RESUMEN
The Souls of Black Folk de W. E. B. Du Bois es un libro bien conocido en Estados Unidos, tanto dentro como fuera de la academia. Este artículo examina el contexto histórico en que apareció, contexto marcado por la segregación racial y por las huellas de la esclavitud. A continuación, se expone el sentido del libro, proponiendo su lectura como una especie de «arte de la fuga» en torno a un tema: las luchas del pueblo negro por conseguir la libertad y la igualdad respecto a los blancos. Se analizan a continuación las variantes del tema en los catorce capítulos del libro y se muestra cómo aparece formulado un nuevo lenguaje que será la base del movimiento de los derechos civiles de los años sesenta del siglo xx y algunas partes del discurso «Tengo un sueño», de Martin Luther King Jr.
Palabras clave: W. E. B. Du Bois; canon sociológico; sociología clásica; teoría racial crítica; estudios africanos; intelectual público; antirracismo; doble conciencia; velo.
ABSTRACT
120 years ago, it was published The Souls of Black Folk by W. E. B. Du Bois. It is a well-known book in the United States both inside and outside of academia. This article examines the historical context in which it appeared, a context marked by racial segregation and traces of slavery; then the meaning of the book is exposed, proposing that it be read as a kind of «the art of the fugue» around a theme: the struggles of black folk to achieve freedom and equality with respect to whites. The variants of the theme in the fourteen chapters of the book are analyzed below and it is shown how a new language appears that will be the basis of the civil rights movement of the sixties of the twentieth century and also some parts of the speech «I have a dream» by Martin Luther King Jr.
Keywords: W. E. B. Du Bois; sociological canon; classical sociology; critical race theory; african studies; public intellectual; antiracism; double consciousness; veil.
En 2013 se cumplen ciento veinte años de la publicación de The Souls of Black Folk de W. E. B. Du Bois. El libro se convirtió desde su aparición en un clásico para el activismo por la justicia racial y la literatura antirracista y panafricanista, y por ello forma parte del canon del pensamiento universal[1]. Las listas que catalogan ese canon son todas muy discutibles. Pero puede decirse que se alcanza esa canonización si suscita consenso en las más significativas. Y eso ocurre con Souls. Esa posición se ha ido consolidando en el tiempo. El impacto de Souls puede verse en la mejor literatura afroamericana, desde Native son, de Richard Wright (publicado en 1940); Invisible man, de Ralph Ellison (1952); Go tell it on the mountains, de James Balwin (1953); Song of Salomon, de Toni Morrison (1977); Homegoing, de Yaa Gyasi (2016), o The love songs of W. E. B. Du Bois, de Honorée F. Jeffers (2021). Su impacto en el campo de los black studies es tan notable que para Rojas (2007: 201) es «el único libro que tiene claramente un estatus canónico indiscutido». En 2003, en el centenario de su aparición, se habían publicado en Estados Unidos más de cien ediciones distintas de Souls (Shaw, 2013). Ese año se publicaron varios libros que analizaban su actualidad; desde entonces, algunas revistas académicas le han dedicado monográficos (Philosophia Africana, 2004; CR: The New Centennial Review, 2015; Ethnic and Racial Studies, 2016 y 2017; British Journal of Sociology, 2017; o International Journal of the Classical Tradition, 2019). Su influencia académica ha sido y sigue siendo enorme.
Du Bois también debería ser incluido en el canon de la sociología como ha propuesto, entre otros, Burawoy (2022) en respuesta al cuestionamiento del canon clásico que hizo Connell (1997), mostrando el diálogo implícito que Du Bois ha mantenido en su obra con Durkheim, Weber y Marx, diálogo donde The Souls of Black Folk juega un papel crucial (Morris, 2015; McAuley, 2019).
Sin embargo, se trata de un libro poco conocido fuera de Estados Unidos. Solo en 2001 se tradujo al español: lo hizo la Fundación Fernando Ortiz (La Habana, Cuba) con el título de Las almas del pueblo negro. En 2020 fue publicado con el mismo título en Capitán Swing de Madrid[2]. Solo en 2003 se cumplió el deseo de Max Weber de ver el libro en alemán y fue publicado como Die Seelen der Schwarzen por la editorial Orange Press. En francés tuvo una edición en 1958 en Présence Africaine con el título Ames noires: Essais et nouvelles; en 2004 fue publicado como Les âmes du peuple noir en la editorial Rue d’Ulm y en 2007 fue reeditado en Éditions La Découverte. Solo en 2007 ha sido traducido al italiano con el título Le anime del popolo nero, en Le Lettere. Y ya en 2023 la editorial Hacer ha publicado una edición en catalán con el título Les ànimes del poble negre.
