaculizar la negociación, al menos en cuestiones agrícolas, sino que estaba tratando de estabilizar la PAC ‍[78]. A todos estos argumentos hay que añadir la buena relación entre ambos ministros, que se conocían personalmente desde 1968 ‍[79]. El componente personal, inapreciable en muchos informes, acaba siendo muy importante en cualquier negociación profesional ‍[80].

Tabla 2.

Encuentros de los ministros de Agricultura

Cumbre de La Granja 2 y 3 julio 1983
Reunión bilateral en Chambord 25 septiembre 1983
Reunión bilateral en Madrid 17 enero 1984
Cumbre de Rambouillet 11 y 12 febrero 1984
Cumbre de Pedralbes 19 y 20 octubre 1984

Fuente: elaboración propia.

En cada uno de los rendez-vous se trataron unas problemáticas diferentes, en función de lo que se estaba negociando en esos momentos en la CEE. Además, estas entrevistas ayudaron a llegar a nuevos acuerdos que aceleraron los concilum dedicados a la integración española. El ambiente siempre fue el mismo. La manera de acercarse a los diferentes puntos de negociación fue a través de tecnicismos. El objetivo era lograr acuerdos intermedios en los que ambas partes obtuvieran beneficios (teoría del juego no cero o win-win) ‍[81]. Esa voluntad favorable a la negociación por ambas partes fue señalada en diferentes ocasiones por Pierre Guidoni, embajador de Francia en Madrid

«Rapport de P. Guidoni à ministre de relations exterieures: Reunion des ministres de l´agriculture», 18-‍1-1984. AMAE, 435INVA/1951; «Telegrame pour Ministère des relations extérieures: reunión des ministres de l´agriculture de France et d´Espagne a Madrid» 17-‍1-1984. ANF, 20040481 14.

‍[82]
. Con respecto a los puntos de negociación, destacaron los siguientes. Michel Rocard, en su primera visita a Madrid se excusó por los boicots a los camiones de fruta y verdura española

El País, 4-6-1983; El Correo Catalán, 4-7-1983, Cinco días, 4-7-1983; Rapport de P. Guidoni à ministre de relations exterieures: Reunion de La Granja, 15-7-1983. AMAE, 1930INVA/5170.

‍[83]
. Sin embargo, estos conflictos, que tuvieron una gran repercusión social, fueron gestionados por las embajadas y por el Ministerio de Transporte, pero no por los responsables de Agricultura

Véase cita 38.

‍[84]
. En los departamentos del Midi la destrucción de los cargamentos hortofrutícolas españoles se mantuvo constante durante todo el periodo. En junio de 1984, en tan solo unos días ocho camiones fueron saboteados

«Nota de la Embajada de España al Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia», 26 junio 1984. AMAE, 1930INVA/5147; Sud-Ouest, 24-3-1984; Actuagri, 24-6-1983; Trouvé (2005) : 203-‍227.

‍[85]
. En el encuentro de Chambord de agosto de 1983 trataron de negociar la comercialización de aceites vegetales

El País, 29-9-1983.

‍[86]
. Según Joan Reventós, embajador de España en Paris, la urgencia de lograr un acuerdo en este tema se debía a la presión que estaban sufriendo en el Elíseo de los empresarios franceses de ese sector ‍[87]. Y en la reunión de Madrid de enero de 1984, Michel Rocard recomendó a Carlos Romero que reforzara las Organizaciones Profesionales Agrarias (OPA) para que tuvieran mayor capacidad de decisión en la regulación de precios y en el control del sector

«Telegrame pour Ministère des relations extérieures : reunión des ministres de l´agriculture de France et d´Espagne a Madrid» 17-‍1-1984. ANF, 20040481 14.

‍[88]
.

