RESUMEN
El presente artículo analiza el proceso de la adaptación partidaria de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) basándose en la concepción de Angelo Panebianco del modelo originario, donde se analizan tres elementos como son la implantación y desarrollo territorial, el apoyo de alguna institución externa y la presencia o no de un liderazgo carismático. Pretende dar respuesta a la pregunta de cuál fue la influencia directa que tuvieron los distintos elementos presentes en el momento de fundación de la guerrilla de las FARC-EP en la posterior creación del nuevo partido político FARC —actualmente Partido Comunes— tras la adaptación partidaria de la organización guerrillera en partido. Metodológicamente, se realiza un análisis documental desde una perspectiva teórica del concepto de modelo originario de Panebianco recogiendo los tres factores identificados. Se concluye que las FARC-EP, al igual que cualquier otra organización, son presas de su pasado y su nacimiento tuvo una influencia directa en su posterior creación como organización partidaria tras la aprobación de los Acuerdos de Paz de La Habana en el 2016.
Palabras clave: Colombia; FARC; paz; partidos políticos; Latinoamérica; modelo originario; liderazgo.
ABSTRACT
This article analyzes the process of partisan adaptation of the Revolutionary Armed Forces of Colombia-People’s Army, FARC-EP, based on Angelo Panebianco’s conception of the original model, where three elements are analyzed such as territorial implementation and development, the support of some external institution and the presence or absence of charismatic leadership. It aims to answer the question of what was the direct influence that the different elements present at the time of founding of the FARC-EP guerrilla had on the subsequent creation of the new political party FARC —currently Partido Comunes— after the partisan adaptation of the guerrilla organization in party. Methodologically, a documentary analysis is carried out from a theoretical perspective of the concept of the model originating from Panebianco, collecting the three identified factors. It is concluded that the FARC-EP, like any other organization, is a prisoner of its past and its birth had a direct influence on its subsequent creation as a party organization after the approval of the Havana Peace Accords in 2016.
Keywords: Colombia; FARC; peace; political parties; Latin America; original model; leadership.
El presente trabajo pretende dar respuesta a la influencia directa que tuvo el inicio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) como guerrilla en su posterior creación como partido político tras la adaptación partidaria de la organización guerrillera insurgente después de la firma de los Acuerdos de Paz de La Habana, cogiendo como referencia el modelo originario de Angelo Panebianco (1990).
Aquí se señala, por un lado, cómo fueron los inicios dentro de la organización guerrillera en cuanto a los tres factores del modelo originario identificados y la presencia que estos tuvieron en el origen de la organización. Por otro lado, se analiza la influencia de esos factores en la posterior creación del partido FARC —Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común— surgido tras la negociación entre el Ejecutivo colombiano y la guerrilla.
Asimismo, debido al contexto único colombiano, inmerso en un conflicto armado interno con multitud de actores implicados y diversos grupos alzados en armas contra el Gobierno del país durante más de cincuenta años, hizo que el porvenir del conflicto fuese pasando por diferentes etapas con el fin de derrotarlas, bien a través de estrategias de represión y confrontación directa o bien a través de procesos de paz negociados. El resultado es la interacción entre la guerrilla de las FARC-EP y los diferentes Gobiernos colombianos, que termina con la firma de un acuerdo de paz en el 2016, la desmovilización de la guerrilla y su posterior paso a la vida civil y democrática.
El trabajo se realizará en tres fases. En primer lugar, se introducen los elementos del modelo originario establecidos por Panebianco (1990). Después, se hará un pequeño recorrido por la historia de la organización durante su etapa guerrillera y, a partir de los elementos descritos, en tercer lugar, se analizará y se aplicará dicha concepción teórica al caso de las FARC-EP y se verá su influencia en la posterior creación del partido FARC para abordar la creación del partido y su estructura organizativa, relacionándola con la fundación de la guerrilla. Por último, y en cuarto lugar, se realizarán unas conclusiones de este análisis relativas a lo tratado anteriormente.
Como se ha comentado, este trabajo se centra en la influencia que tuvo la guerrilla en la posterior transformación en partido. Dicha investigación abre la puerta a futuros trabajos relacionadas con el objeto de estudio, bien sea desde otras teorías o desde distintas metodologías, consiguiendo así un enfoque más amplio del mismo.
En este artículo se utiliza un marco teórico propio de partidos políticos, como es el modelo originario, adaptándolo y reorientándolo a estructuras guerrilleras y su conversión en partido político tras el abandono de las armas y su adaptación al sistema de partidos.
Habitualmente, el modelo teórico elaborado por Panebianco es utilizado para explicar la dinámica organizativa de los partidos políticos a partir de sus momentos fundacionales. Sin embargo, en este estudio se utilizará como momento fundacional la aparición de la guerrilla de las FARC para poder explicar la organización partidaria del partido político surgido de los Acuerdos de Paz de La Habana del 2016, mediante los cuales se puso fin a más de cincuenta años de conflicto interno en Colombia entre el Estado y el grupo guerrillero.
Angelo Panebianco (1990) defiende que las características organizativas de un partido político dependen tanto de su historia, del modo en que la organización haya nacido y se haya consolidado, como de las decisiones fundacionales de sus líderes. Según el autor italiano, las particularidades del período de formación del partido —en el caso de este estudio, de la guerrilla— pueden ejercer influencia sobre este aún décadas después. Su modelo originario se construye a partir de una serie de factores que «combinándose de distintas maneras, dejan su huella en la organización y definen sus características originarias» (ibid.: 108).