Ese contraste entre la importancia del libro y su tardía traducción a estos idiomas
merece alguna reflexión. Sobre todo porque es notorio que las producciones del pensamiento
estadounidense son rápidamente acogidas en nuestro mundo académico y editorial. Por
eso cabe preguntarse cómo Souls ha tardado tanto en llegar a nosotros. Es posible que ese hecho desvele la falta de
conocimiento profundo de las luchas de los afroamericanos y el peso del eurocentrismo
que elude la reflexión sobre el colonialismo y su significado en el desarrollo del
capitalismo y la cultura occidental. Se puede invertir la pregunta que hace Bessonne
(
Su autor, William Edward Burghardt (W. E. B.) Du Bois, acababa de cumplir 35 años
cuando publicó Souls y este libro hizo de él una figura fundamental de la lucha por la justicia racial
y social en el siglo xx. Nació en 1868, cinco años después de la Proclamación de la Emancipación de los esclavos,
y murió en 1963, la víspera de la marcha sobre Washington en la que Martin Luther
King Jr. clamó «he tenido un sueño». Antes de la intervención de King, los organizadores
de la marcha anunciaron la muerte de Du Bois en Ghana y pidieron a la multitud que
leyera Las almas del pueblo negro (para recordar la biografía de Du Bois puede consultarse, además de las dos autobiografías
de Du Bois, las biografías de Lewis [
solo Frederick Douglass y Martin Luther King Jr. igualaron el papel de Du Bois en el movimiento social por los derechos civiles en Estados Unidos. Pero, en otros aspectos, las diversas actividades de Du Bois durante casi un siglo dejaron un legado mayor. Du Bois fue el padre del «panafricanismo» y el teórico central de la independencia africana; el principal científico social, educador, crítico y periodista político de la América negra durante dos generaciones; y una figura importante de los movimientos internacionales por la paz y el socialismo.
Este artículo examinará el contexto histórico en que apareció Souls a principio del siglo xx, y se desbrozará la manera de abordar la cuestión racial que Souls introduce y que será un instrumento de liberación de los afroamericanos, mostrando como en las catorce «fugas» de Souls ya aparece anunciado el poderoso mensaje del discurso «Tengo un sueño» del Dr. King sesenta años después.
Cuando se publicó Souls, Estados Unidos vivía en plena época de la segregación racial, que se puso en marcha
en el Sur al finalizar el período de la reconstrucción como consecuencia del llamado Compromiso de 1877, aquel pacto entre los republicanos
(sobre todo del Norte) y los demócratas (sobre todo del Sur), por el cual estos aceptaron
que el republicano Rutherford B. Hayes fuera presidente a cambio de que las tropas
de la Unión se retiraran de los estados del Sur y estos recobraran la autonomía que
habían perdido tras la derrota de la Confederación en la Guerra Civil. Se terminaba
así la llamada Reconstrucción, que había ayudado a mejorar las condiciones de vida
y la integración política de los negros. Durante la Reconstrucción se habían aprobado
tres enmiendas fundamentales de la Constitución americana: la decimotercera, ratificada
en 1865, que prohibía la esclavitud; la decimocuarta, ratificada en 1868, que definía
la ciudadanía y reconocía la igualdad ante la ley, y la decimoquinta, ratificada en
1870, que consolidaba el derecho de voto de todos los ciudadanos varones. Con el fin
de la Reconstrucción, comenzó «la extraña carrera de Jim Crow» (
Para limitar el acceso de los negros al derecho de voto muchos estados del Sur introdujeron clausulas restrictivas que en la práctica les impedían ejercer ese derecho: clausulas como la exigencia de saber leer o tener un abuelo que hubiera tenido derecho al voto (imposible para todas las personas antes esclavizadas). Con ello, los negros dejaron de poder votar y desaparecieron como cargos públicos, dos logros que habían alcanzado tras la guerra civil.
Otro instrumento para imponer la supremacía blanca de esta época fue la violencia
racial. En 1866 varios excomandantes confederados crearon el Ku Klux Klan; la violencia
que este (y otros grupos supremacistas) ejerció tuvo distintas manifestaciones, desde
matanzas colectivas de negros a linchamientos. Entre las primeras se pueden recordar
las de Colfax, Luisiana, en 1873, y la de Tulsa, Oklahoma, en 1921. Entre 1882 y 1968
hubo 3446 linchamientos de negros en Estados Unidos, la mayoría en los estados del
Sur. Toda esta violencia racial buscaba restaurar la jerarquía social y la supremacía
de los blancos por medio del terror (
El período del Jim Crow fue acompañado con una contrarreconstrucción cultural: la
generación de un relato nuevo y heroico, una autentica mitología sobre la guerra civil,
la esclavitud y el «way of life» del Sur segregado (
Cuando se publicó Souls, el discurso racista contra los negros era extremadamente agresivo y estaba muy extendido.
Lo resumía en
Pero los libros más influyentes para crear opinión pública (o para consolidar estereotipos)
no fueron ensayos, sino algunas novelas que alcanzaron un enorme éxito. Y, por encima
de todas, The Leopard’s Spots de Thomas Dixon Jr., publicada en 1902 (justo el año antes de la aparición de Souls) y que fue un super ventas inmediato. Dixon publicó luego una secuela con el título
The clansman (1905), que fue la base de la (racista) película The Birth of a Nation, de D. W. Griffith, en 1915. The Leopard’s Spots sintetizaba, amplificaba y difundía los peores estereotipos de la mentalidad radical
del supremacismo blanco de la época. Tan influyente fue este libro que Williamson
(
Du Bois tiene la difícil tarea de levantar un discurso alternativo frente a y contra esa ideología supremacista blanca. Ese es el objetivo de Souls, y ese es el milieu en que tiene que hacerlo. Pero también ha de enfrentarse a otra ideología que era dominante entre los líderes negros más influyentes: la aceptación de la segregación racial y la renuncia a la lucha por la igualdad a cambio de mejoras económicas graduales. Cuando se publica Souls, la figura más influyente entre los ciudadanos negros era Booker T. Washington. En 1895 murió Frederick Douglass y tuvo lugar un cambio significativo en el liderazgo intelectual de los negros en Estados Unidos porque ese mismo año Washington pronunció el discurso conocido como el «Compromiso de Atlanta», donde explicita una filosofía que marcará época y hará de su autor un líder (casi) indiscutido entre los negros y muy estimado entre los líderes blancos tanto del Norte como del Sur. Washington defendía que el «compromiso» al que debía aspirarse era que, a cambio de que los negros aceptaran la segregación racial, las restricciones al sufragio y no exigieran igualdad social, los gobernantes blancos del Sur permitirían que los negros progresaran económicamente. En 1901, Washington había publicado su autobiografía titulada Up from Slavery. El poder e influencia de Washington era enorme y no hay que olvidarlo al leer el capítulo crítico que Du Bois le dedica en Souls y donde cuestiona de modo radical toda esta filosofía. El sueño de Washington terminó en 1921, cuando se produjo el pogromo de Tulsa, Oklahoma, ciudad conocida como Black Wall Street por el éxito económico que los negros habían alcanzado en ella. Pero en 1903, cuando se publica Souls, sus ideas eran la base de la estrategia de la mayor parte de los líderes negros.