Hubo algunos leitmotiv que se repitieron en la gran mayoría de las entrevistas. El ministro francés pidió en varias ocasiones la eliminación del proteccionismo español en los mercados de cereales, lácteos y cárnicos para poder justificar a sus agricultores la integración

Rapport de P. Guidoni à ministre de relations exterieures: Reunion de La Granja, 15-7-1983. AMAE, 1930INVA/5170; «Telegrame pour Ministère des relations extérieures: reunión des ministres de l´agriculture de France et d´Espagne a Madrid» 17-‍1-1984. ANF, 20040481 14.

‍[89]
. Al mismo tiempo, también recomendó reducir las hectáreas dedicadas al viñedo en algunas zonas concretas como el valle del Duero

Le Monde, 20-1-1984.

‍[90]
. En la última cumbre en la que Michel Rocard acudió como ministro de Agricultura se ratificaron los acuerdos en frutas, verduras e, incluso, algunos asuntos pesqueros. Pero también abordaron los problemas en cítricos y, sobre todo, en aceite y vino

Rapport de P. Guidoni à ministre de relations exterieures: entretiens agricoles franco-espagnols, 24-10-1984. AMAE, 1930INVA/5174; ABC, 20-10-1984; El País, 22-10-1984; Morán (

Morán, F. (1990). España en su sitio. Barcelona: Plaza y Janes.

1990
): 362; Trouvé (

Trouvé, M. (2008). L´Espagne et l´Europe. De la dictature à l´Union européenne. Bruxelles: Peter Lang.

2008
): 411 y 412.

‍[91]
. Para cerrar esa última negociación hubo que esperar a que en diciembre de 1984 se aprobara el nuevo reglamento comunitario vinícola.

En definitiva, Michel Rocard mantuvo un buen entendimiento con Carlos Romero, lo que permitió avanzar en las negociaciones agrícolas. Ambos eran conscientes de que la adhesión sería una oportunidad para ambos países si los dos cedían en sus posiciones iniciales. Michel Rocard trató de compensar las pérdidas para el sector hortofrutícola con la mayor venta de productos continentales a España (lácteos, cereales y carne), pues España era deficitaria en todos ellos. En el caso del vino su objetivo era reducir ciertas producciones españolas, y también europeas, para evitar la caída de los precios.

IV. CONCLUSIÓN[Subir]

Tal y como se planteó en la introducción, Michel Rocard participó de una manera muy activa en la integración española, hasta el punto de que se convirtió uno de los retos más relevante de su mandato. Se le presentó un dilema importante: cómo gestionar la adhesión sin generar conflictos con los agricultores del Midi, con las fuerzas políticas en la Asamblea Nacional, con el resto de socios comunitarios y con España. En el análisis ha quedado reflejado su papel, tanto en el desbloqueo de la PAC como en la integración española. Y, sobre todo, que no se puede entender la segunda cuestión sin analizar previamente la primera. A diferencia de las negociaciones anteriores, en esta ocasión el ministro de Agricultura tuvo un papel mucho más relevante. Primero porque dirigió el Concilum de Agricultura de la CEE. Y segundo porque trató de reflejar la potencialidad de esa cartera ministerial en las negociaciones internacionales. Como mostró en el discurso del Parlamento Europeo, no tenía sentido que algunos debates dependientes de su ministerio fuesen decididos por los ministros de Exteriores y de Finanzas. Los ejemplos más claros fueron el de la adhesión española y el de los presupuestos de la PAC.

Esta investigación, como se planteó en la presentación, ha corroborado que la ampliación hacia el sur generó debates en el seno de países miembros y que el legado político de Michel Rocard en las cuestiones agrarias fue muy importante. Las negociaciones para la integración española le plantearon un reto que tuvo que afrontar a partir de tres frentes de actuación diferentes. En cada uno de ellos tuvo que afrontar la temática de manera diferente. Dentro de sus fronteras, la mayor dificultad fue explicar, en un medio hostil, que la adhesión española no sería la ruina para su agricultura mediterránea. En Bruselas tuvo que negociar los préalables mientras estaba presionado por el sindicalismo agrario francés y por algunos de los países comunitarios, pues muchos de ellos pretendían acelerar la adhesión. Por último, a nivel bilateral, el clima fue favorable para conseguir preacuerdos que aceleraron las reuniones comunitarias. La sintonía ideológica y personal, la responsabilidad política de ambas partes y la mejora de las relaciones francoespañolas fueron el contexto idóneo para avanzar en los acuerdos. En respuesta a la problemática planteada, la clave para entender la actuación política de Rocard se fundamenta en dos elementos. En primer lugar, el PS había decidido aceptar a España en la CEE, por lo que las acciones políticas desde su ministerio debían ir en esa línea, aunque la gestión era más compleja que en otros sectores. En segundo lugar, partiendo de la idea anterior, Michel Rocard aprovechó la presidencia rotativa francesa del Consejo Europeo y también percibió las variaciones en el entorno nacional y europeo para acelerar las negociaciones para la adhesión y para mostrar en sus discursos mayor defensa de esa integración.