Las características de un partido político, así como de cualquier organización, dependen, entre otros factores, de su historia. Es decir, de cómo la organización partidaria haya nacido y se haya consolidado a través de su desarrollo. Toda organización arrastra y tiene integradas las peculiaridades que se dieron y las decisiones que se tomaron en el momento de su creación o fundación. Para este autor (ibid.: 110-113) hay tres factores esenciales que contribuyen a definir el modelo originario de cada partido político: a) el modo en que se inicia y desarrolla la construcción de la organización; b) la existencia de una organización externa que patrocina su creación, y c) la presencia (o ausencia) de un líder carismático que justifica la existencia de la organización en sí misma.
Este primer factor, también esbozado parcialmente por Duverger (1957: 21), hace referencia a la forma de construir la organización. Según Panebianco (1990: 110), y siguiendo el análisis de Eliassen y Svaasand (1975: 95-120), el desarrollo organizativo de un partido, es decir, la construcción de la organización en sentido estricto, puede producirse de tres formas diferentes: por penetración territorial, por difusión territorial o por una combinación de ambas formas.
Las distintas formas de creación de la organización son (Panebianco, 1990: 110-113):
a)Una organización es creada por penetración territorial cuando existe un «centro que controla, estimula y dirige el desarrollo de la periferia, es decir, la constitución de las agrupaciones locales e intermedias de un partido»
b)Es creada por difusión territorial cuando el desarrollo «se produce por generación espontánea»: cuando son las élites locales las que, en un primer momento, constituyen las agrupaciones locales del partido y solo a continuación estas se integran en una organización nacional.
c)En el caso de las modalidades mixtas se da una combinación de la difusión y la penetración territorial. En primer lugar, el desarrollo se da por difusión debido a que diversas agrupaciones locales se constituyen autónomamente y en diferentes lugares del territorio. Solamente después de ser constituidas se unen e integran en una organización nacional. Finalmente, la organización nacional desarrolla (por penetración) las agrupaciones locales allí donde aún no se han constituido.
El modo de creación de los partidos está vinculado, a su vez, al modo de formación de la coalición dominante y su grado de cohesión interna. Así, los partidos creados por penetración territorial, como muchos partidos comunistas y conservadores, implican por definición la existencia de un «centro» altamente cohesionado desde el principio, siendo, precisamente ese «centro» el pequeño grupo de líderes nacionales que le dan vida y los que formarán el primer núcleo de la coalición dominante. En cambio, los partidos construidos inicialmente por difusión territorial se enfrentan a un proceso de formación de la coalición dominante y definición del liderazgo más caótico y complejo, ya que existen múltiples liderazgos locales que controlan sus propias agrupaciones y que disputan el liderazgo nacional. Estas organizaciones, a diferencia de las anteriores, tienen más posibilidades de dar lugar a una organización de tipo federal entre diversos grupos locales y con una coalición dominante dividida con constantes conflictos de liderazgo (ibid.: 111-112).
Este segundo factor hace referencia a la existencia o no de una institución externa que patrocine el nacimiento del partido. La ausencia o presencia de una organización incide, también, en el tipo de legitimación de los líderes. Si existe una organización o institución externa, el partido nace y es concebido como el «brazo político» de dicha institución. Esto trae consigo dos consecuencias:
a)Las lealtades que se forman en el partido son lealtades indirectas, se dirigen en primer lugar a la institución externa y solo en segunda instancia al partido.
b)La institución externa es, por consiguiente, la fuente de legitimación de los líderes y es ella, por ejemplo, la que hace inclinarse la balanza de un lado u otro en la lucha interna por el poder. Por lo tanto, se distingue entre partidos de legitimación externa y partidos de legitimación interna (ibid.: 112).
Si se da la presencia de una organización externa, el partido tendría una legitimidad y una lealtad indirecta —toda vez que esas lealtades están dirigidas en primer lugar hacia la organización externa y, en segundo, hacia el partido— y, por lo tanto, la fuente de legitimación de los líderes pasa a encontrarse en esa organización externa, lo que conduce a cierta debilidad estructural al momento de tomar decisiones, afectando a los niveles de autonomía decisional y el nivel de institucionalización del partido, que termina siendo débil.
El tercer y último factor para considerar, según Panebianco (ibid.: 112-113), es el del carácter carismático o no de la formación del partido. La presencia de un líder carismático en sus orígenes imprime una dinámica particular al proceso de construcción de la organización, así como también a su posterior desarrollo evolutivo. El problema, señala el autor, es establecer si el partido es o no, esencialmente, una criatura o un vehículo de afirmación de un líder carismático. Si bien señala que en los momentos de creación de un partido siempre existen componentes carismáticos en la relación líder-seguidores, lo que es necesario diferenciar es si el líder se presenta como el creador e intérprete indiscutido de un conjunto de símbolos políticos (las metas ideológicas originarias del partido) que llegan a ser inseparables de su persona. En la fase de gestación, los líderes (carismáticos o no) son los que elaboran las metas ideológicas del partido, seleccionan la base social de la organización y, sobre esas metas y esa base social, plasman, aunque sea con las inevitables desviaciones impuestas por los recursos disponibles, las diversas condiciones socioeconómicas y políticas de las distintas zonas del territorio nacional (ibid.: 115). Es decir, se construye la identidad colectiva cuando la organización aún no es más que un instrumento para alcanzar ciertos fines y se institucionaliza, esto es, incorpora los valores y fines de los fundadores del partido como propios.
Fuente: elaboración propia a partir de Panebianco (1990).
En ocasiones, hay que considerar, lo definido como «carisma de situación». Este término se usa para referirnos a aquellas situaciones en las que un líder cuya personalidad no tiene tendencias mesiánicas suscita una respuesta carismática simplemente porque ofrece, en momentos de agudo malestar, un liderazgo que se percibe como un recurso o medio de salvación del malestar (ibid.: 113).