El 18 de abril de 1903 apareció publicado The Souls of Black Folk en la editorial A.C. McClurg and Company de Chicago con el subtítulo Essays and sketches. Cuando la editorial le propuso que recogiera en un libro algunos de los más de treinta ensayos que había publicado hasta entonces y que estaban teniendo un gran impacto, la primera reacción de Du Bois fue dubitativa porque no creía que una recopilación de ensayos fuera a tener buena acogida. Pero lo pensó mejor y comenzó a perfilar un libro que ha dejado una huella histórica.
El libro lo forman catorce capítulos, nueve de los cuales se habían publicado previamente
como artículos entre 1897 y 1902. Son los capítulos 1, 2, 3, 4, 6, 7, 8, 9 y 10. Du
Bois selecciona ocho artículos ya publicados, pero uno de ellos lo desglosa en dos
capítulos, el 7 y el 8. Todos los textos fueron reescritos para su inclusión en el
libro. Podría pensarse que el libro tiene una estructura fragmentaria por ser —inicialmente—
una recopilación de ensayos, pero hay una serie de elementos que dotan a Souls de una fuerte unidad: la selección de textos que hace Du Bois entre el numeroso material
que ya había publicado; la reescritura de los ocho artículos para su inclusión como
nueve capítulos; el mismo hecho de denominarlos «capítulos», algo en lo que el autor
insiste en el prólogo; los cinco nuevos textos que aparecen en el libro (el capítulo
5 y los cuatro últimos), y el hecho de titular todos los capítulos comenzando (en
inglés) con «Of», como hacen los veintinueve artículos de fe religiosa de la Iglesia
de Inglaterra (
Pero más que de movimientos de una sinfonía, Souls puede verse como una «fuga» musical. Moore (
Tal es el sentido de unidad estética del libro que Carroll (
Souls tiene una estructura compleja porque Du Bois combina estudios (y capítulos y argumentos)
filosóficos, históricos y sociológicos, sobre todo, pero también económicos, políticos,
culturales y musicológicos; además de una pieza literaria (profundamente sociohistórica
y con gran peso filosófico). Esta composición ha hecho que a ciertos historiadores,
Souls les parezca demasiado literario para considerarlo histórico; para algunos sociólogos,
es demasiado lírico para ser sociológico; para algún filósofo, demasiado sociológico
e histórico para ser filosófico (
El resultado es un libro calificado de «la biblia de la raza negra» (lo dice Ferris ya en 1913 y ha sido muy repetido), que entre los intelectuales negros se convirtió en una especie de «libro sagrado» (Rampersad), «un testamento profético» (Kenan), «una obra de arte» (Shaw), «una de las pocas obras imprescindibles de la cultura americana» (Sundquist).
En plena época del Jim Crow y de la bestialización de los negros, Souls redefine
los términos de una interacción de trescientos años entre negros y blancos e influyó
en la psicología cultural y política de los pueblos afrodescendientes en todo el hemisferio
occidental, así como en el continente africano. Fue uno de esos eventos que dividen
la historia en un antes y un después […]. Fue un manifiesto electrizante, que movilizó
a un pueblo en una lucha amarga y prolongada para ganar un lugar en la historia» (
Y Souls proporciona a los negros el lenguaje que necesitan en las luchas por la justicia racial.
