RESUMEN
Este trabajo tiene como objetivo proponer un modelo de análisis que permita realizar una aproximación a los marcos de política pública destinados a las ciudades desde diferentes ámbitos territoriales. Para ello, se toman como objeto de análisis la Nueva Agenda Urbana elaborada por Naciones Unidas, documento de referencia para América Latina y el Caribe, y la Agenda Urbana para la Unión Europea. A partir de la aplicación de un método de análisis destinado a su comparación, este trabajo pone de manifiesto que, a pesar de conformarse a partir de un modelo marco de referencia común, el contenido de ambas agendas se modula de acuerdo con la naturaleza del territorio al que se orientan.
Palabras clave: Agenda 2030; agendas urbanas; análisis multinivel; análisis de políticas públicas; gobernanza; América Latina; Europa.
ABSTRACT
This work aims to propose an analysis model that allows an approximation to the public policy frameworks for cities from different territorial areas. For this, the New Urban Agenda promoted by United Nations, a reference document for Latin America and the Caribbean, and the Urban Agenda for the European Union are taken as cases of analysis. Based on the application of a comparison method, this work shows that despite conforming to a common reference framework model, the content of both agendas is modulated according to the nature of the territory to which they are oriented.
Keywords: 2030 Agenda; urban agendas; multilevel analysis; public policy analysis; governance; Latin America; Europe.
El comienzo del siglo xxi se ha caracterizado por un interés renovado en las políticas destinadas específicamente a las ciudades a nivel global. ONU-Hábitat (2014) define una política urbana como un conjunto de decisiones coherentes, derivadas de un proceso deliberativo de coordinación y que aglutina a varios actores hacia una visión y objetivos comunes, que ha de promover un desarrollo urbano a largo plazo, más transformador, inclusivo y resiliente.
En coherencia con esta definición, las Administraciones Públicas de diferentes niveles
de gobierno han tratado de dar respuesta no solamente a este renovado interés por
las ciudades, sino, sobre todo, a esta novedosa forma de comprender el hecho urbano
en términos de política pública. Ello se ha materializado en instrumentos concretos
como son las agendas urbanas. Dichas agendas constituyen un marco general a partir
del cual se establecen las bases y directrices generales en relación con la intervención
en áreas urbanas y se sustentan sobre un mismo marco de políticas públicas. Dicho
marco especifica no solo los objetivos de la política y el tipo de instrumentos que
pueden utilizarse para alcanzarlos, sino también la naturaleza misma de los problemas
que deben abordar (Hall, 1993: 279) y los actores que han de implicarse en su conformación e implementación. En consecuencia,
este modelo entiende la forma de acometer soluciones a los problemas de las ciudades
tanto desde una dimensión sustantiva, relacionada con el contenido de la política
pública, como lo que podríamos denominar su dimensión procedimental[1], referida a la forma en que se gestionan las políticas urbanas (
Este trabajo tiene como principal objetivo elaborar una propuesta de análisis que
permita, en primer lugar, conocer la traslación de los principios recogidos en los
documentos previos a las agendas urbanas, así como cuáles son los elementos fundamentales
que conforman su contenido, desde las dimensiones procedimental y sustantiva. Posteriormente,
se realiza una comparación entre dos agendas. Para ello, se toman como objeto de análisis
la Nueva Agenda Urbana (NAU) elaborada por Naciones Unidas y la Agenda Urbana para
la Unión Europea (AUUE), con el fin de conocer la forma en que se orientan las intervenciones
en áreas urbanas en dos territorios concretos: América Latina y el Caribe (en adelante
ALC) y Europa. Ambos territorios presentan un proceso de urbanización muy intenso,
que además se espera que se acentúe en los próximos años. Para el año 2050 está previsto
que el 88 % de la población de ALC resida en áreas urbanas, mientras que en Europa
el porcentaje de personas residiendo en áreas urbanas se espera que alcance el 84 %
(
Aunque las agendas están interconectadas y no pueden ser llevadas a cabo de manera
aislada, ya que para responder a los desafíos que han de afrontar las ciudades y territorios
se necesitan estrategias integradas y articuladas (
El artículo se estructura de la siguiente forma: la primera sección se destina a la presentación de los conceptos que constituyen el marco analítico de este trabajo. La siguiente parte plantea los principales aspectos relativos a las fuentes de información y el método diseñado para el análisis de los documentos analizados. La tercera sección se destina a la presentación de los resultados, ofreciendo una comparación entre las dos agendas objeto de investigación. La última parte se destina a las principales conclusiones y propuestas de análisis de cara al futuro.
Tal y como se ha señalado, este trabajo tiene como propósito analizar de forma comparada diversas agendas urbanas promovidas desde diferentes niveles de la administración y con impacto en ALC y Europa. Para ello, se consideran dos dimensiones básicas. En primer lugar, el marco político a partir del cual se conforman las agendas. En segundo lugar, su contenido. Ambos elementos se analizan con el propósito de conocer cómo se materializan las propuestas en términos de intervención en áreas urbanas en cada una de las regiones. Para lograr este objetivo, se ha elaborado una herramienta de análisis que se detalla a continuación.
En el marco de este trabajo, el análisis se centra en la comparación entre políticas Cejudo y Michel (
Tal y como señala Velasco (
En el marco de este trabajo, las agendas se consideran instrumentos programáticos
de política pública, puesto que responden de manera suficiente a la definición de
instrumentos de carácter programático de Velasco (
Este artículo tiene como primer propósito conocer la medida en que las agendas urbanas
comparten un marco de referencia común. De forma concreta, el trabajo se centra en
el análisis de tres principios básicos (tabla 1): la regulación, la financiación y el conocimiento. Dichos principios se ponen de
manifiesto de forma clara en la literatura en relación con las políticas urbanas en
los últimos años (
Tabla 1.