Toda esta labor fue esencial para la firma de la adhesión en junio de 1985. Sin embargo, en esos momentos el ministro de Agricultura era Henri Nallet, antiguo consejero de cuestiones agrícolas de François Mitterrand. Michel Rocard dimitió en abril de 1985. A partir de ese momento se fue distanciando de las cuestiones agrarias y se centró en la política nacional y en las discusiones ideológicas dentro del PS.

NOTAS[Subir]

[1]

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[2]

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[3]

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[4]

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[6]

También se habló de euroescepticismo. Los primeros en utilizar esos términos fueron Hobart Rowen (The Washington Post, 22-11-1984) y Herbert Giersch (Kiel Discussion Paper, octubre 1985).

[7]

Petit (Petit, Y. (2016). La PAC au coeur de la construction européenne. Paris: La documentation française.‍2016): 58.

[8]

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[9]

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[10]

Sobre la evolución de la PAC: Blumann (Blumann, C. (dir.) (2011). Politique agricole commune et politique commune de la pêche. Bruxelles: Editions de l´Université de Bruxelles.‍2011); Bureau y Thoyer, (Bureau, J. C. y Thoyer, S. (2014). La politique agricole commune. Paris: La Découverte.‍2014); Martin et al. (Martin, C., Pan-Montojo, J. y Brassley, P. (2016). Agriculture in Capitalist Europe, 1945-1960. From food shortages to food surpluses. New York: Routledge. Disponible en: https://doi.org/10.4324/9781315465937‍2016).

[11]

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[12]

Vedrine (Vedrine, H. (1996). Les mondes de François Mitterrand. À l´Élysée, 1981-1995. Paris: Fayard.‍1996): 296-‍297.

[13]

Le Monde, 17-10-1983; «Réglement fruit et légumes», 17-‍10-1983.

[14]

Règlement (CEE) no 1332/84 du Conseil du 7 mai 1984. Disponible en: https://cutt.ly/UzUDOJe [consultado 22/03/2020].

[15]

Règlement (CEE) no 3490/84 du Conseil du 11 décembre 1984. Disponible en: https://cutt.ly/4zUDFow [consultado 22/03/2020].

[16]

Le Midi Libre, 26, 27 y 28-‍9-1978; «Informe de Miguel Solano: España-CEE», 13-‍10-1978. AGA, Leg. 14.583.

[17]

Años antes había mostrado su europeísmo, por ejemplo, en el discurso en el Consejo Europeo en 1981, pero no había sido la base de su política. Saunier (Saunier, G. (2011). De la communauté à l´Union européenne. L´action européenne de François Mitterrand (1981-1995). La Contemporaine, 101-102, 20-28. Disponible en: https://doi.org/10.3917/mate.101.0006‍2011): 20-‍28; Mitterrand (Mitterrand, F. (1986). Réflexions sur la politique extérieure de la France. Introduction à vingt-cinq discours (1981-1985). Paris: Fayard.‍1986); Rosanvallon (Rosanvallon, P. (2018). Notre histoire intellectuelle et politique, 1968-2018. Paris: Seuil.‍2018); Vedrine (Vedrine, H. (1996). Les mondes de François Mitterrand. À l´Élysée, 1981-1995. Paris: Fayard.‍1996): 295; Dulphy (Dulphy, A. (1994). La politique extérieure de la France depuis 1945. Paris: Nathan.‍1994).