Cuando Du Bois escribe en el capítulo 5 que «cuando (el negro) llegue a pensar, a
desear y actuar por sí mismo —y que nadie sueñe que ese día no llegará—, entonces
el papel que desempeñará no será el producto de una sabiduría repentina, sino de palabras
y pensamientos que habrá aprendido a balbucir durante la infancia de su raza» (
El prólogo de Souls comienza así: «En este libro subyacen muchas cuestiones que, estudiadas con paciencia,
pueden mostrar el extraño significado de ser negro aquí en los albores del siglo xx. Dicho significado no deja de tener interés para usted, estimado lector, porque el
problema del siglo xx es el problema de la barrera de color» (ibid.: 7). Esta referencia al «color line», a la división de la humanidad por el color de
su piel, es una formulación metafórica del racismo estructural que Du Bois había hecho
por primera vez en su intervención en el Congreso Panafricano celebrado en Londres
en 1900 (Du Bois, 1900), y es la frase más citada de Souls y de Du Bois. Esta contundente afirmación es de una «perspicacia extraordinaria» (
Souls comienza con el capítulo titulado «Of Our Spiritual Striving», originalmente publicado
en la revista Atlantic Monthly en agosto de 1897 con el título «Striving of the Negro People». Es el capítulo más
filosófico del libro y que marca el tono que seguirá en las fugas siguientes. En él
presenta dos metáforas como conceptos claves para comprender los problemas que afrontan
«las almas» de los negros con el racismo: el «velo» y la «doble conciencia», pero
señalando que son «nuestras» luchas, también las de Du Bois personalmente. Ya desde
el principio el autor deja claro que está hablando de «las almas del pueblo negro»
y también de la suya porque él también forma parte de ese pueblo: porque reiteradamente
recuerda historias autobiográficas y porque él se está proponiendo ya como nuevo líder
para su pueblo. Du Bois escribe en el capítulo 6: «El progreso, en cuestiones humanas,
aparece muy a menudo como un asunto más de arrastre que de empuje; nace del hombre
excepcional […]» (
El capítulo arranca con la fórmula «Entre el otro mundo y yo», retomada por Richard
Wright en 1935 para su poema «Between the World and me» contra los linchamientos,
y por Ta-Nehisi Coates en su ensayo Between the Word and me de 2015. «Entre el otro mundo y yo se alza una pregunta sin formular: […] ¿Qué se
siente cuando se es un problema?» (ibid.: 11) Esta conciencia de «ser un problema» a Du Bois le surgió «como una revelación»
el día en que una compañera (blanca) de la escuela de su pueblo natal en Great Barrington,
Massachussets, le rechazó una tarjeta de invitación; entonces descubrió que era «diferente»,
que «me encontraba separado de su mundo por un enorme velo» (ibid.: 12). Es el «velo» que marca la «línea de color», que desdibuja o ciega a los blancos
despreocupados y no les deja ver (o hace que no deseen ver) la humanidad, la historia
y la cultura de los no blancos que están en la otra parte del velo. La metáfora conceptual
del «velo», con raíces bíblicas, pero también en la cultura africana, prefigura el
discurso de la invisibilidad de los negros que Ralph Ellison elaborará en su clásica
novela Invisible man en 1952 y se ha convertido en uno de los tropos clásicos de la literatura y el ensayo
de los afroamericanos. Invisibilidad contra la que se sublevará Toni Morrison (
La teoría del velo está interconectada con la de la «línea de color», pero no se confunden.
Du Bois usa la metáfora del velo para explicar las maneras en que una construcción
social invisible como es la «la línea de color», es decir el racismo estructural,
se hace muy visible cuando se observa desde la perspectiva «velada» de los negros
en un mundo dominado por la supremacía blanca. Por decirlo de modo radical con Rabaka
(
El segundo concepto metafórico, la «doble conciencia», que es otra de las referencias
más frecuentes de Du Bois tanto en la literatura científica como en el activismo racial,
tiene dos fuentes de inspiración que estaban de actualidad en su tiempo: el romanticismo
europeo y la naciente psicología. La influencia del primero puede verse, por ejemplo,
a través de Goethe, uno de los autores favoritos de Du Bois, que dice en Fausto: «En mi cuerpo habitan dos almas que separar quisiera: la una, apegada a la vida, se coge con todas sus fuerzas a este
mundo que no quiere soltar; la otra, huyendo de la noche que la rodea, se abre camino
a través de los espacios donde habitan nuestros antepasados» (
provocador e inesperado […] (porque) en los Estados Unidos que se industrializaban rápidamente a finales del diecinueve, había un hambre real, especialmente en la clase media, por un renacimiento de lo espiritual; hubo incluso […] un renovado interés en todo Occidente por la concepción romántica de la naturaleza humana y la posibilidad humana, incluido ese sentido positivo de alienación […] (y en ese contexto) la doble conciencia y la colección de alusiones románticas en las que se ubicaba, ayudó a dar una definición al sentido positivo de la distinción africana y afroamericana que Du Bois estaba tratando de desarrollar, y a ofrecer una especie de alternativa «africana» al materialismo estadounidense con la que muchos lectores educados podrían simpatizar (Bruce 1992: 236, 240).
Du Bois introduce el concepto «doble conciencia» en dos densos párrafos de «Of Our Spiritual Striving» (cursivas añadidas):
[…] el negro es una suerte de séptimo hijo nacido con un velo y dotado de una doble visión (second-sight) en este mundo americano: un mundo que no le atribuye una verdadera autoconciencia (self-consciousness), sino que solo le permite verse a sí mismo a través de lo que revela el otro mundo. Es una sensación peculiar, esta doble conciencia (double-consciousness), esta sensación de mirarse siempre a uno mismo a través de los ojos de los otros, de medir la propia alma con el baremo de un mundo que (te) observa con divertido desdén y con lástima. Uno siempre siente esta dualidad (twoness), americano, negro; dos almas; dos formas de pensar; dos luchas irreconciliables; dos ideales antagónicos en un cuerpo oscuro […].