Marco de referencia para las agendas: principales dimensiones de análisis
Dimensiones de análisis | Elementos para constatar en las agendas |
---|---|
1. Regulación | Normativa y diseño institucional Capacidad institucional y poder local Modelo de gestión |
2. Financiación | Previsión de fuentes de financiación Acceso por parte de las ciudades |
3. Conocimiento | Generación Intercambio |
Respecto a la regulación, la comunicación de la Comisión al Parlamento al Consejo Europeo (
Por su parte, en el contexto de ALC, el principio de mejor regulación se materializa,
tal como señala Winchester (
El presente trabajo trata de constatar, en primer lugar, la presencia de un principio de parsimonia, o búsqueda de modelos más sencillos, tanto en la normativa como en el diseño institucional. En segundo lugar, la importancia de generar un modelo de administración más eficaz y eficiente. Y, en tercer lugar, observar en qué medida el modelo normativo, institucional y de gestión se orienta hacia la dotación de una mayor capacidad institucional y de decisión a los actores locales.
Respecto al principio relacionado con la financiación, unido a lo señalado en la regulación, se persigue la creación de instrumentos financieros
que funcionen mejor y cuya utilización sea más fácil para las ciudades. Tal como señala
Cohen (
En una lógica similar, en el ámbito de la UE se plantea la simplificación en la utilización
de los fondos y la creación de mayores posibilidades de combinarlos (
Para comprobar la existencia de estos elementos, sería necesario constatar evidencias en los documentos de política pública como la previsión de fuentes de financiación asociadas a la implementación de políticas destinadas a las ciudades y el acceso a las mismas por parte de las ciudades.
Respecto al conocimiento, Caprotti et. al. (
Para el contexto europeo, Atkinson (
En consecuencia, la constatación de la existencia del principio relacionado con el conocimiento de las ciudades pasaría por cotejar en los documentos de política pública evidencias relacionadas con la generación de conocimiento sobre las ciudades; así como sobre el intercambio de dicho conocimiento.
Tal y como se pone de manifiesto en la literatura, las políticas urbanas en los últimos
años se han caracterizado por ser actuaciones que se orientan hacia el logro de un
cierto grado de integralidad. Su diagnóstico parte del reconocimiento del carácter
multidimensional de las ciudades, de las problemáticas y de los retos que han de enfrentar.
En consecuencia, el diseño de las políticas asume la necesidad de intervenir en estos
problemas y retos a partir de planteamientos holísticos. Junto a ello, son políticas
articuladas sobre la base de principios de gobernanza, entendida esta como la articulación
de redes conformadas por diversos actores (
Se puede decir que el modelo de intervención que caracteriza a las iniciativas que
se acometen en las ciudades se conformaría a partir de los elementos fundamentales
(
Tabla 2.
Contenido de las agendas: principales dimensiones de análisis
Contenido de las agendas | Elementos a constatar en las agendas |
---|---|
1. Integrado | Contenido en términos de áreas de política pública (desarrollo económico; bienestar social; elementos físicos de la ciudad; medio ambiente) |
2. Estratégico | Planteamiento de la estrategia en coherencia con agendas de mayor alcance al objeto de que sean coherentes y contribuyan a objetivos de mayor alcance |
3. Territorializado | Búsqueda de la adaptación del contenido de la agenda a la realidad del territorio para el que se diseña |
4. Participativo | Búsqueda de la participación de los actores implicados tanto en el diseño como en la implementación de la agenda urbana |
Hasta la década de los setenta primaba el convencimiento de que la solución a todos
los problemas urbanos llegaría de la mano de la intervención física (hard issues) en el territorio ( Le Galès (
Este planteamiento requiere de un enfoque de carácter integrado centrado en el territorio, pero desde una perspectiva intersectorial A este respecto, puede consultarse el artículo de Jordan y Lenschow (
En definitiva, tal como señalan Da Silva et al. (
En cuanto al contenido estratégico, esta característica asume que el planteamiento de una incitativa urbana debe considerar
su posible conexión con las iniciativas implementadas en otros ámbitos (niveles de
gobierno). Cohen (
Por su parte, en el ámbito europeo, González Medina (
Respecto al contenido territorializado, dicha característica se puede entender como la adopción de un enfoque espacial explícito
en las políticas A este respecto, Atkinson (
Esta forma de mirar a la ciudad atiende en definitiva a una dimensión estratégica
y de gobernanza multinivel puesto que, tal y como señalan Barnett y Parnell (
Finalmente, respecto a la dimensión participativa, es esta una característica ineludible, teniendo en cuenta los principios en los que
se basan las políticas urbanas en la actualidad. Howlett y Rayner (
En este sentido, el análisis de las agendas urbanas ha de constatar en su redacción
la búsqueda de la participación de los actores implicados, tanto en su diseño como
en su implementación y evaluación. En el marco de este trabajo, se trata de constatar
la existencia de modelos de gobernanza más o menos plurales ( A este respecto, Parks y Oakerson (
En resumen, el propósito consiste en configurar un cierto conocimiento en relación con el sistema de gobernanza a partir del cual se materializan las agendas urbanas en relación con a) el número de actores que se implican en el conjunto de la agenda (diversidad de la red); b) su carácter (naturaleza de la red), y c) la capacidad de decisión sobre la política que se atribuye a cada uno de los actores en relación con cada una de las fases de la política pública (coprovisión vs. coproducción).