El carisma de situación tiene en común con el carisma puro el hecho de que el líder se convierte, para el electorado, así como para una parte mayoritaria de los militantes, en el intérprete autorizado de la política del partido, lo que le garantiza un enorme control sobre la organización en trance de formarse. La diferencia está en el hecho de que mientras en el caso del carisma puro el partido no tiene una existencia autónoma del líder y está enteramente a su merced, en el caso del carisma de situación, aun con el enorme poder del líder, el partido no es simplemente su criatura, sino que nace de una pluralidad de impulsos y, por tanto, otros actores pueden reservarse un cierto grado de control sobre las zonas de incertidumbre[1] de la organización.
Las FARC, históricamente, se conciben como el producto y son, a su vez, herederas de las luchas agrarias de principios del siglo xx y de la época de la Violencia del pasado siglo. Su vínculo entre conflicto y tierras va a ser crucial en su lucha a lo largo de toda su existencia, hasta el punto de traducirse en los Acuerdos de Paz de la Habana de 2016 en el asunto número uno de la agenda (Díaz-Varela López y López Rodríguez, 2021).
Así, durante su inicial andadura (1964-1978) como organización, se reconocían como una fuerza político-militar de autodefensa con carácter meramente defensivo, que seguía de cerca los conflictos sociales y políticos colombianos del momento. Hay que destacar que la guerrilla se constituyó de la mano del Partido Comunista de Colombia.
En una segunda etapa (1978-1991), las FARC tratarán de acabar con el poder bipartidista hegemónico a través de sus perspectivas políticas por vías legales, sin dejar de lado la lucha armada. Además, intentarán conseguir una mayor presencia en el ámbito urbano sin olvidar, en ningún momento, su carácter campesino. En esta segunda etapa, las FARC pasan de una estrategia defensiva a una mucho más ofensiva, donde combinaban diferentes estrategias para conseguir un proceso revolucionario rápido (FARC-EP, 1982).
Más tarde, en un tercer periodo (1991-2008), las FARC aumentarán cuantitativamente sus fuerzas y sus finanzas cuando menos se esperaba que lo hiciesen. La caída del Muro de Berlín, así como la posterior puesta en duda del soporte político e ideológico, sumado a la pérdida de fuelle que mostraban las distintas revoluciones centroamericanas, deberían haberse traducido en una pérdida de fuerza de la guerrilla. Sin embargo, las FARC fueron capaces de sobreponerse a costa del impacto de un nuevo factor del que no fueron capaces de revertir en cuanto a la legitimidad social de su lucha se refiere: el dinero proveniente del narcotráfico. La aproximación a estos negocios ilícitos, en primer lugar de manera vergonzante y después abiertamente, hizo que su discurso político fuese despareciendo de la vida pública a cambio de una pérdida del significado histórico de su lucha.
Posteriormente, a través de la modernización de las técnicas de lucha y del aparato militar público colombiano —gracias, en parte, al Plan Colombia—, el país se vio inmerso en una guerra de confrontación directa con la guerrilla, y más sanguinaria, donde las víctimas del conflicto se contaban por miles. De un escenario de guerrilla agredida y portavoz de los problemas campesinos en búsqueda de una paz con justicia social, se pasó a un imaginario de guerrilla agresora y lucrativa de dinero ilícito alejada de los problemas sociales. Si bien el imaginario inicial vino desde la guerrilla, el imaginario posterior vino, en parte, construido por las víctimas del conflicto y por el Estado (Díaz-Varela López y López Rodríguez, 2021)
En la última etapa (2008-2017), antes de la firma de los Acuerdos de Paz de la Habana, se empiezan a producir los primeros acercamientos para conseguir un pacto definitivo e integral para la paz, el cual acaba materializándose en 2016. Tras ellos, en 2017, las FARC se transforman en el partido político de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), como ya se ha mencionado (íd.).
Tras su adaptación partidaria, el nuevo partido político comenzaría a diseñar su estructura organizativa interna, la cual se basaba, principalmente, en su anterior organigrama guerrillero. Sin embargo, esta etapa no estuvo exenta de divisiones, empezando por el nombre del propio partido político hasta quién debería dirigir el partido y de qué forma. Tanto es así que, tras diferentes devenires, el partido acabaría por sufrir una escisión muy relevante donde diferentes líderes, que habían estado negociando los acuerdos de Paz en La Habana, como por ejemplo Jesús Santrich o Iván Márquez, acabarían por abandonar el partido y volver a la lucha armada.
La guerrilla de las FARC-EP dio paso, tras lo establecido en el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera firmado con el Gobierno Nacional en noviembre de 2016 y ratificado en acto legislativo en mayo de 2017, a la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común[2] (FARC). Esta se constituyó como partido político, aprobándose sus Estatutos en su congreso constitutivo a finales de agosto de 2017.
Para analizar en qué medida el partido, surgido de las negociaciones entre las FARC-EP y el Gobierno de Juan Manuel Santos, tiene presentes los orígenes como movimiento armado insurgente se utilizará como marco teórico, como se ha dicho, el modelo originario de Angelo Panebianco (1990). Con este modelo se intentará ver la influencia que tuvieron los orígenes de la guerrilla en la creación del nuevo partido político desde una estrategia deductiva.
En cuanto al primer elemento de análisis, la implantación y desarrollo territorial, el partido político FARC continúa con la misma lógica utilizada por la guerrilla en tiempos pretéritos. Los Estatutos del partido FARC y los de la guerrilla FARC-EP pueden ser utilizados como base para analizar este elemento.