La historia del negro americano es la historia de esta lucha, de este anhelo por alcanzar
una madurez consciente, por fundir este doble ser en uno mejor y más verdadero. En esa fusión no desea que se pierda ninguna de sus antiguas naturalezas. El negro
americano no africanizaría a América, puesto que América tiene mucho que enseñar al
mundo y a África. No blanquearía su alma negra en una oleada de americanismo blanco,
puesto que sabe que la sangre negra tiene un mensaje para el mundo. Simplemente desea hacer posible que
un hombre sea a la vez negro y americano, sin que le insulten ni le escupan sus semejantes, sin que le cierren en la cara bruscamente
las puertas de la Oportunidad (
Du Bois usa el concepto con una variedad de connotaciones para dar a entender al «amable lector» la tragedia que el racismo, la «línea de color», plantea a los negros en Estados Unidos en la época del Jim Crow, de lo que «se siente cuando se es un problema». La «doble conciencia» le permite a Du Bois sortear el dilema que le plantea la idea de distinción entre grupos humanos porque ahí la distinción no implica inferioridad (ni inferiorización de los otros). Como apunta Bruce (1992: 342), «en ausencia de cualquier tipo de idea adecuada de relativismo cultural (en aquel tiempo), la idea de la doble conciencia permitió a Du Bois hablar sobre un modo de pensamiento africano y lo que ahora llamaríamos un conflicto cultural entre lo africano y lo americano de una manera muy parecida a la que se hizo posible con la noción de relativismo».
Y si William James había especulado con que la cura real de dos conciencias alternativas era que se unieran en un «nuevo self», Du Bois sigue sus pasos y sugiere una especie de resolución para la doble conciencia de los negros estadounidenses, entre su yo «africano» y su yo «americano»: «Fundir este doble ser en uno mejor y más verdadero» porque el pueblo negro «tiene un mensaje para el mundo. Simplemente desea hacer posible que un hombre sea a la vez negro y americano»; porque, añadirá en el párrafo siguiente, «esta es […] la finalidad de su lucha: ser un trabajador más (co-worker) en el reino de la cultura […]» (ibid.).
Este es el mensaje que Du Bois tiene para el mundo. Esta es la respuesta que él da
y que quiere que el pueblo negro americano dé a la pregunta de qué se siente al ser
un problema. Du Bois lo hace con claridad, contundencia, brevedad y con un lenguaje
completamente nuevo a principio del siglo xx. Además, lo hace de tal manera que la idea que presenta de la «doble conciencia» de
los afroamericanos es un adelanto de la noción de la fragmentación del ser, una condición
definitoria de la modernidad. Y este es una de las razones por las que Souls sigue hablando a los lectores contemporáneos: porque el texto de Du Bois hace que
«la particularidad del negro se convierta en una metáfora, en un aspecto universal
de la condición humana» (
Este primer capítulo de Souls, marca el tono filosófico (y musical) del libro y cumple el papel de introducción general.
Lo cierra anunciando que el resto de los capítulos son variaciones de la fuga inicial:
«Y ahora permita que lo que he descrito brevemente […] vuelva a contarlo de distintas
maneras en las páginas siguientes […] de forma que los hombres puedan escuchar la
lucha que anida en las almas del pueblo negro» (
Para el capítulo segundo, Du Bois examina la situación de los negros en los estados
del Sur en los años que siguieron a la Guerra Civil y, en especial, el papel crucial
que desempeñó la Oficina de Libertos (The Freemen´s Bureau). La inclusión de este texto muestra la importancia que Du Bois daba a este período
histórico, al que volverá años después con su libro Black Reconstruction in America (
Du Bois estuvo dudando si entregaba el capítulo tercero al editor. Y, sin embargo, ese capítulo fue el que tuvo consecuencias inmediatas para la comunidad negra. Se titula «Of Mr. Booker T. Washington and Others». Comienza recordando que «sin duda alguna, lo más notable en la historia del negro norteamericano a partir de 1876 es el salto a la fama del señor Booker T. Washington» (ibid.: 47). El liderazgo de Washington entre la comunidad negra se consolidó con el discurso de 1895 conocido como el Compromiso de Atlanta y se mantendrá al menos hasta 1910. En Souls Du Bois califica a Washington como «el más distinguido sureño desde Jefferson Davis (el presidente de la Confederación)» (ibid.: 48) y «el único portavoz reconocido de sus diez millones de hermanos» (ibid.: 49), pero le hace una crítica que califica de sincera, cortés y constructiva. Du Bois tenía admiración y respeto por Washington; lo que no podía aceptar era su programa y la crítica que le hace en Souls resulta demoledora. Du Bois desvela el supuesto que subyace tras el Compromiso de Atlanta: «El señor Washington representa en el pensamiento negro la vieja actitud de adaptación y sumisión […] prácticamente acepta la presunta inferioridad de las razas negras» (ibid.: 56; trad. corr.) Y pone de manifiesto las tres consecuencias más graves de sus planteamientos: «1. La usurpación (disfranchisement) de los derechos civiles de los negros. 2. La creación legal de un estatus distintivo de inferioridad civil para el negro. 3. La constante supresión de la ayuda para la educacion superior del negro» (ibid.: 57). Por ello, «los negros deben insistir sin cesar […] en que el sufragio es una necesidad para el hombre moderno, que la discriminación racial es un barbarismo, y que los niños negros necesitan educación al igual que los blancos.» (ibid.: 60; trad. corr.). Ya lo había dicho antes: «Trabajo, cultura, Libertad, todo esto nos hace falta, no por separado sino de forma conjunta, no sucesivamente sino al mismo tiempo, para que se desarrollen y apoyen mutuamente y pugnen por alcanzar ese inmenso ideal que surge ante el pueblo negro: el ideal de la fraternidad humana» (ibid.: 20).