Para cumplir con los objetivos mencionados se han tomado como referencia diferentes documentos de política pública. Por una parte, los que conforman el marco general de políticas en el que se encuadran las agendas y que permiten analizar los principios relativos a regulación, financiación y conocimiento recogidos en el marco analítico. En segundo lugar, se analizan los propios documentos que recogen las agendas y que permiten analizar su contenido en términos de integralidad, territorialización, enfoque estratégico y participación.
Es importante señalar que no existe un documento que recoja como tal una agenda urbana para ALC. Ahora bien, sí existen documentos preparatorios o de implementación respecto a una agenda urbana para la región. Por una parte, respecto a los documentos preparatorios, en el año 2016 el Foro de Ministros y Autoridades Máximas de la Vivienda y el Urbanismo de América Latina y El Caribe (MINURVI) desarrolló el documento América Latina y El Caribe. Desafíos, dilemas y compromisos de una agenda urbana común. Dicho documento tiene como propósito establecer un marco común de diálogo acerca de una Nueva Agenda Urbana para ALC, así como generar acuerdos sobre los principios que guiarán esta agenda. Por otra parte, respecto a los documentos de implementación, en el ámbito de ALC se elaboró el Plan de Acción Regional (PAR) para la Implementación de la Nueva Agenda Urbana en América Latina y el Caribe.
Tabla 3.
Fuentes de información utilizadas: documentos de referencia
América Latina y El Caribe | Unión Europea | |
---|---|---|
Marco de referencia para las agendas | — Declaración de Vancouver (1976) — Declaración de Estambul (1996) — Declaración sobre las ciudades y otros asentamientos humanos en el nuevo milenio (2001) — Progresos logrados hasta la fecha en la aplicación del documento final de la segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Asentamientos Humanos (Hábitat II) y determinación de los problemas nuevos y emergentes del desarrollo urbano sostenible (2014) — Agenda de Acción de Addis Abeba (2015) — América Latina y el Caribe: desafíos, dilemas y compromisos de una agenda urbana común (MINURVI) (2016) |
— Rotterdam Urban Acquis (2004) — Bristol Accord (2005) — Carta de Leipzig (2007) — Declaración de Marsella (2008) — Declaración de Toledo (2010) — Declaración de Riga (2015) |
Contenido de las agendas | Nueva Agenda Urbana (2016) | Pacto de Ámsterdam (2016) |
Sin embargo, para el caso de la Unión Europea sí existe un documento explícitamente destinado a la generación de una Agenda Urbana para la Unión Europea, el denominado Pacto de Ámsterdam. Dicho documento se materializa en diversos documentos de política pública, los denominados Planes de Acción. Por ello, para el territorio europeo el documento de referencia es el Pacto de Ámsterdam, a partir del cual se conforma la Agenda Urbana para la Unión Europea, mientras que para ALC se tomará como referencia la Nueva Agenda Urbana.
La metodología seguida para examinar los documentos indicados ha sido el análisis
de contenido. Tal como señala Berelson (
Para ello, el sistema de codificación ha tratado, en primer lugar, de evaluar cada asunto contenido en las agendas sobre la base de los siguientes criterios: muy presente (3); bastante presente (2), y escasamente presente (1).
Tabla 4.
Sistema de codificación basado en la presencia
Grado de importancia | Descripción | Valor |
---|---|---|
Muy presente | El tema se recoge explícitamente en la agenda y es central | 3 |
Bastante presente | Se hace una referencia explícita, pero en términos generales | 2 |
Escasamente presente | Escasamente presente o ni siquiera aparece | 1 |
Tras analizar la presencia de cada tema dentro de cada agenda, se utilizó una herramienta de codificación adicional para evaluar la orientación. En este estudio, la orientación se entiende como las propuestas específicas sobre un tema determinado que se presentan en cada agenda. El objetivo de este análisis fue determinar el nivel de similitud entre los temas. Según se muestra en la tabla 5, se considera un nivel alto (3) de similitud cuando las aproximaciones a un tema van en la misma dirección, tanto en términos de presencia como de las propuestas específicas para abordarlo. Se considera un nivel intermedio (2) cuando la importancia es similar, pero cada agenda presenta estrategias diferentes para abordarlo. Por último, se considera un bajo nivel (1) de similitud cuando las agendas divergen en cuanto al peso del tema y a la materialización de las posibles acciones a tomar.
Tabla 5.
Sistema de codificación basado en la orientación
Gado de similitud | Descripción | Valor |
---|---|---|
Alta | Similitud entre las agendas analizadas (tanto en términos de presencia como de materialización) |
3 |
Media | Similitud en términos de presencia, aunque con posibles discrepancias en cuanto a materialización | 2 |
Baja | Divergencia en términos de presencia y materialización | 1 |
El análisis de las dos agendas atiende al marco general y su contenido. La primera parte del análisis se destina a analizar la medida en que las agendas reflejan los principios relacionados con la regulación, la financiación y el conocimiento. La segunda parte se centra en el análisis del contenido de las agendas. El propósito en el análisis de ambas dimensiones es identificar las similitudes y diferencias entre ambos instrumentos de política pública.
El principio de regulación se materializa en la propuesta de análisis en la búsqueda
de evidencias sobre la existencia de un principio de parsimonia La parsimonia se refiere al equilibrio entre la capacidad explicativa y la simplicidad,
maximizando la primera y procurando la simplicidad a través de un número reducido
de proposiciones (
Tabla 6.