La organización de las FARC-EP estaba recogida en su estatuto; tal y como se muestra en la figura 1, la división jerárquica de su estructura era muy clara. Si comparamos esa estructura jerárquica de la guerrilla con la del partido FARC vemos que existe una correlación muy similar en cuanto a su estructura orgánica y territorial[3].
Los Estatutos que rigen el régimen organizativo y disciplinario de las FARC-EP fueron sufriendo modificaciones hasta alcanzar en la IX Conferencia Nacional su redacción definitiva. Durante la II Conferencia Nacional y constitutiva de las FARC, se plasmó un reglamento interno en el que se recogían las normas organizativas y disciplinarias (FARC-EP, 2016).
La III Conferencia Nacional hizo algunas enmiendas e introdujo nuevos conceptos político-militares (íd.).
La VI Conferencia Nacional de Guerrilleros reglamentó de forma clara la vida interna de las FARC con tres documentos esenciales: el Estatuto, el Reglamento de Régimen Disciplinario y las normas internas del comando (íd.).
Con la Séptima Conferencia Nacional se reforman y amplían los tres documentos anteriormente citados, dando paso al Ejército del Pueblo (EP), y entrando asíen una nueva dimensión organizativa (FARC-EP, 1982b).
La VIII Conferencia Nacional introduce algunas disposiciones estatutarias, reglamentarias y normativas debidas, en parte, al rápido crecimiento económico experimentado por el «impuesto de gramaje[4]» (FARC-EP, 1987). Además, también dota de Estatutos a los bloques de frentes, los comandos conjuntos y el Comando General (FARC-EP, 1993).
Por último, durante la Novena Conferencia de las FARC-EP se ratifican los documentos, introducen y actualizan algunas disposiciones reglamentarias y se hace un llamamiento a que se aplique tanto en su espíritu como en su letra (FARC-EP, 2007).
Con base en la estructura organizativa de las FARC-EP desde sus inicios, se comprueba que la construcción de las FARC como organización, expansión y crecimiento se produjo por penetración territorial. Esto es, existe un «centro» que controla, estimula y dirige el desarrollo de la «periferia».
En sus comienzos, la organización guerrillera estuvo marginada territorialmente y se regía, principalmente, por lo establecido en las conferencias nacionales guerrilleras, las cuales eran la máxima instancia de las FARC y eran organizadas por el Estado Mayor Central a través de su Secretariado —rango más alto de dirección política y encargado de dirigir la organización—. Este último sería ese «centro» y sus integrantes, la «coalición dominante» descrita por Panebianco (1990). Dicha marginación territorial inicial fue cambiando a lo largo de las diferentes etapas de la guerrilla. En sus inicios, se encontraban principalmente en los departamentos de Tolima, Meta y Caquetá, con una composición netamente campesina y de autodefensa.
Las FARC hablan de «cuatro guerras» que las condujeron a constituirse y toman como su mito fundacional la agresión a la «república de Marquetalia» en mayo de 1964 (Brittain, 2010). Esas «cuatro guerras» que han marcado los orígenes de las FARC son las siguientes (CNMH, 2014):
—La «primera guerra» hace referencia a la persecución oficial contra los campesinos de zonas comunistas y liberales, tras el asesinato de Gaitán, en 1948.
—La «segunda guerra» se sigue explicando por un acto por parte del Estado en Villarrica, en 1955, cuando respondió a una organización campesina con un operativo militar y con la ilegalización del Partido Comunista en 1956.
—La «tercera» y la «cuarta guerra» son realmente una sola, ya que las dos se refieren a la agresión a Marquetalia, una la de 1962 y otra la de 1964.
Además, durante la operación contra Marquetalia en julio de 1964, una asamblea general de guerrilleros lanzó el Programa Agrario[5], compuesto por siete puntos y que se constituyó en el documento declarativo que antecedió a la creación formal de las FARC y que, entre otras propuestas, se encuentran las relativas al beneficio del campesinado pobre sobre la base de la expropiación latifundista, el respeto al campesino rico que trabaje personalmente sus tierras o la protección y respeto de tierras indígenas (CNMH, 2014: 54).
Tras contar con nuevos fundamentos organizativos, las FARC comenzaron a salir de su marginalidad inicial. La expansión tuvo lugar hacia zonas sureñas y transfronterizas, distantes y desprotegidas del Estado[6] en Caquetá, a lo largo del Magdalena Medio, la zona bananera de Urabá y en algunas regiones de Tolima, Huila, Valle del Cauca y Meta (véase el mapa 1).
Posteriormente, en los años ochenta, las FARC comenzarían a expandirse militar y territorialmente hacia zonas de gran presencia de cultivo de cocaína, significando esto un gran ingreso económico y, por consiguiente, la ampliación de sus frentes en número, pasando de nueve a dieciocho.
A mediados de los noventa, las FARC van a poner todo su poderío militar sobre la mesa, multiplicando sus operaciones, aumentando el número de miembros y de expansión geográfica[7] Meta (véase el mapa 2) gracias, en parte, a lo recaudado tras los ingentes beneficios del cultivo y comercialización de cocaína[8] (CNMH, 2014).
Los organismos de dirección política-militar, organismos ejecutivos, quedaban en pocas manos, concretamente en las del Estado Mayor Central y particularmente en la de los miembros del Secretariado del Estado Mayor Central (FARC-EP, 2016).