[18]

Sobre los debates ideológicos: Vedrine (Vedrine, H. (1996). Les mondes de François Mitterrand. À l´Élysée, 1981-1995. Paris: Fayard.‍1996); Rocard (Rocard, M. (2005a). Si la gauche savait. Entretiens avec Georges-Marc Benamou. Paris: Robert Laffont.‍2005a).

[19]

Ysàs (Ysàs, P. (2011) Cambios y continuidades: tres lustros de gobiernos socialistas. Ayer, 84 (4), 23-49.‍2011): 26-‍29.

[20]

González Madrid (González Madrid, D. (2020). Du marxisme au «nouvel engagement européen». La transformation du projet européen du Parti socialiste ouvrier espagnol entre Suresnes (1974) et l’adhésion à la Communauté économique européenne (1986). En D. González Madrid, S. Molina García y M. Ortiz Heras (coords.). L´adhésion de l´Espagne à la CEE (pp. 305-334). Bruxelles: Peter Lang.‍2020).

[21]

Pardo Sanz (Pardo Sanz, R. (2011). La política exterior de los gobiernos de Felipe González: ¿un nuevo papel para España en el escenario internacional? Ayer, 84 (4), 73-97.‍2011): 87-‍88.

[22]

Molina García (Molina García, S. (2020a). Una llave para Europa. El debate agrario franco-español y la adhesión de España a la CEE, 1975-1982. Madrid: Ministerio de Agricultura.‍2020a); Trouvé (Trouvé, M. (2008). L´Espagne et l´Europe. De la dictature à l´Union européenne. Bruxelles: Peter Lang.‍2008); Morán (Morán, F. (1990). España en su sitio. Barcelona: Plaza y Janes.‍1990); Martin-Pañeda (Martin-Pañeda, P. (2015). Que dire à l´Espagne ? De l´isolement franquiste à la démocratie européiste, la France au défi, 1957-1979. Bruxelles: Peter Lang.‍2015).

[23]

Busturia y Cantera (Busturia, D. y Cantera, G. (coords.) (1994). Del reencuentro a la convergencia. Historia de las relaciones bilaterales hispano-francesas. Madrid: Ciencias de la Dirección.‍1994): 153-‍156.

[24]

Trouvé (Trouvé, M. (2019). Francia-España: una relación privilegiada en el contexto de la Guerra Fría. Comillas Journal of International Relations, 141, 125-137. Disponible en: https://doi.org/10.14422/cir.i14.y2019.010‍2019): 128-‍129.

[25]

El País, 6-8-1984; ABC, 14-8-1984; Trouvé (Trouvé, M. (2019). Francia-España: una relación privilegiada en el contexto de la Guerra Fría. Comillas Journal of International Relations, 141, 125-137. Disponible en: https://doi.org/10.14422/cir.i14.y2019.010‍2019): 127.

[26]

Le Monde, 28-6-1984.

[27]

Proyecto al que siempre hizo referencia. Rocard (Rocard, M. (2005b). L´Art de négocier, l´art de réformer. Regards sur le cas français et quelques expériences gouvernementales. Négociations, 3, 113-126. Disponible en: https://doi.org/10.3917/neg.003.0113‍2005b): 113-‍116.

[28]

Bellon (Bellon, C. (2006). Un témoignage exclusif: Michel Rocard au Ministère de l´agriculture. Parlement[s]. Revue d´Histoire Politique, 5, 18-51. Disponible en: https://doi.org/10.3917/parl.005.0018‍2006): 21.

[29]

Guigo (Guigo, P. E. (2020). Michel Rocard. Paris: Perrin.‍2020): 142.

[30]

Actuagri, 25-3-1983 (513); 31-‍3-1983 (514); 15-‍4-1983 (516).