Marco de referencia de las agendas: principales resultados
Dimensiones | NAU-América Latina y El Caribe | AUUE-Unión Europea | ||
---|---|---|---|---|
Regulación | Normativa y diseño institucional | Principio de parsimonia | No existen referencias explícitas | Marcos legales existentes y adaptados al territorio. Estructuras de gobierno existentes |
Capacidad institucional y poder local | Fortalecimiento de la capacidad institucional y del poder local | Referencias concretas al fortalecimiento de la capacidad institucional de las autoridades locales y otros actores locales | Referencias concretas al fortalecimiento de la capacidad institucional de las autoridades locales | |
Modelo de gestión | Instrumentos de gestión transparentes, eficaces y eficientes | Referencias concretas a planteamientos y metodologías de gestión pública | Referencias concretas a objetivos, criterios, métodos e instrumentos de gestión | |
Financiación | Previsión de fuentes de financiación | Flexibilidad de mecanismos e instrumentos financieros | Flexibilidad de instrumentos financieros Integración en un paquete de políticas más amplio |
|
Acceso a por parte de las ciudades | Basada en los ingresos que se generan en el municipio (autonomía fiscal) | Basada en el acceso a fuentes externas (acceso a fuentes externas) |
||
Conocimiento | Generación | Acento en la generación de conocimiento | Acento en la sistematización y en la diversidad de asuntos, adoptando un enfoque integrado | |
Intercambio | Bajo desarrollo en herramientas/instrumentos concretos | Alto desarrollo herramientas e instrumentos entre los Estados miembros |
En primer lugar, respecto al principio relacionado con la regulación, en el entorno
europeo se destaca la necesidad de simplificar las normativas y estructuras institucionales,
cuestión a la que se hace referencia explícitamente La declaración de Riga recoge la necesidad de utilizar «los marcos y estructuras
legales existentes, evitando la creación de legislación innecesaria y adaptándose
siempre a las características del territorio específico» (
En relación a la capacidad institucional de los actores locales, tanto los documentos
de la UE como los generados en el entorno de Naciones Unidas abogan por el fortalecimiento
de la capacidad institucional de los actores locales, aunque en el caso de Naciones
Unidas la definición de actor local es más amplia que en la UE. Mientras que los documentos
de las Naciones Unidas otorgan mayor peso a las partes interesadas involucradas en
las políticas de las ciudades La Declaración de Estambul (1996) indica: «Una estrategia favorable, el fomento de
la capacidad y el desarrollo institucional deben tener como objetivo empoderar a todas
las partes interesadas, en particular a las autoridades locales, el sector privado,
el sector cooperativo, los sindicatos, las organizaciones no gubernamentales y las
organizaciones de base comunitaria. organizaciones, para que puedan desempeñar un
papel eficaz en la planificación y gestión de viviendas y asentamientos humanos».
Posteriormente, la «Declaración sobre las ciudades y otros asentamientos humanos en
el nuevo milenio» (2001) establece que: «Acoge[mos] con beneplácito los esfuerzos
realizados hasta ahora por muchos países en desarrollo para efectuar la descentralización
en la gestión de las ciudades como medio para fortalecer la operación de las autoridades
locales en la implementación de la Agenda Hábitat». Esta declaración también establece
la necesidad de: «Resolver aún más empoderar a las autoridades locales, las organizaciones
no gubernamentales y otros socios del Programa de Hábitat, dentro del marco legal
y de acuerdo con las condiciones de cada país, para desempeñar un papel más eficaz
en la provisión de vivienda y en el desarrollo sostenible de los asentamientos humanos.
Esto se puede lograr a través de la descentralización efectiva, cuando corresponda,
de responsabilidades, gestión de
políticas, autoridad para la toma de decisiones y recursos suficientes, cuando sea
posible, incluida la autoridad de recaudación de ingresos a las autoridades locales,
a través de la participación y la democracia local, así como a través de la cooperación
y las asociaciones internacionales». En la misma línea, el documento preparatorio
de la NAU elaborado por el Foro de Ministros y Autoridades Máximas de la Vivienda
y el Urbanismo de América Latina y el Caribe (MINURVI) (2016) señala la necesidad
de fortalecer las capacidades de los Gobiernos locales, dotándolos no solo de recursos
financieros, en lo posible autogenerados por las propias entidades subnacionales,
sino también, de recursos humanos, capacidad técnica, institucional y margen de acción.
Este principio está presente en la mayoría de los documentos, pero es en el Acuerdo
de Bristol donde toma más importancia con el concepto de habilidades de «creación
de lugares», entendido como capacidad institucional y poder local como liderazgo territorial,
participación comunitaria, trabajo en asociación, gestión de proyectos, gobernanza
y aprendizaje interprofesional.
En cuanto a la gestión de políticas, una narrativa política común es la necesidad
de una gestión más transparente, eficaz y eficiente de los documentos consultados.
Si bien la gestión de políticas se establece como un principio en los documentos previos
a la NAU La «Declaración sobre las ciudades y otros asentamientos humanos en el nuevo milenio»
(2001) estipula la necesidad de «resolver e intensificar los esfuerzos para garantizar
una gobernanza transparente, responsable, justa, eficaz y eficiente de las ciudades
y otros asentamientos humanos. […] Las ciudades necesitan enfoques y metodologías
específicas para mejorar la gobernanza […]».
Respecto a la financiación, los documentos que conforman el marco general de ambas
agendas proponen modelos basados en la flexibilidad de los instrumentos financieros
existentes Reconocemos que el desarrollo urbano sostenible, guiado por las políticas y estrategias
urbanas existentes, puede beneficiarse de los marcos de financiación integrados.
El apoyo a marcos e instrumentos de financiación eficaces, innovadores y sostenibles
que fortalezcan las finanzas municipales y los sistemas fiscales locales para crear,
mantener y compartir el valor generado por el desarrollo urbano sostenible de forma
inclusiva.