Tanto es así que, como recogen sus Estatutos (íd.), el Estado Mayor Central es el organismo superior de dirección y mando de las FARC-EP, en todos sus escalones. Sus acuerdos, órdenes y determinaciones obligan a todo el movimiento y a todos sus integrantes y estaba dirigido por el Secretariado en el día a día. Por otro lado, en el partido FARC, si lo comparamos con la guerrilla, vemos que el mayor órgano de dirección es la Asamblea Nacional de los Comunes —equivalente a la Conferencia Nacional de Guerrilleros— y estaría compuesto, a su vez, por el Consejo Nacional de los Comunes —equivalente al Estado Mayor Central de la guerrilla—, encargado de la dirección partidaria. Además, se encuentra el Consejo Político Nacional —equivalente al Secretariado de la guerrilla— el cual es el órgano de dirección ejecutiva del Consejo Nacional de los Comunes y no tiene más de quince integrantes.
Respecto al segundo elemento de análisis, la institución externa, hace referencia a la existencia o no de una institución externa que patrocine el nacimiento de la organización. En cuanto a este factor, la respuesta es sí, aunque dentro de un contexto muy particular.
Por un lado, la aparición de la guerrilla está mucho más influenciada por la situación particular que se estaba produciendo dentro de Colombia a nivel nacional que a nivel internacional. Aunque los orígenes de las FARC-EP se encuentran en las luchas agrarias anteriores a la revolución cubana es evidente que, durante su nacimiento, el éxito de dicha revolución estuvo presente.
Por otro lado, no obstante, las FARC-EP nacen como una estructura campesina armada del Partido Comunista Colombiano —PCC— en zonas rurales de influencia comunista. Sus antecedentes históricos, en el marco de una organización de autodefensas campesinas durante la violencia entre liberales y conservadores primero, y la dictadura militar de Rojas Pinilla después, así como la tesis de «la combinación de todas las formas de lucha» aprobada por el IX Congreso del Partido Comunista Colombiano de 1961 van a ser los elementos centrales de su nacimiento (Trejos y González Arana, 2013).
La respuesta del PCC a la violencia generalizada desatada durante la etapa de la Violencia fue la organización de autodefensas de masas. Dicha autodefensa combinaba elementos políticos, organizativos y militares (íd.).
Entre los años 1964 y 1981, el avance y crecimiento de las FARC-EP como organización guerrillera estaba supeditado, políticamente, a las directrices del PCC, con el que mantenía una estrecha colaboración. En la práctica, las FARC-EP operaban como el brazo armado del Partido Comunista[9], al menos durante sus primeras décadas de existencia (íd.). Tanto es así que Manuel Marulanda y Jacobo Arenas eran militantes del Partido Comunista Colombiano siendo, el segundo de ellos, enviado por el PCC como activista a la región de Marquetalia para tratar de organizar las autodefensas comunistas.
Por otro lado, Manuel Marulanda (1973) reconocía, en relación con el surgimiento guerrillero campesino, lo siguiente:
Luchamos con la razón de nuestro lado. Primero, porque las guerrillas nuestras no surgieron sino como respuesta a una agresión contra los campesinos y luego porque la causa que defendemos es la causa de los explotados y nuestras banderas de lucha nunca se plantean aisladamente de las necesidades fundamentales de los campesinos y de los obreros. Somos parte de los combatientes por la liberación nacional de nuestra patria.
Nos guiamos por una ideología revolucionaria y nuestro faro político lo constituye la teoría del socialismo científico que plasmamos en la práctica de la actividad comunista.
Tal y como sostiene el Centro Nacional de Memoria Histórica (2014: 71), las FARC-EP tenían en lo militar sus propias estructuras internas, mientras que en lo político se basaban en el programa y las resoluciones de los congresos comunistas. El Partido Comunista y las FARC-EP crecieron hombro con hombro durante los primeros años de vida de la guerrilla (Pécaut, 2008).
No fue, sin embargo, hasta la VII Conferencia donde las fricciones entre la guerrilla y el partido comenzaron a ser muy acusadas y, en palabras de Manuel Marulanda (Folino, 2008), «surgieron dos concepciones estratégicas diferentes, partiendo de la misma ideología» (FARC-EP, 1982a).
En el caso de la creación del partido FARC, se ve que no es que haya una institución que lo patrocine, sino, más bien, que es todo un Estado el que facilita su nacimiento a través de unos Acuerdos de Paz —entre guerrilla y Gobierno—, los cuales establecen el abandono de las armas y la creación de un nuevo partido político.
El nuevo partido, bien es cierto, que está amparado por diferentes partidos a lo largo del mundo, principalmente de corte comunista, pero no únicamente, ya que su especial condición tras una adaptación partidaria —contemplada en unos Acuerdos de Paz— hace que sea apoyado y respaldado por numerosos actores, instituciones y partidos políticos, tanto en la esfera nacional como en la internacional.
El tercer y último factor al que hace referencia el modelo originario es el liderazgo carismático. La presencia o ausencia de este tiene influencia en el desarrollo del partido. La respuesta, en este caso, es también afirmativa, aunque con matices. Las FARC-EP, como organización insurgente, contaron con líderes carismáticos desde sus inicios, pero fueron evolucionando hacia un carisma de situación. Sin embargo, las FARC como partido político no tuvieron un líder con componentes mesiánicos, sino más bien un carisma de situación desde el principio.
En el caso de la guerrilla, solamente ha estado dirigida en sus más de cincuenta años de existencia por tres líderes, de los cuales dos fueron sustituidos por fallecimiento —Manuel Marulanda muerto por causas naturales y Alfonso Cano por ser abatido por la Fuerza Pública— y el tercero, Timochenko, fue el encargado de firmar el Acuerdo de Paz con el Gobierno de Juan Manuel Santos y desmovilizar la guerrilla. Con la fundación del nuevo partido, Timochenko siguió siendo el líder también del partido FARC, en el que salió elegido en la primera Asamblea Consejo Nacional de los Comunes, así como en la reciente y tercera Asamblea Nacional de los Comunes, celebrada a finales de enero de 2023, donde fue ratificado como presidente.