[31]

Rocard (Rocard, M. (2010). «Si ça vous amuse». Chroniques de mes faits et méfaits. Paris: J´ai lu.‍2010): 150.

[32]

En otras lecturas de los protagonistas, apenas se nombra la importancia del Ministerio de Agricultura. Todo el protagonismo de la negociación recae sobre François Mitterrand: Vedrine (Vedrine, H. (1996). Les mondes de François Mitterrand. À l´Élysée, 1981-1995. Paris: Fayard.‍1996).

[33]

Ibid.: 164-165.

[34]

Ibid.: 172-175; Macrae Smith (Macrae Smith, A. (2013). The Comité Régional d´Action Viticole (CRAV). Regional identity, violence and the challenges of modernisation in the Languedoc (1944-1992) [tesis doctoral inédita]. Disponible en: https://bit.ly/2P4Fxxi‍2013).

[35]

Aunque más adelante se citarán más ejemplos: «Entrevista a Michel Rocard», Mayo, febrero 1983; «Allocution de Michel Rocard: Association Nationale interprofessionnelle des fruits et légumes transformés, ANIFELT», sin fechar (pero debe de ser enero-junio 1984). Solicitado a Vie-publique.fr

[36]

Molina García (Molina García, S. (2020a). Una llave para Europa. El debate agrario franco-español y la adhesión de España a la CEE, 1975-1982. Madrid: Ministerio de Agricultura.‍2020a).

[37]

Molina García (Molina García, S. (2020b). ¿Competitivas o complementarias? El debate agrario franco-español en la transición democrática, 1975-1982. Historia Agraria, 80 (1), 177-207. Disponible en: https://doi.org/10.26882/histagrar.080e06m‍2020b): 177-‍207.

[38]

Service Central des Enquêtes et Études Statistiqes (Service Central des Enquêtes et Études Statistiqes (1982). Graphagri 82: Annuaire de Graphiques Agricoles. République Française: Ministère de l’Agriculture.‍1982).

[39]

Sobre estos incidentes en el periodo 1983-‍1986: AMAE 1930INVA/5147.

[40]

Actuagri, 25-5-1983 (525); 26-‍6-1984 (578). Todo ello lo plasmaron en un documento escrito: Fédération nationale des syndicats d’exploitants agricoles, Livre blanc sur l´élargissement de la Communauté à l´Espagne et au Portugal, Fédération nationale des syndicats d’exploitants agricoles (1986). Livre blanc sur l´élargissement de la Communauté à l´Espagne et au Portugal.‍1986. Entrevista a François Guillaume realizada por miembros del SEFT el 17 julio 2018.

[41]

Actuagri, 2-12-1983 (546), Le Figaro, 1-12-1983.

[42]

Un ejemplo de todo ellos son las palabras de su secretario Luc Guyau: Jeunes Agriculteurs, junio 1983.

[43]

Actuagri, 18-11-1983 (544).

[44]

La Terre, 26-10/1-11-1983; 15/21-6-1984.

[45]

MODEF, 2.ª quincena 1983; La Terre, 11/17-4-1984; MODEF, 2.ª quincena 1985.

[46]

TF1, le Journal 20H, émission 3-‍12-983, Journée des élus socialistes. INA

[47]

Actuagri, 29-4-1983 (518), 11-‍5-1983 (520), 16-‍9-1983 (535); Sud Ouest, 13-9-1984.

[48]

«Carta de la Confédération Nationale des Syndicats de travailleurs paysans a Rocard», 5-‍12-1984. ANF, 19860533 4.

[49]

Sud Ouest, 29-3-1984.

[50]

Amalric y Pech (Amalric, J. P. y Pech, R. L. (1989). Équilibre imposible: les échanges agro-alimentaires franco-espagnols avant l´élargissement du Marché Commun (1945-1985). En J. P. Étienvre y J. R. Urquijo Goitia (eds.). España, Francia y la Comunidad Europea (pp. 171-190). Madrid: Casa de Velázquez; Consejo Superior de Investigaciones Científicas.‍1989): 170.