La Declaración de Marsella 2008. Amplía el abanico de instrumentos destinados a prestar
ayuda financiera a las inversiones urbanísticas, facilitando así el desarrollo de
estrategias de financiación individuales, que pueden incluir tanto subvenciones como
instrumentos como JESSICA.
En cuanto a la generación de conocimiento en Naciones Unidas, la atención se enfoca
en la producción de información La Declaración de Vancouver (1976) recoge que «Las instituciones de investigación
y académicas deberán contribuir más plenamente a este esfuerzo (generar conocimiento),
prestando mayor atención a los problemas de los asentamientos humanos». Para ello,
se crea un instrumento concreto: el Centro de Naciones Unidas para los asentamientos
humanos (Hábitat).
La Declaración de Estambul (1996) propone «fortalecer los sistemas de información
existentes relacionados con los asentamientos humanos adoptando metodologías y disposiciones
institucionales eficientes y sostenibles incorporando sistemáticamente los resultados
de las investigaciones y recopilando, analizando y actualizando los datos relativos
a los asentamientos humanos y las estadísticas de vivienda e indicadores que respondan
a las políticas».
El Acuerdo de Bristol (2004) recoge que «los ministros estimulan una mayor coordinación
e integración de las políticas sectoriales nacionales que afectan a la base de conocimiento
de las ciudades. […] Los estudios de caso deben demostrar soluciones flexibles y transferibles
a desafíos comunes». Más adelante, la Carta de Lepzig (2007) plantea una «plataforma
europea que recoja y desarrolle mejores prácticas, estadísticas, estudios comparativos,
evaluaciones, revisiones de expertos y otra investigación urbana que apoye a los agentes
implicados en el desarrollo urbano en todos los niveles y en todos los sectores».
Posteriormente, la Declaración de Marsella (2008) propone una «mejora del conocimiento
de la ciudad y que se refuerce, a través de la formación, el know-how y las habilidades
de los individuos que colaboran con los institutos y organismos profesionales claves».
Para lograrlo se crea Urban Audit. En esta misma declaración plantea «facilitar el
acceso al conocimiento de las buenas prácticas y de los métodos existentes para desarrollar
indicadores creados a nivel local y podría también apoyar medidas para el seguimiento
de la implementación de propuestas de desarrollo urbano integrado, sostenible y cohesivo
o de la ausencia de las mismas». Para ello se crea Tesauro. Es en este documento en
el que se hace la primera referencia a
indicadores cuantitativos y cualitativos precisos. Finalmente, la Declaración de Riga
(2015) propone «promover la base de conocimiento y los datos sobre temas de desarrollo
urbano, con referencia a diferentes tipos de unidades urbanas», a través de los siguientes
instrumentos: Urban Audit, URBACT, ESPON y EUKN.
Las dos agendas urbanas analizadas persiguen integrar varias áreas de política pública, incluyendo diferentes campos como el bienestar social, el desarrollo económico y el medio ambiente. Sin embargo, encontramos diferencias tanto en la definición de estas como en su forma de integración. Mientras que en el caso de la NAU existe una clara orientación hacia la equidad y la inclusión como elemento general a partir del cual se estructuran en el resto de las áreas (economía urbana, planificación, medio ambiente), en el caso de la UE se produce una mayor orientación hacia asuntos relacionados con el medio ambiente, así como el desarrollo económico. Esta priorización de asuntos muestra que, a pesar de tener un enfoque integrado, ambas agendas modulan sus contenidos en materia de política pública a la naturaleza de los problemas derivados de sus procesos de urbanización. La pobreza urbana, como asunto prioritario en regiones como ALC, frente al medio ambiente o el desarrollo económico en el ámbito de la UE.
Tabla 7.
Contenido de las agendas: principales resultados
Tipo de contenido | NAU-América Latina y El Caribe | AUUE-Unión Europea | |
---|---|---|---|
Holístico | Desarrollo económico | Prosperidad urbana sostenible e inclusiva y oportunidades para todos | Economía circular Trabajo y economía local |
Bienestar social | Desarrollo urbano sostenible en pro de la inclusión social y la erradicación de la pobreza | Inclusión de migrantes y refugiados Pobreza urbana |
|
Elementos físicos de la ciudad | Planificación urbana (patrimonio, innovación, seguridad vial, eficiencia energética) asociada a un principio de equidad social y erradicación de la pobreza | Uso sostenible del territorio Movilidad urbana Vivienda |
|
Medio ambiente | Desarrollo urbano resiliente y ambientalmente sostenible | Adaptación climática Transición energética Calidad del aire |
|
Otros ejes | — | Contratación pública y transición digital | |
Estratégico | Alineación a través de la coordinación entre y con niveles inferiores de gobierno | Coordinación hacia niveles superiores de gobierno (Hábitat III) | |
Territorializado | Muy presente | Definido de manera general |
Por su parte, ambas agendas adoptan un enfoque estratégico, pues en ellas se señala la importancia de alinearse con otros niveles de gobierno. Ya sea con una orientación hacia abajo (NAU), buscando la coordinación y alineación con niveles inferiores de gobierno, o hacia arriba (UE), tratando de lograr una alineación con la NAU.
Por otra parte, ambas agendas buscan también una modulación de sus contenidos a las
características del territorio donde se implementan En la NAU, por ejemplo, se pone de relevancia el papel de la adaptación al territorio
de todas las medidas que se implementen, apoyando las iniciativas propias de cada
municipio y facilitando su financiación y cooperación y apoyo recíproco entre las
diferentes ciudades que se encuentran dentro de los Estados miembros. Esta óptica
territorial también se manifiesta en la creación de herramientas de evaluación y seguimiento,
ofreciendo un papel principal a los Gobiernos locales, que deberán tener en cuenta
las características y necesidades propias de las ciudades para evaluar las políticas
se lleven a cabo en cada periodo objeto de evaluación.