Pero en Souls hay otra critica profunda al planteamiento de Washington. En distintos pasajes del
libro Du Bois deja claro su visión sobre la esclavitud, radicalmente distinta de la
que Washington había reflejado en un libro publicado dos años antes, Up from Slavery. Como Rampersad (
En Souls la esclavitud tiene un papel central y es representada en términos opuestos a Up from Slavery. Du Bois (
Los capítulos 4 al 9 desvelan, a través de la mirada sociológica de Du Bois y de su trabajo de observación y estudio sobre el terreno, algunos de los rasgos más relevantes de las condiciones de vida y de trabajo de los negros en el Sur y de los desafíos que tenían que afrontar a principios del siglo xx. En el capítulo 4, «Of the Meaning of Progress», narra de modo vívido su experiencia de dos años como maestro durante los veranos en una escuelita rural en un apartado valle de Tennessee. Allí pudo ver de primera mano, y lo describe con nombres y apellidos de muchos de sus alumnos y de sus familias, lo que es «la visión del Velo que pendía entre nosotros y la Oportunidad» (ibid.: 71-72). La figura de Josie encarna esa tragedia del Jim Crow en que el «velo» bloquea las oportunidades. Porque cuando Du Bois vuelve diez años después a visitar la pequeña comunidad, descubre que Josie, aquella joven de veinte años con «cierta elegancia, la sombra de un heroísmo moral casi inconsciente que hubiera dado toda su vida a los demás, por hacer más inclusiva, más profunda, más plena la vida de los suyos y la suya propia» (ibid.: 67; trad. corr.), ha muerto. El Jim Crow y la pobreza no le habían dado ninguna oportunidad.
«Of the Wings of Atalanta» es el capítulo siguiente. A partir del mito de la diosa griega Atalanta, Du Bois denuncia el materialismo que se ha extendido por el Sur de Estados Unidos tras la guerra civil, donde la «panacea de la riqueza» todo lo soluciona, relegando la verdad, la belleza y la bondad. Y denuncia que esos cambios de ideales se están produciendo también entre la comunidad negra, donde «se está creando la costumbre de interpretar el mundo en dólares» (ibid.: 83) (otra crítica implícita a los argumentos de Washington). La segunda parte del texto habla de una de las cien colinas de la ciudad de Atlanta, donde está la universidad en la que Du Bois es profesor. Y define la función de la universidad, que no puede ser «simplemente enseñar a ganarse el pan» (ibid.: 86), sino «buscar la Verdad, revelar las bellezas ocultas de la vida y aprender el buen vivir (the good of living)» (ibid.: 85); porque «la verdadera universidad tendrá siempre un propósito: no aprender a ganarse el sustento, sino conocer el fin y el objetivo de la vida, que es el sustento principal» (íd.); «el producto final de nuestra educación no ha de ser un psicólogo o un albañil sino un hombre» (ibid.: 88).
El texto aborda otra cuestión polémica que es necesario contextualizar. Ya en el capítulo
3 aparecen referencias a «las clases pensantes» (ibid.: 60) dentro de la comunidad negra. Es una referencia a la «décima parte con talento»
(talented tenth) (ibid.: 105) de los que hablará en el capítulo 6. Unos meses después de la aparición
de Souls publicó un artículo con el título «The Talented Tenth» en un libro titulado The Negro Problem. A este artículo volverá Du Bois de modo autocrítico en 1948. Al abordar el papel de
la universidad en el texto sobre «Atalanta», Du Bois comenta dos errores de los creadores
de las universidades negras en el Sur: uno fue crear «unos doce institutos de secundaria
pobremente equipados y denominarlos impropiamente universidades» (ibid.: 86), rebajando así el nivel de las universidades, y el otro olvidar «la regla de la
desigualdad: de los millones de jóvenes negros, algunos estaban preparados para recibir
conocimientos y algunos para cavar […] algunos poseían el talento y la capacidad para
ser estudiantes universitarios y otros el talento y la habilidad para convertirse
en herreros» (ibid.: 86). Este argumento se ha calificado de conservador y elitista, pero Shaw (
Esa misma idea se desarrolla en el capítulo «Of the Training of the Black Men». Ahí insiste en que el carácter y el talento son los únicos criterios que deberían tenerse en cuenta a la hora de acceder a la universidad. Du Bois defiende con fuerza a esa pequeña proporción de negros que han logrado salir de las universidades y de los que la mitad se han convertido en maestros de niños y niñas negros: «Al compararlos, como clase, con mis condiscípulos de Nueva Inglaterra y Europa, no dudo lo más mínimo en afirmar que en ningún lugar he conocido a hombres y mujeres con una disposición tan animosa, con una devoción tan profunda por su trabajo o una determinación tan consagrada al éxito a pesar de las amargas dificultades, como entre estos negros formados en instituciones de nivel superior» (ibid.: 103). Este grupo está lejos de alcanzar el peso que Du Bois defiende para, el menos, los talented tenth. Y ese grupo es el que hará posible una «cooperación amable con sus vecinos blancos, hacia un futuro más inclusivo, más justo y más pleno» (ibid.: 107). El último párrafo del capítulo muestra la fuerza con que Du Bois se aferra a la, digamos, alta cultura, que no es patrimonio exclusivo de los blancos: «Me siento junto a Shakespeare […]» (ibid.: 108) y con Balzac, Dumas, Aristóteles y Marco Aurelio. Y no nombra a Goethe o Schiller porque ya los ha citado unas páginas antes.