[51]

Sánchez Sánchez (Sánchez Sánchez, E. (2006). Rumbo al sur. Francia y a España del desarrollo, 1958-1969. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas.‍2006).

[52]

«Rapport du Ministère de l´agriculture: Schema de position française secteur du vin dans la perspective de l´élargissement», 27-‍1-1984. ANF, 20040481/13; «Rapport du Ministère de l´agriculture: Adhésion de l´Espagne et reforme de l´acquis communautaire (secteur des fruits et légumes)», 27-‍1-1984. ANF, 20040481/13.

[53]

Sobre esas reuniones: «Reunion du PS sur l´élargissement de la Communauté européenne» 2-‍9-1983. FJJ, 2PS 296; «Note: l´Action du Pari sur le dossier de l´élargissement de la CEE à l´Espagne et au Portugal», 12-‍12-1983; «Rapport manuscrite: Réunion sur l´élargissement au siége du parti», 22-‍12-1983. FJJ, 2PS 297.

[54]

No hay que olvidar que Michel Rocard fue siempre europeísta: Huchon (Huchon. J. P. (2017). C´etait Rocard. Paris: Archipel.‍2017): 279-‍285.

[55]

Muller (Muller, P. (2014) [1984]. Le technocrate et les paysans. Les lois d´orientation agricole de 1960-1962 et la modernisation de l´agriculture française, 1945-1984. Paris: L´harmattan.‍2014).

[56]

«Lettre de Jean-Paul Huchon à M. Rocard», 12-‍8-1983. ANF, 680AP 20.

[57]

Actuagri, 2-10-1983 (541).

[58]

Jeunes agriculteurs, junio 1983.

[59]

«50e congrès de l’Assemblée générale des producteurs de maïs», 20-‍9-1984; «Congrès de la Confédération européenne de l’agriculture», Avignon, 28-‍9-1984; «Colloque: filières bois», 5-‍12-1984. Disponibles en www.michelrocard.org [Consultado: 10 marzo 2020].

[60]

Sobre el Congreso de la FNSEA: Actuagri, 23-3-1984 (562); Le Figaro, 21-3-1984; Sobre el acto del CNJA: «Discurso de Rocard en el Congreso de Besançon del CNJA», 21-‍6-1984. ANF, 19860533 4.

[61]

«Discour de François Mitterrand à Boé», 11-‍10-1984. Institute François Mitterrand.

[62]

Actuagri, 29-3-1985 (623).

[63]

«Compte-rendu des débats», Assemblée Nationale, 4-‍11-1983.

[64]

Le Figaro, 13-6-1984, La Terre, 12/18-10-1983.

[65]

«Compte-rendu des débats», Assemblée Nationale, 6-‍11-1983.

[66]

«Compte-rendu des débats», Assemblée Nationale, 12-‍12-1983.

[67]

Aun así, hubo ciertos comentarios, como por ejemplo en la cumbre de Sttutgart: Sud Ouest, 2-6-1983; El País, 14-6-1983.

[68]

Las autoridades españolas habían puestos todas sus esperanzas en la presidencia de Rocard: El País, 11-1-1984.

[69]

El País, 8-2-1984.

[70]

«Intervención de Michel Rocard en el Parlamento Europeo», 14-‍3-1984. Archivo del Parlamento Europeo.

[71]

Incluso algunos responsables de las negociaciones han reconocido esta cuestión: «Entrevista a Catherine Lalumière», realizada por miembros del SEFT el 20 enero 2020; «Entrevista a Carlos Westendorp», realizada por miembros del SEFT el 24 enero 2020.

[72]

Sud Ouest, 14-11-1984.

[73]

Liste socialiste pour l´Europe, juin 1984.

[74]

«942ème sesión du Conseil (agriculture)», Bruselas 26-‍6-1984. Archivo del Consejo de la UE, CM2/1984-00044/001; «944ème sesión du Conseil (agriculture)», Bruselas 16 y 17-‍7-1984. Archivo del Consejo de la UE, ArcCM2/1984-00046/001.