En relación con la dimensión participativa, las agendas urbanas parten de una amplia participación de los actores públicos, tanto en su elaboración como en su desarrollo e implementación.
La densidad de actores implicados en el desarrollo de las tres agendas da cuenta también de la relevancia de los contextos institucionales. Como es lógico, dado su alcance global, la NAU es la que aglutina una mayor pluralidad de actores y la que mayor equilibrio entre actores públicos y privados muestra, aunque ambas se caractericen por un peso mayor del ámbito público frente al privado. Por su parte, la agenda de la UE incluye a los stakeholders sectoriales y territoriales, donde se concentran tanto redes de ciudades como grupos de interés privados, además de los actores públicos (ciudades, Estados miembros y la propia Comisión Europea).
Tabla 8.
Enfoque participativo: principales resultados
Modelo de gobernanza (participación) | NAU-América Latina y El Caribe | AUUE-Unión Europea | |
---|---|---|---|
Densidad | Estados Miembros; organizaciones intergubernamentales; ONU-Hábitat y otros organismos, agrupaciones de la Asamblea General y fondos de las Naciones Unidas; expertos de las unidades políticas; gobiernos subnacionales y locales y principales redes de gobiernos locales y regionales; organizaciones y redes | Ciudades; Estados miembros; comisiones dentro de la UE; stakeholders (redes temáticas y redes de ciudades) | |
Naturaleza | Ámbito público y privado. Mayor presencia del público | ||
Modelo de interacción | Diseño | Expertos y partes interesadas | Actores implicados en los diferentes Partenariados |
Implementación | Se reduce la capacidad de decisión de los gobiernos locales a espacios concretos | Es por sistema delegada a algunos de ellos (Estados y ciudades) y la financiación: UE | |
Evaluación | Corresponde principalmente a los gobiernos nacionales | No se hace referencia explícita al papel de los actores en la evaluación |
En relación al desarrollo e implementación de la agenda, los diferentes actores incluidos juegan un papel distinto en las diferentes fases. Es interesante contrastar hasta qué punto se incluye a los actores locales y cuál es el papel para las autoridades locales en el proceso. Analizando el policy process podemos ver que, si bien existe una gran apertura en el proceso de consulta (que no de diseño material de las agendas donde tienen una presencia importante los expertos), a medida que se avanza en el ciclo de las políticas puede observarse una menor participación de los actores de la sociedad civil, centrándose fundamentalmente en el ámbito público (Estados miembros y Gobiernos locales). A su vez, pese a ser el ámbito territorial al que se orientan las agendas de las ciudades, el papel de los Gobiernos locales se circunscribe a la fase de implementación. Una vez creado el marco de política pública general, serán los Gobiernos de las ciudades quienes los desarrollen a través de sus respectivos planes de acción. La imagen 1 recoge los actores clave en cada fase de la política pública.
Este trabajo ha tenido como objetivo realizar una comparación entre agendas urbanas desarrolladas desde diferentes ámbitos territoriales (América Latina y Europa). Para ello, se ha diseñado un marco analítico destinado a conocer, en primer lugar, los principios a partir de los cuales se han materializado cada una de las agendas urbanas analizadas. Posteriormente, se ha tratado de conocer el contenido de las mismas. Ambas dimensiones (principios y contenido), se han operacionalizado y analizado con el propósito de comparar ambos instrumentos de política pública.
Así, a lo largo de estas páginas se ha mostrado que los principios relacionados con la regulación, la financiación y el conocimiento sobre las ciudades se recogen en los documentos que conforman el marco general sobre el que se sustentan ambas agendas. Sin embargo, la presencia de dichos principios no se muestra con la misma intensidad (entendida como la importancia que se asigna a ese principio) ni similar naturaleza (orientación concreta o materialización) en cada una de ellas. Se ha puesto de manifiesto un mayor grado de concreción en la AUUE, con propuestas adaptadas a la naturaleza de las áreas urbanas de la región.
Del análisis de los documentos de políticas en los que se construye el marco general en el que se diseñan las agendas, se han encontrado similitudes en los planteamientos relacionados con la gestión de las políticas y, de forma concreta, con la búsqueda de modelos de gestión transparentes, eficaces y eficientes, si bien en el ámbito europeo se detallan en mayor medida los objetivos, criterios, métodos e instrumentos de gestión. Del análisis de la información contenida en los documentos analizados se ha puesto de manifiesto también que, a pesar de tratarse de niveles de gobierno sin competencias formales en este asunto, tanto en el contexto de Naciones Unidas como en el de la UE se hace énfasis en la dotación de mayor capacidad institucional y poder a las autoridades locales.
Es en la dimensión relativa a la regulación donde se han identificado ciertas diferencias respecto a la manera en que se promueven normativas y estructuras institucionales más sencillas, lo que en el marco del artículo se ha denominado un principio de parsimonia en las regulaciones y diseño institucional, otorgándose mayor importancia en el ámbito europeo.