En los dos capítulos siguientes, Du Bois nos lleva consigo al Sur rural, al condado de Dougherty en Georgia. Es un viaje al «Cinturón Negro», al reino del (blanco) algodón. Du Bois explica el origen de esta concentración de negros en ciertas áreas de los estados del Sur conocidas como el «Black Belt»: «El Cinturón Negro no fue […] un movimiento hacia campos de labranza con condiciones climáticas más agradables; fue sobre todo una concentración de la población negra con el fin de poder defenderse por sí mismos y asegurar la paz y la tranquilidad necesarias para el progreso económico» (ibid.: 146). En el capítulo séptimo, «Of the Black Belt», nos narra las condiciones de vida de los afroamericanos en el «corazón del problema negro». La crónica de su viaje le permite presentarnos las condiciones de vida y las vivencias de un mosaico de personas negras con las que se va cruzando en su camino a través del reino del algodón. Pocos afroamericanos disfrutan de algún éxito económico por las condiciones de la aparcería: «Un paño mortuorio de deudas pende sobre esta hermosa tierra; los minoristas están endeudados con los mayoristas, los colonos con los minoristas, los arrendatarios les deben a los colonos y los trabajadores agrícolas viven aplastados por el peso de todos» (ibid.: 123). En el capítulo siguiente, «Of the Quest of Golden Fleece», Du Bois presenta un análisis de aspectos clave de estructura social del condado: las condiciones de las viviendas y el hacinamiento que se produce en las mismas; la vida familiar, con la postergación del establecimiento de parejas por las dificultades que enfrentan para sostener una familia y las dificultades de mantenerlas estables, herencia de las prácticas del esclavismo; la pobreza y la ignorancia que dominan entre los negros. Y la centralidad del algodón en la región («La moneda del Cinturón Negro es el algodón» (ibid.: 142) y la situación de la «esclavitud de la deuda» (ibid.: 143), que está en la base de la «servidumbre moderna» (ibid.: 145) y la falta de incentivos en que viven la mayor parte de los negros en el condado. La mayor parte, pero no todos. Porque Du Bois presenta una caracterización del mosaico social que componen grupos que van apareciendo entre los negros sureños, desde el «Sumerged Tenth» de los jornaleros sin tierra e indigentes al «Upper Ten» de los propietarios y los prestamistas. En medio queda un 80 % por ciento de semiaparceros y de aparceros (endeudados).
Y si en el capítulo octavo ha hecho referencia a la situación objetiva de «los siervos y los amos», en el capítulo 9, bajo el título de «Of the Sons of the Master and Man», Du Bois analiza las relaciones sociales en campos como el residencial, el económico, el político y en la vida cotidiana. En el económico Du Bois acentúa que el trabajador negro necesita ser ayudado para superar la herencia que le dejó la esclavitud: «Sin guía, sin capital, sin tierra, sin conocimientos, sin organización económica, y sin siquiera la escueta protección de la ley, el orden y la decencia» (ibid.: 159). En las relaciones políticas, además de insistir en el papel central que juega el derecho de voto, desvela las causas de la criminalidad de los negros, apunta elementos para corregirla y denuncia el papel que cumplen los tribunales para volver a esclavizar a los negros. Algo que recuerda las criticas actuales a la encarcelación masiva de afroamericanos en Estados Unidos (Alexander, 2010). Y en las relaciones sociales en la vida cotidiana Du Bois pone de manifiesto el sufrimiento que las «almas humanas» de los negros han sufrido en una generación entre la esperanza tras la Emancipación y la semiesclavitud del Jim Crow.
Con estas tensiones en el alma de los negros con que termina el capítulo 9, Souls llega a los últimos cinco capítulos. Como ha apuntado Shaw (
Du Bois posa su doble mirada histórica y sociológica sobre las iglesias negras en
el capítulo 10, «Of the Faith of the Fathers». Y recuerda que «un pueblo proscrito
ha de tener un centro social, y para el pueblo negro el centro es la iglesia» (
El capítulo siguiente es una elegía por la muerte de su hijo Burghardt Gomer acontecida
cuatro años antes, titulado «Of the Passing of the First Born». En este texto, Du
Bois expone su alma como en ninguna otra parte del libro: es «una elegía casi clásica,
en un lenguaje apasionado pero formal» sí, pero en ella el doliente central, «al ser
un negro, no puede encontrar consuelo. Por tanto, es en verdad anticristiana, una
amarga parodia de la elegía cristiana» (
«Of Alexander Crummell», el capítulo 12, es una celebración de las luchas por guiar las almas negras hacia la libertad de su admirado amigo, el reverendo episcopaliano Alexander Crummell, uno de más los más destacados oponentes de la teología supremacista blanca. Crummell había muerto cinco años poco después de haber fundado con Du Bois la American Negro Academy. Du Bois lamenta que los hombres conozcan tan poco a personas tan eminentes como Crummell: un sacerdote negro que tuvo que luchar en su vida con tres tentaciones: el odio, la desesperación, y la duda. Y a pesar de todos los obstáculos que el velo le puso en su camino, «hizo lo que tenía que hacer, con corrección, noblemente; aun así, me apena que estuviera tan solo en su trabajo, recibiendo tan poca simpatía humana» (ibid.: 211). «Humilde y fuerte, amable y resuelto. Se sometió a todos los escarnios y prejuicios, a todo odio y discriminación, con esa rara cortesía que es la coraza de las almas puras. Luchó […] con esa justicia inquebrantable que es la espada de los justos» (ibid.: 210).