Los Estatutos de las FARC-EP (2016) como guerrilla, en su artículo sexto ya recogían una serie de cualidades que debían tener los líderes para ser comandantes. Estos requisitos son:
a.Capacidad militar y don de mando.
b.Haber pasado dos años en filas desempeñando las tareas señaladas [en el Estatuto] y haber observado buena conducta.
c.Haber mostrado interés por elevar el nivel ideológico de los combatientes.
d.Haber cumplido y defendido las determinaciones de los organismos superiores de las FARC-EP y haberse destacado en el cumplimiento de las normas disciplinarias.
e.Ser militante activo de la organización política.
f.Saber orientarse en situaciones difíciles, ser sereno, valeroso, reflexivo, respetuoso con los demás y modesto.
g.Tener temple revolucionario y elevada moral y estar dotado de honestidad ejemplar.
h.Haber tenido y tener profundo respeto por los intereses de la población civil, portarse correctamente con ellas y ganarse su confianza.
i.Saber leer y escribir.
Las FARC-EP siempre se cuidaron de que su liderazgo reuniese una serie de cualidades y requisitos que consideraban imprescindibles para ejercer de comandante y, por lo tanto, de líder.
El líder carismático durante el nacimiento de la guerrilla fue Manuel Marulanda, el cual estuvo al cargo de la organización desde su nacimiento hasta el 2008, dotando de una gran estabilidad organizativa, militar e ideológica a las FARC-EP durante más de cuarenta años. Bien es cierto que no estuvo solo, ya que Jacobo Arenas, líder ideológico de la guerrilla e impulsor y creador de la Unión Patriótica, estuvo a su lado hasta su fallecimiento en 1990[10], así como también otros líderes destacados y, principalmente, miembros del Secretariado. Además, ambos líderes provenían del Partido Comunista, por lo que sus habilidades y costumbres organizativas e ideológicas venían condicionadas por su pertenencia a dicha organización política.
Las características del liderazgo de Manuel Marulanda mostraban su envergadura y la de otros jefes ideológicos, colocando debajo de estos la importancia del Secretariado y del Estado Mayor Central como ejes centrales de las capacidades organizativas, de dirección y de control orgánico.
Sin embargo, la evolución de líder carismático a carisma de situación se fue dando paulatinamente, ya que el relevo de mandos se fue produciendo de manera gradual. Tal y como decía el propio Manuel Marulanda (FARC-EP, 15/11/2011) la cohesión de los mandos y los combatientes es uno de los logros más importantes de las FARC-EP, lo que les garantiza continuidad a pesar del fallecimiento de sus líderes.
El liderazgo en el partido político tiene más que ver con un carisma de situación que con un liderazgo carismático, aunque, evidentemente, también presenta rasgos de corte carismático. Timochenko fue el último líder de las FARC-EP como guerrilla y es, a su vez, el primer líder de las FARC como partido político.
Cuando Timochenko[11] accedió al liderazgo de las FARC-EP como guerrillero y sucesor de Alfonso Cano en el 2011, es obvio que contaba con todos los rasgos que contemplaban los Estatutos de la guerrilla y el respaldo unánime del Secretariado de las FARC-EP (15/11/2011). Con su acceso a la comandancia guerrillera, Timoleón Jiménez garantizaba la continuidad del Plan Estratégico y la cohesión de los mandos farianos y sus combatientes.
Sin embargo, la elección de Timochenko como líder de las FARC como partido político no tuvo los mismos resultados ni se dio en la misma situación, de ahí que sea un carisma de situación. Durante el congreso fundacional del partido, llevado a cabo a finales de agosto de 2017, las votaciones de los casi 1200 delegados evidenciaron que Timochenko no era la primera opción ni la opción unánime, como sí había sido en el pasado. Las votaciones se realizaron para elegir a los 111 miembros del Consejo Nacional de los Comunes, órgano de dirección partidaria. En ella, Timochenko quedó en quinto lugar por número de votos —820—, quedando como más votado Iván Márquez[12] —888—, seguido de Pablo Catatumbo —866—, en tercera posición Jesús Santrich[13] —835— y, en cuarta, Joaquín Gómez —827— (El Espectador, 02/09/2017).
Si por número de votos fuera, Iván Márquez, jefe del equipo negociador y plenipotenciario de las FARC-EP en los Acuerdos de Paz de La Habana y miembro del Secretariado de la guerrilla, tendría la Presidencia del nuevo partido. Sin embargo, esta recayó en Timoleón Jiménez. Esta situación es definida por Robert Tucker (1970: 81-82) como carisma de situación, la cual está determinada no por los componentes mesiánicos de personalidad del líder, sino más bien por un estado de estrés agudo en la sociedad que predispone a la gente a percibir como extraordinariamente cualificado y a seguir con lealtad entusiástica un liderazgo que ofrece una vía de salvación de la situación de estrés. Ese estado de estrés, en este caso, se daba tras la firma de los Acuerdos de Paz y la adaptación partidaria de la guerrilla. Con ello, para salvaguardar dicha situación con estabilidad, es elegido líder Timochenko, pese a no estar ni entre los tres más votados.
Según Panebianco (1990: 114), el carisma de situación se diferencia del carisma puro por una inferior capacidad del líder para plasmar a su gusto y discreción las características de la organización. En los casos de carisma de situación, los líderes no están en condiciones de imponer sus directrices, sino que tienen que negociar con otros actores sus postulados, tal y como sucedió.