Ello mismo se produce en relación con el contenido. Podría afirmarse que ambas responden a un modelo común de intervención en las áreas urbanas, que sin duda se manifiesta en una serie de características comunes (integrado, estratégico, territorializado y participativo), pero de nuevo tanto la importancia que se concede a cada una de las características como su desarrollo concreto, difiere en cada una de las agendas. De forma concreta, en relación con la territorialización de las actuaciones, es especialmente reseñable la coincidencia en la importancia otorgada a este aspecto, así como la forma de entender su carácter estratégico, pues en todas ellas se señala la vocación de alinearse con otros niveles de gobierno, ya sea hacia abajo (NAU) o hacia arriba (UE). Ahora bien, se da una orientación diferente en las áreas de política sobre las que pivota cada una de las agendas. Mientras que en el caso de la NAU existe una clara orientación hacia la equidad y la inclusión como elemento general a partir del cual se estructuran en el resto de las áreas (economía urbana, planificación, medio ambiente), en el caso de la UE se produce una mayor orientación hacia asuntos relacionados con el medio ambiente, así como el desarrollo económico. Esta priorización de asuntos muestra que, a pesar de tener un enfoque integrado, ambas agendas modulan sus contenidos en materia de política pública a la naturaleza de los problemas derivados de sus procesos de urbanización. La pobreza urbana, como asunto prioritario en regiones como ALC, frente al medio ambiente o el desarrollo económico en el ámbito de la UE.
Finalmente, respecto al modelo de gobernanza plasmado en las agendas, en todas ellas se plantea la necesidad de llevar a cabo las actuaciones contempladas a partir de coaliciones con actores. Ahora bien, la mayor similitud se muestra en la naturaleza de la red que se genera, y que es en su mayor parte de carácter público, tanto en su presencia como en su papel en la política, asociado más a la toma de decisiones sobre el diseño de las actuaciones frente a los actores ubicados en el exterior de la administración, a quienes se asignan funciones asociadas a la producción de la política. Es importante destacar respecto a esto que la existencia de una agenda urbana para la región, como es el caso de la UE, permite una mayor delimitación del modelo de gobernanza, lo que posibilita conocer con mayor detalle cómo se conforma. La tabla 9 muestra de manera sintética la información de los principales hallazgos respecto a la comparación entre las agendas.
Por todo ello, es necesario llamar la atención sobre el hecho de que la AUUE tiene una mayor capacidad de modular su contenido, tratando de adaptarse a las necesidades de la región a la que se orienta. Mientras que para el caso de ALC los contenidos de la NAU son útiles para orientar la acción de los gobiernos locales, pero quizá demasiado genéricos para ser utilizados como un marco de política pública realmente útil para la región. Este aspecto se pone especialmente de manifiesto en la delimitación de la red de gobernanza y en la capacidad real que los actores de la región hayan tenido para incluir asuntos clave en la región en un documento de política a escala global como es la NAU. Con respecto a esto, será necesario analizar los diferentes planes de implementación en los que se desarrolle cada agenda, el Plan de Acción para América Latina y el Caribe y los Planes de Acción para la UE, al objeto de poder conocer la medida en que los principios recogidos en ellas se concretan en las ciudades en los próximos años.
En definitiva, el reto para el futuro será conocer la medida en que las agendas pasen del ámbito de lo normativo, en el que podemos afirmar que se encuentran actualmente, al ámbito de lo positivo. En ese momento se podrá conocer no solamente el alcance real de las agendas urbanas, sino también su capacidad de respuesta real a los retos que enfrentan las áreas urbanas en cada región.
Tabla 9.
Análisis comparado: marco general y contenido
Dimensiones y subdimensiones | NAU- América Latina y El Caribe | AUUE - Unión Europea | Grado de similitud | |||
---|---|---|---|---|---|---|
MARCO GENERAL | Regulación, organización y gestión de las políticas | Normativa | Principio de parsimonia | -- | ++ | Bajo |
Diseño institucional | Principio de parsimonia | -- | ++ | Bajo | ||
Fortalecimiento de la capacidad institucional y el poder local | ++ | +- | Medio | |||
Gestión de políticas | Instrumentos de gestión transparentes, eficaces y eficientes | ++ | ++ | Alto | ||
Financiación | Previsión de fuentes de financiación | +- | ++ | Medio | ||
Acceso a por parte de las ciudades | +- | ++ | Medio | |||
Conocimiento | Generación | +- | ++ | Medio | ||
Intercambio | +- | ++ | Medio | |||
CONTENIDO | Holístico | +- | ++ | Medio | ||
Estratégico | ++ | ++ | Alto | |||
Territorializado | ++ | +- | Medio | |||
Modelo de gobernanza | Densidad | ++ | +- | Bajo | ||
Naturaleza | +- | +- | Alto | |||
Interacción | ++ | +- | Medio |
[1] |
En relación con ambas dimensiones, Howlett y Rayner ( |
[2] |
Cejudo y Michel ( |
[3] |
Le Galès ( |
[4] |
A este respecto, puede consultarse el artículo de Jordan y Lenschow ( |
[5] |
A este respecto, Atkinson ( |
[6] |
A este respecto, Parks y Oakerson ( |
[7] |
La parsimonia se refiere al equilibrio entre la capacidad explicativa y la simplicidad,
maximizando la primera y procurando la simplicidad a través de un número reducido
de proposiciones ( |
[8] |
La declaración de Riga recoge la necesidad de utilizar «los marcos y estructuras
legales existentes, evitando la creación de legislación innecesaria y adaptándose
siempre a las características del territorio específico» ( |
[9] |