[75]

«Lettre de Michel Rocard a François Mitterrand», sin fechar (pero da datos suficientes como para fecharla entre julio-agosto 1984), AMAE, 435INVA/1951. En algunas entrevistas también afirmó que no se podía firmar «en blanco» la integración. El País, 26-9-1984.

[76]

Rocard (Rocard, M. (2010). «Si ça vous amuse». Chroniques de mes faits et méfaits. Paris: J´ai lu.‍2010).

[77]

Molina García (Molina García, S. (2020a). Una llave para Europa. El debate agrario franco-español y la adhesión de España a la CEE, 1975-1982. Madrid: Ministerio de Agricultura.‍2020a): 222.

[78]

Una parte de la prensa mantuvo las acusaciones a Francia: Brémond (Brémond, J. (1994). Le sentiment anti-français dans l´Espagne postfranquiste [tesis doctoral inédita]. Paris Sorbonne IV.‍1994).

[79]

Núñez Peñas (Núñez Peñas, V. (2012). Tres escenarios para una negociación: La adhesión de España en tiempos de transición, reforma y Guerra Fría. Madrid: Comisión Española de Historia de las Relaciones Internacionales.‍2012): 34-‍35.

[80]

Morán (Morán, F. (1990). España en su sitio. Barcelona: Plaza y Janes.‍1990); ABC, 19-1-1983.

[81]

Hopmann (Hopmann, T. (1990). Teoría y procesos en las negociaciones internacionales. Santiago de Chile: Naciones Unidas Comisión Económica para América Latina y el Caribe.‍1990); Bassols Jacas (Bassols Jacas, R. (2016). El arte de la negociación. Madrid: CEU Ediciones.‍2016).

[82]

«Rapport de P. Guidoni à ministre de relations exterieures: Reunion des ministres de l´agriculture», 18-‍1-1984. AMAE, 435INVA/1951; «Telegrame pour Ministère des relations extérieures: reunión des ministres de l´agriculture de France et d´Espagne a Madrid» 17-‍1-1984. ANF, 20040481 14.

[83]

El País, 4-6-1983; El Correo Catalán, 4-7-1983, Cinco días, 4-7-1983; Rapport de P. Guidoni à ministre de relations exterieures: Reunion de La Granja, 15-7-1983. AMAE, 1930INVA/5170.

[84]

Véase cita 38.

[85]

«Nota de la Embajada de España al Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia», 26 junio 1984. AMAE, 1930INVA/5147; Sud-Ouest, 24-3-1984; Actuagri, 24-6-1983; Trouvé (2005) : 203-‍227.

[86]

El País, 29-9-1983.

[87]

Reventós (Reventós, J. (1993). Misión en París. Memorias de un embajador. Barcelona: Editorial Península.‍1993): 172-‍174; Trouvé (Trouvé, M. (2008). L´Espagne et l´Europe. De la dictature à l´Union européenne. Bruxelles: Peter Lang.‍2008): 436.

[88]

«Telegrame pour Ministère des relations extérieures : reunión des ministres de l´agriculture de France et d´Espagne a Madrid» 17-‍1-1984. ANF, 20040481 14.

[89]

Rapport de P. Guidoni à ministre de relations exterieures: Reunion de La Granja, 15-7-1983. AMAE, 1930INVA/5170; «Telegrame pour Ministère des relations extérieures: reunión des ministres de l´agriculture de France et d´Espagne a Madrid» 17-‍1-1984. ANF, 20040481 14.

[90]

Le Monde, 20-1-1984.

[91]

Rapport de P. Guidoni à ministre de relations exterieures: entretiens agricoles franco-espagnols, 24-10-1984. AMAE, 1930INVA/5174; ABC, 20-10-1984; El País, 22-10-1984; Morán (Morán, F. (1990). España en su sitio. Barcelona: Plaza y Janes.‍1990): 362; Trouvé (Trouvé, M. (2008). L´Espagne et l´Europe. De la dictature à l´Union européenne. Bruxelles: Peter Lang.‍2008): 411 y 412.

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