El inicio de las FARC como guerrilla marcaría, sin saberlo en un inicio, cómo se constituiría el partido político posterior cincueta años más tarde.
La historia de cada organización, en este caso la de las FARC-EP, tiene una influencia directa en su posterior creación como organización partidaria. Las decisiones tomadas en el momento fundacional, así como las peculiaridades que se dieron y que se desarrollarían después, son elementos esenciales y de gran influencia en la formación de partido político. Las FARC-EP, como cualquier organización, son presas de su pasado, tal y como se vio tras el abandono del uso de las armas y su posterior adaptación al sistema de partidos colombiano.
En el caso del primer factor identificado por Panebianco, la implantación y desarrollo territorial, el partido FARC, hoy en día Comunes, nace siguiendo la misma estructura, y de la misma forma, que tenía la guerrilla en tiempo pretéritos. La estructura con la que nace el partido político mantiene una relación muy similar a la existente en su etapa insurgente, conservando una estructura jerarquizada y una implantación territorial análoga.
Desde sus inicios, la construcción de la guerrilla de las FARC como organización, expansión y crecimiento se produjo por penetración territorial, existiendo un «centro» que controla, estimula, organiza y dirige el desarrollo de la «periferia», quedando en las manos de ese «centro» la dirección política y mando militar de la guerrilla. En comparativa con la estructura de la guerrilla, el partido surgido de los Acuerdos de Paz de La Habana mantendría la misma estructura organizativa, equiparándose el Consejo Nacional de los Comunes al Estado Mayor Central y el Consejo Político Nacional al Secretariado.
El segundo factor presente en la creación del partido político tiene que ver con la existencia de una institución externa que lo patrocine y, en ambos casos, como se ha visto, la respuesta es afirmativa. La guerrilla nace en un contexto muy concreto en Colombia como el brazo armado del Partido Comunista Colombiano en zonas rurales del país.
El partido FARC no es que tuviese una organización externa que lo patrocinase de la misma forma que tenía la guerrilla al Partido Comunista, sino, más bien, que tenía un Estado entero, y en especial al presidente Santos, facilitando su nacimiento a través de unos Acuerdos de Paz firmados entre ambos actores —guerrilla y Estado—.
El tercer y último factor influyente en su nacimiento se refiere al liderazgo carismático con el que fueron fundadas ambas organizaciones. La guerrilla contó con un líder carismático con componentes mesiánicos en sus inicios, «Manuel Marulanda», que estuvo al frente durante más de cuarenta años, y que fue evolucionando hacia un carisma de situación acompañado por otros líderes, principalmente miembros del Secretariado. En el caso del partido político, su nacimiento no estuvo envuelto en líderes con carácter mesiánico, sino más bien, y desde el principio, con un carisma de situación a cargo de Timochenko, aunque con rasgos carismáticos, ya que fue el último líder de la guerrilla y el primero del partido.
Cuando Timochenko en 2011 accedió a ocupar el liderazgo de la guerrilla de las FARC-EP, contaba con la unanimidad del Secretariado. Sin embargo, cuando fue elegido líder del partido político FARC no tuvo los mismos resultados, puesto que durante el congreso fundacional del partido no fue el más votado, sino el quinto. A pesar de ello, y debido a ese carisma de situación —entendido como el que se da en una situación de estrés agudo en la sociedad—, los miembros de la extinta guerrilla lo seleccionaron a él para tratar de superar el estado de estrés y guiar a la guerrilla hacia un partido político de la mejor forma posible y sin sobresaltos.
Por lo tanto, como se ha visto, la creación del partido político estuvo muy influenciada por el momento originario y fundacional de la guerrilla como organización, tanto a nivel de liderazgo, organizativo y de expansión territorial.
[1] |
Las zonas de incertidumbre son todos aquellos factores que, de no ser controlados, amenazarían o podrían amenazar la supervivencia de la organización y/o la estabilidad de su orden interno. Los líderes son quienes controlan las áreas de incertidumbre cruciales para la organización y quienes pueden emplear estos recursos en las negociaciones internas (en los juegos de poder), desequilibrándolas en su favor (Panebianco, 1990: 65). |
[2] |
Actualmente el nombre del partido político es Comunes. |
[3] |
En el aspecto territorial, si se compara la estructura de las FARC-EP como grupo guerrillero y las FARC como partido político, se ve cómo la distribución es prácticamente la misma. Guerrilla: Central, Oriental, Occidental, Sur, Caribe, Noroccidental y Magdalena Medio; en el caso del partido político: Centro, Oriente, Suroccidente, Caribe, Noroccidente y Nororiente. Disponible en: www.partidofarc.com.co y CNMH (2014). |
[4] |
Ese gramaje hacía referencia a un cobro al cultivo de coca, con el propósito de proteger a los agricultores frente a la llegada de grupos paramilitares, evitando con ello el despojo de tierras |
[5] |
Tal es su influencia agraria que en los Acuerdos de Paz de La Habana la cuestión referente a la tierra se convirtió en el asunto número uno de la agenda. |
[6] |
La guerrilla aportaba allá donde el Estado no estaba un cierto orden social: imponía regulaciones colectivas, arreglaba los litigios interindividuales o garantizaba una cierta estabilidad a los propietarios de la tierra, a pesar de la carencia frecuente de títulos de propiedad, entre otros. |
[7] |