El capítulo 13 es un texto de ficción titulado «Of the Coming of John». Du Bois narra,
con el hiperrealismo que caracteriza su obra literaria, la vida de dos amigos de infancia,
ambos de nombre John, uno blanco y otro negro. Sus destinos se cruzan varias veces
a lo largo de la vida para mostrar el poder del velo en la asignación y negación de
oportunidades y el poder del velo para hacer que el pueblo negro del Sur rural siga
aceptando su sumisión. El John negro acaba matando al John blanco porque ha violado
a su hermana y es linchado por un grupo de hombres blancos dirigidos por el juez del
pueblo, que es el padre del John blanco. La lucha del John negro por la libertad,
por la igualdad, termina de la peor manera posible. Cuando sale de su casa camino
de su destino final, el John negro le dice a su madre: «Me voy para ser libre» (ibid.: 229). Él solo ve la libertad a través de su muerte. A esta dialéctica del John blanco
y del John negro, el relato añade otra tragedia dentro de los negros. En «The Talented
Tenth» Du Bois (
«Of the Sorrow Songs» es el capítulo final, la última «fuga» y la conclusión del libro.
También puede ser considerado su «clave de bóveda» (
La aparición de Las almas del pueblo negro en 1903 marcó un antes y un después en la historia de los afroamericanos y en su pensamiento.
Frente al discurso imperante del supremacismo blanco sobre la bestialización de los negros, Souls rescata la humanidad de las personas negras en términos de ciudadanos iguales a los
blancos en cualidades y en derechos y para ello construye un argumento coherente que
se apoya en numerosas ocasiones en pasajes bíblicos (hasta trece citas de la Biblia
hace Du Bois en Souls). Los negros quieren ser personas libres y ser reconocidos como tales y lucharan por ello con el nuevo lenguaje que les proporciona
Souls. Pero también, frente a los argumentos economicistas de Booker T. Washington, quieren ser considerados como iguales no solo en el campo económico, sino también en el político. Y estos ciudadanos libres
e iguales proporcionan a la sociedad americana los dones (específicos) del pueblo
negro porque «¿habría sido Estados Unidos lo que es sin su pueblo negro?» (
Souls es el puente entre Frederick Douglass, tan admirado por Du Bois, y Martin Luther King
Jr., que expresó su admiración por Du Bois (
Frederick Douglass alcanzó el liderazgo entre la comunidad negra durante y después de la guerra civil a través, sobre todo, de cientos de discursos que dio por toda la geografía americana; Martin Luther King Jr. lo conseguiría ya a mediados del siglo xx con la combinación de sus discursos y de la organización de movilizaciones por los derechos civiles; W. E. B. Du Bois consiguió el liderazgo de la comunidad afroamericana en Estados Unidos y de las comunidades negras en buena parte de África durante la primera mitad del siglo xx de un modo único y excepcional: a través de su palabra escrita y, sobre todo, de un libro: The Souls of Black Folk, un libro que forma parte del canon del pensamiento universal.
[1] |
Debo agradecer a las profesoras Katharina Ivanyi (Universidad de Viena), Elena Casado y Amparo Lasen (Universidad Complutense de Madrid) su apoyo durante la preparación de este artículo. Y quiero dedicarlo a la memoria de la profesora Helena Béjar. |
[2] |
La edición cubana de Las almas del pueblo negro, con prólogo de Miguel Barnet, traduce el texto original de 1903 sin señalar los cambios
introducidos por el autor en 1953; esta edición está agotada. La edición española,
con traducción de Héctor Arnau, reproduce también el texto de 1903, pero en las notas
señala ocho de los diez cambios introducidos en 1953; esta edición amputa un elemento
del libro original que es fundamental para la comprensión del texto. Du Bois incluye
un pentagrama de un espiritual negro al principio de cada capítulo. En la edición
española no se incluyen esos pentagramas (ni los del último capítulo), lo que sí se
hace en la edición cubana. Solo en algunas pocas ediciones (baratas) del libro en
ingles se comete una amputación semejante. En ambas traducciones hay cuestiones criticables
porque desvirtúan el contenido del libro. Es de especial relevancia el hecho de traducir
las palabras inglesas negro y nigger al español como «negro»; esa traducción vale para la primera, pero no para la «palabra
n» (como se conoce en Estados Unidos a la racista palabra nigger, que Du Bois reproduce intencionadamente más de diez veces) y que podría traducirse
como «negrata». La edición cubana traduce alguna de las frases más célebres del libro
con excesiva fantasía Y la edición española, además de algunas omisiones y cambios,
se ha permitido licencias que desvirtúan el sentido de algunas frases.
En este artículo utilizaré la versión española, pero cuando lo considere necesario
modificaré la traducción basándome en la edición americana ( Hay que recordar que en 1995, dos profesores de filología inglesa, Ana María Manzanas y Jesús Benito Sánchez, tradujeron dos capítulos de Souls y lo publicaron en una edición bilingüe con el título Las almas del pueblo negro (Selección), en la Universidad de León. Este año 2023, en el 120 aniversario de la publicación de Las almas, la editorial Hacer de Barcelona ha publicado el libro en catalán con el título Les ànimes del poble negre, con una excelente traducción de Joan Quesada. |
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