La Declaración de Estambul (1996) indica: «Una estrategia favorable, el fomento de la capacidad y el desarrollo institucional deben tener como objetivo empoderar a todas las partes interesadas, en particular a las autoridades locales, el sector privado, el sector cooperativo, los sindicatos, las organizaciones no gubernamentales y las organizaciones de base comunitaria. organizaciones, para que puedan desempeñar un papel eficaz en la planificación y gestión de viviendas y asentamientos humanos». Posteriormente, la «Declaración sobre las ciudades y otros asentamientos humanos en el nuevo milenio» (2001) establece que: «Acoge[mos] con beneplácito los esfuerzos realizados hasta ahora por muchos países en desarrollo para efectuar la descentralización en la gestión de las ciudades como medio para fortalecer la operación de las autoridades locales en la implementación de la Agenda Hábitat». Esta declaración también establece la necesidad de: «Resolver aún más empoderar a las autoridades locales, las organizaciones no gubernamentales y otros socios del Programa de Hábitat, dentro del marco legal y de acuerdo con las condiciones de cada país, para desempeñar un papel más eficaz en la provisión de vivienda y en el desarrollo sostenible de los asentamientos humanos. Esto se puede lograr a través de la descentralización efectiva, cuando corresponda, de responsabilidades, gestión de políticas, autoridad para la toma de decisiones y recursos suficientes, cuando sea posible, incluida la autoridad de recaudación de ingresos a las autoridades locales, a través de la participación y la democracia local, así como a través de la cooperación y las asociaciones internacionales». En la misma línea, el documento preparatorio de la NAU elaborado por el Foro de Ministros y Autoridades Máximas de la Vivienda y el Urbanismo de América Latina y el Caribe (MINURVI) (2016) señala la necesidad de fortalecer las capacidades de los Gobiernos locales, dotándolos no solo de recursos financieros, en lo posible autogenerados por las propias entidades subnacionales, sino también, de recursos humanos, capacidad técnica, institucional y margen de acción. |
[10] |
Este principio está presente en la mayoría de los documentos, pero es en el Acuerdo de Bristol donde toma más importancia con el concepto de habilidades de «creación de lugares», entendido como capacidad institucional y poder local como liderazgo territorial, participación comunitaria, trabajo en asociación, gestión de proyectos, gobernanza y aprendizaje interprofesional. |
[11] |
La «Declaración sobre las ciudades y otros asentamientos humanos en el nuevo milenio» (2001) estipula la necesidad de «resolver e intensificar los esfuerzos para garantizar una gobernanza transparente, responsable, justa, eficaz y eficiente de las ciudades y otros asentamientos humanos. […] Las ciudades necesitan enfoques y metodologías específicas para mejorar la gobernanza […]». |
[12] |
Reconocemos que el desarrollo urbano sostenible, guiado por las políticas y estrategias urbanas existentes, puede beneficiarse de los marcos de financiación integrados. |
[13] |
El apoyo a marcos e instrumentos de financiación eficaces, innovadores y sostenibles que fortalezcan las finanzas municipales y los sistemas fiscales locales para crear, mantener y compartir el valor generado por el desarrollo urbano sostenible de forma inclusiva. |
[14] |
La Declaración de Marsella 2008. Amplía el abanico de instrumentos destinados a prestar ayuda financiera a las inversiones urbanísticas, facilitando así el desarrollo de estrategias de financiación individuales, que pueden incluir tanto subvenciones como instrumentos como JESSICA. |
[15] |
La Declaración de Vancouver (1976) recoge que «Las instituciones de investigación y académicas deberán contribuir más plenamente a este esfuerzo (generar conocimiento), prestando mayor atención a los problemas de los asentamientos humanos». Para ello, se crea un instrumento concreto: el Centro de Naciones Unidas para los asentamientos humanos (Hábitat). |
[16] |
La Declaración de Estambul (1996) propone «fortalecer los sistemas de información existentes relacionados con los asentamientos humanos adoptando metodologías y disposiciones institucionales eficientes y sostenibles incorporando sistemáticamente los resultados de las investigaciones y recopilando, analizando y actualizando los datos relativos a los asentamientos humanos y las estadísticas de vivienda e indicadores que respondan a las políticas». |
[17] |
El Acuerdo de Bristol (2004) recoge que «los ministros estimulan una mayor coordinación e integración de las políticas sectoriales nacionales que afectan a la base de conocimiento de las ciudades. […] Los estudios de caso deben demostrar soluciones flexibles y transferibles a desafíos comunes». Más adelante, la Carta de Lepzig (2007) plantea una «plataforma europea que recoja y desarrolle mejores prácticas, estadísticas, estudios comparativos, evaluaciones, revisiones de expertos y otra investigación urbana que apoye a los agentes implicados en el desarrollo urbano en todos los niveles y en todos los sectores». Posteriormente, la Declaración de Marsella (2008) propone una «mejora del conocimiento de la ciudad y que se refuerce, a través de la formación, el know-how y las habilidades de los individuos que colaboran con los institutos y organismos profesionales claves». Para lograrlo se crea Urban Audit. En esta misma declaración plantea «facilitar el acceso al conocimiento de las buenas prácticas y de los métodos existentes para desarrollar indicadores creados a nivel local y podría también apoyar medidas para el seguimiento de la implementación de propuestas de desarrollo urbano integrado, sostenible y cohesivo o de la ausencia de las mismas». Para ello se crea Tesauro. Es en este documento en el que se hace la primera referencia a indicadores cuantitativos y cualitativos precisos. Finalmente, la Declaración de Riga (2015) propone «promover la base de conocimiento y los datos sobre temas de desarrollo urbano, con referencia a diferentes tipos de unidades urbanas», a través de los siguientes instrumentos: Urban Audit, URBACT, ESPON y EUKN. |
[18] |
En la NAU, por ejemplo, se pone de relevancia el papel de la adaptación al territorio de todas las medidas que se implementen, apoyando las iniciativas propias de cada municipio y facilitando su financiación y cooperación y apoyo recíproco entre las diferentes ciudades que se encuentran dentro de los Estados miembros. Esta óptica territorial también se manifiesta en la creación de herramientas de evaluación y seguimiento, ofreciendo un papel principal a los Gobiernos locales, que deberán tener en cuenta las características y necesidades propias de las ciudades para evaluar las políticas se lleven a cabo en cada periodo objeto de evaluación. |
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