Cabe señalar que en las zonas donde mayor presencia guerrillera hubo, y durante más tiempo, no acabaron por ser las zonas de mayor aceptación, ya como partido político, de las FARC a nivel democrático tal y como se ha mostrado en las primeras elecciones a las que se presentaron tras la dejación de armas. |
[8] |
Según Pécaut (2006), las especulaciones en torno a los ingresos anuales de las FARC-EP en los mejores momentos de control territorial podían alcanzar los beneficios de 500-800 millones de dólares. |
[9] |
El cual, a su vez, seguía las directrices del PCUS (Trejos y González Arana, 2013). |
[10] |
Alfonso Cano fue su sucesor como líder ideológico de la guerrilla, perfilándose, a su vez, como sucesor de Tirofijo o Manuel Marulanda. Esto sucedió en 2008, tras el fallecimiento del líder guerrillero. |
[11] |
También conocido como Timoleón Jiménez. |
[12] |
Líder carismático entre los miembros de las FARC-EP que acabó abandonando los Acuerdos de Paz para continuar la lucha armada bajo la premisa que el Gobierno no estaba cumpliendo lo acordado en La Habana y firmado en Colombia. |
[13] |
Único entre las primeras nueve posiciones que no era miembro del Secretariado de la guerrilla y uno de los líderes que abandonó el partido y los Acuerdos de Paz, volviendo a la lucha armada en la selva. Ya fallecido. |
Brittain, J. J. (2010). Revolutionary social change in Colombia: the origin and direction of the FARC-EP. London: Pluto Press. |
|
Centro Nacional de Memoria Histórica (2014). Guerrilla y población civil. Trayectoria de las FARC 1949-2013. Bogotá: Centro Nacional de Memoria Histórica. |
|
Díaz-Varela López, A. (2022). El proceso de adaptación partidaria: el caso de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo [tesis doctoral]. Universidade de Santiago de Compostela. Disponible en: https://doi.org/10.5209/poso.69146. |
|
Díaz-Varela López, A. y López Rodríguez A. A. (2021). La EOP y el proceso de paz en Colombia: el caso de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo en su proceso de adaptación partidaria. Política y Sociedad, 58 (2), 69146. Disponible en: https://doi.org/10.5209/poso.69146. |
|
Duverger, M. (1957). Los partidos políticos. México: Fondo de Cultura Económica. |
|
Eliassen, A. y Svaasand, L. (1975). The Formation of Mass Political Organizations: An Analytical Framework. Scandinavian Political Studies, 10, 95—120. Disponible en: https://doi.org/10.1111/j.1467-9477.1975.tb00572.x. |
|
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) (1964). Programa Agrario de los Guerrilleros de las FARC-EP. Adoptado en la Conferencia General de Guerrilleros (Colombia, 20 de julio de 1964). Disponible en: https://tinyurl.com/yn5v4amn. |
|
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) (1966). Declaración política de la Segunda Conferencia Guerrillera del bloque Sur, subscrito durante la II Conferencia Guerrillera (Colombia, 25 de abril de 1966). Colombia. Disponible en: https://tinyurl.com/mtpunbyy. |
|
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) (1969). Conclusiones políticas y militares. Adoptadas en la III Conferencia de las FARC (Colombia, 14-22 de abril de 1969). Colombia. |
|
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) (1971). Conclusiones político-militares. Adoptadas en la IV Conferencia nacional guerrillera. Colombia. |
|
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) (1978). Conclusiones político-militares. Adoptadas en la VI Conferencia nacional de las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia (Colombia, 18-25 de enero de 1978). Colombia. |
|
FARC-EP (1982a). Informe Central. Presentado en la VII Conferencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Colombia, 4-14 de mayo de 1982). Colombia. |
|
FARC-EP (1982b). Planteamiento Estratégico. Adoptado en la VII Conferencia Nacional (Colombia, 4-14 de mayo de 1982). Colombia |
|
FARC-EP (1987). Informe Central al Pleno del Estado Mayor de las FARC-EP. Presentado en el Pleno del Estado Mayor de las FARC-EP (Colombia, 17-20 de febrero de 1987). Colombia. |
|
FARC-EP (1993). Informe Central. Presentado en la VIII Conferencia Nacional de Guerrilleros (Colombia, 27 de mayo — 3 de abril de 1993). Colombia |
|
FARC-EP (2007). Por la nueva Colombia: La patria grande y el socialismo. Adoptado en la IX Conferencia de las FARC-EP (Colombia, 15 de mayo de 2007). Colombia. |
|
FARC-EP (2011). Cayó en combate. Montañas de Colombia. |
|
FARC-EP (2016). Conclusiones políticas y militares. Adoptadas en la X Conferencia de las FARC-EP (Llanos del Yarí, 23 de septiembre de 2016). Colombia. |
|
Folino, L. A. (2008). Hablando con Marulanda. Las palabras de la red [blog], 13-11-2008. Disponible en: https://tinyurl.com/n35bz9ae. |
|
Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (2017). Estatutos del Partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común —FARC—. Disponible en: https://tinyurl.com/54hxnk74. |
|
Marulanda Vélez, M. (1973). Cuadernos de campaña. Disponible en: http://www.rebelion.org/docs/68099.pdf. |
|
Panebianco, A. (1990). Modelos de partido. Madrid: Alianza Editorial. |
|
Pécaut, D. (2006). Crónica de cuatro décadas de política colombiana. Madrid: Norma. |
|
Pécaut, D. (2008). Las FARC: fuentes de su longevidad y de la conservación de su cohesión. Análisis Político, 21 (63), 22-50. |
|
Santos, J. M. (2019). La batalla por la paz: el largo camino para poner fin al conflicto con la guerrilla más antigua del mundo. Madrid: Ediciones Península. |
|
Trejos, L. y González Arana, R. (2013). El Partido Comunista Colombiano y la combinación de todas las formas de lucha. Entre la simpatía internacional y las tensiones locales, 1961-1981. Revista Izquierdas, 17, 64-80. |